الريــم
07-17-2023, 02:00 PM
En la noche del 7 de agosto de 1945, aproximadamente 36 horas después de que el bombardero B-29 Enola Gay*arrojara sobre Hiroshima una bomba de uranio, los cient?ficos y militares destinados en el*Laboratorio Nacional de Los ?lamos*(el enorme y secreto complejo de Nuevo México en el que se centralizaban las investigaciones del*Proyecto Manhattan*para el desarrollo de*las primeras armas nucleares) organizaron varias fiestas para celebrar el éxito de la misi?n. La alegr?a inicial por la victoria militar pronto dio paso, sin embargo, a una compleja mezcla de sentimientos, especialmente entre los civiles involucrados.*Robert Oppenheimer, el director cient?fico del proyecto, asisti? a una de las fiestas, pero se march? pronto; al hacerlo, vio a uno de los f?sicos vomitando en unos arbustos y no porque hubiera bebido demasiado. “La imagen le hizo darse cuenta de que hab?an empezado a sufrirse las consecuencias”.
La anécdota, que condensa con ejemplar econom?a de medios todo el vértigo que se apoder? de quienes participaron en*el nacimiento de la bomba at?mica*al descubrir el poder destructivo de su creaci?n, aparece relatada en*‘Prometeo americano. El triunfo y la tragedia de J. Robert Oppenheimer’, la monumental biograf?a escrita por*Kai Bird y Martin J. Sherwin*en la que se basa la pel?cula de*Christopher Nolan*sobre el cient?fico que cambi? el concepto de la guerra al construir el artefacto m?s mortal de todos los tiempos. El libro, que en 2006 mereci? el Premio Pulitzer de Biograf?a, fue publicado a principios de este a?o en castellano por el sello Debate de Penguin Random House.
Seminarios y martinis
Bird y Sherwin (que falleci? en 2021) se pasaron*30 a?os entrevistando a familiares, amigos y colegas*de Oppenheimer, analizando sus documentos privados, repasando todas las entrevistas que concedi? y los discursos que pronunci? y escarbando en*los archivos del FBI y de la Comisi?n de Energ?a At?mica, organismos que promovieron una campa?a contra el cient?fico estadounidense m?s importante de su generaci?n y propiciaron su ca?da en desgracia. El resultado de los esfuerzos de los autores es una obra imponente y perspicaz que busca (y encuentra) preciosas claves de la compleja personalidad del protagonista tanto en los seminarios de f?sica te?rica que impart?a como en los martinis que preparaba en la cocina de su caba?a en Los ?lamos.
https://www.uc-4u.com/clip/bd2ca3f8-98ab-4323-b66f-8aeba3f9d37a_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Portada del libro de Kai Bird y Martin J. Sherwin. | DEBATE
La historia, como bien supo ver Nolan, tiene*los ingredientes del m?s absorbente ‘thriller’ pol?tico y de la tragedia griega. Nacido en Nueva York en 1905 (un a?o antes de que*Albert Einstein*publicara su teor?a especial de la relatividad),*Julius Robert Oppenheimer se crio en una familia de inmigrantes alemanes que cambiaron la sinagoga por la Sociedad por la Cultura ?tica, una rama del juda?smo que defend?a el racionalismo, el humanismo y la justicia social. De intelecto brillante, presencia carism?tica y car?cter depresivo, el joven combin? el interés por la literatura con los estudios de ciencia; después de licenciarse en Qu?mica,*se volc? en la f?sica cu?ntica y empez? a moverse en c?rculos izquierdistas, de los que se distanci? cuando estall? la segunda guerra mundial y, de forma a?n m?s acusada, cuando en 1942 fue elegido para liderar las investigaciones del Proyecto Manhattan.
La explosi?n de la 'Trinity'
“El optimismo del doctor Robert Oppenheimer se cay? / al llegar a la primera valla”, dice la letra de*una canci?n de Billy Bragg (https://www.youtube.com/watch?v=sHd2O_KuCxA). De acuerdo con el relato que hacen Kai Bird y Martin J. Sherwin, esa valla fue la explosi?n, el 16 de julio de 1945, de*la primera bomba at?mica (la ‘Trinity’) en el desierto de Nuevo México. El éxito de la prueba ensombreci? el ?nimo del cient?fico, que empez? a dudar de la conveniencia de usar el artefacto en la guerra contra Jap?n. A?os después, relatar?a que al contemplar la nube en forma de hongo que se elevaba al norte de Alamogordo record? unos versos del*texto sagrado hind? ‘Bhagavad Guit?’: “Ahora he devenido muerte, el destructor de mundos”.
La profec?a se cumpli? con*la devastaci?n de Hiroshima y Nagasaki. Pocas semanas después, Oppenheimer explicit? su desaz?n y su sentimiento de culpa en una reuni?n con el presidente*Harry S. Truman, nada menos. “Siento que tengo las manos manchadas de sangre”, le dijo. La confesi?n encoleriz? a Truman, que m?s adelante se refiri? al padre de la bomba at?mica como*“ese cient?fico llorica”. La opini?n del presidente se vio reafirmada por la intensa campa?a que Oppenheimer empez? a desplegar en defensa del control de la escalada armament?stica.
La firme oposici?n del f?sico a los planes para construir una bomba de hidr?geno lo convirti? definitivamente en sospechoso a los ojos del ‘establishment’ de Washington, sumido en*plena oleada de histeria anticomunista. As?, mientras la revista ‘Time’ le dedicaba la portada y lo presentaba como un héroe estadounidense y la publicaci?n cient?fica ‘Physics Today’ lo defin?a como un*“un Prometeo moderno”*que “ha dado al hombre los mism?simos rayos de Zeus”, Oppenheimer sufr?a el acoso del*Comité de Actividades Antiamericanas, que sacaba a relucir su pasada relaci?n con personas pr?ximas al partido comunista (incluido su hermano Frank) y allanaba el camino para que la Comisi?n de Energ?a At?mica, dirigida por el ultraconservador*Lewis Strauss, le revocara las credenciales de seguridad que le daban acceso a los archivos del Gobiernoew después de un tormentoso proceso.
https://www.uc-4u.com/clip/acb8acaa-3767-40b4-96ab-ff1f41053818_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Las dos portadas que 'Time' dedic? a Oppenheimer, en 1948 y 1958. | EPC
Oppenheimer sali? de todo este trance convertido en “un animal herido”, un hombre derrotado que se refugiaba en la iron?a para expresar su amargura y su decepci?n. “Han gastado m?s dinero en pincharme el teléfono que lo que me pagaron por dirigir el proyecto de Los ?lamos”, lleg? a decir. Privado de todo poder pol?tico, sigui? trabajando con discreci?n en el*Instituto de Estudios Avanzados de Princeton, en Nueva Jersey, y fumando compulsivamente. Tuvo que esperar a la llegada de la administraci?n Kennedy para ver su nombre rehabilitado con la concesi?n del*Premio Enrico Fermi,*en 1963. Menos de cuatro a?os después, el 18 de febrero de 1967, J. Robert Oppenheimer fallec?a de un c?ncer de laringe.
En un pasaje de su libro, Kai Bird y Martin J. Sherwin relatan una conversaci?n que Albert Einstein y Oppenheimer mantuvieron en marzo de 1950, durante el tiempo en que coincidieron en Princeton. “?Sabes? –le dijo el f?sico alem?n-. Cuando se le da a un hombre la ocasi?n de hacer algo notable, después la vida es un poco rara”. “Mucho m?s que cualquiera –escriben Bird y Sherwin-, Oppenheimer entendi? exactamente a qué se refer?a”.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/cultura/oppenheimer-ascenso-caida-destructor-mundos-89981190)
La anécdota, que condensa con ejemplar econom?a de medios todo el vértigo que se apoder? de quienes participaron en*el nacimiento de la bomba at?mica*al descubrir el poder destructivo de su creaci?n, aparece relatada en*‘Prometeo americano. El triunfo y la tragedia de J. Robert Oppenheimer’, la monumental biograf?a escrita por*Kai Bird y Martin J. Sherwin*en la que se basa la pel?cula de*Christopher Nolan*sobre el cient?fico que cambi? el concepto de la guerra al construir el artefacto m?s mortal de todos los tiempos. El libro, que en 2006 mereci? el Premio Pulitzer de Biograf?a, fue publicado a principios de este a?o en castellano por el sello Debate de Penguin Random House.
Seminarios y martinis
Bird y Sherwin (que falleci? en 2021) se pasaron*30 a?os entrevistando a familiares, amigos y colegas*de Oppenheimer, analizando sus documentos privados, repasando todas las entrevistas que concedi? y los discursos que pronunci? y escarbando en*los archivos del FBI y de la Comisi?n de Energ?a At?mica, organismos que promovieron una campa?a contra el cient?fico estadounidense m?s importante de su generaci?n y propiciaron su ca?da en desgracia. El resultado de los esfuerzos de los autores es una obra imponente y perspicaz que busca (y encuentra) preciosas claves de la compleja personalidad del protagonista tanto en los seminarios de f?sica te?rica que impart?a como en los martinis que preparaba en la cocina de su caba?a en Los ?lamos.
https://www.uc-4u.com/clip/bd2ca3f8-98ab-4323-b66f-8aeba3f9d37a_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Portada del libro de Kai Bird y Martin J. Sherwin. | DEBATE
La historia, como bien supo ver Nolan, tiene*los ingredientes del m?s absorbente ‘thriller’ pol?tico y de la tragedia griega. Nacido en Nueva York en 1905 (un a?o antes de que*Albert Einstein*publicara su teor?a especial de la relatividad),*Julius Robert Oppenheimer se crio en una familia de inmigrantes alemanes que cambiaron la sinagoga por la Sociedad por la Cultura ?tica, una rama del juda?smo que defend?a el racionalismo, el humanismo y la justicia social. De intelecto brillante, presencia carism?tica y car?cter depresivo, el joven combin? el interés por la literatura con los estudios de ciencia; después de licenciarse en Qu?mica,*se volc? en la f?sica cu?ntica y empez? a moverse en c?rculos izquierdistas, de los que se distanci? cuando estall? la segunda guerra mundial y, de forma a?n m?s acusada, cuando en 1942 fue elegido para liderar las investigaciones del Proyecto Manhattan.
La explosi?n de la 'Trinity'
“El optimismo del doctor Robert Oppenheimer se cay? / al llegar a la primera valla”, dice la letra de*una canci?n de Billy Bragg (https://www.youtube.com/watch?v=sHd2O_KuCxA). De acuerdo con el relato que hacen Kai Bird y Martin J. Sherwin, esa valla fue la explosi?n, el 16 de julio de 1945, de*la primera bomba at?mica (la ‘Trinity’) en el desierto de Nuevo México. El éxito de la prueba ensombreci? el ?nimo del cient?fico, que empez? a dudar de la conveniencia de usar el artefacto en la guerra contra Jap?n. A?os después, relatar?a que al contemplar la nube en forma de hongo que se elevaba al norte de Alamogordo record? unos versos del*texto sagrado hind? ‘Bhagavad Guit?’: “Ahora he devenido muerte, el destructor de mundos”.
La profec?a se cumpli? con*la devastaci?n de Hiroshima y Nagasaki. Pocas semanas después, Oppenheimer explicit? su desaz?n y su sentimiento de culpa en una reuni?n con el presidente*Harry S. Truman, nada menos. “Siento que tengo las manos manchadas de sangre”, le dijo. La confesi?n encoleriz? a Truman, que m?s adelante se refiri? al padre de la bomba at?mica como*“ese cient?fico llorica”. La opini?n del presidente se vio reafirmada por la intensa campa?a que Oppenheimer empez? a desplegar en defensa del control de la escalada armament?stica.
La firme oposici?n del f?sico a los planes para construir una bomba de hidr?geno lo convirti? definitivamente en sospechoso a los ojos del ‘establishment’ de Washington, sumido en*plena oleada de histeria anticomunista. As?, mientras la revista ‘Time’ le dedicaba la portada y lo presentaba como un héroe estadounidense y la publicaci?n cient?fica ‘Physics Today’ lo defin?a como un*“un Prometeo moderno”*que “ha dado al hombre los mism?simos rayos de Zeus”, Oppenheimer sufr?a el acoso del*Comité de Actividades Antiamericanas, que sacaba a relucir su pasada relaci?n con personas pr?ximas al partido comunista (incluido su hermano Frank) y allanaba el camino para que la Comisi?n de Energ?a At?mica, dirigida por el ultraconservador*Lewis Strauss, le revocara las credenciales de seguridad que le daban acceso a los archivos del Gobiernoew después de un tormentoso proceso.
https://www.uc-4u.com/clip/acb8acaa-3767-40b4-96ab-ff1f41053818_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Las dos portadas que 'Time' dedic? a Oppenheimer, en 1948 y 1958. | EPC
Oppenheimer sali? de todo este trance convertido en “un animal herido”, un hombre derrotado que se refugiaba en la iron?a para expresar su amargura y su decepci?n. “Han gastado m?s dinero en pincharme el teléfono que lo que me pagaron por dirigir el proyecto de Los ?lamos”, lleg? a decir. Privado de todo poder pol?tico, sigui? trabajando con discreci?n en el*Instituto de Estudios Avanzados de Princeton, en Nueva Jersey, y fumando compulsivamente. Tuvo que esperar a la llegada de la administraci?n Kennedy para ver su nombre rehabilitado con la concesi?n del*Premio Enrico Fermi,*en 1963. Menos de cuatro a?os después, el 18 de febrero de 1967, J. Robert Oppenheimer fallec?a de un c?ncer de laringe.
En un pasaje de su libro, Kai Bird y Martin J. Sherwin relatan una conversaci?n que Albert Einstein y Oppenheimer mantuvieron en marzo de 1950, durante el tiempo en que coincidieron en Princeton. “?Sabes? –le dijo el f?sico alem?n-. Cuando se le da a un hombre la ocasi?n de hacer algo notable, después la vida es un poco rara”. “Mucho m?s que cualquiera –escriben Bird y Sherwin-, Oppenheimer entendi? exactamente a qué se refer?a”.
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