الريــم
07-16-2023, 12:50 AM
Un escalofr?o recorri? la espina dorsal de los dem?cratas del mundo el 11 de septiembre de 1973 cuando el golpe militar de Pinochet derroc? el gobierno de la Unidad Popular de Salvador Allende (https://www.epe.es/es/cultura/20230715/boric-joan-manuel-serrat-casa-america-madrid-89926281).
Ese estupor resucit? esta ma?ana del s?bado en la Casa de América cuando volvi? a sonar la voz de Allende en sus ?ltimos momentos, cuando ya los militares tomaban el edificio de La Moneda y se acercaba a su fin el protagonista de una experiencia democr?tica que no tuvo futuro. Fue, dir?a el expresidente espa?ol José Luis Rodr?guez Zapatero, un golpe inducido desde fuera.
En aquel discurso que son? de nuevo en la Casa de América se escucha a Allende hablar del futuro, cuando vuelva la libertad. Aquella invocaci?n a cuando volvieran los hombres a salir libres a las grandes avenidas, recorri? luego todos los discursos con los que se subray? aquella fecha. En unos meses tendr? lugar el aniversario. Madrid fue el proleg?meno mundial de ese momento.
El actual presidente, Gabriel Boric, fue el principal de los oradores, que tuvieron como invitado de honor a Joan Manuel Serrat. El l?der chileno quiso hacerle una entrevista ante un p?blico en el que hab?a pol?ticos, como Rodr?guez Zapatero, embajadores latinoamericanos, ministros espa?oles y chilenos y numerosos ciudadanos compatriotas de Allende y de Boric. Todos oyeron esta memoria como si un espejo roto reprodujera de pronto las emociones que llenaron de l?grimas, para siempre, el 11 de septiembre de 1973.
En ese marco, Boric también invit? a subir al estrado a Gioconda Belli, la escritora nicaragüense despose?da de su nacionalidad por el dictador Daniel Ortega. Ante el gent?o, en el que figuraba otro represaliado, el novelista Sergio Ram?rez, exiliado en Espa?a como Belli, ésta evoc? aquel discurso p?stumo de Allende, al que también rindi? tributo el cantante espa?ol Ismael Serrano, que adem?s cant? a V?ctor Jara y a Serrat. Un d?o chileno, Emilia y Pablo, le dieron a la m?sica el sabor que a?n tiene como aroma central el de todos los artistas citados.
Bajo unas gafas simb?licas, iguales a las que usaba Allende, discurri? todo, hasta que enfocaron a entrevistador y entrevistado, Boric y Serrat… El presidente hab?a contado que, cuando era un chiquillo, grab? sobre una canci?n del artista catal?n un cuento infantil. Su padre, que cuidaba a Serrat como a un hijo, nunca se lo perdon?. Luego, en la entrevista, quiso que hablara de Violeta Parra, madre del folklore que recorri? el mundo antes y después de que fuera asesinado hasta el recuerdo de Allende.
Serrat no la conoci?, pero no dej? de escucharla jam?s, pues ella gener? el folklore que har?an propio V?ctor Jara, Quilapay?n o Inti Ilimani. A V?ctor Jara no lo conoci? cuando estuvo all? por primera y ?ltima vez, antes del golpe pero, como éste era un virtuoso de todas las artes, pronto supo de él y, como todo el mundo, vivi? el estupor de su asesinato en el Estadio Nacional, donde a?os después, tras distintas prohibiciones durante los tiempos de Pinochet, pudo actuar Serrat en 1990.
De aquellos viajes hubo una gran alegr?a en el primero, cuando fue a cantar en el Festival de Vi?a del Mar. Pablo Neruda lo invit? a compartir comida y recuerdos en su casa de Isla Negra. “Y conversaci?n. Ah? hablamos de Miguel Hern?ndez, al que él tanto quer?a, y sobre cuya poes?a estaba yo trabajando ya… Me ense?? su colecci?n de conchas, una tarde maravillosa”. Desde lejos, después, fue sabiendo de las distintas acechanzas que sufri? el Gobierno de Allende, hasta los atentados fascistas, hasta el golpe de Estado, “que jam?s pensé que se pudiera producir”.
El 11 de septiembre de 1973 trajo el golpe, “y yo lo conoc?”, dijo Serrat, “mientras grababa en Madrid. Me lleg? como una bomba, igual que llegaron en seguida las noticias de la represi?n, de una forma muy tr?gica”.
Ese episodio fatal de la historia chilena lo marc? a él hasta ser el centro de lo que ser?a su compromiso democr?tico. “Aquel golpe marca las reglas del juego para todos, para m? también. Yo era un cantante popular, cantaba lo que escrib?a, no profundizaba en determinados caminos, pero el golpe lo precipita todo en mi manera de ver la vida”. El Serrat que conocemos nace ah?, de ese momento dram?tico de Chile.
Boric quiso saber si hab?a conocido a Violeta Parra, la ?nica chilena que expuso en el Louvre (“sus arpilleras”, se?al?). No, Serrat no la conoci?, pero supo hasta qué punto marc? la m?sica de tantos, y por supuesto la de V?ctor Jara. "?Y t? crees, Serrat, que la m?sica puede cambiar el mundo?” "Nos hace mejores, como toda la cultura”, le respondi? Serrat, “porque nosotros somos dependientes del entorno; nos hace ser mejores colectivamente también, porque es un modo que tenemos de respetarnos, igual que otros valores agitan este mundo, y ah? est? la pol?tica también manejando lo que somos… Pero”, a?adi? el poeta, “no vayamos ahora a glorificar la clase pol?tica, pero por ah? va la cosa”, dijo en tono de broma a su entrevistador chileno. El p?blico le premi? la broma con un aplauso que surgir?a m?s veces durante la entrevista que le hizo Boric.
Al final, después de que su entrevistador lo recordara cantando con Joaqu?n Sabina en la escala chilena de Dos p?jaros de un tiro, el autor de Mediterr?neo y de Luc?a (que hab?a cantado Ismael Serrano), le dijo a él (y al p?blico) una vez que Boric lo condecor? en nombre de Chile: “Quiero darle gracias a la vida, como dir?a Violeta Parra, por haberme permitido que parte de mis sue?os se hicieran realidad, y por hacerme la ilusi?n de que los que no se hayan hecho realidad alg?n d?a sean esperanza de llegar a serlo. Como dice Zapatero”, a?adi?, “yo tampoco tiro la toalla, porque la toalla es m?a”.
Baltasar Garz?n, el juez que logr? la extradici?n desde Londres del dictador que ensangrent? la historia democr?tica de Chile, fue el otro condecorado por el presidente Boric. La Casa de América, como las gafas de Allende, se fueron vaciando de p?blico, pero la emoci?n quedaba intacta como el 11 de septiembre segu?a sobrevolando el espacio lleno de la historia manchada de estupor que fue aquel tiempo de Chile.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/cultura/presidente-chileno-entrevista-cantante-mediterraneo-89934483)
Ese estupor resucit? esta ma?ana del s?bado en la Casa de América cuando volvi? a sonar la voz de Allende en sus ?ltimos momentos, cuando ya los militares tomaban el edificio de La Moneda y se acercaba a su fin el protagonista de una experiencia democr?tica que no tuvo futuro. Fue, dir?a el expresidente espa?ol José Luis Rodr?guez Zapatero, un golpe inducido desde fuera.
En aquel discurso que son? de nuevo en la Casa de América se escucha a Allende hablar del futuro, cuando vuelva la libertad. Aquella invocaci?n a cuando volvieran los hombres a salir libres a las grandes avenidas, recorri? luego todos los discursos con los que se subray? aquella fecha. En unos meses tendr? lugar el aniversario. Madrid fue el proleg?meno mundial de ese momento.
El actual presidente, Gabriel Boric, fue el principal de los oradores, que tuvieron como invitado de honor a Joan Manuel Serrat. El l?der chileno quiso hacerle una entrevista ante un p?blico en el que hab?a pol?ticos, como Rodr?guez Zapatero, embajadores latinoamericanos, ministros espa?oles y chilenos y numerosos ciudadanos compatriotas de Allende y de Boric. Todos oyeron esta memoria como si un espejo roto reprodujera de pronto las emociones que llenaron de l?grimas, para siempre, el 11 de septiembre de 1973.
En ese marco, Boric también invit? a subir al estrado a Gioconda Belli, la escritora nicaragüense despose?da de su nacionalidad por el dictador Daniel Ortega. Ante el gent?o, en el que figuraba otro represaliado, el novelista Sergio Ram?rez, exiliado en Espa?a como Belli, ésta evoc? aquel discurso p?stumo de Allende, al que también rindi? tributo el cantante espa?ol Ismael Serrano, que adem?s cant? a V?ctor Jara y a Serrat. Un d?o chileno, Emilia y Pablo, le dieron a la m?sica el sabor que a?n tiene como aroma central el de todos los artistas citados.
Bajo unas gafas simb?licas, iguales a las que usaba Allende, discurri? todo, hasta que enfocaron a entrevistador y entrevistado, Boric y Serrat… El presidente hab?a contado que, cuando era un chiquillo, grab? sobre una canci?n del artista catal?n un cuento infantil. Su padre, que cuidaba a Serrat como a un hijo, nunca se lo perdon?. Luego, en la entrevista, quiso que hablara de Violeta Parra, madre del folklore que recorri? el mundo antes y después de que fuera asesinado hasta el recuerdo de Allende.
Serrat no la conoci?, pero no dej? de escucharla jam?s, pues ella gener? el folklore que har?an propio V?ctor Jara, Quilapay?n o Inti Ilimani. A V?ctor Jara no lo conoci? cuando estuvo all? por primera y ?ltima vez, antes del golpe pero, como éste era un virtuoso de todas las artes, pronto supo de él y, como todo el mundo, vivi? el estupor de su asesinato en el Estadio Nacional, donde a?os después, tras distintas prohibiciones durante los tiempos de Pinochet, pudo actuar Serrat en 1990.
De aquellos viajes hubo una gran alegr?a en el primero, cuando fue a cantar en el Festival de Vi?a del Mar. Pablo Neruda lo invit? a compartir comida y recuerdos en su casa de Isla Negra. “Y conversaci?n. Ah? hablamos de Miguel Hern?ndez, al que él tanto quer?a, y sobre cuya poes?a estaba yo trabajando ya… Me ense?? su colecci?n de conchas, una tarde maravillosa”. Desde lejos, después, fue sabiendo de las distintas acechanzas que sufri? el Gobierno de Allende, hasta los atentados fascistas, hasta el golpe de Estado, “que jam?s pensé que se pudiera producir”.
El 11 de septiembre de 1973 trajo el golpe, “y yo lo conoc?”, dijo Serrat, “mientras grababa en Madrid. Me lleg? como una bomba, igual que llegaron en seguida las noticias de la represi?n, de una forma muy tr?gica”.
Ese episodio fatal de la historia chilena lo marc? a él hasta ser el centro de lo que ser?a su compromiso democr?tico. “Aquel golpe marca las reglas del juego para todos, para m? también. Yo era un cantante popular, cantaba lo que escrib?a, no profundizaba en determinados caminos, pero el golpe lo precipita todo en mi manera de ver la vida”. El Serrat que conocemos nace ah?, de ese momento dram?tico de Chile.
Boric quiso saber si hab?a conocido a Violeta Parra, la ?nica chilena que expuso en el Louvre (“sus arpilleras”, se?al?). No, Serrat no la conoci?, pero supo hasta qué punto marc? la m?sica de tantos, y por supuesto la de V?ctor Jara. "?Y t? crees, Serrat, que la m?sica puede cambiar el mundo?” "Nos hace mejores, como toda la cultura”, le respondi? Serrat, “porque nosotros somos dependientes del entorno; nos hace ser mejores colectivamente también, porque es un modo que tenemos de respetarnos, igual que otros valores agitan este mundo, y ah? est? la pol?tica también manejando lo que somos… Pero”, a?adi? el poeta, “no vayamos ahora a glorificar la clase pol?tica, pero por ah? va la cosa”, dijo en tono de broma a su entrevistador chileno. El p?blico le premi? la broma con un aplauso que surgir?a m?s veces durante la entrevista que le hizo Boric.
Al final, después de que su entrevistador lo recordara cantando con Joaqu?n Sabina en la escala chilena de Dos p?jaros de un tiro, el autor de Mediterr?neo y de Luc?a (que hab?a cantado Ismael Serrano), le dijo a él (y al p?blico) una vez que Boric lo condecor? en nombre de Chile: “Quiero darle gracias a la vida, como dir?a Violeta Parra, por haberme permitido que parte de mis sue?os se hicieran realidad, y por hacerme la ilusi?n de que los que no se hayan hecho realidad alg?n d?a sean esperanza de llegar a serlo. Como dice Zapatero”, a?adi?, “yo tampoco tiro la toalla, porque la toalla es m?a”.
Baltasar Garz?n, el juez que logr? la extradici?n desde Londres del dictador que ensangrent? la historia democr?tica de Chile, fue el otro condecorado por el presidente Boric. La Casa de América, como las gafas de Allende, se fueron vaciando de p?blico, pero la emoci?n quedaba intacta como el 11 de septiembre segu?a sobrevolando el espacio lleno de la historia manchada de estupor que fue aquel tiempo de Chile.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/cultura/presidente-chileno-entrevista-cantante-mediterraneo-89934483)