الريــم
10-05-2023, 09:40 AM
El caso de Rosa es excepcional en el sentido m?s amplio de la palabra. El nacimiento de su hija Emma vino acompa?ado de un ictus que la oblig? a permanecer dos semanas en la Unidad de Cuidados Intensivos tras el parto y le dej? paralizado el lado izquierdo del cuerpo. Su vida como abogada y como madre se detuvo.
“Di a luz en un hospital y por eso el Protocolo Ictus se activ? muy r?pido pero, aunque no perd? demasiadas neuronas, me provoc? bastante da?o cognitivo y alg?n da?o f?sico. Desde luego, no estaba preparada para no poder irme con la ni?a en brazos y tardar un mes en conocerla”, confiesa al inicio de la charla.
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Rosa muestra c?mo entrenaba con la pelota para poder coger a su hija en brazos.
Cedida
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Raquel es enfermera de la Unidad de San Diego de rehabilitaci?n neurol?gica del Hospital Fundaci?n San José de Madrid donde Rosa fue tratada y la observa admirada. Ella atiende diariamente a pacientes con diferentes afectaciones neurol?gicas, pero la situaci?n especial de Rosa le lleva a interesarse sobre c?mo se sinti? en el momento de la acogida. “Fue estupendo. Una de las cosas por las que eleg? este centro para mi rehabilitaci?n fue porque ten?a una atenci?n muy completa: terapia ocupacional, fisioterapia, neuropsicolog?a, logopedia, atenci?n médica, enfermer?a…–enumera mientras recuerda–. Adem?s, conoc?a a gente que hab?a estado ingresada y también a algunos profesionales, y el entorno es fant?stico”.
“Siempre intentamos potenciar la autonom?a del paciente para que, dentro de lo posible, recupere su vida anterior al ictus”.
Raquel
Encuentro con su bebé en el hospital
Durante las cuatro semanas que Rosa estuvo ingresada en el centro, poco a poco fue tomando conciencia de sus s?ntomas y el nivel de afectaci?n. “El equipo hizo un trabajo muy bueno conmigo y, de hecho, me acuerdo de casi todas las ense?anzas que tuve, sobre todo de las de mi terapeuta ocupacional porque fue quien me prepar? para poder tener en brazos a mi bebé”. Rosa sonr?e mientras rememora c?mo le hac?a coger la pelota medicinal de unos tres kilos y después recoger los juguetes del suelo y, a la vez, hacer operaciones matem?ticas. “?El reto de la maternidad!”, exclama.
Image ID:
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Unidad San Diego del Hospital Fundaci?n San José de Madrid.
Cedida
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Esas ense?anzas y el entorno favorable que le brindaba el Hospital Fundaci?n San José ayudaron a que Rosa tomase la decisi?n de encontrarse, por fin, con su hija, la peque?a Emma. “Pensé que este entorno, destinado a sanar, era el lugar para conocerla –le explica a Raquel–. Fue emocionante, pero me cost? adaptarme. Un bebé intuye que t? eres su madre porque lo has llevado dentro, pero de repente tienes un ser entre las manos que depende de ti y yo, adem?s, ten?a una confusi?n mental y una debilidad brutal. Fue complicado”.
Con la especial motivaci?n que le infund?a su hija, Rosa fue recuper?ndose muy r?pido de la parte f?sica: “Me acuerdo de que me pon?an en una pizarra palabras de derecho y ten?a que marcarlas con el brazo izquierdo mientras estaba a la pata coja. Me llamaban ‘la paciente de alto rendimiento’, pero la parte mental me llev? m?s tiempo”.
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Raquel.
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Raquel, enfermera experimentada en estas patolog?as, puntualiza que se motiva al paciente de forma integral: “Desde enfermer?a, por ejemplo, hablamos a los pacientes o les ponemos el reloj en el lado afectado. También les decimos que sean todo lo expresivos que puedan porque poco a poco un d?a ya no tienen que pensar si tienen que sonre?r. Simplemente les sale”.
En los casos de da?o neurol?gico, las familias llegan al hospital con mucho cansancio y preocupaciones acumuladas y por eso es muy importante el apoyo, la cercan?a y la comunicaci?n de cara a abordar la situaci?n y las expectativas. Para fomentarlo, en el Hospital Fundaci?n San José se ofrecen recursos como la escuela de familias, la atenci?n psicol?gica, la atenci?n espiritual…
“Este es un lugar para sanar y por eso decid? conocer aqu? a mi bebé”.
Rosa
Sin duda, en el caso de Rosa el papel de la familia fue fundamental ya que, adem?s de la preocupaci?n por su salud, ten?an que atender a la recién nacida Emma y gestionar diferentes asuntos legales vinculados con la ni?a. Rosa confiesa que fue muy complicado y que el apoyo y la flexibilidad facilitados por el hospital resultaron fundamentales. “Las enfermeras entend?an que ten?a que pasear con el bebé en los pasillos porque no pod?a estar aislada en la habitaci?n, o tener visitas hasta m?s tarde para poder gestionar con mi abogado la plaza de guarder?a de mi hija”.
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92825449
Rosa.
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Ante la pregunta de un recuerdo especial de la atenci?n recibida, Rosa destaca “la paciencia y acompa?amiento de los profesionales, el trato personalizado y que me dejasen cierta libertad, como salir a coser a los jardines”. Cuando los pacientes est?n cognitivamente bien, siempre se procura potenciar las actividades que realizaban en su vida normal para as? potenciar la autonom?a y que, dentro de lo posible, recuperen su vida anterior al ictus. La vida de Rosa ahora incluye a Emma, con quien puede andar, jugar y re?r.
A la salida de la charla Raquel se cruza con Anastasio, uno de sus pacientes que acude a rehabilitaci?n ambulatoria en el Hospital de D?a. Rosa, al verle, le dice que ella también fue paciente: “No se lo va a creer, pero yo el a?o pasado estaba aqu? y me he recuperado”. La mirada de Anastasio se ilumina. El ejemplo de Rosa ha puesto color e ilusi?n a su d?a.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/sociedad/rehabilitarse-ictus-92948187)
“Di a luz en un hospital y por eso el Protocolo Ictus se activ? muy r?pido pero, aunque no perd? demasiadas neuronas, me provoc? bastante da?o cognitivo y alg?n da?o f?sico. Desde luego, no estaba preparada para no poder irme con la ni?a en brazos y tardar un mes en conocerla”, confiesa al inicio de la charla.
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Rosa muestra c?mo entrenaba con la pelota para poder coger a su hija en brazos.
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Raquel es enfermera de la Unidad de San Diego de rehabilitaci?n neurol?gica del Hospital Fundaci?n San José de Madrid donde Rosa fue tratada y la observa admirada. Ella atiende diariamente a pacientes con diferentes afectaciones neurol?gicas, pero la situaci?n especial de Rosa le lleva a interesarse sobre c?mo se sinti? en el momento de la acogida. “Fue estupendo. Una de las cosas por las que eleg? este centro para mi rehabilitaci?n fue porque ten?a una atenci?n muy completa: terapia ocupacional, fisioterapia, neuropsicolog?a, logopedia, atenci?n médica, enfermer?a…–enumera mientras recuerda–. Adem?s, conoc?a a gente que hab?a estado ingresada y también a algunos profesionales, y el entorno es fant?stico”.
“Siempre intentamos potenciar la autonom?a del paciente para que, dentro de lo posible, recupere su vida anterior al ictus”.
Raquel
Encuentro con su bebé en el hospital
Durante las cuatro semanas que Rosa estuvo ingresada en el centro, poco a poco fue tomando conciencia de sus s?ntomas y el nivel de afectaci?n. “El equipo hizo un trabajo muy bueno conmigo y, de hecho, me acuerdo de casi todas las ense?anzas que tuve, sobre todo de las de mi terapeuta ocupacional porque fue quien me prepar? para poder tener en brazos a mi bebé”. Rosa sonr?e mientras rememora c?mo le hac?a coger la pelota medicinal de unos tres kilos y después recoger los juguetes del suelo y, a la vez, hacer operaciones matem?ticas. “?El reto de la maternidad!”, exclama.
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Unidad San Diego del Hospital Fundaci?n San José de Madrid.
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Esas ense?anzas y el entorno favorable que le brindaba el Hospital Fundaci?n San José ayudaron a que Rosa tomase la decisi?n de encontrarse, por fin, con su hija, la peque?a Emma. “Pensé que este entorno, destinado a sanar, era el lugar para conocerla –le explica a Raquel–. Fue emocionante, pero me cost? adaptarme. Un bebé intuye que t? eres su madre porque lo has llevado dentro, pero de repente tienes un ser entre las manos que depende de ti y yo, adem?s, ten?a una confusi?n mental y una debilidad brutal. Fue complicado”.
Con la especial motivaci?n que le infund?a su hija, Rosa fue recuper?ndose muy r?pido de la parte f?sica: “Me acuerdo de que me pon?an en una pizarra palabras de derecho y ten?a que marcarlas con el brazo izquierdo mientras estaba a la pata coja. Me llamaban ‘la paciente de alto rendimiento’, pero la parte mental me llev? m?s tiempo”.
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Raquel, enfermera experimentada en estas patolog?as, puntualiza que se motiva al paciente de forma integral: “Desde enfermer?a, por ejemplo, hablamos a los pacientes o les ponemos el reloj en el lado afectado. También les decimos que sean todo lo expresivos que puedan porque poco a poco un d?a ya no tienen que pensar si tienen que sonre?r. Simplemente les sale”.
En los casos de da?o neurol?gico, las familias llegan al hospital con mucho cansancio y preocupaciones acumuladas y por eso es muy importante el apoyo, la cercan?a y la comunicaci?n de cara a abordar la situaci?n y las expectativas. Para fomentarlo, en el Hospital Fundaci?n San José se ofrecen recursos como la escuela de familias, la atenci?n psicol?gica, la atenci?n espiritual…
“Este es un lugar para sanar y por eso decid? conocer aqu? a mi bebé”.
Rosa
Sin duda, en el caso de Rosa el papel de la familia fue fundamental ya que, adem?s de la preocupaci?n por su salud, ten?an que atender a la recién nacida Emma y gestionar diferentes asuntos legales vinculados con la ni?a. Rosa confiesa que fue muy complicado y que el apoyo y la flexibilidad facilitados por el hospital resultaron fundamentales. “Las enfermeras entend?an que ten?a que pasear con el bebé en los pasillos porque no pod?a estar aislada en la habitaci?n, o tener visitas hasta m?s tarde para poder gestionar con mi abogado la plaza de guarder?a de mi hija”.
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Ante la pregunta de un recuerdo especial de la atenci?n recibida, Rosa destaca “la paciencia y acompa?amiento de los profesionales, el trato personalizado y que me dejasen cierta libertad, como salir a coser a los jardines”. Cuando los pacientes est?n cognitivamente bien, siempre se procura potenciar las actividades que realizaban en su vida normal para as? potenciar la autonom?a y que, dentro de lo posible, recuperen su vida anterior al ictus. La vida de Rosa ahora incluye a Emma, con quien puede andar, jugar y re?r.
A la salida de la charla Raquel se cruza con Anastasio, uno de sus pacientes que acude a rehabilitaci?n ambulatoria en el Hospital de D?a. Rosa, al verle, le dice que ella también fue paciente: “No se lo va a creer, pero yo el a?o pasado estaba aqu? y me he recuperado”. La mirada de Anastasio se ilumina. El ejemplo de Rosa ha puesto color e ilusi?n a su d?a.
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