الريــم
08-18-2023, 03:50 PM
Igual que hizo el mago de Oz con las gafas de filtro esmeralda, la pel?cula ‘Barbie’ ha logrado que ahora llevemos unas gafas para ver fucsia la realidad. Tras la explosi?n de este nuevo fen?meno, el color rosa est? en todas partes, a pesar de que hasta -no hace tantos a?os- estaba asociado a la cursiler?a, lleno de estereotipos, y pr?ximo a esa feminidad caricaturizada de la cual tantas mujeres han querido alejarse.
Las marcas de moda han aprovechado la tendencia para apostar por el rosa y normalizarlo
Pero no siempre ha sido as?, sino que el rosa se convirti? en un color con género (el femenino) tras la segunda guerra mundial. Entre otros muchos motivos, por el ‘boom’ del cine, la publicidad y el capitalismo m?s vibrante, con est?mulos constantes en color, que dieron alas a un rosa lleno de vida que, al ir vestido por mujeres ic?nicas, se asimil? con todo el género.
La periodista y experta en moda Elena Mu?oz, recuerda algunos de estos eventos que pusieron el rosa en el mapa de la feminidad. Por ejemplo, la colecci?n ‘shocking pink’ de Elsa Schiaparelli, que inspir? a dise?adores, y cuyo color insignia fue usado por el ic?nico vestido de Marilyn Monroe en ‘Los caballeros las prefieren rubias’.
https://www.uc-4u.com/clip/f9fd81a9-d7ed-44eb-9abd-14e975e0e69a_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Marilyn, con el vestido rosa fucsia subastado, en 'Los caballeros las prefieren rubias'. | Archivo
También contribuyeron Audrey Hepburn, con su vestido de novia rosa (para su segundo matrimonio), Brigitte Bardot, Mamie Einsehower e, incluso, Jackie Kennedy, que llevaba su m?tico traje rosa cuando su marido fue disparado.
Seg?n Dominique Grisard, historiadora y especialista en género, el color rosa, hist?ricamente, evoca la juventud, la vivacidad y la fuerza, debido a su intensidad. Sin embargo, "en Occidente", remarca, al color rosa se le ha asignado el género femenino y se ha usado para, desde bebés, imponer de forma sutil la diferenciaci?n de género y la autoconsciencia de la propia identidad sexual. Es decir, el rosa ha servido, para desde peque?as, ense?arles a las mujeres que son mujeres: con toda la carga social que eso conlleva. Claro, de forma inconsciente.
Occidente ha usado durante a?os el rosa para imponer de forma sutil la diferenciaci?n de género y la identidad sexual
Es por esto por lo que, durante tantos a?os, al rosa se le ha negado su vivacidad, y se le ha dado una descripci?n m?s denostada, con adjetivos que orbitan el espectro de la superficialidad, la banalidad y la cursiler?a. Mu?oz, asegura que, como hist?ricamente todo lo entendido como femenino se ha mirado por encima del hombro, cuando el color rosa fue adjudicado a las mujeres, pas? a ser percibido como bobo, infantil y poco profundo.
A lo largo de los a?os, en las ocho décadas que nos separan de la segunda guerra mundial, el rosa ha pasado por muchas vidas, por supuesto. Grisard cita much?simas de las polémicas que lo han envuelto. Como convertirse en un color con una carga er?tica que, usado en las ni?as, ha servido para sexualizarlas desde peque?as (m?rense los motivos de las adaptaciones de ‘Lolita’). También, se le ha acusado de ser un color que pod?a feminizar a hombres (porque, como durante los campos nazis a las personas ‘queer’ se las se?alaba con un tri?ngulo de este color, el rosa es el anticristo de la masculinidad).
El feminismo ha recuperado el rosa como color identificativo de sus luchas
Pero desde hace una década, esta din?mica se ha invertido. El rosa ya no es este color cursi del cual las mujeres inteligentes deben huir. Estamos en plena era de renacimiento y reapropiaci?n del color, gracias, sobre todo, a los movimientos feministas globales que han aprovechado el t?ndem rosa-feminidad para establecerlo como color identificativo de sus luchas (un par de ejemplos, los 'pussyhats' feministas contra Donald Trump, o los 'sarees' rosas de las manifestaciones contra la violencia de género en India), y a los grupos 'queer' que usan el tri?ngulo nazi rosa como memoria de las v?ctimas y luchas LGTBI.
Al final, esta reapropiaci?n ha servido para que marcas se atrevan a jugar m?s con el color y normalizarlo en muchos armarios. "Ya no es un color tan infantil, ahora tiene cabida en espacios m?s serios, como demuestran, por ejemplo, los trajes de la reina Letizia", detalla Mu?oz. Incluso ha logrado lo impensable: hacerse un hueco en colecciones masculinas sin que los hombres heterosexuales que las visten sientan que la feminidad del rosa se cuela por sus poros como si fuesen estr?genos.
Pero acompa?ada a esta normalizaci?n del rosa, llega otra polémica: la capacidad engullidora del capitalismo. El investigador en género Kévin Bideaux, explica que, a través de celebridades como Nicki Minaj, Miley Cyrus, Rihanna o, m?s recientemente, ‘Barbie’, el mercado ha podido usar la "(re)politizaci?n del rosa como el color del feminismo" para "explotar comercialmente el concepto del empoderamiento".
"Rihanna, que mantiene un discurso fuertemente feminista, no duda en vestir de rosa. En septiembre de 2016, colabor? con la marca Puma. Casi exclusivamente en rosa, la colecci?n ‘Fenty x Puma’ us? el concepto del empoderamiento usado por el feminismo como estrategia de marketing para vender", afirma. As?, las empresas se marcan un doble tanto: venden m?s, y adem?s les sirve como campa?a de comunicaci?n porque se les relaciona con valores progresistas.
Volviendo al ‘boom’ del momento: ?que te quieres comprar una de las much?simas colecciones rosas que acaban de salir en colaci?n a la ‘Barbie’ de Greta Gerwig? Estar?s diciéndole al mundo que eres una persona feminista y que comulgas con los valores antipatriarcales que, claramente, muestra la pel?cula. Pero, como concluye Bideaux, también estar?s participando en una rueda capitalista que acaba de descubrir que, para vender los mismos productos rosas de siempre, ya no tienen que decir "para ni?a", sino "para feministas".
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/sociedad/vidas-rosa-color-cursi-aliado-91087993)
Las marcas de moda han aprovechado la tendencia para apostar por el rosa y normalizarlo
Pero no siempre ha sido as?, sino que el rosa se convirti? en un color con género (el femenino) tras la segunda guerra mundial. Entre otros muchos motivos, por el ‘boom’ del cine, la publicidad y el capitalismo m?s vibrante, con est?mulos constantes en color, que dieron alas a un rosa lleno de vida que, al ir vestido por mujeres ic?nicas, se asimil? con todo el género.
La periodista y experta en moda Elena Mu?oz, recuerda algunos de estos eventos que pusieron el rosa en el mapa de la feminidad. Por ejemplo, la colecci?n ‘shocking pink’ de Elsa Schiaparelli, que inspir? a dise?adores, y cuyo color insignia fue usado por el ic?nico vestido de Marilyn Monroe en ‘Los caballeros las prefieren rubias’.
https://www.uc-4u.com/clip/f9fd81a9-d7ed-44eb-9abd-14e975e0e69a_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Marilyn, con el vestido rosa fucsia subastado, en 'Los caballeros las prefieren rubias'. | Archivo
También contribuyeron Audrey Hepburn, con su vestido de novia rosa (para su segundo matrimonio), Brigitte Bardot, Mamie Einsehower e, incluso, Jackie Kennedy, que llevaba su m?tico traje rosa cuando su marido fue disparado.
Seg?n Dominique Grisard, historiadora y especialista en género, el color rosa, hist?ricamente, evoca la juventud, la vivacidad y la fuerza, debido a su intensidad. Sin embargo, "en Occidente", remarca, al color rosa se le ha asignado el género femenino y se ha usado para, desde bebés, imponer de forma sutil la diferenciaci?n de género y la autoconsciencia de la propia identidad sexual. Es decir, el rosa ha servido, para desde peque?as, ense?arles a las mujeres que son mujeres: con toda la carga social que eso conlleva. Claro, de forma inconsciente.
Occidente ha usado durante a?os el rosa para imponer de forma sutil la diferenciaci?n de género y la identidad sexual
Es por esto por lo que, durante tantos a?os, al rosa se le ha negado su vivacidad, y se le ha dado una descripci?n m?s denostada, con adjetivos que orbitan el espectro de la superficialidad, la banalidad y la cursiler?a. Mu?oz, asegura que, como hist?ricamente todo lo entendido como femenino se ha mirado por encima del hombro, cuando el color rosa fue adjudicado a las mujeres, pas? a ser percibido como bobo, infantil y poco profundo.
A lo largo de los a?os, en las ocho décadas que nos separan de la segunda guerra mundial, el rosa ha pasado por muchas vidas, por supuesto. Grisard cita much?simas de las polémicas que lo han envuelto. Como convertirse en un color con una carga er?tica que, usado en las ni?as, ha servido para sexualizarlas desde peque?as (m?rense los motivos de las adaptaciones de ‘Lolita’). También, se le ha acusado de ser un color que pod?a feminizar a hombres (porque, como durante los campos nazis a las personas ‘queer’ se las se?alaba con un tri?ngulo de este color, el rosa es el anticristo de la masculinidad).
El feminismo ha recuperado el rosa como color identificativo de sus luchas
Pero desde hace una década, esta din?mica se ha invertido. El rosa ya no es este color cursi del cual las mujeres inteligentes deben huir. Estamos en plena era de renacimiento y reapropiaci?n del color, gracias, sobre todo, a los movimientos feministas globales que han aprovechado el t?ndem rosa-feminidad para establecerlo como color identificativo de sus luchas (un par de ejemplos, los 'pussyhats' feministas contra Donald Trump, o los 'sarees' rosas de las manifestaciones contra la violencia de género en India), y a los grupos 'queer' que usan el tri?ngulo nazi rosa como memoria de las v?ctimas y luchas LGTBI.
Al final, esta reapropiaci?n ha servido para que marcas se atrevan a jugar m?s con el color y normalizarlo en muchos armarios. "Ya no es un color tan infantil, ahora tiene cabida en espacios m?s serios, como demuestran, por ejemplo, los trajes de la reina Letizia", detalla Mu?oz. Incluso ha logrado lo impensable: hacerse un hueco en colecciones masculinas sin que los hombres heterosexuales que las visten sientan que la feminidad del rosa se cuela por sus poros como si fuesen estr?genos.
Pero acompa?ada a esta normalizaci?n del rosa, llega otra polémica: la capacidad engullidora del capitalismo. El investigador en género Kévin Bideaux, explica que, a través de celebridades como Nicki Minaj, Miley Cyrus, Rihanna o, m?s recientemente, ‘Barbie’, el mercado ha podido usar la "(re)politizaci?n del rosa como el color del feminismo" para "explotar comercialmente el concepto del empoderamiento".
"Rihanna, que mantiene un discurso fuertemente feminista, no duda en vestir de rosa. En septiembre de 2016, colabor? con la marca Puma. Casi exclusivamente en rosa, la colecci?n ‘Fenty x Puma’ us? el concepto del empoderamiento usado por el feminismo como estrategia de marketing para vender", afirma. As?, las empresas se marcan un doble tanto: venden m?s, y adem?s les sirve como campa?a de comunicaci?n porque se les relaciona con valores progresistas.
Volviendo al ‘boom’ del momento: ?que te quieres comprar una de las much?simas colecciones rosas que acaban de salir en colaci?n a la ‘Barbie’ de Greta Gerwig? Estar?s diciéndole al mundo que eres una persona feminista y que comulgas con los valores antipatriarcales que, claramente, muestra la pel?cula. Pero, como concluye Bideaux, también estar?s participando en una rueda capitalista que acaba de descubrir que, para vender los mismos productos rosas de siempre, ya no tienen que decir "para ni?a", sino "para feministas".
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