الريــم
10-17-2023, 08:21 AM
"Para m? el sexo lleg? a ser tan rutinario, que el d?a que no lo hac?a se convert?a enuna mierda".La que habla es Marta, de 17 a?os. Sufr?a adicci?n al sexo. También consum?a alcohol y coca?na. Cuenta su historia de manera directa y sin l?grimas, mirando a los ojos. Pero, cuando no habla, su mirada parece perderse en un poso de tristeza. Marta, cuyo nombre es ficticio como los de todos los adolescentes entrevistados en este reportaje, es una de las residentes de Can Ros, una escuela terapéutica de la entidad Amalgama7 que, perdida en las monta?as de Aiguam?rcia (Tarragona), ofrece atenci?n educativa, cl?nica y social a ni?os, adolescentes y adultos j?venes con problemas de conducta.
Los terapeutas apuntan a que estas pr?cticas les causan da?o pero también los evaden de un "profundo malestar"
Amalgama7 se cre? en 1997 para menores con adolescencias dif?ciles. Algunos de ellos, consumidores de hero?na, acabaron muriendo de sida. Hoy el perfil es otro: en Can Ros hay menores con trastornos de conducta como adicci?n a las pantallas o al juego, uso y abuso de sustancias, mala convivencia familiar o bajo rendimiento escolar. También los hay que sufren adicci?n al sexo. Psic?logos, psiquiatras y educadores ven con preocupaci?n el aumento de la hipersexualidad, un fen?meno que cada vez afecta a m?s adolescentesy que tiene que ver no solo con la compulsi?n sexual, sino también con las pr?cticas de riesgo, las relaciones t?xicas y las agresiones sexuales. Los expertos advierten de que la hipersexualidad, al igual que las autolesiones (https://www.sport.es/es/noticias/sociedad/autolesiones-adolescentes-disparan-45-admite-78878544), no es la causa, sino la consecuencia de un malestar adolescente con ra?ces tan hondas como, a veces, dif?ciles de desentra?ar. Pero constatan que el sexo para ellos es una v?a de escape: una "evasi?n" de problemas mucho mayores.
A menudo haber sufrido agresiones sexuales est? detr?s de estas pr?cticas t?xicas y compulsivas
"Ya no sabes lo que te aporta"
Hubo una época en la vida de Elena, de ahora 20 a?os, que estuvo esencialmente marcada por la compulsi?n sexual. "Yo follaba hasta tres veces al d?a con personas diferentes", relata desde la biblioteca de Can Ros. "En ese momento, te sientes bien, especial y querida. Pero tienes el sexo tan incorporado, que ya no sabes lo que te aporta", cuenta. Elena ha llegado a tomarse la pastilla del d?a después unas "cinco o seis veces" porque nunca usaba preservativo. Le acabaron colocando un implante anticonceptivo en un brazo, algo que la protege de embarazos no deseados pero no de contraer infecciones de transmisi?n sexual (ITS) como el VIH. Adem?s, Elena estaba en una relaci?n t?xica. "Mi ex nunca me viol?, pero se enfadaba si yo no quer?a tener sexo, as? que acababa accediendo". Ese mismo ex un d?a le propin? una paliza que la llev? al hospital. A partir de ah?, Elena empez? una relaci?n de dependencia con el alcohol. Este fue el motivo por el que ingres? en Can Ros este a?o. Pero detr?s hab?a mucho m?s.
Image ID:
93421745
Dos adolescentes en Can Ros.
Elisenda Pons
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880
495
"Los chavales no vienen de entrada por su hipersexualidad. Lo hacen por dificultades en la convivencia familiar, por un mal rendimiento escolar, por policonsumo, por comportamientos de riesgo o por adicci?n al juego o a las pantallas. Es al hablar con ellos cuando descubrimos esta compulsi?n, que es una expresi?n de su malestar. (https://www.elperiodico.com/es/sanidad/20230223/hospital-dia-clinic-salud-mental-atencion-menores-adolescentes-78994544) Una autolesi?n psicol?gica", afirma el psic?logo y director cl?nico de Amalgama7, Jordi Royo. Este especialista asegura que la hipersexualizaci?n es cada vez m?s precoz y que el acceso ilimitado a internet, a las redes sociales y al porno agravan a este fen?meno. "El 78% de los adolescentes ingresados en nuestras escuelas [Amalgama7 tiene varias en Catalunya y Madrid] manifiestan haber visto porno en el que hay sadomasoquismo, manadas y colectivos vulnerables, como ni?os o personas con discapacidad", alerta. En Espa?a, el acceso es "r?pido, f?cil y gratuito".
M?s informaci?n (Auto)
http://placehold.it/175x100 T?tulo noticia (Auto)
Sin educaci?n sexoafectiva en escuelas y hogares, el porno se sit?a como "ejemplo" de lo que se supone que es el sexo: un acto en el que est?n normalizadas las agresiones
El porno por s? solo no explica esta compleja problem?tica (en la que hay también sentimientos de soledad, desorientaci?n, incluso nihilismo) pero, en una sociedad "sin referentes", en palabras de los trabajadores de Can Ros, y donde la educaci?n sexoafectiva en escuelas y hogares es escasa, la pornograf?a se sit?a como un "ejemplo" de lo que se supone que es el sexo: un acto en el que est?n normalizadas las humillaciones y hasta las agresiones, en su inmensa mayor?a a las mujeres. "El 73% de las familias no saben qué ve su hijo en internet", advierte Royo. "Y los padres no solo fallan en esto. No nos preocupa el tipo de familia –si es tradicional o no–, sino el estilo educativo: vemos padres o muy sobreprotectores o muy permisivos –un progenitor no puede ser amigo de su hijo– o que delegan funciones que son suyas en la escuela", a?ade.
Agresiones sexuales
La otra cara de la hipersexualizaci?n son las agresiones sexuales. Tres de las cuatro adolescentes entrevistadas para este reportaje han sufrido una violaci?n. Uno de los dos j?venes entrevistados tiene una denuncia por haber participado en una violaci?n en manada. En algunos casos, la violaci?n ha sido lo que ha desencandenado después una conducta hipesexualizada en ellas. Es el caso de Irene (15 a?os), violada por su padrastro el a?o pasado. "Me empecé a autolesionar. Mi madre no me cre?a. Me ingresaron en un psiqui?trico y me ataron", cuenta.
"Fui violada dos veces y en ambos casos hab?a mezclado alcohol y medicaci?n. La primera vez fue hace dos a?os, a los 16. Me desperté y me estaba violando uno de mi clase"
Marta (nombre ficticio)
Una residente de Can Ros
Pero no todos los casos son as?: a veces la agresi?n sexual se produce en un contexto de absoluta pérdida de control, como le ocurri? a Marta. "Fui violada dos veces y en ambos casos hab?a consumido y mezclado alcohol y medicaci?n. La primera vez fue hace dos a?os, a los 16. Me desperté y me estaba violando uno de mi clase. Su novia era mi amiga. No dije nada al llegar a casa", relata esta joven, que empez? a beber a los 12 a?os. Nunca denunci?.
La segunda vez ocurri? antes de entrar en Can Ros, donde Marta lleva viviendo nueve meses. "Fue en casa de un chaval 'random'. Llevaba tres d?as sin pasar por mi casa. Ten?a una denuncia por desaparici?n. No usaba anticonceptivo y solo pregunté: '?Habéis usado cond?n?'". Marta se tom? la pastilla del d?a después. "Para m?, en aquella época, cada persona era como un reto. Ve?a a alguien y me la ten?a que hacer. Cuando lo lograba, buscaba otro reto: esa persona ya no me interesaba". Marta, que adem?s también sufr?a un trastorno de la conducta alimentaria (TCA), no es capaz de decir con cu?ntas personas ha mantenido relaciones sexuales. S? reconoce que no se gustaba. "Me daba vergüenza mirarme en el espejo. No pod?a salir de mi cuarto sin maquillar. Me escond?a de m? misma", afirma.
"Morbo" en lugar de "gustar"
En la sociedad actual, la hipersexualidad, explican los psic?logos, est? "de moda". Y la sexualidad adulta (desde el consumo audiovisual, el baile o hasta la ropa que se usa) llega a edades cada vez m?s tempranas. Detr?s de todo esto, hay un "sufrimiento", sobre todo cuando hay "tanta precocidad", se?ala Royo. "Ya no hablan de que una persona les gusta, sino que dicen que les da 'morbo'", apunta por su parte Ramon Vilà, director socio-educativo de Can Ros. Los expertos ponen otra cifra sobre la mesa: el 70% de los atendidos en esta escuela terapéutica tienen padres y madres con estudios universitarios.
El 70% de los atendidos en la escuela terapéutica de Can Ros tienen padres y madres con estudios universitarios
M?s informaci?n (Auto)
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A Paula el sexo la dejaba totalmente vac?a, pero esto no impidi? que se hiciera adicta. Tiene 14 a?os. "Ca? en una dependencia al sexo. Ten?a sexo sin parar. Me daba el baj?n después, pero primero me sent?a evadida", cuenta. Su padre es drogadicto y ella nunca quiso probar la droga. Ni siquiera cuando él se la ofrec?a. "Ten?a miedo de convertirme en lo que es él. As? que practicaba el sexo para evadirme. Me sent?a sola, aunque ten?a gente a mi alrededor". Paula sufri? una agresi?n sexual el a?o pasado en una discoteca, con solo 13 a?os. Ocurri? en Andorra. "Me pincharon (https://www.sport.es/es/noticias/sucesos/investigan-nuevo-pinchazo-nina-14-93421785),noté que me desmayaba, me fui al ba?o y all? me encerr? un se?or". Esto retroaliment? su adicci?n. "Lo que me hac?a olvidar [lo ocurrido] era tener relaciones".
Aunque los adolescentes de Can Ros ingresan, principalmente, por convivencias complicadas y consumo de sustancias, en el fondo de todas estas conductas se encuentra la soledad. "Lo impactante no es la soledad de los abuelos, sino de nuestros adolescentes. Es propia de esta sociedad l?quida donde el concepto de familia pierde valor", apunta Royo.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/sociedad/aumentan-adolescentes-adiccion-sexo-edades-93421775)
Los terapeutas apuntan a que estas pr?cticas les causan da?o pero también los evaden de un "profundo malestar"
Amalgama7 se cre? en 1997 para menores con adolescencias dif?ciles. Algunos de ellos, consumidores de hero?na, acabaron muriendo de sida. Hoy el perfil es otro: en Can Ros hay menores con trastornos de conducta como adicci?n a las pantallas o al juego, uso y abuso de sustancias, mala convivencia familiar o bajo rendimiento escolar. También los hay que sufren adicci?n al sexo. Psic?logos, psiquiatras y educadores ven con preocupaci?n el aumento de la hipersexualidad, un fen?meno que cada vez afecta a m?s adolescentesy que tiene que ver no solo con la compulsi?n sexual, sino también con las pr?cticas de riesgo, las relaciones t?xicas y las agresiones sexuales. Los expertos advierten de que la hipersexualidad, al igual que las autolesiones (https://www.sport.es/es/noticias/sociedad/autolesiones-adolescentes-disparan-45-admite-78878544), no es la causa, sino la consecuencia de un malestar adolescente con ra?ces tan hondas como, a veces, dif?ciles de desentra?ar. Pero constatan que el sexo para ellos es una v?a de escape: una "evasi?n" de problemas mucho mayores.
A menudo haber sufrido agresiones sexuales est? detr?s de estas pr?cticas t?xicas y compulsivas
"Ya no sabes lo que te aporta"
Hubo una época en la vida de Elena, de ahora 20 a?os, que estuvo esencialmente marcada por la compulsi?n sexual. "Yo follaba hasta tres veces al d?a con personas diferentes", relata desde la biblioteca de Can Ros. "En ese momento, te sientes bien, especial y querida. Pero tienes el sexo tan incorporado, que ya no sabes lo que te aporta", cuenta. Elena ha llegado a tomarse la pastilla del d?a después unas "cinco o seis veces" porque nunca usaba preservativo. Le acabaron colocando un implante anticonceptivo en un brazo, algo que la protege de embarazos no deseados pero no de contraer infecciones de transmisi?n sexual (ITS) como el VIH. Adem?s, Elena estaba en una relaci?n t?xica. "Mi ex nunca me viol?, pero se enfadaba si yo no quer?a tener sexo, as? que acababa accediendo". Ese mismo ex un d?a le propin? una paliza que la llev? al hospital. A partir de ah?, Elena empez? una relaci?n de dependencia con el alcohol. Este fue el motivo por el que ingres? en Can Ros este a?o. Pero detr?s hab?a mucho m?s.
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Dos adolescentes en Can Ros.
Elisenda Pons
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"Los chavales no vienen de entrada por su hipersexualidad. Lo hacen por dificultades en la convivencia familiar, por un mal rendimiento escolar, por policonsumo, por comportamientos de riesgo o por adicci?n al juego o a las pantallas. Es al hablar con ellos cuando descubrimos esta compulsi?n, que es una expresi?n de su malestar. (https://www.elperiodico.com/es/sanidad/20230223/hospital-dia-clinic-salud-mental-atencion-menores-adolescentes-78994544) Una autolesi?n psicol?gica", afirma el psic?logo y director cl?nico de Amalgama7, Jordi Royo. Este especialista asegura que la hipersexualizaci?n es cada vez m?s precoz y que el acceso ilimitado a internet, a las redes sociales y al porno agravan a este fen?meno. "El 78% de los adolescentes ingresados en nuestras escuelas [Amalgama7 tiene varias en Catalunya y Madrid] manifiestan haber visto porno en el que hay sadomasoquismo, manadas y colectivos vulnerables, como ni?os o personas con discapacidad", alerta. En Espa?a, el acceso es "r?pido, f?cil y gratuito".
M?s informaci?n (Auto)
http://placehold.it/175x100 T?tulo noticia (Auto)
Sin educaci?n sexoafectiva en escuelas y hogares, el porno se sit?a como "ejemplo" de lo que se supone que es el sexo: un acto en el que est?n normalizadas las agresiones
El porno por s? solo no explica esta compleja problem?tica (en la que hay también sentimientos de soledad, desorientaci?n, incluso nihilismo) pero, en una sociedad "sin referentes", en palabras de los trabajadores de Can Ros, y donde la educaci?n sexoafectiva en escuelas y hogares es escasa, la pornograf?a se sit?a como un "ejemplo" de lo que se supone que es el sexo: un acto en el que est?n normalizadas las humillaciones y hasta las agresiones, en su inmensa mayor?a a las mujeres. "El 73% de las familias no saben qué ve su hijo en internet", advierte Royo. "Y los padres no solo fallan en esto. No nos preocupa el tipo de familia –si es tradicional o no–, sino el estilo educativo: vemos padres o muy sobreprotectores o muy permisivos –un progenitor no puede ser amigo de su hijo– o que delegan funciones que son suyas en la escuela", a?ade.
Agresiones sexuales
La otra cara de la hipersexualizaci?n son las agresiones sexuales. Tres de las cuatro adolescentes entrevistadas para este reportaje han sufrido una violaci?n. Uno de los dos j?venes entrevistados tiene una denuncia por haber participado en una violaci?n en manada. En algunos casos, la violaci?n ha sido lo que ha desencandenado después una conducta hipesexualizada en ellas. Es el caso de Irene (15 a?os), violada por su padrastro el a?o pasado. "Me empecé a autolesionar. Mi madre no me cre?a. Me ingresaron en un psiqui?trico y me ataron", cuenta.
"Fui violada dos veces y en ambos casos hab?a mezclado alcohol y medicaci?n. La primera vez fue hace dos a?os, a los 16. Me desperté y me estaba violando uno de mi clase"
Marta (nombre ficticio)
Una residente de Can Ros
Pero no todos los casos son as?: a veces la agresi?n sexual se produce en un contexto de absoluta pérdida de control, como le ocurri? a Marta. "Fui violada dos veces y en ambos casos hab?a consumido y mezclado alcohol y medicaci?n. La primera vez fue hace dos a?os, a los 16. Me desperté y me estaba violando uno de mi clase. Su novia era mi amiga. No dije nada al llegar a casa", relata esta joven, que empez? a beber a los 12 a?os. Nunca denunci?.
La segunda vez ocurri? antes de entrar en Can Ros, donde Marta lleva viviendo nueve meses. "Fue en casa de un chaval 'random'. Llevaba tres d?as sin pasar por mi casa. Ten?a una denuncia por desaparici?n. No usaba anticonceptivo y solo pregunté: '?Habéis usado cond?n?'". Marta se tom? la pastilla del d?a después. "Para m?, en aquella época, cada persona era como un reto. Ve?a a alguien y me la ten?a que hacer. Cuando lo lograba, buscaba otro reto: esa persona ya no me interesaba". Marta, que adem?s también sufr?a un trastorno de la conducta alimentaria (TCA), no es capaz de decir con cu?ntas personas ha mantenido relaciones sexuales. S? reconoce que no se gustaba. "Me daba vergüenza mirarme en el espejo. No pod?a salir de mi cuarto sin maquillar. Me escond?a de m? misma", afirma.
"Morbo" en lugar de "gustar"
En la sociedad actual, la hipersexualidad, explican los psic?logos, est? "de moda". Y la sexualidad adulta (desde el consumo audiovisual, el baile o hasta la ropa que se usa) llega a edades cada vez m?s tempranas. Detr?s de todo esto, hay un "sufrimiento", sobre todo cuando hay "tanta precocidad", se?ala Royo. "Ya no hablan de que una persona les gusta, sino que dicen que les da 'morbo'", apunta por su parte Ramon Vilà, director socio-educativo de Can Ros. Los expertos ponen otra cifra sobre la mesa: el 70% de los atendidos en esta escuela terapéutica tienen padres y madres con estudios universitarios.
El 70% de los atendidos en la escuela terapéutica de Can Ros tienen padres y madres con estudios universitarios
M?s informaci?n (Auto)
http://placehold.it/175x100 T?tulo noticia (Auto)
A Paula el sexo la dejaba totalmente vac?a, pero esto no impidi? que se hiciera adicta. Tiene 14 a?os. "Ca? en una dependencia al sexo. Ten?a sexo sin parar. Me daba el baj?n después, pero primero me sent?a evadida", cuenta. Su padre es drogadicto y ella nunca quiso probar la droga. Ni siquiera cuando él se la ofrec?a. "Ten?a miedo de convertirme en lo que es él. As? que practicaba el sexo para evadirme. Me sent?a sola, aunque ten?a gente a mi alrededor". Paula sufri? una agresi?n sexual el a?o pasado en una discoteca, con solo 13 a?os. Ocurri? en Andorra. "Me pincharon (https://www.sport.es/es/noticias/sucesos/investigan-nuevo-pinchazo-nina-14-93421785),noté que me desmayaba, me fui al ba?o y all? me encerr? un se?or". Esto retroaliment? su adicci?n. "Lo que me hac?a olvidar [lo ocurrido] era tener relaciones".
Aunque los adolescentes de Can Ros ingresan, principalmente, por convivencias complicadas y consumo de sustancias, en el fondo de todas estas conductas se encuentra la soledad. "Lo impactante no es la soledad de los abuelos, sino de nuestros adolescentes. Es propia de esta sociedad l?quida donde el concepto de familia pierde valor", apunta Royo.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/sociedad/aumentan-adolescentes-adiccion-sexo-edades-93421775)