الريــم
07-21-2023, 11:47 PM
La cuarta y ?ltima jornada de esta ronda de audiencias convocadas para examinar las cuestiones previas planteadas por la defensa de Juan Carlos I ante la demanda civil (acoso, vigilancia ilegal y difamaci?n) de su examante Corinna zu Sayn-Wittgenstein termin? este viernes 21 de julio con una exhortaci?n a la juez Rowena Rice Collins: deniegue la desestimaci?n sumaria (strike out application) de la demanda que pide Juan Carlos I, ratifique la jurisdicci?n brit?nica, acuerde que el rey emérito firme su escrito de defensa sobre los hechos para la tramitar este procedimiento (case management) a juicio.
En su exposici?n, el abogado Andrew Green, se?al? que, en efecto, Juan Carlos I no ha presentado hasta ahora un escrito de defensa ante los hechos que le imputa Corinna. En los escritos, sus abogados niegan el acoso. Pero no han entrado en el fondo de las acusaciones. Por ello, claro, tampoco ha presentado pruebas en contrario o testigos.
En estas cuatro sesiones, los abogados de Corinna -en estas ?ltimas dos sesiones el barrister Green-han hecho una evaluaci?n de los hechos entre 2012 y 2020. Aunque el presunto acoso anterior al 18 de junio de 2014, fecha de la abdicaci?n de Juan Carlos I, no puede ser sometido a juicio porque la Corte de Apelaciones le ha dado la inmunidad de Estado -los servicios que le habr?a prestado el general Félix Sanz Rold?n, entonces director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), han sido considerados actos oficiales cubiertos por la inmunidad en tanto que Juan Carlos I era rey en ejercicio-, los abogados de Corinna invocan esas conductas como antecedentes de una presunta acci?n continuada de acoso que sigui? y se intensific? después de la abdicaci?n.
Ese presunto acoso, seg?n Corinna, conoci? un desarrollo importante cuando en la reuni?n del 12 de septiembre de 2014, celebrada entre Juan Carlos I, su abogado suizo, Dante Canonica, y la examante, en el The Connaught Hotel en el barrio londinense de Myfair. En dicho encuentro, Corrinna fue interpelada directamente por el flamante emérito -hab?a abdicado apenas tres meses antes el 18 de junio de 2014- para que pusiera a su disposici?n dinero contante y sonante de los 64,8 millones de euros que le hab?a donado de forma irrevocable (los documentos los redact? el abogado Canonica) a primeros de junio de 2012 al cerrarse la cuenta de la fundaci?n paname?a Lucum (cuyo beneficiario eran Juan Carlos I y sus herederos, el entonces pr?ncipe de Asturias y sus hermanas). Su negativa habr?a provocada la persecuci?n para que, a fin de cuentas, le devolviera todo el dinero. Los abogados explicaron que, por tanto, no fue un regalo sino un intento de Juan Carlos I de usufructuar el dinero que le hab?a presuntamente regalado el rey saud? Abdulaziz en 2008 a través de Corinna como mujer de paja. Una fiduciaria, vaya.
Ahora bien, al mencionar los hechos de 2012-2014 como acoso antecedente (entrada y registro en el domicilio y oficinas de Corinna en M?naco, en mayo de 2012, entre otros), el relato aflora sin quererlo un agujero.
Si la “visita” que recibi? Corinna por parte del general Sanz Rold?n en el The Connaught Hotel el 5 de mayo de 2012 -donde, seg?n la examante, le amenaz? tanto a ella como a sus hijos- form? parte del acoso, ?por qué 30 d?as después, a primeros de junio de 2012, Juan Carlos I (hay que entender que con la luz verde de su asesor ?ntimo, el general Sanz Rold?n) le transfiri? 100 millones de d?lares (64,8 millones de euros) a una cuenta suya en Nassau (Bahamas)?
El acoso y la donaci?n al tiempo no encajan en el puzle. Preguntada sobre esto, Corinna suele responder que la donaci?n irrevocable fue decidida en noviembre de 2011. Y aunque existen indicios de que as? fue, ello no zanja la cuesti?n.
El relato de hechos que han hecho sus abogados en los ?ltimos d?as reiteran la secuencia de esos hechos que, curiosamente, la defensa de Juan Carlos I no ha rebatido. El viaje de Sanz Rold?n el 5 de mayo de 2012 a Londres -que indudablemente tuvo lugar por iniciativa de Juan Carlos I- encaja en el puzle no como acoso sino como una visita dirigida a formalizar el pacto de transferirle el dinero.
La realidad: después de ese encuentro en la suite del pr?ncipe (The Prince’s Lodge), la n?mero 518, entre el general y la examante, Canonica, siguiendo instrucciones de Juan Carlos I, transfiri? los 64,8 millones de euros a una cuenta de Corinna, abierta al efecto, desde Suiza en el banco Gonet, Nassau (Bahamas).
Corinna explic? en calidad de imputada al fiscal helvético Yves Bertossa, en diciembre de 2018, que Juan Carlos I le regal? el dinero probablemente con la idea de que era la manera de recuperar la relaci?n con ella. En sus alegaciones ante la High Court of Justice (Tribunal Superior de Inglaterra y Gales), la examante narra que después de su abdicaci?n, las visitas a Londres de Juan Carlos I se hicieron m?s frecuentes y que ella colabor? con la redecoraci?n de una casa en el barrio de Knightsbridge, junto a Hyde Park, que le hab?a regalado el sult?n de Om?n (valorada en 62 millones de euros). El emérito, cierto es, consult? en su d?a, cuando todav?a era monarca en ejercicio, la posibilidad de divorciarse de la reina Sof?a, para volver a contraer matrimonio con Corinna.
Idilio menguante
Por tanto, en esta partida de ajedrez de un idilio menguante uno de los dos contendientes sab?a muy bien lo que quer?a e hizo movimientos de ficha que provocaron que el otro se confiara sobre el desenlace final. Corinna sigui? el juego al rey emérito, quien después de defraudar a la Hacienda espa?ola, entre el 8 de agosto de 2008, cuando recibi? la transferencia en su cuenta de Lucum, y 2012, le dio otra vuelta de tuerca. En lugar de beneficiarse de la amnist?a fiscal del Gobierno de Mariano Rajoy en aquellas fechas lo puso a nombre de quien, cre?a, le permitir?a tenerlo a buen recaudo en un para?so fiscal (Bahamas) y usufructuarlo.
Porqué ?c?mo el rey de Espa?a en ejercicio iba a declarar el dinero negro a Hacienda en 2012? ?No ser?a la guinda para un posible final de la monarqu?a al trascender como inevitablemente ocurrir?a?
Cuando uno oye a los abogados de una y otra parte en el sal?n del Tribunal Superior de Justicia de Inglaterra y Gales comentar los hechos y los asuntos procesales, y a la jueza Collins Rice hacer preguntas, se pregunta si todo esto no es algo m?s que una nota a pie de p?gina de la historia de la monarqu?a espa?ola resucitada por el dictador, Francisco Franco, en la ley de Sucesi?n en la Jefatura del Estado, en 1947, al constituir, después de 16 a?os (ca?da de la monarqu?a y proclamaci?n de la rep?blica el 14 de abril de 1931), a Espa?a nuevamente en reino. Discuten sobre acoso, intervenciones telef?nicas e inform?ticas, seguimientos, amenazas, fortunas que van de un pa?s a otro y de una cuenta a otra, fraudes, y esto no ha llegado a juicio todav?a, es decir, falta por conocer las pruebas y los testigos.
Y la conclusi?n, como dice un barrister de origen espa?ol a EL PERI?DICO, del grupo Prensa Ibérica, casi inevitable es: “Me extra?a que no hayan pactado todav?a. Patético”. Pero es muy dif?cil pactar para Juan Carlos I (y para la Casa de su Majestad. Felipe VI por las repercusiones). “Pactar cuesta siempre. Tienen un caos grande en su defensa”, replica el barrister. Ahora ya sabemos que Corinna ha puesto el precio muy alto aunque l?gicamente podr?a rebajarlo: 146 millones de euros.
Pero es que Juan Carlos I no pod?a confesar que hab?a defraudado y mantuvo la fortuna fuera -a mal recaudo por lo que se ha podido ver- y tampoco puede pactar con Corinna.
Aunque es cierto que finalmente se vio obligado a pagar a Hacienda cinco millones de euros para regularizar su fraude, marchar a Emiratos ?rabes Unidos (EAU) y obtener su domicilio fiscal all?.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/nacional/rechace-desestimar-sumariamente-demanda-juan-90181558)
En su exposici?n, el abogado Andrew Green, se?al? que, en efecto, Juan Carlos I no ha presentado hasta ahora un escrito de defensa ante los hechos que le imputa Corinna. En los escritos, sus abogados niegan el acoso. Pero no han entrado en el fondo de las acusaciones. Por ello, claro, tampoco ha presentado pruebas en contrario o testigos.
En estas cuatro sesiones, los abogados de Corinna -en estas ?ltimas dos sesiones el barrister Green-han hecho una evaluaci?n de los hechos entre 2012 y 2020. Aunque el presunto acoso anterior al 18 de junio de 2014, fecha de la abdicaci?n de Juan Carlos I, no puede ser sometido a juicio porque la Corte de Apelaciones le ha dado la inmunidad de Estado -los servicios que le habr?a prestado el general Félix Sanz Rold?n, entonces director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), han sido considerados actos oficiales cubiertos por la inmunidad en tanto que Juan Carlos I era rey en ejercicio-, los abogados de Corinna invocan esas conductas como antecedentes de una presunta acci?n continuada de acoso que sigui? y se intensific? después de la abdicaci?n.
Ese presunto acoso, seg?n Corinna, conoci? un desarrollo importante cuando en la reuni?n del 12 de septiembre de 2014, celebrada entre Juan Carlos I, su abogado suizo, Dante Canonica, y la examante, en el The Connaught Hotel en el barrio londinense de Myfair. En dicho encuentro, Corrinna fue interpelada directamente por el flamante emérito -hab?a abdicado apenas tres meses antes el 18 de junio de 2014- para que pusiera a su disposici?n dinero contante y sonante de los 64,8 millones de euros que le hab?a donado de forma irrevocable (los documentos los redact? el abogado Canonica) a primeros de junio de 2012 al cerrarse la cuenta de la fundaci?n paname?a Lucum (cuyo beneficiario eran Juan Carlos I y sus herederos, el entonces pr?ncipe de Asturias y sus hermanas). Su negativa habr?a provocada la persecuci?n para que, a fin de cuentas, le devolviera todo el dinero. Los abogados explicaron que, por tanto, no fue un regalo sino un intento de Juan Carlos I de usufructuar el dinero que le hab?a presuntamente regalado el rey saud? Abdulaziz en 2008 a través de Corinna como mujer de paja. Una fiduciaria, vaya.
Ahora bien, al mencionar los hechos de 2012-2014 como acoso antecedente (entrada y registro en el domicilio y oficinas de Corinna en M?naco, en mayo de 2012, entre otros), el relato aflora sin quererlo un agujero.
Si la “visita” que recibi? Corinna por parte del general Sanz Rold?n en el The Connaught Hotel el 5 de mayo de 2012 -donde, seg?n la examante, le amenaz? tanto a ella como a sus hijos- form? parte del acoso, ?por qué 30 d?as después, a primeros de junio de 2012, Juan Carlos I (hay que entender que con la luz verde de su asesor ?ntimo, el general Sanz Rold?n) le transfiri? 100 millones de d?lares (64,8 millones de euros) a una cuenta suya en Nassau (Bahamas)?
El acoso y la donaci?n al tiempo no encajan en el puzle. Preguntada sobre esto, Corinna suele responder que la donaci?n irrevocable fue decidida en noviembre de 2011. Y aunque existen indicios de que as? fue, ello no zanja la cuesti?n.
El relato de hechos que han hecho sus abogados en los ?ltimos d?as reiteran la secuencia de esos hechos que, curiosamente, la defensa de Juan Carlos I no ha rebatido. El viaje de Sanz Rold?n el 5 de mayo de 2012 a Londres -que indudablemente tuvo lugar por iniciativa de Juan Carlos I- encaja en el puzle no como acoso sino como una visita dirigida a formalizar el pacto de transferirle el dinero.
La realidad: después de ese encuentro en la suite del pr?ncipe (The Prince’s Lodge), la n?mero 518, entre el general y la examante, Canonica, siguiendo instrucciones de Juan Carlos I, transfiri? los 64,8 millones de euros a una cuenta de Corinna, abierta al efecto, desde Suiza en el banco Gonet, Nassau (Bahamas).
Corinna explic? en calidad de imputada al fiscal helvético Yves Bertossa, en diciembre de 2018, que Juan Carlos I le regal? el dinero probablemente con la idea de que era la manera de recuperar la relaci?n con ella. En sus alegaciones ante la High Court of Justice (Tribunal Superior de Inglaterra y Gales), la examante narra que después de su abdicaci?n, las visitas a Londres de Juan Carlos I se hicieron m?s frecuentes y que ella colabor? con la redecoraci?n de una casa en el barrio de Knightsbridge, junto a Hyde Park, que le hab?a regalado el sult?n de Om?n (valorada en 62 millones de euros). El emérito, cierto es, consult? en su d?a, cuando todav?a era monarca en ejercicio, la posibilidad de divorciarse de la reina Sof?a, para volver a contraer matrimonio con Corinna.
Idilio menguante
Por tanto, en esta partida de ajedrez de un idilio menguante uno de los dos contendientes sab?a muy bien lo que quer?a e hizo movimientos de ficha que provocaron que el otro se confiara sobre el desenlace final. Corinna sigui? el juego al rey emérito, quien después de defraudar a la Hacienda espa?ola, entre el 8 de agosto de 2008, cuando recibi? la transferencia en su cuenta de Lucum, y 2012, le dio otra vuelta de tuerca. En lugar de beneficiarse de la amnist?a fiscal del Gobierno de Mariano Rajoy en aquellas fechas lo puso a nombre de quien, cre?a, le permitir?a tenerlo a buen recaudo en un para?so fiscal (Bahamas) y usufructuarlo.
Porqué ?c?mo el rey de Espa?a en ejercicio iba a declarar el dinero negro a Hacienda en 2012? ?No ser?a la guinda para un posible final de la monarqu?a al trascender como inevitablemente ocurrir?a?
Cuando uno oye a los abogados de una y otra parte en el sal?n del Tribunal Superior de Justicia de Inglaterra y Gales comentar los hechos y los asuntos procesales, y a la jueza Collins Rice hacer preguntas, se pregunta si todo esto no es algo m?s que una nota a pie de p?gina de la historia de la monarqu?a espa?ola resucitada por el dictador, Francisco Franco, en la ley de Sucesi?n en la Jefatura del Estado, en 1947, al constituir, después de 16 a?os (ca?da de la monarqu?a y proclamaci?n de la rep?blica el 14 de abril de 1931), a Espa?a nuevamente en reino. Discuten sobre acoso, intervenciones telef?nicas e inform?ticas, seguimientos, amenazas, fortunas que van de un pa?s a otro y de una cuenta a otra, fraudes, y esto no ha llegado a juicio todav?a, es decir, falta por conocer las pruebas y los testigos.
Y la conclusi?n, como dice un barrister de origen espa?ol a EL PERI?DICO, del grupo Prensa Ibérica, casi inevitable es: “Me extra?a que no hayan pactado todav?a. Patético”. Pero es muy dif?cil pactar para Juan Carlos I (y para la Casa de su Majestad. Felipe VI por las repercusiones). “Pactar cuesta siempre. Tienen un caos grande en su defensa”, replica el barrister. Ahora ya sabemos que Corinna ha puesto el precio muy alto aunque l?gicamente podr?a rebajarlo: 146 millones de euros.
Pero es que Juan Carlos I no pod?a confesar que hab?a defraudado y mantuvo la fortuna fuera -a mal recaudo por lo que se ha podido ver- y tampoco puede pactar con Corinna.
Aunque es cierto que finalmente se vio obligado a pagar a Hacienda cinco millones de euros para regularizar su fraude, marchar a Emiratos ?rabes Unidos (EAU) y obtener su domicilio fiscal all?.
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