الريــم
07-16-2023, 06:30 PM
La asociaci?n Agalure, que ayuda a personas que padecen la enfermedad de la ludopat?a u otras adicciones sin sustancia, ha detectado un “incremento notable”, en estos ?ltimos tres meses, de los j?venes —de entre 18 y 22 a?os— que acuden a la entidad en busca de consejo para rehabilitarse de su adicci?n al juego. “Lo normal hasta ahora, en esta franja de edad, era que llegasen por apuestas deportivas pero, ahora, lo hacen también por tragaperras, que suele tener una franja de edad m?s alta, de unos 35 o 40 a?os”, relata Gerardo Rodr?guez, que es vocal de Agalure y su coordinador de programas. Desde el inicio del a?o, el 75% de los 64 nuevos usuarios de la entidad (48), tienen menos de treinta a?os y acudieron por su adicci?n a las apuestas deportivas y, muchos de ellos, por haber empezado a combinar ya esta actividad con otros juegos de azar.
El psic?logo cl?nico de Agalure, José Manuel Recouso, explica que el primer acceso al juego en los j?venes, sobre todo en los menores de edad, es precisamente, en las tragaperras, porque est?n en los locales de hosteler?a y porque su acceso es f?cil. “No suele haber una supervisi?n de los propietarios de los locales, no lo decimos con ?nimo de responsabilizarlos, que ya bastante trabajo tienen”, dice Recouso, que explica que, los j?venes, a medida que se van acercando a la mayor?a de edad y de c?mo evoluciona su cuerpo —si aparentan m?s edad es m?s probable que empiecen antes, incluso con 16— se introducen ya en el mundo de las apuestas deportivas, accediendo a ellas en los salones de juego y también en los bares. En principio, seg?n explica el psic?logo cl?nico de Agalure, los j?venes acuden en grupo a los locales en los que pueden apostar, como una actividad social, incluso hasta haciendo un bote para jugar, aunque después, cuando su adicci?n se acrecienta lo hacen ya en solitario, incluso online, sobre todo, cuando empiezan a “sentir vergüenza” por la magnitud de su actividad y cuando la quieren encubrir.
“El problema que hay ahora es que muchos de estos salones de apuestas son también cafeter?as en los que se les facilita poder consumir a un coste m?s barato e, incluso, les puede salir gratis dependiendo del volumen de juego, quedar en estos locales, para ellos, es como quedar en una cafeter?a o como cuando antes se quedaba para ir a cenar al Bingo, sabiendo que te podr?an invitar”, comenta Recouso.
La inmediatez de las apuestas deportivas —en las que se puede jugar no solo a acertar el resultado de un partido sino a otras muchas variables, como quién marcar? el primer o el ?ltimo gol— es muy peligrosa porque los usuarios no son conscientes del riesgo que corren al apostar en ellas. “Van teniendo algunos resultados favorables y, a partir de ah?, generan la fantas?a de que, inicialmente, controlan la actividad y que obtienen una respuesta favorable con las apuestas que formulan. A partir de ah? ya empiezan a apostar a todo, a tenis, a baloncesto... las apuestas de los caballos y las de galgos son las pipas de las apuestas deportivas porque el resultado es muy r?pido, es casi como estar jugando a una tragaperras”, define Recouso, que hace hincapié en que la mayor?a de personas con adicci?n al juego se adentra en este mundo siendo menor de edad. Es por ello por lo que sus campa?as de prevenci?n tienen como foco a los j?venes.
Los estudios a nivel nacional nos dan la raz?n, porque dicen que, “desde los catorce a?os, se empiezan a desarrollar actividades de apuestas”. Cuando llegan a Agalure, muchos de los chavales que entran por la puerta llevan ya un a?o o m?s jugando y, algunos, dependiendo de su actividad, pueden acumular deudas de muchos miles de euros. Hace tan solo unos d?as, sin ir m?s lejos, un joven de 22 a?os acudi? al centro con un agujero de 40.000 euros generado por las pérdidas de las apuestas deportivas y las tragaperras.
“Los jugadores suelen maximizar las ganancias y minimizar las pérdidas, as? que, la gran mayor?a defiende que tiene ganancias a pesar del gran volumen de deuda que ha generado”, relata Recouso, que asegura que la mayor?a de estos j?venes acude a Agalure “por presi?n familiar”, porque en casa detectan que han bajado los ahorros o que se han gastado cantidades importantes de dinero sin justificaci?n. “Cuando empiezan a indagar, lo que descubren es que hay un problema de juego”, desvela Recouso, que indica que el “periodo de latencia” en las apuestas deportivas es relativamente corto, de un a?o, normalmente, de los 17 a los 18 o a los 19 a?os.
El proceso y el drama es siempre el mismo, ya que, cuando los jugadores empiezan a perder mucho dinero lo que hacen es apostar m?s para intentar recuperarlo y, como eso no suele ser posible, abren una nueva etapa que es, a su vez, una trampa. “Empiezan a pedir créditos r?pidos, en los que no hay ning?n tipo de control ni de supervisi?n. Primero piden uno, a continuaci?n, otro para pagar este inicial y entran en las mismas din?micas en las que entraban antes con las tarjetas de crédito”, comenta Recouso.
Pero, ?hay alg?n factor determinante para que este incremento en los usuarios sea m?s pronunciado en estos ?ltimos meses que en a?os anteriores? El psic?logo cl?nico de Agalure tiene claro que s?: “en primer lugar, la pandemia y, después, la pospandemia”.
La pandemia, detonante
Durante el confinamiento, el incremento de las apuestas se produjo con el juego a través de internet, pero, una vez que se abrieron los locales, seg?n apunta Recouso, “todo se hace con mayor intensidad, salir, beber y, por supuesto, apostar”, como si los consumidores quisiesen “desquitarse” de la época del encierro y, ahora, llegan las consecuencias de aquellos excesos.
Recouso y Rodr?guez hacen hincapié en que los problemas con el juego son muy democr?ticos, en el sentido de que afectan a “cualquier sector de la poblaci?n” y que se profundiza en las personas en las que tienen m?s ingresos porque pueden tener m?s actividad de juego. “Es una pandemia que afecta al ?mbito rural, al urbano... No podemos hacer ninguna discriminaci?n”, resume el psic?logo cl?nico, que asegura que, una parte de la rehabilitaci?n de los j?venes es la de hacerse cargo de la deuda generada, aunque sean sus padres o sus familiares quienes la afronten en un primer momento. “Ese dinero lo tienen que devolver, para que se den cuenta de que hay consecuencias”, sentencia Recouso.
Sobre la nueva ley de juego, la entidad explica que se han introducido cambios muy esperados, como que la distancia a la que no pueden abrir nuevos locales de juego sea en un radio de 300 metros de colegios e institutos y no lineal, como la anterior norma, aunque creen que hacen falta todav?a m?s avances, como que las personas autoprohibidas no puedan comprar loter?a ni cupones de la ONCE o que se incremente la vigilancia sobre el uso de las m?quinas de apuestas.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/sociedad/apuestas-deportivas-tragaperras-motivos-menores-89955090)
El psic?logo cl?nico de Agalure, José Manuel Recouso, explica que el primer acceso al juego en los j?venes, sobre todo en los menores de edad, es precisamente, en las tragaperras, porque est?n en los locales de hosteler?a y porque su acceso es f?cil. “No suele haber una supervisi?n de los propietarios de los locales, no lo decimos con ?nimo de responsabilizarlos, que ya bastante trabajo tienen”, dice Recouso, que explica que, los j?venes, a medida que se van acercando a la mayor?a de edad y de c?mo evoluciona su cuerpo —si aparentan m?s edad es m?s probable que empiecen antes, incluso con 16— se introducen ya en el mundo de las apuestas deportivas, accediendo a ellas en los salones de juego y también en los bares. En principio, seg?n explica el psic?logo cl?nico de Agalure, los j?venes acuden en grupo a los locales en los que pueden apostar, como una actividad social, incluso hasta haciendo un bote para jugar, aunque después, cuando su adicci?n se acrecienta lo hacen ya en solitario, incluso online, sobre todo, cuando empiezan a “sentir vergüenza” por la magnitud de su actividad y cuando la quieren encubrir.
“El problema que hay ahora es que muchos de estos salones de apuestas son también cafeter?as en los que se les facilita poder consumir a un coste m?s barato e, incluso, les puede salir gratis dependiendo del volumen de juego, quedar en estos locales, para ellos, es como quedar en una cafeter?a o como cuando antes se quedaba para ir a cenar al Bingo, sabiendo que te podr?an invitar”, comenta Recouso.
La inmediatez de las apuestas deportivas —en las que se puede jugar no solo a acertar el resultado de un partido sino a otras muchas variables, como quién marcar? el primer o el ?ltimo gol— es muy peligrosa porque los usuarios no son conscientes del riesgo que corren al apostar en ellas. “Van teniendo algunos resultados favorables y, a partir de ah?, generan la fantas?a de que, inicialmente, controlan la actividad y que obtienen una respuesta favorable con las apuestas que formulan. A partir de ah? ya empiezan a apostar a todo, a tenis, a baloncesto... las apuestas de los caballos y las de galgos son las pipas de las apuestas deportivas porque el resultado es muy r?pido, es casi como estar jugando a una tragaperras”, define Recouso, que hace hincapié en que la mayor?a de personas con adicci?n al juego se adentra en este mundo siendo menor de edad. Es por ello por lo que sus campa?as de prevenci?n tienen como foco a los j?venes.
Los estudios a nivel nacional nos dan la raz?n, porque dicen que, “desde los catorce a?os, se empiezan a desarrollar actividades de apuestas”. Cuando llegan a Agalure, muchos de los chavales que entran por la puerta llevan ya un a?o o m?s jugando y, algunos, dependiendo de su actividad, pueden acumular deudas de muchos miles de euros. Hace tan solo unos d?as, sin ir m?s lejos, un joven de 22 a?os acudi? al centro con un agujero de 40.000 euros generado por las pérdidas de las apuestas deportivas y las tragaperras.
“Los jugadores suelen maximizar las ganancias y minimizar las pérdidas, as? que, la gran mayor?a defiende que tiene ganancias a pesar del gran volumen de deuda que ha generado”, relata Recouso, que asegura que la mayor?a de estos j?venes acude a Agalure “por presi?n familiar”, porque en casa detectan que han bajado los ahorros o que se han gastado cantidades importantes de dinero sin justificaci?n. “Cuando empiezan a indagar, lo que descubren es que hay un problema de juego”, desvela Recouso, que indica que el “periodo de latencia” en las apuestas deportivas es relativamente corto, de un a?o, normalmente, de los 17 a los 18 o a los 19 a?os.
El proceso y el drama es siempre el mismo, ya que, cuando los jugadores empiezan a perder mucho dinero lo que hacen es apostar m?s para intentar recuperarlo y, como eso no suele ser posible, abren una nueva etapa que es, a su vez, una trampa. “Empiezan a pedir créditos r?pidos, en los que no hay ning?n tipo de control ni de supervisi?n. Primero piden uno, a continuaci?n, otro para pagar este inicial y entran en las mismas din?micas en las que entraban antes con las tarjetas de crédito”, comenta Recouso.
Pero, ?hay alg?n factor determinante para que este incremento en los usuarios sea m?s pronunciado en estos ?ltimos meses que en a?os anteriores? El psic?logo cl?nico de Agalure tiene claro que s?: “en primer lugar, la pandemia y, después, la pospandemia”.
La pandemia, detonante
Durante el confinamiento, el incremento de las apuestas se produjo con el juego a través de internet, pero, una vez que se abrieron los locales, seg?n apunta Recouso, “todo se hace con mayor intensidad, salir, beber y, por supuesto, apostar”, como si los consumidores quisiesen “desquitarse” de la época del encierro y, ahora, llegan las consecuencias de aquellos excesos.
Recouso y Rodr?guez hacen hincapié en que los problemas con el juego son muy democr?ticos, en el sentido de que afectan a “cualquier sector de la poblaci?n” y que se profundiza en las personas en las que tienen m?s ingresos porque pueden tener m?s actividad de juego. “Es una pandemia que afecta al ?mbito rural, al urbano... No podemos hacer ninguna discriminaci?n”, resume el psic?logo cl?nico, que asegura que, una parte de la rehabilitaci?n de los j?venes es la de hacerse cargo de la deuda generada, aunque sean sus padres o sus familiares quienes la afronten en un primer momento. “Ese dinero lo tienen que devolver, para que se den cuenta de que hay consecuencias”, sentencia Recouso.
Sobre la nueva ley de juego, la entidad explica que se han introducido cambios muy esperados, como que la distancia a la que no pueden abrir nuevos locales de juego sea en un radio de 300 metros de colegios e institutos y no lineal, como la anterior norma, aunque creen que hacen falta todav?a m?s avances, como que las personas autoprohibidas no puedan comprar loter?a ni cupones de la ONCE o que se incremente la vigilancia sobre el uso de las m?quinas de apuestas.
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