الريــم
09-20-2023, 12:50 PM
Ast?dromo de Houston, martes, 20 de septiembre de 1973. A un lado de la red, Bobby Rigss, 55 a?os, campe?n de Wimbledon en 1939, tan fanfarr?n como bocazas; al otro Billie Jean King, 29 a?os, n?mero 1 mundial del naciente circuito femenino de tenis. En las gradas m?s de 30.472 personas y 90 millones de telespectadores para asistir en directo a la “batalla de los sexos”, mucho m?s que un partido de tenis entre un hombre y una mujer.
En juego 100.000 d?lares como premio al vencedor, aunque lo ?nico importante para King era la responsabilidad de afrontar un duelo en el que la tenista sent?a que defend?a a todo un sexo. “Creo que si pierdo ese partido, ser? como retroceder 50 a?os”, hab?a dicho la tenista en una de las pocas declaraciones que hizo antes de saltar a la pista.
King aceptaba el reto lanzado por Riggs ante de la petici?n de las tenistas profesionales que ped?an igualdad de premios en los torneos. Ganar el t?tulo en Wimbledon, en el inicio de la era Open (1968), le supuso a Rod Laver un premio de 2.000 libras esterlinas (unos 40.000 euros en la actualidad), mientras King tuvo que conformarse con 750 (13.000) como campeona femenina. Una diferencia que en otros torneos que no fueran los Grand Slam era a?n mucho mayor.
Contrato por un d?lar
Ante esa situaci?n injusta King y otras ocho tenistas (‘Las 9 de Houston’, se las llam?) firmaron un primer contrato profesional por solo un d?lar para crear el circuito profesional Virginia Slims, cuyo primer torneo se celebr? en Houston en 1970, con el apoyo medi?tico de Gladys Heldman, editora de la revista World Tennis, y el econ?mico de Joe Cullman, alto ejecutivo de la empresa tabaquera Philip Morris. Una aventura tan valiente como criticada por los estamentos ten?sticos oficiales de entonces que la ve?an abocada al fracaso.
Cuatro meses antes de ese partido, el 13 de mayo de 1973, en el d?a de la madre en Estados Unidos, Riggs, que no consegu?a enfrentarse a King, disput? una exhibici?n ante la australiana Margareth Court a la que se impuso por un contundente 6-2 y 6-1, en poco m?s de una hora. La campeona de 24 Grand Slams, de 31 a?os, lejos de su mejor forma acept? jugar, pero sin liderar ning?n tipo de reivindicaci?n como hac?a King, con la que manten?a un pulso fuera de las pistas en la defensa de las tradiciones y las diferencias entre hombres y mujeres con declaraciones hom?fobas y racistas a lo largo de su vida en las que se mostr? a favor del Apartheid en Sud?frica, declarar que el tenis est? "lleno de lesbianas" o que los ni?os transgénero son "obra del diablo".
Insultos sexistas
Tras su contundente victoria ante Court, Riggs lanz? de nuevo el guante a King que, hasta entonces, se hab?a negado a formar parte de aquel despreciable show. “Las tenistas no tienen estabilidad emocional para ser deportistas y deber?an restringir su actividad a la cama y a la cocina”, lleg? a decir p?blicamente Riggs ante un auditorio que entonces re?a sus gracias.“Quiero a Billie Jean King”, insisti?. “Jugaré con ella donde quiera. En tierra, hierba, cemento…con patines si hace falta, si lo cree ?ptimo”.
King, finalmente, acept? jugar contra Riggs para poner fin a la polémica a pesar de que no ten?a nada que ganar y consciente de que una derrota habr?a sido un duro golpe a la credibilidad del tenis femenino profesional. El partido se convirti? en un plebiscito sobre la legitimidad de las mujeres para practicar deportes de competici?n y, en general, sobre sus derechos sociales.
Un cerdo de regalo
King entr? en la pista como si fuera la emperatriz Cleopatra, montada en una litera adornada con plumas llevada por cuatro hombres musculosos con el torso desnudo vestidos al estilo de los antiguos esclavos. Riggs lo sigui? en un carro tirado por un grupo de modelos. Riggs le regal? a King una piruleta gigante de la marca de caramelos Sugar Daddy, y ella le respondi? ofreciéndole un peque?o cerdo. Entre los invitados en el palco estaba el pintor Salvador Dal? y el cheque del premio lo entreg? George Foreman, entonces campe?n mundial de los pesos pesados.
Riggs hab?a recibido 50.000 d?lares (335.000 euros de hoy) por usar una chaqueta amarilla de Sugar Daddy durante el partido, pero que se quit? después de tres juegos y no pudo hacer nada. King lo arroll? sin contemplaci?n por 6-4, 6-3 y 6-3. D?as antes los organizadores del Abierto de Estados Unidos hab?an anunciado la igualdad de los premios de hombres y mujeres en el Grand Slam que entonces se disputaba en Forest Hills.
“Era importante ganar, si quer?amos que la gente se tomase el tenis femenino y a las mujeres en serio”, explicar?a King, cuando la pel?cula de ‘La Batalla de los sexos”, se present? en el cine en 2017. “Aquel partido cambi? muchas mentalidades. Gracias a él, muchos padres se dieron cuenta de que quer?an que sus hijas tuvieran m?s oportunidades de las que sus hermanas y esposas hab?an tenido”.
Diferencias sin resolver
50 a?os después de aquel 21 de septiembre de 1973, las diferencias econ?micas siguen latentes en el circuito femenino y masculino como demuestran los premios para los campeones en las Finales de la ATP y la WTA, donde participan los ocho mejores del a?o y donde Novak Djokovic recibi? el a?o pasado en Tur?n un cheque de 4.470.000 d?lares por el t?tulo y la francesa Caroline Garcia 1.680.000 d?lares, en Guadalajara (México).
La igualdad de los premios solo se ha conseguido hasta el momento en los Grand Slam y en los Masters 1.000 de Indian Wells, Miami y Madrid, aunque la WTA ha lanzado un plan para conseguirlo en su circuito fijado en 2033.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/tenis/cincuenta-anos-batalla-sexos-gano-92317813)
En juego 100.000 d?lares como premio al vencedor, aunque lo ?nico importante para King era la responsabilidad de afrontar un duelo en el que la tenista sent?a que defend?a a todo un sexo. “Creo que si pierdo ese partido, ser? como retroceder 50 a?os”, hab?a dicho la tenista en una de las pocas declaraciones que hizo antes de saltar a la pista.
King aceptaba el reto lanzado por Riggs ante de la petici?n de las tenistas profesionales que ped?an igualdad de premios en los torneos. Ganar el t?tulo en Wimbledon, en el inicio de la era Open (1968), le supuso a Rod Laver un premio de 2.000 libras esterlinas (unos 40.000 euros en la actualidad), mientras King tuvo que conformarse con 750 (13.000) como campeona femenina. Una diferencia que en otros torneos que no fueran los Grand Slam era a?n mucho mayor.
Contrato por un d?lar
Ante esa situaci?n injusta King y otras ocho tenistas (‘Las 9 de Houston’, se las llam?) firmaron un primer contrato profesional por solo un d?lar para crear el circuito profesional Virginia Slims, cuyo primer torneo se celebr? en Houston en 1970, con el apoyo medi?tico de Gladys Heldman, editora de la revista World Tennis, y el econ?mico de Joe Cullman, alto ejecutivo de la empresa tabaquera Philip Morris. Una aventura tan valiente como criticada por los estamentos ten?sticos oficiales de entonces que la ve?an abocada al fracaso.
Cuatro meses antes de ese partido, el 13 de mayo de 1973, en el d?a de la madre en Estados Unidos, Riggs, que no consegu?a enfrentarse a King, disput? una exhibici?n ante la australiana Margareth Court a la que se impuso por un contundente 6-2 y 6-1, en poco m?s de una hora. La campeona de 24 Grand Slams, de 31 a?os, lejos de su mejor forma acept? jugar, pero sin liderar ning?n tipo de reivindicaci?n como hac?a King, con la que manten?a un pulso fuera de las pistas en la defensa de las tradiciones y las diferencias entre hombres y mujeres con declaraciones hom?fobas y racistas a lo largo de su vida en las que se mostr? a favor del Apartheid en Sud?frica, declarar que el tenis est? "lleno de lesbianas" o que los ni?os transgénero son "obra del diablo".
Insultos sexistas
Tras su contundente victoria ante Court, Riggs lanz? de nuevo el guante a King que, hasta entonces, se hab?a negado a formar parte de aquel despreciable show. “Las tenistas no tienen estabilidad emocional para ser deportistas y deber?an restringir su actividad a la cama y a la cocina”, lleg? a decir p?blicamente Riggs ante un auditorio que entonces re?a sus gracias.“Quiero a Billie Jean King”, insisti?. “Jugaré con ella donde quiera. En tierra, hierba, cemento…con patines si hace falta, si lo cree ?ptimo”.
King, finalmente, acept? jugar contra Riggs para poner fin a la polémica a pesar de que no ten?a nada que ganar y consciente de que una derrota habr?a sido un duro golpe a la credibilidad del tenis femenino profesional. El partido se convirti? en un plebiscito sobre la legitimidad de las mujeres para practicar deportes de competici?n y, en general, sobre sus derechos sociales.
Un cerdo de regalo
King entr? en la pista como si fuera la emperatriz Cleopatra, montada en una litera adornada con plumas llevada por cuatro hombres musculosos con el torso desnudo vestidos al estilo de los antiguos esclavos. Riggs lo sigui? en un carro tirado por un grupo de modelos. Riggs le regal? a King una piruleta gigante de la marca de caramelos Sugar Daddy, y ella le respondi? ofreciéndole un peque?o cerdo. Entre los invitados en el palco estaba el pintor Salvador Dal? y el cheque del premio lo entreg? George Foreman, entonces campe?n mundial de los pesos pesados.
Riggs hab?a recibido 50.000 d?lares (335.000 euros de hoy) por usar una chaqueta amarilla de Sugar Daddy durante el partido, pero que se quit? después de tres juegos y no pudo hacer nada. King lo arroll? sin contemplaci?n por 6-4, 6-3 y 6-3. D?as antes los organizadores del Abierto de Estados Unidos hab?an anunciado la igualdad de los premios de hombres y mujeres en el Grand Slam que entonces se disputaba en Forest Hills.
“Era importante ganar, si quer?amos que la gente se tomase el tenis femenino y a las mujeres en serio”, explicar?a King, cuando la pel?cula de ‘La Batalla de los sexos”, se present? en el cine en 2017. “Aquel partido cambi? muchas mentalidades. Gracias a él, muchos padres se dieron cuenta de que quer?an que sus hijas tuvieran m?s oportunidades de las que sus hermanas y esposas hab?an tenido”.
Diferencias sin resolver
50 a?os después de aquel 21 de septiembre de 1973, las diferencias econ?micas siguen latentes en el circuito femenino y masculino como demuestran los premios para los campeones en las Finales de la ATP y la WTA, donde participan los ocho mejores del a?o y donde Novak Djokovic recibi? el a?o pasado en Tur?n un cheque de 4.470.000 d?lares por el t?tulo y la francesa Caroline Garcia 1.680.000 d?lares, en Guadalajara (México).
La igualdad de los premios solo se ha conseguido hasta el momento en los Grand Slam y en los Masters 1.000 de Indian Wells, Miami y Madrid, aunque la WTA ha lanzado un plan para conseguirlo en su circuito fijado en 2033.
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