الريــم
10-14-2023, 01:00 AM
Irene Vallejo (Zaragoza, 1979) es una mujer formidable. Tiene un libro singular, El infinito en un junco, que escribi? en medio de una incertidumbre hospitalaria, tras el nacimiento de su hijo, esperando y escribiendo, haciendo de la historia de la lectura (https://www.epe.es/es/abril/20231012/entrevista-irene-vallejo-juan-cruz-infinito-junco-92975369), y de la humanidad, su arma para subsistir y desafiar la incertidumbre que tra?a la salud presente y futura del ni?o.
Ese libro ha sido un éxito mundial, del que ella se ha repuesto con sensatez y alegr?a, sabiendo que escribir es su alimento. La alegr?a la tiene cerca, el hijo Pedro, el marido Quique, y los amigos. Ahora sus amigos son de muchas nacionalidades del universo, pues ella los ha llamado a leer con ella.
Su pasi?n es leer. Acompa?ar a leer. Fruto de esa pasi?n que es su vida ya hab?a escrito, antes de El infinito…, entre otros, un libro de cuentos, La leyenda de las mareas mansas, que ilustr? su amiga Lina Vila. Ese leyenda que proviene de un tesoro escrito por Ovidio reaparece bajo el sello de la editorial Siruela, la que puso en la estampa el m?s famoso de sus libros, a la vez que una versi?n de 'El infinito en un junco' reaparece como c?mic en Debate. Los dibujos en este caso son de Tyto Alba.
Escucharla hablar es como verla escribir (con la mano izquierda), y en esta entrevista tendr?n ustedes ocasi?n de disfrutar lo que dice como si lo estuviera contando al o?do de los que a?n no la han podido escuchar hablar en p?blico. He aqu?, pues, Irene Vallejo, hablando para ABRIL, una artista de 44 a?os que parece que ya tuvo todas las edades, pero que r?e como si todav?a fuera la ni?a que aprend?a a leer con su madre.
Es l?cito ver su cara en este dibujo con el que se abre su libro…
S?, en efecto es un retrato… Este libro lo rescata ahora Siruela, pero se public? ya en 2015, en una editorial independiente aragonesa. Lleva a?os descatalogado, as? que le agradezco mucho a Siruela que lo haya rescatado. Cuando naci? el proyecto quise escribirlo porque formaba parte de un duelo a la muerte de mi padre… Para mi es importante elaborar literariamente los momentos dif?ciles o los grandes retos de la vida. Y yo quise escribir un libro para esa circunstancia, de modo que volv? a los cl?sicos, en concreto a La Metamorfosis de Ovidio, para escribir un relato infantil o juvenil que hablara de la muerte, pero también de la transformaci?n, del reencuentro, no del cambio o del miedo al futuro, pero s? de la aventura de conquistar la vida después de una pérdida y encontrar la manera de regresar a todo lo que dejaste atr?s. Y este es un relato de Ovidio que volvi? a mi mente, se apoder? de ella y decid? hacer esta recreaci?n trabajando con Lina Vila, una pintora aragonesa a la que yo conoc?a. Hab?a visitado sus exposiciones, y aunque con ella no hab?a coincidido sent? que ese mundo de sus cuadros era el universo en el que suced?a esta historia que iba a contar. Ella también estaba en una fase de duelo y decidimos las dos, a través de este relato, exteriorizar, exorcizar esa experiencia. Y trabajamos juntas con mucha intensidad, de manera que el texto se reflejase en las ilustraciones, pero que también las acuarelas tuvieran su propio impacto, sus flujos y reflujos en el texto.
Y eso est? verdaderamente logrado…
Me gusta mucho la idea de Lina de trabajar con acuarelas, algo que es poco habitual en libros infantiles ilustrados, pero yo dec?a que en un libro tan mar?timo trabajar con el agua era simb?licamente muy apropiado al texto, pero también porque la acuarela es una técnica en la que tienes que improvisar; no tienes que jugar con la mancha del agua, que es imprevisible. Y eso ten?a también que ver con la idea de la metamorfosis. La verdad es que por eso fue una colaboraci?n muy intensa. No fue solo escribir el texto y luego ir con las ilustraciones: fue elaborar juntas y asomarnos a un proceso creativo en otro lenguaje distinto al de la pintura, que es el de la imagen. De ese fruto tan compenetrado y tan intenso naci?, por ejemplo, el regalo que me hizo Lina retrat?ndome al inicio del libro. Por otra parte, el hermano de Lina es fot?grafo de aves y esas im?genes que hay en el libro est?n basadas en las fotos que hace él.
Image ID:
93319735
Irene Vallejo.
JOS? LUIS ROCA
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880
495
?Qué dice Irene Vallejo en ese retrato?
Yo lo miro ahora con el paso de los a?os y veo cierta tristeza por el momento que estaba atravesando. Ella me coloca un manto de estrellas sobre los hombros. Quiz? tiene que ver con los sue?os que yo podr?a expresar en ese momento, cuando para mi la literatura era aun un af?n inalcanzable como forma de vida. Entonces yo viajaba constantemente a peque?as ferias, a bibliotecas min?sculas en el mundo real. Era una época de esfuerzo, de sue?os, de idealismo. Y creo que todo eso est? en esa imagen. Lina ten?a una carrera m?s asentada, de modo que me ve?a todav?a como jovencita so?adora y tuvo la generosidad de colaborar en este libro y de hacerlo con sus acuarelas. Las acuarelas luego se expusieron en el Museo Pablo Serrano de Zaragoza. El libro nos trajo muchas alegr?as, aunque hay que decir que cost? encontrar editorial, pues en aquel tiempo asustaba la tem?tica de la muerte. En este caso yo creo que era un asunto luminoso, pero entonces el tema provocaba incomodidad en la literatura infantil y juvenil.
A usted la escritura de ese cuento, y la escritura en general, la han salvado del dolor y del duelo…
El dolor y el duelo son fases que no puedes obviar. No puedes borrarlo, no puedes evitarlo, no puedes acelerarlo ni impedirlo. Pero la literatura s? me ha acompa?ado siempre en todos los momentos dif?ciles, y también en los m?s felices. Soy pudorosa con el verbo salvar, pero creo que me han acompa?ado, me han hecho sentir menos sola los libros que leo. Leer y escribir est?n relacionados y me dan una puerta de escape a la obsesi?n que suele acompa?ar esos momentos tan dif?ciles. Los hospitales, la muerte, el duelo, el vac?o, la angustia, tienden a absorberte como un agujero negro. As? que la literatura me sirve a mi para huir de la desapropiaci?n que hace el dolor de nuestras mentes y de nuestros pensamientos.
El dolor y el duelo son fases que no puedes obviar. No puedes borrarlo, no puedes evitarlo, no puedes acelerarlo ni impedirlo
El propio El infinito en un junco se hizo en cierto modo en tiempos de dolor. La pandemia, el nacimiento del hijo, el dolor de los hospitales. Dolor y alegr?a a la vez, tantas combinaciones. ?C?mo recuerda ahora el momento? En contraste con este momento de mareas mansas, esas eran mareas m?s duras…
Fue una larga época la que hubo desde la muerte de mis padres. Después vino el nacimiento de mi hijo con sus graves problemas de salud. Un tiempo muy exigente. Necesité todos los apoyos, todas las muletas, entre ellos los que siempre he necesitado m?s: la creaci?n y la palabra. Porque realmente en esa época me parec?a imposible haber salido del duelo de mi padre para encontrarme con la enfermedad de mi hijo y volver a empezar otra vez con el ciclo de los hospitales, de los cuidados. Casi una década cuidando primero a mi padre y después a mi hijo. Fueron momentos muy dif?ciles porque ambos me necesitaron, cada uno en su tiempo, y yo ten?a miedo porque el cuidador tiene que mantenerse sano y fuerte para acompa?ar y mantener el rumbo de modo que no te arrastren las mareas… Todav?a no hemos verbalizado todo lo que nos ha sucedido durante la pandemia. Hay muchas despedidas y duelos pendientes que no hemos elaborado por la prisa que ten?amos de regresar a la vida cotidiana. Yo creo que la literatura ayuda a encauzar esas conversaciones, que quiz? son dif?ciles, sobre nuestro propio dolor. Las met?foras, las historias de los personajes y de los relatos, har?n m?s dif?ciles de abordar ese dolor del pasado. Por eso creo que este libro, igual que El infinito…, pueda ayudar de alguna manera.
Después de tanta escritura, de relacionarse tanto con la escritura, ?qué significa para usted personalmente el hecho mismo de escribir?
Yo siempre hab?a pensado que la escritura era una forma de liberarme y de combatir el silencio. Pero después de estos a?os de viajar por el mundo y de encontrarme con lectores y con editores, por ejemplo en la Feria de Buenos Aires, me he dado cuenta de que esta es una actividad profundamente colectiva, que a través de los libros creamos comunidades. Quiz? no era consciente de ello porque no hab?a tenido, hasta El infinito…, todo ese contacto con los grupos, las familias, las tribus, con el clan lector, en suma… Y ahora me he dado cuenta de hasta qué punto construimos a través de la literatura. Y en Latinoamérica me ha impresionado mucho c?mo los libros y la lectura se utilizan como herramienta de reconstrucci?n para curar las cicatrices de sociedades que sufren la violencia. Tengo la esperanza de que esta polarizaci?n, toda esta atm?sfera de enfrentamiento y de agresividad verbal que se est? extendiendo por el mundo, de alguna manera se pueda suavizar por medio de relatos, ficciones, literatura.
La escritura es una actividad profundamente colectiva, a través de los libros creamos comunidades
?No ser?, Irene, que gran parte de su éxito es que la gente no s?lo le lee sino que sobre todo lee con usted?
Me gustar?a pensar que es as?. Cuando escribo yo trabajo para que haya una dimensi?n oral en el registro escrito, de manera que quien lea, o al menos eso me gustar?a, se sienta acompa?ado, que hay una presencia a su lado que habla, que le dirige la voz suavemente, con una cercan?a de t? a t?. Me gustar?a que eso lo sintieran quienes lean. Por eso trabajo tanto sobre la oralidad y leo lo escrito en voz alta para asegurarme de que lo que les doy a leer tiene una cierta musicalidad. Y s?, ojal? se sintieran acompa?ados por quienes en nuestras sociedades tenemos un grave problema de soledad. Y no, esa soledad no existe del todo porque ah? est?n estos amigos, estos compa?eros leales de las estanter?as, que nos ofrecen una voz que nos hablan para romper la soledad…
De hecho usted hace a mucha gente feliz…
Ojal?, ojal? sea as?…
En este ?ltimo libro, en el que hay peligros y muerte, usted misma avisa que habr? compensaci?n m?s adelante. As? que el dibujo y usted van animando a sentir que también habr? serenidad en medio de la tormenta…
Gracias por esa s?ntesis… Yo he querido jugar con todas esas met?foras porque creo que también la sensaci?n de ahogarse es la que hemos sentido durante la pandemia. Los relatos han tenido que ver, de una manera o de otra, con aquel “y comieron perdices” de los cuentos. A mi me gusta jugar con las expectativas, desafiarlas. De modo que, como en este caso, en este cuento, el gran drama, el gran episodio, no sea el n?cleo de la historia… Y se cambia el comp?s de lo que ha sucedido para construir otro relato que después se representa con su parte on?rica. Esa visita al mundo de los sue?os permite el reencuentro con la vida anterior que se incorpora a la que sigue… Me gusta pensar adem?s que las ilustraciones de las acuarelas de Lina tienen en su propia literatura un mensaje muy poderoso que hay que respetar d?ndole mucho espacio para que también despliegue su propia elocuencia, llena de estas atm?sferas azules.
Nada m?s empezar el libro, cuando a?n no hay peligro cierto, aparece una frase en la que los protagonistas se sienten mutuamente raros, como “cazadores de nubes”, y las nubes son el inicio de la tormenta que agita en seguida el miedo…
Los s?mbolos est?n todos muy cuidadosamente seleccionados. La nube es la premonici?n de la tormenta, y adem?s las nubes son pura metamorfosis. Formas que est?n cambiando. Cuando somos ni?os miramos las nubes y vemos im?genes y figuras en ellas que adem?s van desapareciendo. Por supuesto, en el libro la chica extra?a soy yo, que es as? como era en el colegio. En la literatura me reconcilio con esa rareza m?a y escribo también para los chicos y chicas raras del presente por ver si se sienten un poquito m?s acompa?ados o quiz? sepan ya que al final los raros somos much?simos. Creo que lo m?s an?malo es la normalidad. Estad?sticamente hay muy poca gente normal y somos casi todos raros de alguna manera.
Lo m?s an?malo es la normalidad. Estad?sticamente hay muy poca gente normal y somos casi todos raros de alguna manera
Usted es una rara de la literatura espa?ola.
S? es cierto que esa pasi?n por los cl?sicos quiz? me ha dado unos referentes distintos a los que tienen en com?n los bagajes de otros escritores de mi generaci?n. Pero, bueno, al final quien escribe siempre tiene una mirada peculiar, original y singular sobre el mundo. Entonces somos una hermandad de raros.
Ahora Debate lleva al dibujo su éxito mundial, El infinito en un junco, interpretado por el dibujante Tyto Alba. ?A qué la ha obligado esta nueva dimensi?n de su trabajo?
Quise darle a Tyto much?sima libertad creativa, porque pienso que al ser una adaptaci?n es también una lectura suya, su propia mirada sobre el libro. De todos modos acabaron surgiendo preguntas suyas, sobre im?genes del texto, reconstrucciones que ped?a que hiciéramos juntos, as? que me ped?a grabados de frescos de la época de Alejandr?a, por ejemplo, porque él quer?a sentirse seguro de representarlas bien. Pero llegamos a la parte m?s personal y me ped?a fotos familiares, por ejemplo de mi edad en en el tiempo en que ella me contaba cuentos, as? como una fotograf?a del patio de mi colegio… Esa parte termin? siendo un ?lbum de familia en la que estamos todos los de casa… Tiene, por tanto, este libro el aire de un volumen en el que los dos compartimos atm?sferas, una literaria y otra dibujada. Para mi todo esto ha sido muy emocionante: ver c?mo constru?a con su l?piz lo que hab?a estado en mi mente al escribir. Ha hecho cosas muy audaces, pasa del blanco y negro al color, ha hecho acuarelas a p?gina completa, experimentos de representaci?n… Y me hacen gracia todos esos retratos que, en el ep?logo, representan a los autores con los que yo dialogo.
Hace tiempo le pregunté por la primera palabra que recordaba haber dicho. Dijo que era mambo. ?Ahora cu?l ser?a su palabra?
Escuchar. Escuchar para encontrarse. Escuchar a la gente, aunque sea en momentos fugaces. Escuchar, escuchar, escuchar.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/cultura/irene-vallejo-literatura-acompanado-momentos-93319900)
Ese libro ha sido un éxito mundial, del que ella se ha repuesto con sensatez y alegr?a, sabiendo que escribir es su alimento. La alegr?a la tiene cerca, el hijo Pedro, el marido Quique, y los amigos. Ahora sus amigos son de muchas nacionalidades del universo, pues ella los ha llamado a leer con ella.
Su pasi?n es leer. Acompa?ar a leer. Fruto de esa pasi?n que es su vida ya hab?a escrito, antes de El infinito…, entre otros, un libro de cuentos, La leyenda de las mareas mansas, que ilustr? su amiga Lina Vila. Ese leyenda que proviene de un tesoro escrito por Ovidio reaparece bajo el sello de la editorial Siruela, la que puso en la estampa el m?s famoso de sus libros, a la vez que una versi?n de 'El infinito en un junco' reaparece como c?mic en Debate. Los dibujos en este caso son de Tyto Alba.
Escucharla hablar es como verla escribir (con la mano izquierda), y en esta entrevista tendr?n ustedes ocasi?n de disfrutar lo que dice como si lo estuviera contando al o?do de los que a?n no la han podido escuchar hablar en p?blico. He aqu?, pues, Irene Vallejo, hablando para ABRIL, una artista de 44 a?os que parece que ya tuvo todas las edades, pero que r?e como si todav?a fuera la ni?a que aprend?a a leer con su madre.
Es l?cito ver su cara en este dibujo con el que se abre su libro…
S?, en efecto es un retrato… Este libro lo rescata ahora Siruela, pero se public? ya en 2015, en una editorial independiente aragonesa. Lleva a?os descatalogado, as? que le agradezco mucho a Siruela que lo haya rescatado. Cuando naci? el proyecto quise escribirlo porque formaba parte de un duelo a la muerte de mi padre… Para mi es importante elaborar literariamente los momentos dif?ciles o los grandes retos de la vida. Y yo quise escribir un libro para esa circunstancia, de modo que volv? a los cl?sicos, en concreto a La Metamorfosis de Ovidio, para escribir un relato infantil o juvenil que hablara de la muerte, pero también de la transformaci?n, del reencuentro, no del cambio o del miedo al futuro, pero s? de la aventura de conquistar la vida después de una pérdida y encontrar la manera de regresar a todo lo que dejaste atr?s. Y este es un relato de Ovidio que volvi? a mi mente, se apoder? de ella y decid? hacer esta recreaci?n trabajando con Lina Vila, una pintora aragonesa a la que yo conoc?a. Hab?a visitado sus exposiciones, y aunque con ella no hab?a coincidido sent? que ese mundo de sus cuadros era el universo en el que suced?a esta historia que iba a contar. Ella también estaba en una fase de duelo y decidimos las dos, a través de este relato, exteriorizar, exorcizar esa experiencia. Y trabajamos juntas con mucha intensidad, de manera que el texto se reflejase en las ilustraciones, pero que también las acuarelas tuvieran su propio impacto, sus flujos y reflujos en el texto.
Y eso est? verdaderamente logrado…
Me gusta mucho la idea de Lina de trabajar con acuarelas, algo que es poco habitual en libros infantiles ilustrados, pero yo dec?a que en un libro tan mar?timo trabajar con el agua era simb?licamente muy apropiado al texto, pero también porque la acuarela es una técnica en la que tienes que improvisar; no tienes que jugar con la mancha del agua, que es imprevisible. Y eso ten?a también que ver con la idea de la metamorfosis. La verdad es que por eso fue una colaboraci?n muy intensa. No fue solo escribir el texto y luego ir con las ilustraciones: fue elaborar juntas y asomarnos a un proceso creativo en otro lenguaje distinto al de la pintura, que es el de la imagen. De ese fruto tan compenetrado y tan intenso naci?, por ejemplo, el regalo que me hizo Lina retrat?ndome al inicio del libro. Por otra parte, el hermano de Lina es fot?grafo de aves y esas im?genes que hay en el libro est?n basadas en las fotos que hace él.
Image ID:
93319735
Irene Vallejo.
JOS? LUIS ROCA
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?Qué dice Irene Vallejo en ese retrato?
Yo lo miro ahora con el paso de los a?os y veo cierta tristeza por el momento que estaba atravesando. Ella me coloca un manto de estrellas sobre los hombros. Quiz? tiene que ver con los sue?os que yo podr?a expresar en ese momento, cuando para mi la literatura era aun un af?n inalcanzable como forma de vida. Entonces yo viajaba constantemente a peque?as ferias, a bibliotecas min?sculas en el mundo real. Era una época de esfuerzo, de sue?os, de idealismo. Y creo que todo eso est? en esa imagen. Lina ten?a una carrera m?s asentada, de modo que me ve?a todav?a como jovencita so?adora y tuvo la generosidad de colaborar en este libro y de hacerlo con sus acuarelas. Las acuarelas luego se expusieron en el Museo Pablo Serrano de Zaragoza. El libro nos trajo muchas alegr?as, aunque hay que decir que cost? encontrar editorial, pues en aquel tiempo asustaba la tem?tica de la muerte. En este caso yo creo que era un asunto luminoso, pero entonces el tema provocaba incomodidad en la literatura infantil y juvenil.
A usted la escritura de ese cuento, y la escritura en general, la han salvado del dolor y del duelo…
El dolor y el duelo son fases que no puedes obviar. No puedes borrarlo, no puedes evitarlo, no puedes acelerarlo ni impedirlo. Pero la literatura s? me ha acompa?ado siempre en todos los momentos dif?ciles, y también en los m?s felices. Soy pudorosa con el verbo salvar, pero creo que me han acompa?ado, me han hecho sentir menos sola los libros que leo. Leer y escribir est?n relacionados y me dan una puerta de escape a la obsesi?n que suele acompa?ar esos momentos tan dif?ciles. Los hospitales, la muerte, el duelo, el vac?o, la angustia, tienden a absorberte como un agujero negro. As? que la literatura me sirve a mi para huir de la desapropiaci?n que hace el dolor de nuestras mentes y de nuestros pensamientos.
El dolor y el duelo son fases que no puedes obviar. No puedes borrarlo, no puedes evitarlo, no puedes acelerarlo ni impedirlo
El propio El infinito en un junco se hizo en cierto modo en tiempos de dolor. La pandemia, el nacimiento del hijo, el dolor de los hospitales. Dolor y alegr?a a la vez, tantas combinaciones. ?C?mo recuerda ahora el momento? En contraste con este momento de mareas mansas, esas eran mareas m?s duras…
Fue una larga época la que hubo desde la muerte de mis padres. Después vino el nacimiento de mi hijo con sus graves problemas de salud. Un tiempo muy exigente. Necesité todos los apoyos, todas las muletas, entre ellos los que siempre he necesitado m?s: la creaci?n y la palabra. Porque realmente en esa época me parec?a imposible haber salido del duelo de mi padre para encontrarme con la enfermedad de mi hijo y volver a empezar otra vez con el ciclo de los hospitales, de los cuidados. Casi una década cuidando primero a mi padre y después a mi hijo. Fueron momentos muy dif?ciles porque ambos me necesitaron, cada uno en su tiempo, y yo ten?a miedo porque el cuidador tiene que mantenerse sano y fuerte para acompa?ar y mantener el rumbo de modo que no te arrastren las mareas… Todav?a no hemos verbalizado todo lo que nos ha sucedido durante la pandemia. Hay muchas despedidas y duelos pendientes que no hemos elaborado por la prisa que ten?amos de regresar a la vida cotidiana. Yo creo que la literatura ayuda a encauzar esas conversaciones, que quiz? son dif?ciles, sobre nuestro propio dolor. Las met?foras, las historias de los personajes y de los relatos, har?n m?s dif?ciles de abordar ese dolor del pasado. Por eso creo que este libro, igual que El infinito…, pueda ayudar de alguna manera.
Después de tanta escritura, de relacionarse tanto con la escritura, ?qué significa para usted personalmente el hecho mismo de escribir?
Yo siempre hab?a pensado que la escritura era una forma de liberarme y de combatir el silencio. Pero después de estos a?os de viajar por el mundo y de encontrarme con lectores y con editores, por ejemplo en la Feria de Buenos Aires, me he dado cuenta de que esta es una actividad profundamente colectiva, que a través de los libros creamos comunidades. Quiz? no era consciente de ello porque no hab?a tenido, hasta El infinito…, todo ese contacto con los grupos, las familias, las tribus, con el clan lector, en suma… Y ahora me he dado cuenta de hasta qué punto construimos a través de la literatura. Y en Latinoamérica me ha impresionado mucho c?mo los libros y la lectura se utilizan como herramienta de reconstrucci?n para curar las cicatrices de sociedades que sufren la violencia. Tengo la esperanza de que esta polarizaci?n, toda esta atm?sfera de enfrentamiento y de agresividad verbal que se est? extendiendo por el mundo, de alguna manera se pueda suavizar por medio de relatos, ficciones, literatura.
La escritura es una actividad profundamente colectiva, a través de los libros creamos comunidades
?No ser?, Irene, que gran parte de su éxito es que la gente no s?lo le lee sino que sobre todo lee con usted?
Me gustar?a pensar que es as?. Cuando escribo yo trabajo para que haya una dimensi?n oral en el registro escrito, de manera que quien lea, o al menos eso me gustar?a, se sienta acompa?ado, que hay una presencia a su lado que habla, que le dirige la voz suavemente, con una cercan?a de t? a t?. Me gustar?a que eso lo sintieran quienes lean. Por eso trabajo tanto sobre la oralidad y leo lo escrito en voz alta para asegurarme de que lo que les doy a leer tiene una cierta musicalidad. Y s?, ojal? se sintieran acompa?ados por quienes en nuestras sociedades tenemos un grave problema de soledad. Y no, esa soledad no existe del todo porque ah? est?n estos amigos, estos compa?eros leales de las estanter?as, que nos ofrecen una voz que nos hablan para romper la soledad…
De hecho usted hace a mucha gente feliz…
Ojal?, ojal? sea as?…
En este ?ltimo libro, en el que hay peligros y muerte, usted misma avisa que habr? compensaci?n m?s adelante. As? que el dibujo y usted van animando a sentir que también habr? serenidad en medio de la tormenta…
Gracias por esa s?ntesis… Yo he querido jugar con todas esas met?foras porque creo que también la sensaci?n de ahogarse es la que hemos sentido durante la pandemia. Los relatos han tenido que ver, de una manera o de otra, con aquel “y comieron perdices” de los cuentos. A mi me gusta jugar con las expectativas, desafiarlas. De modo que, como en este caso, en este cuento, el gran drama, el gran episodio, no sea el n?cleo de la historia… Y se cambia el comp?s de lo que ha sucedido para construir otro relato que después se representa con su parte on?rica. Esa visita al mundo de los sue?os permite el reencuentro con la vida anterior que se incorpora a la que sigue… Me gusta pensar adem?s que las ilustraciones de las acuarelas de Lina tienen en su propia literatura un mensaje muy poderoso que hay que respetar d?ndole mucho espacio para que también despliegue su propia elocuencia, llena de estas atm?sferas azules.
Nada m?s empezar el libro, cuando a?n no hay peligro cierto, aparece una frase en la que los protagonistas se sienten mutuamente raros, como “cazadores de nubes”, y las nubes son el inicio de la tormenta que agita en seguida el miedo…
Los s?mbolos est?n todos muy cuidadosamente seleccionados. La nube es la premonici?n de la tormenta, y adem?s las nubes son pura metamorfosis. Formas que est?n cambiando. Cuando somos ni?os miramos las nubes y vemos im?genes y figuras en ellas que adem?s van desapareciendo. Por supuesto, en el libro la chica extra?a soy yo, que es as? como era en el colegio. En la literatura me reconcilio con esa rareza m?a y escribo también para los chicos y chicas raras del presente por ver si se sienten un poquito m?s acompa?ados o quiz? sepan ya que al final los raros somos much?simos. Creo que lo m?s an?malo es la normalidad. Estad?sticamente hay muy poca gente normal y somos casi todos raros de alguna manera.
Lo m?s an?malo es la normalidad. Estad?sticamente hay muy poca gente normal y somos casi todos raros de alguna manera
Usted es una rara de la literatura espa?ola.
S? es cierto que esa pasi?n por los cl?sicos quiz? me ha dado unos referentes distintos a los que tienen en com?n los bagajes de otros escritores de mi generaci?n. Pero, bueno, al final quien escribe siempre tiene una mirada peculiar, original y singular sobre el mundo. Entonces somos una hermandad de raros.
Ahora Debate lleva al dibujo su éxito mundial, El infinito en un junco, interpretado por el dibujante Tyto Alba. ?A qué la ha obligado esta nueva dimensi?n de su trabajo?
Quise darle a Tyto much?sima libertad creativa, porque pienso que al ser una adaptaci?n es también una lectura suya, su propia mirada sobre el libro. De todos modos acabaron surgiendo preguntas suyas, sobre im?genes del texto, reconstrucciones que ped?a que hiciéramos juntos, as? que me ped?a grabados de frescos de la época de Alejandr?a, por ejemplo, porque él quer?a sentirse seguro de representarlas bien. Pero llegamos a la parte m?s personal y me ped?a fotos familiares, por ejemplo de mi edad en en el tiempo en que ella me contaba cuentos, as? como una fotograf?a del patio de mi colegio… Esa parte termin? siendo un ?lbum de familia en la que estamos todos los de casa… Tiene, por tanto, este libro el aire de un volumen en el que los dos compartimos atm?sferas, una literaria y otra dibujada. Para mi todo esto ha sido muy emocionante: ver c?mo constru?a con su l?piz lo que hab?a estado en mi mente al escribir. Ha hecho cosas muy audaces, pasa del blanco y negro al color, ha hecho acuarelas a p?gina completa, experimentos de representaci?n… Y me hacen gracia todos esos retratos que, en el ep?logo, representan a los autores con los que yo dialogo.
Hace tiempo le pregunté por la primera palabra que recordaba haber dicho. Dijo que era mambo. ?Ahora cu?l ser?a su palabra?
Escuchar. Escuchar para encontrarse. Escuchar a la gente, aunque sea en momentos fugaces. Escuchar, escuchar, escuchar.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/cultura/irene-vallejo-literatura-acompanado-momentos-93319900)