الريــم
09-16-2023, 01:27 PM
Antonio Soler (M?laga, 1956) ha escrito el libro Yo que fui un perro (Galaxia Gutenberg) y a los lectores, como este que lo entrevista, nos ha quitado el resuello. Es sobre un personaje que puede asociarse con la maldad, cuya manera de ser es, desde que amanece el libro, oscura y dif?cil, obsesiva, dur?sima. La pasi?n de este individuo es mirar atravesado a los otros, como si todos fueran sus enemigos, o sus adversarios, actitud que, adem?s, acomete como si siempre tuviera raz?n con respecto a c?mo son sus amigos, su novia, su madre o sus vecinos. Hasta llegar a la violencia que mezcla desavenencia, ruindad y machismo (https://www.epe.es/es/cultura/20230916/antonio-soler-novelista-libro-machismo-entrevista-juan-cruz-92080379). Soler se encontr? su identidad en unas p?ginas que alguien puso a su disposici?n, de esto hace muchos a?os. Rescatadas, convertidas en met?fora primitiva de un texto que tiene 291 p?ginas, constituye un testimonio contempor?neo de lo que hoy ser?a un machista irrefrenable.
Sin vuelo en el verso, como le gustaba a José Hierro definir la sencillez, el lenguaje directo, es también un testimonio de la gran literatura que le ha servido al autor para contar distintas consecuencias (la guerra, lo oscuro, lo dif?cil, la maldad religiosa, por ejemplo) de la ruindad humana o del descuido. Aparte de Sacramento, su pen?ltima novela sobre un sacerdote real que usaba su p?lpito para obligar a sus feligresas a la org?a, sus libros m?s apreciados son, entre otros, El camino de los ingleses, Ap?stoles y asesinos y Sur.
https://uc-4u.com/clip/99d554fc-4c7b-4a25-8229-4c722bc9fae4_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Portada de ‘Yo que fui un perro’, de Antonio Soler. / ARCHIVO |
A esas cualidades literarias Soler a?ade un admirable sosiego que lo convierte en un ser humano de conversaci?n tan profunda como su escritura. He aqu?, transcrito, un ejemplo de ello. Se hizo la entrevista a través de Zoom, él en su casa de los altos de M?laga y el periodista en el calor de principios del ?ltimo septiembre, en Madrid.
Esta es una novela sobre la maldad, ?no?
Es sobre un tipo que quiere establecer unas normas seg?n las cuales debe regirse su entorno. Ese es el germen auténtico de la maldad, el que llev? a la existencia de personajes como Stalin o Hitler, que no quer?an otra cosa que poner las cosas en orden. Su orden.
De modo que el personaje odia a todo aquel que no se le parezca. Pero también odiar? al que se le parezca…
En él hay como una negaci?n del otro. No quiere aceptar las imposiciones de otro, no quiere ser un perrito faldero, pero a s? mismo se llama perro. Tiene una relaci?n, pero en vez de cortarla trata de modelar de un modo u otro a aquella con la que se encuentra, de la que dice que no quiere ser, precisamente, su perrito faldero.
?C?mo surgi? una novela as??
Al final del libro lo cuento. Me encontré unas p?ginas entre unos libros. Es verdad que las encontré, no es un recurso de ?ltima p?gina. Eran apuntes de un diario de no sé de quien. Me los dios una vecina, consciente de que a mi me gustan los libros. Entre esos libros estaban las p?ginas en las que se inspira la novela.
?Qué hab?a ah??
El n?cleo de una personalidad que a mi me pareci? muy perturbadora. Ah? no hab?a intencionalidad literaria, porque aquello estaba escrito de un modo bastante inmediato y sin esa pretensi?n. Pero s? me pareci? detectar la potencia de un car?cter y de un individuo. Le? y guardé esas p?ginas y al cabo de unos a?os volv? a verlas para darme cuenta de qué impresi?n me segu?an dando. Y me causaron la misma impresi?n: ah? hab?a una pulsi?n muy fuerte que pod?a servir para ahondar en el personaje.
Un personaje que hoy tendr?a que ver con algunos, o muchos, que ahora hacen del machismo una evidencia arrogante, como la del personaje que usted describe aqu?… Un machismo que es de Vox y que, por las alianzas, roza al Partido Popular…
Esa es una reflexi?n que no est? en la novela pero que es necesaria. Me da la impresi?n de que no la hacen en el PP a pesar de que est? en la ra?z de lo que pas? con las elecciones del 23 de julio, cuando se manifiesta con su voto una sociedad que no es eminentemente progresista, pero que desde luego no es machista, y que ha visto en la actitud de Vox en algunas comunidades y en algunos ayuntamientos actitudes que los han llevado a votar lo que han votado.
En el caso de esta novela, su protagonista odia creyendo que es odiado, se repugna a s? mismo y repugna.
S?, porque se considera v?ctima. Le parece que el mundo est? en guerra contra él y apenas comulga con nada. Incluso mide a los amigos al mil?metro: cualquier gesto, cualquier detalle del otro, lo interpreta como una agresi?n. Es obsesi?n, celos; creo que eso viene de una gran inseguridad en s? mismo, propia de alguien que vive en un mundo muy reducido y adem?s vive la relaci?n social como un peligro. Son la gente que luego vemos en los telediarios habiendo hecho alguna barbaridad y de la que los vecinos llegan a decir que parec?an personas normales. Es la naturaleza del lobo solitario, esos que salen con un cuchillo a la calle o los que en Estados Unidos se suben a la azotea y disparan.
"Es obsesi?n, celos; creo que eso viene de una gran inseguridad en s? mismo, propia de alguien que vive en un mundo muy reducido y adem?s vive la relaci?n social como un peligro"
Al final del libro esa tendencia al odio se manifiesta de manera brutal en la escena en que el personaje arremete violentamente con su novia. Como si perdiera la raz?n y, adem?s, como si el enamoramiento del que presume no fuera algo verdadero.
Se tiende a pesar a veces que eso ocurre por disociaci?n con la realidad, pero no es as?. Hay datos suficientes para saber que todo eso responde a una relaci?n concreta y a unos hechos reales… En realidad, él es un enano moral y se identifica con ese personaje cruel, solitario, en guerra contra el mundo. Lee, pero no es un gran exquisito; a él le vienen los libros gracias a un amigo, que es un ilustrado… De él llegan, por ejemplo, los libros de P?o Baroja, en cuya literatura hay individuos que se le parecen… Y cerca tiene a su novia, a la que odia, igual que a su madre, que tampoco le gusta por el mundo con el que se relaciona y que él no controla. Al final, como ocurre con muchos machistas, lo que est? detr?s de este individuo es el control y la manipulaci?n. Lo que quiere es controlar su peque?o mundo.
"Hay un raro virus metido en la cabeza biol?gica de algunos hombres que no soportan la sensaci?n de sentirse desplazados en esa situaci?n que para ellos es nueva y que implica el avance de la mujer en la sociedad"
?l se asoma a su balc?n, ve los edificios, incluido aquel en el que vive su novia, como si fueran amenazas y no s?lo personas quienes los habitan. ?Cu?ndo escribe de ello est? pensando solo en la literatura o en la vida que tenemos alrededor?
Pienso en la vida alrededor. Y como consecuencia de la vida viene la literatura. En efecto, ese edificio es la encarnaci?n de Yolanda, su novia. Ni cemento ni ladrillos, el edificio es su novia, si hay o no hay luz, algo tiene que ver con ella, con Yolanda. Lo que hay en esa fachada repercute en su estado de ?nimo de modo muy directo.
Es un manipulador que quiere hacer da?o, y le har?a da?o a cualquiera. Pero dice que es incapaz “porque soy un cobarde”…
S?, ah? se reconoce as?. Y en otro momento admite que admira a un amigo porque es muy hombre. Ese concepto de lo masculino, ese machismo tan rampl?n, también est? presente. Lo lleva inoculado en la mente. Eso que narro ocurr?a en los a?os 80, pero aqu? est? vigente, por desgracia ocurre también ahora. Hay un raro virus metido en la cabeza biol?gica de algunos hombres que no soportan la sensaci?n de sentirse desplazados en esa situaci?n que para ellos es nueva y que implica el avance de la mujer en la sociedad. As? que se refugian en la antigua isla donde todo es s?lido y la naturaleza del hombre es la que es y no hay que claudicar de ella. Yo creo que en este momento hay algo de esto en la sociedad.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/cultura/antonio-soler-autor-perro-manipulador-92164606)
Sin vuelo en el verso, como le gustaba a José Hierro definir la sencillez, el lenguaje directo, es también un testimonio de la gran literatura que le ha servido al autor para contar distintas consecuencias (la guerra, lo oscuro, lo dif?cil, la maldad religiosa, por ejemplo) de la ruindad humana o del descuido. Aparte de Sacramento, su pen?ltima novela sobre un sacerdote real que usaba su p?lpito para obligar a sus feligresas a la org?a, sus libros m?s apreciados son, entre otros, El camino de los ingleses, Ap?stoles y asesinos y Sur.
https://uc-4u.com/clip/99d554fc-4c7b-4a25-8229-4c722bc9fae4_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Portada de ‘Yo que fui un perro’, de Antonio Soler. / ARCHIVO |
A esas cualidades literarias Soler a?ade un admirable sosiego que lo convierte en un ser humano de conversaci?n tan profunda como su escritura. He aqu?, transcrito, un ejemplo de ello. Se hizo la entrevista a través de Zoom, él en su casa de los altos de M?laga y el periodista en el calor de principios del ?ltimo septiembre, en Madrid.
Esta es una novela sobre la maldad, ?no?
Es sobre un tipo que quiere establecer unas normas seg?n las cuales debe regirse su entorno. Ese es el germen auténtico de la maldad, el que llev? a la existencia de personajes como Stalin o Hitler, que no quer?an otra cosa que poner las cosas en orden. Su orden.
De modo que el personaje odia a todo aquel que no se le parezca. Pero también odiar? al que se le parezca…
En él hay como una negaci?n del otro. No quiere aceptar las imposiciones de otro, no quiere ser un perrito faldero, pero a s? mismo se llama perro. Tiene una relaci?n, pero en vez de cortarla trata de modelar de un modo u otro a aquella con la que se encuentra, de la que dice que no quiere ser, precisamente, su perrito faldero.
?C?mo surgi? una novela as??
Al final del libro lo cuento. Me encontré unas p?ginas entre unos libros. Es verdad que las encontré, no es un recurso de ?ltima p?gina. Eran apuntes de un diario de no sé de quien. Me los dios una vecina, consciente de que a mi me gustan los libros. Entre esos libros estaban las p?ginas en las que se inspira la novela.
?Qué hab?a ah??
El n?cleo de una personalidad que a mi me pareci? muy perturbadora. Ah? no hab?a intencionalidad literaria, porque aquello estaba escrito de un modo bastante inmediato y sin esa pretensi?n. Pero s? me pareci? detectar la potencia de un car?cter y de un individuo. Le? y guardé esas p?ginas y al cabo de unos a?os volv? a verlas para darme cuenta de qué impresi?n me segu?an dando. Y me causaron la misma impresi?n: ah? hab?a una pulsi?n muy fuerte que pod?a servir para ahondar en el personaje.
Un personaje que hoy tendr?a que ver con algunos, o muchos, que ahora hacen del machismo una evidencia arrogante, como la del personaje que usted describe aqu?… Un machismo que es de Vox y que, por las alianzas, roza al Partido Popular…
Esa es una reflexi?n que no est? en la novela pero que es necesaria. Me da la impresi?n de que no la hacen en el PP a pesar de que est? en la ra?z de lo que pas? con las elecciones del 23 de julio, cuando se manifiesta con su voto una sociedad que no es eminentemente progresista, pero que desde luego no es machista, y que ha visto en la actitud de Vox en algunas comunidades y en algunos ayuntamientos actitudes que los han llevado a votar lo que han votado.
En el caso de esta novela, su protagonista odia creyendo que es odiado, se repugna a s? mismo y repugna.
S?, porque se considera v?ctima. Le parece que el mundo est? en guerra contra él y apenas comulga con nada. Incluso mide a los amigos al mil?metro: cualquier gesto, cualquier detalle del otro, lo interpreta como una agresi?n. Es obsesi?n, celos; creo que eso viene de una gran inseguridad en s? mismo, propia de alguien que vive en un mundo muy reducido y adem?s vive la relaci?n social como un peligro. Son la gente que luego vemos en los telediarios habiendo hecho alguna barbaridad y de la que los vecinos llegan a decir que parec?an personas normales. Es la naturaleza del lobo solitario, esos que salen con un cuchillo a la calle o los que en Estados Unidos se suben a la azotea y disparan.
"Es obsesi?n, celos; creo que eso viene de una gran inseguridad en s? mismo, propia de alguien que vive en un mundo muy reducido y adem?s vive la relaci?n social como un peligro"
Al final del libro esa tendencia al odio se manifiesta de manera brutal en la escena en que el personaje arremete violentamente con su novia. Como si perdiera la raz?n y, adem?s, como si el enamoramiento del que presume no fuera algo verdadero.
Se tiende a pesar a veces que eso ocurre por disociaci?n con la realidad, pero no es as?. Hay datos suficientes para saber que todo eso responde a una relaci?n concreta y a unos hechos reales… En realidad, él es un enano moral y se identifica con ese personaje cruel, solitario, en guerra contra el mundo. Lee, pero no es un gran exquisito; a él le vienen los libros gracias a un amigo, que es un ilustrado… De él llegan, por ejemplo, los libros de P?o Baroja, en cuya literatura hay individuos que se le parecen… Y cerca tiene a su novia, a la que odia, igual que a su madre, que tampoco le gusta por el mundo con el que se relaciona y que él no controla. Al final, como ocurre con muchos machistas, lo que est? detr?s de este individuo es el control y la manipulaci?n. Lo que quiere es controlar su peque?o mundo.
"Hay un raro virus metido en la cabeza biol?gica de algunos hombres que no soportan la sensaci?n de sentirse desplazados en esa situaci?n que para ellos es nueva y que implica el avance de la mujer en la sociedad"
?l se asoma a su balc?n, ve los edificios, incluido aquel en el que vive su novia, como si fueran amenazas y no s?lo personas quienes los habitan. ?Cu?ndo escribe de ello est? pensando solo en la literatura o en la vida que tenemos alrededor?
Pienso en la vida alrededor. Y como consecuencia de la vida viene la literatura. En efecto, ese edificio es la encarnaci?n de Yolanda, su novia. Ni cemento ni ladrillos, el edificio es su novia, si hay o no hay luz, algo tiene que ver con ella, con Yolanda. Lo que hay en esa fachada repercute en su estado de ?nimo de modo muy directo.
Es un manipulador que quiere hacer da?o, y le har?a da?o a cualquiera. Pero dice que es incapaz “porque soy un cobarde”…
S?, ah? se reconoce as?. Y en otro momento admite que admira a un amigo porque es muy hombre. Ese concepto de lo masculino, ese machismo tan rampl?n, también est? presente. Lo lleva inoculado en la mente. Eso que narro ocurr?a en los a?os 80, pero aqu? est? vigente, por desgracia ocurre también ahora. Hay un raro virus metido en la cabeza biol?gica de algunos hombres que no soportan la sensaci?n de sentirse desplazados en esa situaci?n que para ellos es nueva y que implica el avance de la mujer en la sociedad. As? que se refugian en la antigua isla donde todo es s?lido y la naturaleza del hombre es la que es y no hay que claudicar de ella. Yo creo que en este momento hay algo de esto en la sociedad.
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