الريــم
10-03-2023, 02:50 PM
La madrugada en que la discoteca Flying se convirti? en la sepultura de 43 zaragozanos, Carmelo Luis qued? impresionado por el silencio que habitaba las escaleras por las que se acced?a al s?tano de la sala. "Bajé con los bomberos a la planta de abajo. Estaba todo intacto: un grupo de cuatro amigos en una mesa, como dormidos, con las copas a mitad en la mesa. ?Se hab?an muerto con la copa en la mano! Las puertas de las neveras estaban abiertas y los camareros hab?an metido la cabeza dentro para respirar... Y ese silencio impresionante. No he visto uno igual", relata el hombre, que ahora cuenta 76 a?os y sigue viviendo justo tres plantas por encima de la sala de baile donde se produjo uno de los tres incendios m?s mort?feros de la historia reciente de Espa?a, solo superado por el fuego de Alcal? 20, en Madrid (81 fallecidos) y el del Hotel Corona de Arag?n (78 decesos).
El hombre lo recuerda con nitidez. Ha revivido aquellos momentos traum?ticos y de desasosiego durante el fin de semana, cuando al encender el televisor comenzaron a deslizarse las im?genes de las discotecas Teatre y Fonda Milagros, en Murcia, que se ha cobrado la vida de 13 personas. "Esos pobres chicos...», comenta su esposa, Margarita Garc?a, que recuerda la calle «llena de bolsas blancas", la misma expresi?n que utilizaban este lunes varios viandantes de cierta edad que pasaban por la antigua entrada de la discoteca, ahora tapiada. Aquella gélida noche del 14 de enero de 1990, Carmelo, que era presidente de la comunidad por aquel entonces, y Margarita dorm?an pl?cidamente junto a sus hijos en el piso en el que viven desde 1982, justo encima de lo que fue la Flying, que hac?a esquina entre las calles Teobaldo y Trinidad.
"Nos tocaron el timbre sobre las tres de la ma?ana. Hab?a que desalojar el edificio. Mi marido tuvo que coger a corderetas a su madre para bajar a la calle y yo a mi hija, que ten?a 12 a?os y sarampi?n», relata la mujer, quien a?n hoy agradece a la vecina del edificio de en frente que abri? sus puertas a todos los desalojados durante toda la noche. "Por aquella época no hab?a teléfonos y los bomberos sub?an a llamar a su casa. Cada vez que sub?an hab?a m?s muertos. Fue una noche terrible", cuenta Margarita Garc?a, que atiende a EL PERI?DICO DE ARAG?N, del grupo Prensa Ibérica, en el comedor de su domicilio.
El matrimonio, que entonces no superaba la treintena de edad, es uno de los pocos que a?n viven en el barrio de la Magdalena y recuerdan una de las noches dram?ticas de la historia de la ciudad. Sin embargo, los fantasmas de la Flying nunca se marcharon de la calle que desemboca en el Coso Bajo, una de las arterias principales de la capital aragonesa. Juan José Vallesp? era poco m?s que un bebé cuando la Flying ardi?, pero las ruinas permanecieron durante a?os. "Me acuerdo que los chavales del barrio nos col?bamos por las ventanas y baj?bamos al s?tano para ver las ruinas. Hab?an pasado diez a?os y las paredes a?n estaban negras. Después hicieron un puticlub que estuvo muchos a?os y al final lo convirtieron en casas", comenta el joven mientras sale del portal.
Image ID:
92863128
Un vecino del barrio de La Magdalena comenta su infancia entre las ruinas de la discoteca Flying, este lunes.
ANGEL DE CASTRO
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1200
675
Y as? es: lo que fue unos de los salones de los pasos prohibidos en la siempre din?mica noche zaragozana ahora es una zona com?n de una residencia de trabajadores, con su lavander?a, su gimnasio y su cuarto de estar. Luc?a Navarro baja las escaleras, las mismas que hace a?os daban paso a la planta baja de la Flying, y se?ala el lugar donde estaba la barra. "Aqu? se vive bien, es barato y estamos a gusto. Yo llegué hace tres o cuatro a?os y no conoc?a la historia de la discoteca. Mis padres, s?, pero se lo callaron hasta que entré por si me daba cosa. Ya ves t?...", se?ala la joven hostelera.
El juicio
El incendio de la Flying fue un suceso traum?tico per se, pero la deriva judicial termin? por enturbiarlo todav?a m?s si cabe. El juicio se celebr? dos a?os después de la tragedia en la Feria de Muestras en un macroevento judicial en el que las familias exig?an respuestas. "Terminaron condenando a Paco Lacruz, el encargado, en segunda instancia, algo rar?simo porque la Audiencia Provincial revoc? la sentencia del Juzgado de Lo Penal N?mero 2, que hab?a seguido el caso desde el principio y hab?a determinado su absoluci?n", explica Virginia Laguna, que formaba parte del despacho de abogados que llev? la defensa de Lacruz. La Audiencia también declar? a Faustino Mart?nez, propietario de la sala Flying, responsable civil subsidiario y lo conden? a dos a?os de c?rcel al considerar que entorpeci? la averiguaci?n de su patrimonio con el fin de evitar que se subastara y se pagaran las indemnizaciones. De hecho, las compensaciones se fijaron en 60.000 euros por v?ctima mortal y en 240.000 a una mujer que result? herida grave, aunque los abogados denunciaron que no se abon? ninguna de esas sumas.
Lo que s? supuso el incidente de la discoteca fue un cambio en la ordenanza contra incendios de la capital aragonesa. Explica el jefe del cuerpo de Bomberos del Ayuntamiento de Zaragoza, Eduardo S?nchez, que la capital aragonesa tiene una historia negra con los incendios y que fuegos como el de la Flying o el del Hotel Corona de Arag?n, que se cobr? 83 vidas, "forman parte de la colecci?n de fantasmas que todos llevamos dentro".
S?nchez apunta que hay que remontarse a hace casi tres siglos para observar c?mo Zaragoza se pone manos a las obras para ser pionera en actuaciones contra el fuego. "En 1778 se origin? un incendio en el Coliseo de Comedias de Zaragoza [ubicado donde se sit?a ahora el Banco de Espa?a] en el que murieron 79 personas. Las puertas se abr?an hacia dentro, lo que impidi? que los asistentes a la obra de teatro pudieran escapar. Fue entonces cuando empezaron a cambiarse las puertas para que seabrieran hacia el exterior", relata S?nchez.
Fue dos siglos después, en 1979, cuando el Hotel Corona de Arag?n fue protagonista de un nuevo episodio de la historia negra de Arag?n con 83 fallecidos. "Supuso un impulso para la normativa contra incendios. Solo hab?a ordenanzas municipales de este tipo en Madrid y en Barcelona, por lo que Zaragoza cogi? lo m?s restrictivo de cada una y lo fusion? en un texto propio para la ciudad", apunta el jefe de Bomberos. Aquella normativa se mantuvo hasta el incidente de la Flying, tras la que se volvi? a actualizar con medidas todav?a m?s restrictivas que en el resto de Espa?a. En Zaragoza, cualquier discoteca o bar que supere los 200 metros cuadrados est? obligado a instalar un sistema autom?tico de detecci?n de incendios, humo y calor en el falso techo y en el falso suelo, mientras que en la mayor?a del pa?s solo es obligatorio para salas por encima de los 1.000 metros cuadrados. "La clave es salvar vidas, eso es lo esencial. Después, todo lo dem?s", concluye.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/sociedad/zaragoza-revive-fantasmas-flying-murieron-92863336)
El hombre lo recuerda con nitidez. Ha revivido aquellos momentos traum?ticos y de desasosiego durante el fin de semana, cuando al encender el televisor comenzaron a deslizarse las im?genes de las discotecas Teatre y Fonda Milagros, en Murcia, que se ha cobrado la vida de 13 personas. "Esos pobres chicos...», comenta su esposa, Margarita Garc?a, que recuerda la calle «llena de bolsas blancas", la misma expresi?n que utilizaban este lunes varios viandantes de cierta edad que pasaban por la antigua entrada de la discoteca, ahora tapiada. Aquella gélida noche del 14 de enero de 1990, Carmelo, que era presidente de la comunidad por aquel entonces, y Margarita dorm?an pl?cidamente junto a sus hijos en el piso en el que viven desde 1982, justo encima de lo que fue la Flying, que hac?a esquina entre las calles Teobaldo y Trinidad.
"Nos tocaron el timbre sobre las tres de la ma?ana. Hab?a que desalojar el edificio. Mi marido tuvo que coger a corderetas a su madre para bajar a la calle y yo a mi hija, que ten?a 12 a?os y sarampi?n», relata la mujer, quien a?n hoy agradece a la vecina del edificio de en frente que abri? sus puertas a todos los desalojados durante toda la noche. "Por aquella época no hab?a teléfonos y los bomberos sub?an a llamar a su casa. Cada vez que sub?an hab?a m?s muertos. Fue una noche terrible", cuenta Margarita Garc?a, que atiende a EL PERI?DICO DE ARAG?N, del grupo Prensa Ibérica, en el comedor de su domicilio.
El matrimonio, que entonces no superaba la treintena de edad, es uno de los pocos que a?n viven en el barrio de la Magdalena y recuerdan una de las noches dram?ticas de la historia de la ciudad. Sin embargo, los fantasmas de la Flying nunca se marcharon de la calle que desemboca en el Coso Bajo, una de las arterias principales de la capital aragonesa. Juan José Vallesp? era poco m?s que un bebé cuando la Flying ardi?, pero las ruinas permanecieron durante a?os. "Me acuerdo que los chavales del barrio nos col?bamos por las ventanas y baj?bamos al s?tano para ver las ruinas. Hab?an pasado diez a?os y las paredes a?n estaban negras. Después hicieron un puticlub que estuvo muchos a?os y al final lo convirtieron en casas", comenta el joven mientras sale del portal.
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Un vecino del barrio de La Magdalena comenta su infancia entre las ruinas de la discoteca Flying, este lunes.
ANGEL DE CASTRO
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Y as? es: lo que fue unos de los salones de los pasos prohibidos en la siempre din?mica noche zaragozana ahora es una zona com?n de una residencia de trabajadores, con su lavander?a, su gimnasio y su cuarto de estar. Luc?a Navarro baja las escaleras, las mismas que hace a?os daban paso a la planta baja de la Flying, y se?ala el lugar donde estaba la barra. "Aqu? se vive bien, es barato y estamos a gusto. Yo llegué hace tres o cuatro a?os y no conoc?a la historia de la discoteca. Mis padres, s?, pero se lo callaron hasta que entré por si me daba cosa. Ya ves t?...", se?ala la joven hostelera.
El juicio
El incendio de la Flying fue un suceso traum?tico per se, pero la deriva judicial termin? por enturbiarlo todav?a m?s si cabe. El juicio se celebr? dos a?os después de la tragedia en la Feria de Muestras en un macroevento judicial en el que las familias exig?an respuestas. "Terminaron condenando a Paco Lacruz, el encargado, en segunda instancia, algo rar?simo porque la Audiencia Provincial revoc? la sentencia del Juzgado de Lo Penal N?mero 2, que hab?a seguido el caso desde el principio y hab?a determinado su absoluci?n", explica Virginia Laguna, que formaba parte del despacho de abogados que llev? la defensa de Lacruz. La Audiencia también declar? a Faustino Mart?nez, propietario de la sala Flying, responsable civil subsidiario y lo conden? a dos a?os de c?rcel al considerar que entorpeci? la averiguaci?n de su patrimonio con el fin de evitar que se subastara y se pagaran las indemnizaciones. De hecho, las compensaciones se fijaron en 60.000 euros por v?ctima mortal y en 240.000 a una mujer que result? herida grave, aunque los abogados denunciaron que no se abon? ninguna de esas sumas.
Lo que s? supuso el incidente de la discoteca fue un cambio en la ordenanza contra incendios de la capital aragonesa. Explica el jefe del cuerpo de Bomberos del Ayuntamiento de Zaragoza, Eduardo S?nchez, que la capital aragonesa tiene una historia negra con los incendios y que fuegos como el de la Flying o el del Hotel Corona de Arag?n, que se cobr? 83 vidas, "forman parte de la colecci?n de fantasmas que todos llevamos dentro".
S?nchez apunta que hay que remontarse a hace casi tres siglos para observar c?mo Zaragoza se pone manos a las obras para ser pionera en actuaciones contra el fuego. "En 1778 se origin? un incendio en el Coliseo de Comedias de Zaragoza [ubicado donde se sit?a ahora el Banco de Espa?a] en el que murieron 79 personas. Las puertas se abr?an hacia dentro, lo que impidi? que los asistentes a la obra de teatro pudieran escapar. Fue entonces cuando empezaron a cambiarse las puertas para que seabrieran hacia el exterior", relata S?nchez.
Fue dos siglos después, en 1979, cuando el Hotel Corona de Arag?n fue protagonista de un nuevo episodio de la historia negra de Arag?n con 83 fallecidos. "Supuso un impulso para la normativa contra incendios. Solo hab?a ordenanzas municipales de este tipo en Madrid y en Barcelona, por lo que Zaragoza cogi? lo m?s restrictivo de cada una y lo fusion? en un texto propio para la ciudad", apunta el jefe de Bomberos. Aquella normativa se mantuvo hasta el incidente de la Flying, tras la que se volvi? a actualizar con medidas todav?a m?s restrictivas que en el resto de Espa?a. En Zaragoza, cualquier discoteca o bar que supere los 200 metros cuadrados est? obligado a instalar un sistema autom?tico de detecci?n de incendios, humo y calor en el falso techo y en el falso suelo, mientras que en la mayor?a del pa?s solo es obligatorio para salas por encima de los 1.000 metros cuadrados. "La clave es salvar vidas, eso es lo esencial. Después, todo lo dem?s", concluye.
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