الريــم
07-18-2023, 09:47 AM
Se acab?. Superada la pandemia, la Comisi?n Europea (CE) pone punto final a la pol?tica de gasto p?blico a espuertas de los ?ltimos a?os. Bruselas someter? a Espa?a a la disciplina fiscal desde 2024, un corsé con el que tendr? que lidiar el pr?ximo Gobierno. No le ser? f?cil. El pa?s est? por encima del 'cl?sico' 3-60 que las instituciones comunitarias imponen como l?mite: m?ximo un 3% de déficit (los gastos del conjunto de la Administraci?n no pueden superar a los ingresos en m?s de ese porcentaje sobre el PIB nacional) y un 60% de deuda. Espa?a cerr? 2022 con un déficit del 4,8%. La deuda se situ? en el 113,1%. Con tales cifras, el pa?s estar? bajo la lupa de la CE, que no va a conformarse con reducciones cosméticas. Un alto nivel de exigencia y de compromiso con la estabilidad financiera que deber? tener muy presente el pr?ximo ministro de Hacienda llegado el momento de revisar la fiscalidad.
La Fundaci?n Nueva Econom?a (New Economics Foundation) ya ha avisado que controlar el déficit y mantener impuestos (y por supuesto bajarlos) dif?cilmente podr?n compatibilizarse con el gran volumen de inversiones que exige el cumplimiento de las pol?ticas estratégicas comunitarias, sin ir m?s lejos las medioambientales. El nuevo Ejecutivo puede encontrarse un escenario en el que no exista la 'victoria': o se salta el déficit, o se recorta el gasto, o se suben impuestos. Y como quiera que incumplir el déficit no parece una opci?n ante una Bruselas que espera de los pa?ses el mismo compromiso que esta les mostr? en la pandemia, quedan los recortes y los tributos. En esa tesitura, el problema para un eventual gobierno a la izquierda y liderado por el PSOE se presenta tan complejo como el que tendr?a un ejecutivo a la derecha y liderado por el PP.
Alberto N??ez-Feij?o tiene en la bajada de impuestos uno de sus grandes reclamos electorales por m?s que las voces que alertan sobre su inconveniencia sean cada vez m?s numerosas. Alimentar?a la inflaci?n, sostienen. Adem?s, un programa de alivio tributario digamos ambicioso supondr?a una merma en los ingresos justo cuando la CE cierra el grifo del dinero y reactiva las reglas fiscales. Habr?a que recortar gasto. De lo contrario, ser?a dif?cil cumplir el calendario de inversiones que exige la futura Europa verde.
El l?der del PP ha criticado los impuestos a la banca y a las grandes energéticas del bipartito PSOE-Podemos. Sin embargo, en ninguno de estos dos sectores se da por descontado, ni mucho menos, que un eventual gobierno de centroderecha vaya a suprimir sin m?s este controvertido tributo. Clara se?al de incertidumbre. En las empresas son conscientes de que al futuro Ejecutivo, sea del color que sea, no le van a sobrar los recursos. Una cosa es la voluntad y otra, la realidad. Y la realidad es que N??ez-Feij?o ha prometido una rebaja del IRPF en favor de las rentas medias-bajas (quienes ganan menos de 40.000 euros) para paliar el mayor coste de vida. Una rebaja que ser?a inmediata, en sus primeros cien d?as como inquilino en la Moncloa. Con esa gran promesa, el margen para 'tocar' otros tributos se reducir?a sobremanera.
Del otro lado, la experiencia dice quePedro S?nchez podr?a asumir con mayor cintura, o con menos recelos, no solo el mantenimiento de la fiscalidad, sino incluso su endurecimiento. De hecho podr?a no tener otro remedio. Sobre todo si Yolanda D?az y Sumar vuelven a tener sitio en un eventual gobierno a la izquierda, y lo cierto es que no parece vislumbrarse gobierno alguno a la izquierda sin Yolanda D?az y Sumar. As? que no solo se trata de la 'hoja de ruta' de la CE hacia la futura Europa verde, sino de medidas como la de dar 20.000 euros a los j?venes que cumplan 18 a?os para promover el emprendimiento, lo que costar?a alrededor de 8.000 millones, un 0,8% del PIB. Es solo uno de los varios anuncios de Sumar, pero es suficiente para entender por qué no cabr?a rebaja fiscal con un nuevo Ejecutivo en el que el PSOE dependiera de una confluencia con los partidos ubicados a su izquierda y, muy probablemente, los independentistas vascos y/o catalanes. M?s gasto, como por ejemplo para ese cheque a los j?venes, conlleva la b?squeda de nuevas f?rmulas de ingresos. En especial cuando la v?a del déficit estar? bajo la vigilancia de las autoridades europeas y cuando el actual Gobierno no precisamente ha escatimado en gastos. Sin ir m?s lejos, el Consejo de Ministros acaba de aprobar un nuevo paquete de ayudas de 9.000 millones. Ah? se incluyen la rebaja del IVA en los alimentos b?sicos y la bonificaci?n en el transporte, que se prorrogan hasta el 31 de diciembre. Nadia Calvi?o cifr? el coste de todos los planes de alivio aprobados hasta la fecha en casi 50.000 millones de euros. Planes que conviven desde hace muchos meses con la negativa a deflactar el IRPF, que lejos de ser una bajada del impuesto no es m?s que un ajuste para adaptarlo a la depreciaci?n de los ingresos por la inflaci?n.
A todas estas, al fondo est? la ejecuci?n de los fondos europeos. O m?s bien al frente. La patronal viene insistiendo en que los dineros comunitarios no est?n llegando a la econom?a real, que es justo lo peor que podr?a pasar: que sea la Administraci?n la que aglutine una inyecci?n de recursos llamada a transformar el pa?s. M?s all? del baile de cifras y de porcentajes, lo cierto es que los fondos efectivamente ejecutados (que no es sin?nimo de comprometidos o asignados, sino de gastados en aquello para lo que se recibieron) siguen siendo una parte menor. En esto ?ltimo s? hay consenso, es una certeza que convive con otra: el dinero debe estar ejecutado a 31 de diciembre de 2026. La ampliaci?n de los plazos es cada vez m?s factible, pero Bruselas no ir? mucho m?s all?, con lo que ser? el gobierno que salga de las urnas el 23J el que pasar? a la historia como el gran responsable del éxito o del fracaso de los NextGeneration.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/nacional/legislatura-marcada-disciplina-bruselas-fondos-90011887)
La Fundaci?n Nueva Econom?a (New Economics Foundation) ya ha avisado que controlar el déficit y mantener impuestos (y por supuesto bajarlos) dif?cilmente podr?n compatibilizarse con el gran volumen de inversiones que exige el cumplimiento de las pol?ticas estratégicas comunitarias, sin ir m?s lejos las medioambientales. El nuevo Ejecutivo puede encontrarse un escenario en el que no exista la 'victoria': o se salta el déficit, o se recorta el gasto, o se suben impuestos. Y como quiera que incumplir el déficit no parece una opci?n ante una Bruselas que espera de los pa?ses el mismo compromiso que esta les mostr? en la pandemia, quedan los recortes y los tributos. En esa tesitura, el problema para un eventual gobierno a la izquierda y liderado por el PSOE se presenta tan complejo como el que tendr?a un ejecutivo a la derecha y liderado por el PP.
Alberto N??ez-Feij?o tiene en la bajada de impuestos uno de sus grandes reclamos electorales por m?s que las voces que alertan sobre su inconveniencia sean cada vez m?s numerosas. Alimentar?a la inflaci?n, sostienen. Adem?s, un programa de alivio tributario digamos ambicioso supondr?a una merma en los ingresos justo cuando la CE cierra el grifo del dinero y reactiva las reglas fiscales. Habr?a que recortar gasto. De lo contrario, ser?a dif?cil cumplir el calendario de inversiones que exige la futura Europa verde.
El l?der del PP ha criticado los impuestos a la banca y a las grandes energéticas del bipartito PSOE-Podemos. Sin embargo, en ninguno de estos dos sectores se da por descontado, ni mucho menos, que un eventual gobierno de centroderecha vaya a suprimir sin m?s este controvertido tributo. Clara se?al de incertidumbre. En las empresas son conscientes de que al futuro Ejecutivo, sea del color que sea, no le van a sobrar los recursos. Una cosa es la voluntad y otra, la realidad. Y la realidad es que N??ez-Feij?o ha prometido una rebaja del IRPF en favor de las rentas medias-bajas (quienes ganan menos de 40.000 euros) para paliar el mayor coste de vida. Una rebaja que ser?a inmediata, en sus primeros cien d?as como inquilino en la Moncloa. Con esa gran promesa, el margen para 'tocar' otros tributos se reducir?a sobremanera.
Del otro lado, la experiencia dice quePedro S?nchez podr?a asumir con mayor cintura, o con menos recelos, no solo el mantenimiento de la fiscalidad, sino incluso su endurecimiento. De hecho podr?a no tener otro remedio. Sobre todo si Yolanda D?az y Sumar vuelven a tener sitio en un eventual gobierno a la izquierda, y lo cierto es que no parece vislumbrarse gobierno alguno a la izquierda sin Yolanda D?az y Sumar. As? que no solo se trata de la 'hoja de ruta' de la CE hacia la futura Europa verde, sino de medidas como la de dar 20.000 euros a los j?venes que cumplan 18 a?os para promover el emprendimiento, lo que costar?a alrededor de 8.000 millones, un 0,8% del PIB. Es solo uno de los varios anuncios de Sumar, pero es suficiente para entender por qué no cabr?a rebaja fiscal con un nuevo Ejecutivo en el que el PSOE dependiera de una confluencia con los partidos ubicados a su izquierda y, muy probablemente, los independentistas vascos y/o catalanes. M?s gasto, como por ejemplo para ese cheque a los j?venes, conlleva la b?squeda de nuevas f?rmulas de ingresos. En especial cuando la v?a del déficit estar? bajo la vigilancia de las autoridades europeas y cuando el actual Gobierno no precisamente ha escatimado en gastos. Sin ir m?s lejos, el Consejo de Ministros acaba de aprobar un nuevo paquete de ayudas de 9.000 millones. Ah? se incluyen la rebaja del IVA en los alimentos b?sicos y la bonificaci?n en el transporte, que se prorrogan hasta el 31 de diciembre. Nadia Calvi?o cifr? el coste de todos los planes de alivio aprobados hasta la fecha en casi 50.000 millones de euros. Planes que conviven desde hace muchos meses con la negativa a deflactar el IRPF, que lejos de ser una bajada del impuesto no es m?s que un ajuste para adaptarlo a la depreciaci?n de los ingresos por la inflaci?n.
A todas estas, al fondo est? la ejecuci?n de los fondos europeos. O m?s bien al frente. La patronal viene insistiendo en que los dineros comunitarios no est?n llegando a la econom?a real, que es justo lo peor que podr?a pasar: que sea la Administraci?n la que aglutine una inyecci?n de recursos llamada a transformar el pa?s. M?s all? del baile de cifras y de porcentajes, lo cierto es que los fondos efectivamente ejecutados (que no es sin?nimo de comprometidos o asignados, sino de gastados en aquello para lo que se recibieron) siguen siendo una parte menor. En esto ?ltimo s? hay consenso, es una certeza que convive con otra: el dinero debe estar ejecutado a 31 de diciembre de 2026. La ampliaci?n de los plazos es cada vez m?s factible, pero Bruselas no ir? mucho m?s all?, con lo que ser? el gobierno que salga de las urnas el 23J el que pasar? a la historia como el gran responsable del éxito o del fracaso de los NextGeneration.
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