الريــم
10-01-2023, 10:50 AM
“En Primera todos tenemos calado a Bordal?s”. I?aki Williams ha pasado a engrosar la lista de jugadores y entrenadores que han mantenido polémicas con José Bordal?s , el entrenador del Getafe. En este caso, el Athletic-Getafe acab? de forma poco edificante y, como suele suceder en estos tiempos en los que todo el mundo tiene sus propios hechos, con un cruce de versiones a cual m?s digna y contundente: que si él me insult?, que si el otro es un mentiroso, que si t? m?s, que si anda que t?.
Bordal?s es representante de una linaje de entrenadores que podemos trazar hasta Carlos Salvador Bilardo, el seleccionador que llev? a Argentina a la victoria en el Mundial de 1986 y a la final de 1990, un equipo en el que jugaba, entre otros, un tal Diego Armando Maradona. La rivalidad entre Bilardo y César Luis Menotti (campe?n del mundo en 1978, exentrenador del Barça) es de las m?s legendarias de la historia del f?tbol y gener? r?os de tinta que, muy a la argentina, parec?a que hablaban de f?tbol pero en realidad versaban sobre la vida. El libro ‘Bilardo-Menotti, la verdadera historia’, escrito por un periodista bilardista y otro menottista, Néstor L?pez y Nicol?s Emiliano Cajg, es un muy buen retrato del debate que dividi? el f?tbol y la sociedad argentinos y que dio enjundia ideol?gica a duelos como el Italia-Brasil del Mundial 82 o el Guardiola-Mourinho. En esencia: jugar para ir a ganar el partido o jugar con todo a tu alcance para no perderlo.
La bilardista doctrina Bordal?s contempla que el primer paso hacia la victoria es que el equipo adversario no gane. Para ello, vale todo lo que den de s? los l?mites flexibles del reglamento: el ‘trash talk’, la provocaci?n, la pérdida de tiempo, el estado del césped y las medidas del terreno de juego, desquiciar a los jugadores rivales, presionar, atosigar y apabullar al ?rbitro, jugar con el reloj tanto (o m?s) que con el bal?n… Es una doctrina pragm?tica, descarnada, pura ‘realpolitik’, es para el entrenador de f?tbol lo que Maquiavelo es para el gobernante.
Jose Mourinho practica el mismo librillo futbol?stico. Igual que Bilardo necesitaba a un Menotti, Mourinho precis? de Guardiola para sublimar su visi?n. Una de sus obras maestras fue la final de la Copa del Rey del 2011 entre el Barça y el Real Madrid. En plena tormenta de cl?sicos, los jugadores del Madrid, algunos de ellos campeones del mundo, saltaron al césped con las instrucciones de echar a sus adversarios del partido como fuera. Lo lograron y ganaron la Copa gracias a un golazo de Cristiano Ronaldo. Una de las falacias de la doctrina Bordal?s es que el maquiavelismo futbol?stico es el ?nico recurso de los peque?os ante los grandes. El Madrid de Mourinho era un equipazo. El dedo en el ojo de Vilanova marcaba, como dijo la infame pancarta, un camino, una forma de entender el f?tbol y la vida, m?s all? del presupuesto.
Bordal?s, Mourinho y sus adeptos suelen clamar contra lo que llaman la superioridad moral de sus cr?ticos. Han logrado que cale tanto la idea que cualquier cr?tica hacia ellos debe explicitar que es leg?timo jugar as?. Cierto, cualquier forma de jugar dentro del reglamento es l?cita y no hay nada que objetar. Pero el hecho de que algunas trampas no sean sancionadas ni sancionables no hace que dejen de ser trampas. Y los profesionales identifican las malas artes en su trabajo. A partir de ah?, cada uno decide d?nde coloca su vara de medir moral, su tolerancia, y cada uno también decide cu?l quiere que sea su reputaci?n.
La doctrina Bordal?s no es exclusiva ni del entrenador del Getafe (de innegables virtudes t?cticas para sacar rendimiento a plantillas limitadas, a falta de verlo en un grande) ni del f?tbol. En la NBA, por ejemplo, son legendarios los Detroit Pistons, los bad boys, que se enfrentaron a los Lakers de Magic Johnson y a los Bulls de Jordan. Fuera del deporte, la empresa, la pol?tica, el periodismo, la educaci?n, etcétera también tienen sus propias doctrinas Bordal?s: el objetivo por todos los medios como justificaci?n de todo, el embarrar el campo, los codazos cuando el ?rbitro no mira, apabullar al juez, los atajos sin complejos, el deplorar la superioridad moral de los cr?ticos, la jactancia por los réditos de la picaresca y la astucia… Cada uno elige si es bilardista o menottista, guardiolista o mourinhista, si del Atheletic o del Getafe.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/opinion/doctrina-bordalas-92759043)
Bordal?s es representante de una linaje de entrenadores que podemos trazar hasta Carlos Salvador Bilardo, el seleccionador que llev? a Argentina a la victoria en el Mundial de 1986 y a la final de 1990, un equipo en el que jugaba, entre otros, un tal Diego Armando Maradona. La rivalidad entre Bilardo y César Luis Menotti (campe?n del mundo en 1978, exentrenador del Barça) es de las m?s legendarias de la historia del f?tbol y gener? r?os de tinta que, muy a la argentina, parec?a que hablaban de f?tbol pero en realidad versaban sobre la vida. El libro ‘Bilardo-Menotti, la verdadera historia’, escrito por un periodista bilardista y otro menottista, Néstor L?pez y Nicol?s Emiliano Cajg, es un muy buen retrato del debate que dividi? el f?tbol y la sociedad argentinos y que dio enjundia ideol?gica a duelos como el Italia-Brasil del Mundial 82 o el Guardiola-Mourinho. En esencia: jugar para ir a ganar el partido o jugar con todo a tu alcance para no perderlo.
La bilardista doctrina Bordal?s contempla que el primer paso hacia la victoria es que el equipo adversario no gane. Para ello, vale todo lo que den de s? los l?mites flexibles del reglamento: el ‘trash talk’, la provocaci?n, la pérdida de tiempo, el estado del césped y las medidas del terreno de juego, desquiciar a los jugadores rivales, presionar, atosigar y apabullar al ?rbitro, jugar con el reloj tanto (o m?s) que con el bal?n… Es una doctrina pragm?tica, descarnada, pura ‘realpolitik’, es para el entrenador de f?tbol lo que Maquiavelo es para el gobernante.
Jose Mourinho practica el mismo librillo futbol?stico. Igual que Bilardo necesitaba a un Menotti, Mourinho precis? de Guardiola para sublimar su visi?n. Una de sus obras maestras fue la final de la Copa del Rey del 2011 entre el Barça y el Real Madrid. En plena tormenta de cl?sicos, los jugadores del Madrid, algunos de ellos campeones del mundo, saltaron al césped con las instrucciones de echar a sus adversarios del partido como fuera. Lo lograron y ganaron la Copa gracias a un golazo de Cristiano Ronaldo. Una de las falacias de la doctrina Bordal?s es que el maquiavelismo futbol?stico es el ?nico recurso de los peque?os ante los grandes. El Madrid de Mourinho era un equipazo. El dedo en el ojo de Vilanova marcaba, como dijo la infame pancarta, un camino, una forma de entender el f?tbol y la vida, m?s all? del presupuesto.
Bordal?s, Mourinho y sus adeptos suelen clamar contra lo que llaman la superioridad moral de sus cr?ticos. Han logrado que cale tanto la idea que cualquier cr?tica hacia ellos debe explicitar que es leg?timo jugar as?. Cierto, cualquier forma de jugar dentro del reglamento es l?cita y no hay nada que objetar. Pero el hecho de que algunas trampas no sean sancionadas ni sancionables no hace que dejen de ser trampas. Y los profesionales identifican las malas artes en su trabajo. A partir de ah?, cada uno decide d?nde coloca su vara de medir moral, su tolerancia, y cada uno también decide cu?l quiere que sea su reputaci?n.
La doctrina Bordal?s no es exclusiva ni del entrenador del Getafe (de innegables virtudes t?cticas para sacar rendimiento a plantillas limitadas, a falta de verlo en un grande) ni del f?tbol. En la NBA, por ejemplo, son legendarios los Detroit Pistons, los bad boys, que se enfrentaron a los Lakers de Magic Johnson y a los Bulls de Jordan. Fuera del deporte, la empresa, la pol?tica, el periodismo, la educaci?n, etcétera también tienen sus propias doctrinas Bordal?s: el objetivo por todos los medios como justificaci?n de todo, el embarrar el campo, los codazos cuando el ?rbitro no mira, apabullar al juez, los atajos sin complejos, el deplorar la superioridad moral de los cr?ticos, la jactancia por los réditos de la picaresca y la astucia… Cada uno elige si es bilardista o menottista, guardiolista o mourinhista, si del Atheletic o del Getafe.
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