الريــم
10-09-2023, 07:21 AM
Seguramente usted no lo sabe, pero todos los microbios que habitan en su intestino representan alrededor de un kilo de lo que usted pesa en total.
Esta poblaci?n de bacterias es lo que se conoce como microbiota intestinal y en los ?ltimos a?os ha demostrado ser tan importante, que algunos investigadores hablan de ella como un "nuevo ?rgano" o "segundo cerebro" del ser humano. S?: ese ecosistema autosostenible de "bichos" que quiz? a usted le resultan repugnantes es necesario para el buen funcionamiento de su organismo. Y no solo eso: est?n implicados en la aparici?n de enfermedades tan actuales como la dermatitis at?pica, la soriasis, la esclerosis m?ltiple, la celiaqu?a o la diabetes tipo 1, entre otras muchas.
"Hasta ahora conocemos poco porque hace solo 10 a?os que se estudia la microbiota humana aplicada a la medicina. Pero en el campo de la dermatolog?a, ya hay estudios que demuestran que los pacientes con dermatitis at?pica, soriasis y acné tienen una microbiota intestinal diferente", explica Vicente Navarro, director de la C?tedra de Microbiota Humana y Enfermedades Infecciosas de la Universidad Cat?lica San Antonio de Murcia (UCAM).
"En neurolog?a también hay descrita una relaci?n entre la microbiota y la enfermedad. Sobre todo en la esclerosis m?ltiple, aunque se est? empezando a investigar esta relaci?n en el p?rkinson, el alzhéimer, la epilepsia y el autismo. Y también en otras patolog?as inflamatorias, como la enfermedad de Crohn (una inflamaci?n cr?nica del tracto intestinal) o la celiaqu?a. Son un grupo muy diverso de enfermedades que en general comparten un mecanismo inmunol?gico-alérgico. Por eso también se habla de que la rinitis alérgica o el asma pudieran tener que ver con la microbiota intestinal", a?ade.
Pa?ses desarrollados
Todas estas enfermedades, adem?s, tienen una similitud: son propias de los pa?ses desarrollados (especialmente las de tipo inmunol?gico-alérgico) y, también, mucho m?s prevalentes en las ?ltimas décadas. "Por eso se piensa que hay un componente en la dieta de las personas -la comida tiene "bichos", gérmenes- que hace que estas enfermedades aparezcan. Quienes vivimos en pa?ses desarrollados tenemos el mismo n?mero de bacterias en el intestino que los pa?ses menos desarrollados, pero mucha menos biodiversidad. Nuestra biodiversidad es casi la mitad que la de ellos. Y, cuando esto pasa, en general esto se relaciona con la enfermedad", cuenta el doctor Navarro.
Suscribe esta idea Francisco Guarner, investigador del VHIR (Vall d’Hebron Institut de Recerca) del grupo de fisiolog?a y fisiopatolog?a digestiva, quien asegura que actualmente "hay enfermedades por falta de bacterias". "Hemos dejado de dar de comer a nuestras bacterias 'buenas'. Cuando solo comemos pan blanco, huevo o carne y renunciamos a los vegetales, lo absorbemos todo nosotros y no damos trabajo a esas bacterias buenas, que acaban atrofi?ndose. Y entonces pasan a proliferar aquellas que comen solo moco intestinal", cuenta Guarner, quien destaca que el "gran error" de los ?ltimos 50 a?os ha sido el consumo de una "dieta muy industrializada", de la cual se han eliminado "much?simas frutas y vegetales naturales".
Seg?n este experto, adem?s el "mal uso" de los antibi?ticos (son necesarios y salvan vidas, s?, pero se han utilizado de manera "poco selectiva", advierte) ha causado la muerte masiva de millones bacterias inofensivas en el intento de matar solo la que causaba la infecci?n de turno.
Preparados probi?ticos
Pero, si la microbiota intestinal alterada se relaciona con la aparici?n de enfermedades, ?es posible revertir estas dolencias modificando la microbiota?"En la soriasis solo hay un ensayo cl?nico que demuestra que con un preparado probi?tico concreto [los probi?ticos son microorganismos vivos que pueden estar en los alimentos, medicamentos o complementos de la dieta], a las 12 semanas, el paciente tiende a normalizar la microbiota y, con ello, la enfermedad mejora", comenta el doctor Navarro. Este estudio fue publicado hace pocas semanas en la revista 'Acta Dermato-Venereologica'.
También con la celiaqu?a en ni?os se han hecho avances. "La enfermedad mejora con probi?ticos. Hay un estudio realizado hace tres a?os en EEUU sobre autismo -los pacientes con autismo tienen la microbiota alterada- y parece ser que con el uso de una mezcla probi?tica disminuye la agresividad e hiperactividad de estos ni?os", a?ade Navarro. Sin embargo, no es posible de momento revertir el trastorno del espectro autista. Y tampoco enfermedades como la esclerosis m?ltiple.
"En esclerosis m?ltiple no hay ensayos cl?nicos que incluyan un gran n?mero de pacientes para intentar modificar esa microbiota. S? hay estudios de laboratorio con ratas en los que se demuestra que, cuando se les hace una transposici?n de heces de pacientes con esclerosis m?ltiple, estas ratas empiezan a desarrollar la enfermedad. Pero no hay un ensayo cl?nico que demuestre que utilizando un probi?tico se cura la enfermedad", cuenta el profesor de la Universidad Cat?lica San Antonio de Murcia.
Cambio de paradigma
Todos estos hallazgos, no obstante, se?alan un camino por el que seguir. "Son nuevas v?as terapéuticas. Estamos hablando de enfermedades de causa multifactorial. Esto es, sabemos que hay componentes hereditarios, inflamatorios, de medio ambiente, autoinmunes... Y parece que uno de esos componentes es la microbiota intestinal. Los investigadores estamos utilizando mecanismos para cambiar la microbiota, y uno de ellas podr?a ser la dieta", cuenta Navarro.
El mismo explica que el 57% de los genes que tenemos en el cuerpo son bacterianos: es decir, las bacterias han logrado incrustar parte de su material genético en nuestro c?digo genético y actualmente representan m?s que nuestros genes humanos. "Est? claro que tanta bacteria tiene que estar implicada en la salud y enfermedad. Se ha demostrado que el intestino influye en la piel y en el cerebro", dice el doctor. ?Por qué? "Porque en el intestino tenemos el 80% del sistema linf?tico, los ganglios sin activar est?n en la mucosa intestinal. Y, cuando detectan una bacteria nueva o con alg?n cambio, se produce una alteraci?n de la permeabilidad intestinal".
Esta alteraci?n permite que los elementos da?inos pasen a la sangre a través de unos peque?os agujeros en la pared intestinal, provocando diferentes da?os a nivel sistémico. Los principales motivos por los cuales se puede dar esta patolog?a son las dietas desequilibradas, los tratamientos antibi?ticos, el estrés o una excesiva higiene. "Todo esto nos pone en contacto con algo nuevo que puede cambiar en los pr?ximos a?os el paradigma de muchas enfermedades", concluye el doctor Navarro.
El “segundo cerebro”
El intestino es, después del cerebro, el ?rgano que m?s neuronas tiene: por eso también se conoce como el "segundo cerebro" del ser humano. "El intestino tiene toda una red de neuronas conectadas capaces de tomar decisiones sin contar con el cerebro. El 99% de lo que hace el intestino lo decide hacer él solo", se?ala Francisco Guarner, investigador del VHIR (Vall d’Hebron Institut de Recerca) del grupo de fisiolog?a y fisiopatolog?a digestiva. Un ejemplo: cuando una persona vive una situaci?n de estrés, es frecuente que el intestino grueso provoque una diarrea. "El intestino sabe que est?s estresado y prefiere vaciar, as? como también cierra un poco el est?mago. El intestino est? tomando permanentemente decisiones", a?ade Guarner.
?Entonces pueden nuestras emociones afectar al sistema digestivo? Algunas s?. "El estrés es una emoci?n muy estudiada porque se da en otros mam?feros. También influye el placer: hay muchas v?as de placer que comienzan en el intestino y van hacia el cerebro", cuenta Guarner. ?Y al revés: lo que hay en nuestro intestino influye en nuestros rasgos de personalidad? "Antes del 2010 la respuesta era no, pero desde ese a?o la respuesta es probablemente s?", explica el médico.
En el 2010 se hizo un experimento con ratones a través del cual se comprob? que aquellos roedores que no estaban colonizados por bacterias ten?an una conducta anormal: se mov?an mucho y se quedaban quietos en medio de las jaulas. Normalmente los ratones se van a las esquinas, pero los que ten?an una microbiota alterada no se comportaban as?. "Con este experimento se vio que hab?a una conducta en los roedores que no estaba mediada por los genes de sus padres, sino por la colonizaci?n bacteriana. Esto levant? mucho revuelo, se est? estudiando pero, de momento, no est? claro qué trascendencia tiene en el ser humano", dice este digest?logo.
S? se ha visto, sin embargo, que las personas con algunas enfermedades mentales o neurodegenerativas(p?rkinson, depresi?n, alzhéimer) o con el trastorno del espectro autista tienen una colonizaci?n bacteriana anormal, si bien no se ha conseguido revertirlas incluso corrigiendo estas alteraciones. Aun as?, otros experimentos s? han demostrado que se puede reducir la ansiedad, por ejemplo, gracias a preparados probi?ticos.
?Qué pasa con la higiene?
Seg?n explica Martin J. Blaiser en el libro 'SOS Microbios' (Debate), las "plagas modernas"(obesidad, diabetes infantil, asma, fiebre del heno, alergias a determinados alimentos, reflujo esof?gico, c?ncer, enfermedad cel?aca, enfermedad de Crohn, colitis ulcerosa, autismo, eczemas) tienen que ver, para muchas personas, con la "hip?tesis de la higiene". Es decir, muchos padres creen que, debido a que "hemos dejado el mundo demasiado limpio", los sistemas inmunitarios de los hijos se han quedado inactivos. Pero Blaiser no comparte esta explicaci?n.
Para este médico las causas de estas enfermedades son "el uso excesivo de antibi?ticos en humanos y animales, las ces?reas y el uso generalizado de desinfectantes y antisépticos". También advierte de que la pérdida de diversidad de nuestro microbioma "afecta al metabolismo, la inmunidad y la cognici?n". "Si no cambiamos nuestros h?bitos, nos veremos en una situaci?n a?n peor. Tan l?gubre como una ventisca en un paisaje helado, que he dado en llamar invierno antibi?tico", sostiene.
Los microbios, dice Blaiser, ayudan a mantener estable la presi?n arterial a través de receptores especializados ubicados en los vasos sangu?neos. "Estos sensores detectan peque?as moléculas creadas por los microbios que recubren el intestino. Su respuesta a estas moléculas regula la presi?n arterial. As?, después de comer, la tensi?n puede bajar", dice Blaiser. Seg?n él, es muy posible que en un futuro haya tratamientos mejorespara la hipertensi?n utilizando estas bacterias.
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Esta poblaci?n de bacterias es lo que se conoce como microbiota intestinal y en los ?ltimos a?os ha demostrado ser tan importante, que algunos investigadores hablan de ella como un "nuevo ?rgano" o "segundo cerebro" del ser humano. S?: ese ecosistema autosostenible de "bichos" que quiz? a usted le resultan repugnantes es necesario para el buen funcionamiento de su organismo. Y no solo eso: est?n implicados en la aparici?n de enfermedades tan actuales como la dermatitis at?pica, la soriasis, la esclerosis m?ltiple, la celiaqu?a o la diabetes tipo 1, entre otras muchas.
"Hasta ahora conocemos poco porque hace solo 10 a?os que se estudia la microbiota humana aplicada a la medicina. Pero en el campo de la dermatolog?a, ya hay estudios que demuestran que los pacientes con dermatitis at?pica, soriasis y acné tienen una microbiota intestinal diferente", explica Vicente Navarro, director de la C?tedra de Microbiota Humana y Enfermedades Infecciosas de la Universidad Cat?lica San Antonio de Murcia (UCAM).
"En neurolog?a también hay descrita una relaci?n entre la microbiota y la enfermedad. Sobre todo en la esclerosis m?ltiple, aunque se est? empezando a investigar esta relaci?n en el p?rkinson, el alzhéimer, la epilepsia y el autismo. Y también en otras patolog?as inflamatorias, como la enfermedad de Crohn (una inflamaci?n cr?nica del tracto intestinal) o la celiaqu?a. Son un grupo muy diverso de enfermedades que en general comparten un mecanismo inmunol?gico-alérgico. Por eso también se habla de que la rinitis alérgica o el asma pudieran tener que ver con la microbiota intestinal", a?ade.
Pa?ses desarrollados
Todas estas enfermedades, adem?s, tienen una similitud: son propias de los pa?ses desarrollados (especialmente las de tipo inmunol?gico-alérgico) y, también, mucho m?s prevalentes en las ?ltimas décadas. "Por eso se piensa que hay un componente en la dieta de las personas -la comida tiene "bichos", gérmenes- que hace que estas enfermedades aparezcan. Quienes vivimos en pa?ses desarrollados tenemos el mismo n?mero de bacterias en el intestino que los pa?ses menos desarrollados, pero mucha menos biodiversidad. Nuestra biodiversidad es casi la mitad que la de ellos. Y, cuando esto pasa, en general esto se relaciona con la enfermedad", cuenta el doctor Navarro.
Suscribe esta idea Francisco Guarner, investigador del VHIR (Vall d’Hebron Institut de Recerca) del grupo de fisiolog?a y fisiopatolog?a digestiva, quien asegura que actualmente "hay enfermedades por falta de bacterias". "Hemos dejado de dar de comer a nuestras bacterias 'buenas'. Cuando solo comemos pan blanco, huevo o carne y renunciamos a los vegetales, lo absorbemos todo nosotros y no damos trabajo a esas bacterias buenas, que acaban atrofi?ndose. Y entonces pasan a proliferar aquellas que comen solo moco intestinal", cuenta Guarner, quien destaca que el "gran error" de los ?ltimos 50 a?os ha sido el consumo de una "dieta muy industrializada", de la cual se han eliminado "much?simas frutas y vegetales naturales".
Seg?n este experto, adem?s el "mal uso" de los antibi?ticos (son necesarios y salvan vidas, s?, pero se han utilizado de manera "poco selectiva", advierte) ha causado la muerte masiva de millones bacterias inofensivas en el intento de matar solo la que causaba la infecci?n de turno.
Preparados probi?ticos
Pero, si la microbiota intestinal alterada se relaciona con la aparici?n de enfermedades, ?es posible revertir estas dolencias modificando la microbiota?"En la soriasis solo hay un ensayo cl?nico que demuestra que con un preparado probi?tico concreto [los probi?ticos son microorganismos vivos que pueden estar en los alimentos, medicamentos o complementos de la dieta], a las 12 semanas, el paciente tiende a normalizar la microbiota y, con ello, la enfermedad mejora", comenta el doctor Navarro. Este estudio fue publicado hace pocas semanas en la revista 'Acta Dermato-Venereologica'.
También con la celiaqu?a en ni?os se han hecho avances. "La enfermedad mejora con probi?ticos. Hay un estudio realizado hace tres a?os en EEUU sobre autismo -los pacientes con autismo tienen la microbiota alterada- y parece ser que con el uso de una mezcla probi?tica disminuye la agresividad e hiperactividad de estos ni?os", a?ade Navarro. Sin embargo, no es posible de momento revertir el trastorno del espectro autista. Y tampoco enfermedades como la esclerosis m?ltiple.
"En esclerosis m?ltiple no hay ensayos cl?nicos que incluyan un gran n?mero de pacientes para intentar modificar esa microbiota. S? hay estudios de laboratorio con ratas en los que se demuestra que, cuando se les hace una transposici?n de heces de pacientes con esclerosis m?ltiple, estas ratas empiezan a desarrollar la enfermedad. Pero no hay un ensayo cl?nico que demuestre que utilizando un probi?tico se cura la enfermedad", cuenta el profesor de la Universidad Cat?lica San Antonio de Murcia.
Cambio de paradigma
Todos estos hallazgos, no obstante, se?alan un camino por el que seguir. "Son nuevas v?as terapéuticas. Estamos hablando de enfermedades de causa multifactorial. Esto es, sabemos que hay componentes hereditarios, inflamatorios, de medio ambiente, autoinmunes... Y parece que uno de esos componentes es la microbiota intestinal. Los investigadores estamos utilizando mecanismos para cambiar la microbiota, y uno de ellas podr?a ser la dieta", cuenta Navarro.
El mismo explica que el 57% de los genes que tenemos en el cuerpo son bacterianos: es decir, las bacterias han logrado incrustar parte de su material genético en nuestro c?digo genético y actualmente representan m?s que nuestros genes humanos. "Est? claro que tanta bacteria tiene que estar implicada en la salud y enfermedad. Se ha demostrado que el intestino influye en la piel y en el cerebro", dice el doctor. ?Por qué? "Porque en el intestino tenemos el 80% del sistema linf?tico, los ganglios sin activar est?n en la mucosa intestinal. Y, cuando detectan una bacteria nueva o con alg?n cambio, se produce una alteraci?n de la permeabilidad intestinal".
Esta alteraci?n permite que los elementos da?inos pasen a la sangre a través de unos peque?os agujeros en la pared intestinal, provocando diferentes da?os a nivel sistémico. Los principales motivos por los cuales se puede dar esta patolog?a son las dietas desequilibradas, los tratamientos antibi?ticos, el estrés o una excesiva higiene. "Todo esto nos pone en contacto con algo nuevo que puede cambiar en los pr?ximos a?os el paradigma de muchas enfermedades", concluye el doctor Navarro.
El “segundo cerebro”
El intestino es, después del cerebro, el ?rgano que m?s neuronas tiene: por eso también se conoce como el "segundo cerebro" del ser humano. "El intestino tiene toda una red de neuronas conectadas capaces de tomar decisiones sin contar con el cerebro. El 99% de lo que hace el intestino lo decide hacer él solo", se?ala Francisco Guarner, investigador del VHIR (Vall d’Hebron Institut de Recerca) del grupo de fisiolog?a y fisiopatolog?a digestiva. Un ejemplo: cuando una persona vive una situaci?n de estrés, es frecuente que el intestino grueso provoque una diarrea. "El intestino sabe que est?s estresado y prefiere vaciar, as? como también cierra un poco el est?mago. El intestino est? tomando permanentemente decisiones", a?ade Guarner.
?Entonces pueden nuestras emociones afectar al sistema digestivo? Algunas s?. "El estrés es una emoci?n muy estudiada porque se da en otros mam?feros. También influye el placer: hay muchas v?as de placer que comienzan en el intestino y van hacia el cerebro", cuenta Guarner. ?Y al revés: lo que hay en nuestro intestino influye en nuestros rasgos de personalidad? "Antes del 2010 la respuesta era no, pero desde ese a?o la respuesta es probablemente s?", explica el médico.
En el 2010 se hizo un experimento con ratones a través del cual se comprob? que aquellos roedores que no estaban colonizados por bacterias ten?an una conducta anormal: se mov?an mucho y se quedaban quietos en medio de las jaulas. Normalmente los ratones se van a las esquinas, pero los que ten?an una microbiota alterada no se comportaban as?. "Con este experimento se vio que hab?a una conducta en los roedores que no estaba mediada por los genes de sus padres, sino por la colonizaci?n bacteriana. Esto levant? mucho revuelo, se est? estudiando pero, de momento, no est? claro qué trascendencia tiene en el ser humano", dice este digest?logo.
S? se ha visto, sin embargo, que las personas con algunas enfermedades mentales o neurodegenerativas(p?rkinson, depresi?n, alzhéimer) o con el trastorno del espectro autista tienen una colonizaci?n bacteriana anormal, si bien no se ha conseguido revertirlas incluso corrigiendo estas alteraciones. Aun as?, otros experimentos s? han demostrado que se puede reducir la ansiedad, por ejemplo, gracias a preparados probi?ticos.
?Qué pasa con la higiene?
Seg?n explica Martin J. Blaiser en el libro 'SOS Microbios' (Debate), las "plagas modernas"(obesidad, diabetes infantil, asma, fiebre del heno, alergias a determinados alimentos, reflujo esof?gico, c?ncer, enfermedad cel?aca, enfermedad de Crohn, colitis ulcerosa, autismo, eczemas) tienen que ver, para muchas personas, con la "hip?tesis de la higiene". Es decir, muchos padres creen que, debido a que "hemos dejado el mundo demasiado limpio", los sistemas inmunitarios de los hijos se han quedado inactivos. Pero Blaiser no comparte esta explicaci?n.
Para este médico las causas de estas enfermedades son "el uso excesivo de antibi?ticos en humanos y animales, las ces?reas y el uso generalizado de desinfectantes y antisépticos". También advierte de que la pérdida de diversidad de nuestro microbioma "afecta al metabolismo, la inmunidad y la cognici?n". "Si no cambiamos nuestros h?bitos, nos veremos en una situaci?n a?n peor. Tan l?gubre como una ventisca en un paisaje helado, que he dado en llamar invierno antibi?tico", sostiene.
Los microbios, dice Blaiser, ayudan a mantener estable la presi?n arterial a través de receptores especializados ubicados en los vasos sangu?neos. "Estos sensores detectan peque?as moléculas creadas por los microbios que recubren el intestino. Su respuesta a estas moléculas regula la presi?n arterial. As?, después de comer, la tensi?n puede bajar", dice Blaiser. Seg?n él, es muy posible que en un futuro haya tratamientos mejorespara la hipertensi?n utilizando estas bacterias.
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