الريــم
09-22-2023, 11:00 PM
Puede que ‘El chico y la garza’ resulte ser la ?ltima pel?cula de la filmograf?a de Hayao Miyazaki pero, pese a lo que se ha dicho de ella mientras se la promocionaba, también puede que no. El maestro japonés, después de todo, ha anunciado su retirada sucesivas veces a lo largo de los a?os, la m?s reciente tras el estreno de ‘El viento sopla’ en 2013. Pero en cualquier caso, este nuevo largometraje, el primero que dirige en una década, tiene maneras de inventario o incluso de testamento, en cuanto que Miyazaki parece servirse de él para ponderar el impacto de su cine, su legado art?stico y su futuro.
Elegida por el Festival de San Sebasti?n como t?tulo inaugural de su 71? edici?n y como excusa para otorgarle un Premio Donostia en honor a cuatro décadas de carrera durante las que -gracias a ficciones como ‘Mi vecino Totoro’ (1988) y ‘Porco Rosso’ (1992) adem?s de las arriba citadas- se ha confirmado como uno de los autores m?s importantes tanto en la historia del cine de animaci?n como la del cine a secas, la nueva pel?cula cuenta la historia de Mahito, un ni?o cuya madre muri? en un incendio durante la Segunda Guerra Mundial y que, tras mudarse al campo con su padre, descubre un portal a una dimensi?n oculta atra?do por una criatura grotesca cuya cabeza humanoide asoma por el pico abierto de una garza. La odisea que el muchacho vive a partir de entonces por ese mundo paralelo en el que los vivos se entremezclan con los muertos, y que no es sino met?fora de su proceso de duelo por su madre, lo llevar? a conocer a una pirata que surca un mar de sue?os, a cruzarse con criaturas adorables que se hinchan como globos, a huir de periquitos gigantes de tendencias fascistas y a reunirse con un se?or del tiempo que controla el universo y que por supuesto es un trasunto del propio Miyazaki.
‘El chico y la garza’, pues, transcurre mayormente en una realidad alternativa que a la vez es encantadora y aterradora, y que el director usa como escenario desde el que dar nuevos usos a elementos y temas ya manejados en su obra previa -la premisa argumental de la pel?cula, sin ir m?s lejos, conecta estrechamente con la de ‘El viaje de Chihiro’-; y entretanto, también como de costumbre en su cine, regala a nuestra vista im?genes que parecen haber cobrado vida no por el l?piz de un artista sino m?s bien por un poder superior. La peripecia argumental que ilustran por momentos transcurre algo confusa, y la pel?cula ocasionalmente da muestras de perder el fuelle narrativo antes de adentrarse en su conmovedor tercer acto, pero nada de eso le impide funcionar a modo de reflexion tan melanc?lica como extra?amente reconfortante por parte de su autor sobre la impermanencia de las cosas, las personas a las que amamos y, decimos, también la de s? mismo.
Miyazaki ya ha cumplido los 82 a?os y, al menos a juzgar por lo que cuenta en ‘El chico y la garza’, tiene asumido que se ir? de este mundo sin haber logrado que los ideales ut?picos que ha defendido a través de sus pel?culas -por ejemplo, el fin de las guerras y la armon?a entre el hombre y la naturaleza- dejen de ser simplemente eso, y que corresponder? a las nuevas generaciones seguir luchando para que se hagan realidad; que Studio Ghibli, la exquisita productora de ‘anime’ que fund? y de la que ha sido cabeza visible todo este tiempo, tendr? que buscarse un nuevo l?der; y que, aunque sus pel?culas est?n destinadas a ser objeto de estudio y admiraci?n durante siglos, la vida seguir? aunque él ya no esté. Y si ‘El chico y la garza’ en efecto acaba siendo la ?ltima que complete antes de que eso suceda, podremos decir a gritos que su despedida fue triunfal.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/gente/chico-garza-triunfal-adios-hayao-92443689)
Elegida por el Festival de San Sebasti?n como t?tulo inaugural de su 71? edici?n y como excusa para otorgarle un Premio Donostia en honor a cuatro décadas de carrera durante las que -gracias a ficciones como ‘Mi vecino Totoro’ (1988) y ‘Porco Rosso’ (1992) adem?s de las arriba citadas- se ha confirmado como uno de los autores m?s importantes tanto en la historia del cine de animaci?n como la del cine a secas, la nueva pel?cula cuenta la historia de Mahito, un ni?o cuya madre muri? en un incendio durante la Segunda Guerra Mundial y que, tras mudarse al campo con su padre, descubre un portal a una dimensi?n oculta atra?do por una criatura grotesca cuya cabeza humanoide asoma por el pico abierto de una garza. La odisea que el muchacho vive a partir de entonces por ese mundo paralelo en el que los vivos se entremezclan con los muertos, y que no es sino met?fora de su proceso de duelo por su madre, lo llevar? a conocer a una pirata que surca un mar de sue?os, a cruzarse con criaturas adorables que se hinchan como globos, a huir de periquitos gigantes de tendencias fascistas y a reunirse con un se?or del tiempo que controla el universo y que por supuesto es un trasunto del propio Miyazaki.
‘El chico y la garza’, pues, transcurre mayormente en una realidad alternativa que a la vez es encantadora y aterradora, y que el director usa como escenario desde el que dar nuevos usos a elementos y temas ya manejados en su obra previa -la premisa argumental de la pel?cula, sin ir m?s lejos, conecta estrechamente con la de ‘El viaje de Chihiro’-; y entretanto, también como de costumbre en su cine, regala a nuestra vista im?genes que parecen haber cobrado vida no por el l?piz de un artista sino m?s bien por un poder superior. La peripecia argumental que ilustran por momentos transcurre algo confusa, y la pel?cula ocasionalmente da muestras de perder el fuelle narrativo antes de adentrarse en su conmovedor tercer acto, pero nada de eso le impide funcionar a modo de reflexion tan melanc?lica como extra?amente reconfortante por parte de su autor sobre la impermanencia de las cosas, las personas a las que amamos y, decimos, también la de s? mismo.
Miyazaki ya ha cumplido los 82 a?os y, al menos a juzgar por lo que cuenta en ‘El chico y la garza’, tiene asumido que se ir? de este mundo sin haber logrado que los ideales ut?picos que ha defendido a través de sus pel?culas -por ejemplo, el fin de las guerras y la armon?a entre el hombre y la naturaleza- dejen de ser simplemente eso, y que corresponder? a las nuevas generaciones seguir luchando para que se hagan realidad; que Studio Ghibli, la exquisita productora de ‘anime’ que fund? y de la que ha sido cabeza visible todo este tiempo, tendr? que buscarse un nuevo l?der; y que, aunque sus pel?culas est?n destinadas a ser objeto de estudio y admiraci?n durante siglos, la vida seguir? aunque él ya no esté. Y si ‘El chico y la garza’ en efecto acaba siendo la ?ltima que complete antes de que eso suceda, podremos decir a gritos que su despedida fue triunfal.
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