الريــم
09-26-2023, 02:30 PM
El 'expresident' Carles Puigdemont puso una condici?n previa a la negociaci?n de la investidura de Pedro S?nchez: la amnist?a. Y el 'president' Pere Aragonès, tras dar por hecha la ley pensada para dejar en v?a muerta las causas judiciales relacionadas con el 'procés', ha elevado el precio: fijar las bases para un referéndum en esta legislatura, antes de 2027, si el candidato socialista quiere ser reelegido.
El jefe del Govern se ha reivindicado ante la conexi?n Waterloo-Madrid: si la negociaci?n de una investidura se da entre partidos, la resoluci?n del conflicto pol?tico debe gestarse entre gobiernos. Puigdemont no ostenta el Palau de la Generalitat y dif?cilmente, a tenor del ritmo de la negociaci?n y la tramitaci?n en el Congreso, podr? 'cobrar por avanzado' en el caso de la amnist?a, ya que deber?a ser registrada en los pr?ximos d?as para quedar aprobada antes del turno de S?nchez como postulante a la presidencia.
As? que este martes, aprovechando los focos del debate de pol?tica general en el Parlament y las dos horas de ventaja respecto al discurso de Alberto N??ez Feij?o en el Congreso, Aragonès se ha dirigido al presidente en funciones para subir el precio en plenas conversaciones, tras asegurar Esquerra que ya intercambia papeles con el PSOE para detallar el alcance jur?dico de la ley de amnist?a, y para hacerse valer ante Puigdemont, que pas? de puntillas por la autodeterminaci?n en la exposici?n de sus exigencias el pasado 5 de septiembre en Bruselas.
Pese a que Aragonès ha puesto deberes tanto a ERC como a Junts, la investidura de S?nchez est? lejos de ser una oportunidad para la reconciliaci?n. El divorcio entre los dos grandes partidos independentistas se consum? hace precisamente un a?o, con la salida de JxCat del Govern, a cuenta de la apuesta por un Consell de la Rep?blica que ahora implosiona y de la falta de coordinaci?n en el Congreso.
Doce meses atr?s, Junts (con cuatro parlamentarios tras romper con el PDECat) ped?a a ERC (con 13 representantes) remar juntos en Madrid, pero el adelanto electoral provoc? un empate a siete esca?os. As? que ahora la posconvergencia hace gala de ser imprescindible, pese a serlo tanto como Esquerra, para S?nchez, y dispara la competici?n por ser el referente independentista en la C?mara baja con la mirada puesta en unas elecciones catalanas que, a m?s tardar, se celebrar?n en febrero de 2025.
De la unilateralidad a la claridad
La coincidencia en objetivos no allana el pacto estratégico, pero el giro de Junts hacia el pactismo implica una renuncia a la unilateralidad. Esquerra ya asumi? de forma impl?cita, en la ?ltima mesa de di?logo de julio de 2022, los estragos de esa v?a y apost? por el pragmatismo. Aragonès le dio el portazo definitivo hace justo un a?o, en el mismo escenario que este martes, apostando por la confecci?n de un acuerdo de claridad, una gu?a para resolver el conflicto pol?tico con la celebraci?n de un referéndum pactado con el Gobierno.
El consejo académico encargado de desbrozar el camino recibi? el encargo, en el que no constaba la posibilidad de quebrantar la legalidad. M?s bien todo lo contrario, se trata de encontrar rendijas legales para acomodar la votaci?n. El 'president' no ha querido entrar en cu?les deben ser las condiciones para la consulta, sino en c?mo negociarla. Eso es, blindando la mesa de di?logo para acordar all? las bases que permitan la votaci?n en Catalunya y para tener el benepl?cito de la comunidad internacional.
El 'president' ha acotado la exigencia a los a?os que tendr? S?nchez por delante como presidente si es reelegido, hasta 2027. Un calendario que, a priori, no ahoga. Todav?a m?s si se tiene en cuenta que el pacto no es para votar, sino para plantear c?mo hacerlo.
Aragonès ha querido exhibir un plan para la independencia, porque aunque no convenza al hemiciclo, es el ?nico que se ha expuesto p?blicamente. Le faltan apoyos: la iniciativa fue tumbado por el Parlament, s?lo los Comuns le apoyaron, y Junts no tiene interés en cambiar de opini?n porque sigue considerando que la negociaci?n con el PSOE se juega siendo indispensable aritméticamente, no en una mesa que dan por terminada y que naci? de un pacto de Esquerra, no suyo.
El reto de agotar el mandato
El jefe del Govern también ha insistido en su voluntad de llegar hasta el final. En el Govern monocolor de ERC ya no hay las tensiones incesantes entre republicanos y posconvergentes, pero la minor?a de 33 de 135 diputados echa el freno a la obra legislativa y ata a Aragonès a Junts y el PSC. Del desenlace del nuevo Gobierno depender? también su propio futuro, porque las dos patas de su mandato -la gesti?n del d?a a d?a y el avance hacia la independencia- podr?n temblar si no es S?nchez quien ocupa la Moncloa. Por eso en las pr?ximas semanas ERC seguir? intentando acaparar el foco y empezar a negociar partidas econ?micas concretas, v?a partidas presupuestarias, v?a transferencia -como el traspaso de Rodalies- o v?a 'encomienda'.
En el Palau de la Generalitat también fijan ya las prioridades en la negociaci?n de los presupuestos catalanes, pero si bien quieren hablar con los cuatro posibles socios, PSC y Comuns son los ?nicos que por ahorra arriman el hombro. JxCat espera a dilucidar si habr? repetici?n electoral y la CUP se resguarda en la esquina del tablero pol?tico. Pero Aragonès necesitar? al menos a tres de estos partidos para aprobar unas cuentas catalanas que lleguen a la Catalunya de los ocho millones a la que tanto apela
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/nacional/aragones-eleva-precio-puigdemont-sanchez-92568113)
El jefe del Govern se ha reivindicado ante la conexi?n Waterloo-Madrid: si la negociaci?n de una investidura se da entre partidos, la resoluci?n del conflicto pol?tico debe gestarse entre gobiernos. Puigdemont no ostenta el Palau de la Generalitat y dif?cilmente, a tenor del ritmo de la negociaci?n y la tramitaci?n en el Congreso, podr? 'cobrar por avanzado' en el caso de la amnist?a, ya que deber?a ser registrada en los pr?ximos d?as para quedar aprobada antes del turno de S?nchez como postulante a la presidencia.
As? que este martes, aprovechando los focos del debate de pol?tica general en el Parlament y las dos horas de ventaja respecto al discurso de Alberto N??ez Feij?o en el Congreso, Aragonès se ha dirigido al presidente en funciones para subir el precio en plenas conversaciones, tras asegurar Esquerra que ya intercambia papeles con el PSOE para detallar el alcance jur?dico de la ley de amnist?a, y para hacerse valer ante Puigdemont, que pas? de puntillas por la autodeterminaci?n en la exposici?n de sus exigencias el pasado 5 de septiembre en Bruselas.
Pese a que Aragonès ha puesto deberes tanto a ERC como a Junts, la investidura de S?nchez est? lejos de ser una oportunidad para la reconciliaci?n. El divorcio entre los dos grandes partidos independentistas se consum? hace precisamente un a?o, con la salida de JxCat del Govern, a cuenta de la apuesta por un Consell de la Rep?blica que ahora implosiona y de la falta de coordinaci?n en el Congreso.
Doce meses atr?s, Junts (con cuatro parlamentarios tras romper con el PDECat) ped?a a ERC (con 13 representantes) remar juntos en Madrid, pero el adelanto electoral provoc? un empate a siete esca?os. As? que ahora la posconvergencia hace gala de ser imprescindible, pese a serlo tanto como Esquerra, para S?nchez, y dispara la competici?n por ser el referente independentista en la C?mara baja con la mirada puesta en unas elecciones catalanas que, a m?s tardar, se celebrar?n en febrero de 2025.
De la unilateralidad a la claridad
La coincidencia en objetivos no allana el pacto estratégico, pero el giro de Junts hacia el pactismo implica una renuncia a la unilateralidad. Esquerra ya asumi? de forma impl?cita, en la ?ltima mesa de di?logo de julio de 2022, los estragos de esa v?a y apost? por el pragmatismo. Aragonès le dio el portazo definitivo hace justo un a?o, en el mismo escenario que este martes, apostando por la confecci?n de un acuerdo de claridad, una gu?a para resolver el conflicto pol?tico con la celebraci?n de un referéndum pactado con el Gobierno.
El consejo académico encargado de desbrozar el camino recibi? el encargo, en el que no constaba la posibilidad de quebrantar la legalidad. M?s bien todo lo contrario, se trata de encontrar rendijas legales para acomodar la votaci?n. El 'president' no ha querido entrar en cu?les deben ser las condiciones para la consulta, sino en c?mo negociarla. Eso es, blindando la mesa de di?logo para acordar all? las bases que permitan la votaci?n en Catalunya y para tener el benepl?cito de la comunidad internacional.
El 'president' ha acotado la exigencia a los a?os que tendr? S?nchez por delante como presidente si es reelegido, hasta 2027. Un calendario que, a priori, no ahoga. Todav?a m?s si se tiene en cuenta que el pacto no es para votar, sino para plantear c?mo hacerlo.
Aragonès ha querido exhibir un plan para la independencia, porque aunque no convenza al hemiciclo, es el ?nico que se ha expuesto p?blicamente. Le faltan apoyos: la iniciativa fue tumbado por el Parlament, s?lo los Comuns le apoyaron, y Junts no tiene interés en cambiar de opini?n porque sigue considerando que la negociaci?n con el PSOE se juega siendo indispensable aritméticamente, no en una mesa que dan por terminada y que naci? de un pacto de Esquerra, no suyo.
El reto de agotar el mandato
El jefe del Govern también ha insistido en su voluntad de llegar hasta el final. En el Govern monocolor de ERC ya no hay las tensiones incesantes entre republicanos y posconvergentes, pero la minor?a de 33 de 135 diputados echa el freno a la obra legislativa y ata a Aragonès a Junts y el PSC. Del desenlace del nuevo Gobierno depender? también su propio futuro, porque las dos patas de su mandato -la gesti?n del d?a a d?a y el avance hacia la independencia- podr?n temblar si no es S?nchez quien ocupa la Moncloa. Por eso en las pr?ximas semanas ERC seguir? intentando acaparar el foco y empezar a negociar partidas econ?micas concretas, v?a partidas presupuestarias, v?a transferencia -como el traspaso de Rodalies- o v?a 'encomienda'.
En el Palau de la Generalitat también fijan ya las prioridades en la negociaci?n de los presupuestos catalanes, pero si bien quieren hablar con los cuatro posibles socios, PSC y Comuns son los ?nicos que por ahorra arriman el hombro. JxCat espera a dilucidar si habr? repetici?n electoral y la CUP se resguarda en la esquina del tablero pol?tico. Pero Aragonès necesitar? al menos a tres de estos partidos para aprobar unas cuentas catalanas que lleguen a la Catalunya de los ocho millones a la que tanto apela
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