الريــم
07-13-2023, 09:00 AM
Las sacudidas hist?ricas de los ?ltimos a?os -de la pandemia al retorno de la guerra a Europa- se han tornado en una inesperada oportunidad para acelerar transformaciones econ?micas (https://www.epe.es/es/activos/20230713/desafios-23j-energia-crisis-impulso-boom-renovables-89759296) ineludibles. La UE respondi? al desplome provocado por el covid con una lluvia milmillonaria de fondos comunitarios para hacer revivir una econom?a en ca?da libre y para impulsar cambios cruciales del modelo productivo, con la digitalizaci?n y la transici?n energética contra la emergencia clim?tica como banderas.
Y el terremoto geopol?tico y econ?mico provocado por la invasi?n rusa de Ucrania, con la crisis energética como catarsis, ha subido el volumen de los discursos que defienden una mayor soberan?a energética; ha disparado los objetivos de despliegue de energ?as limpias como escudo frente a la dependencia exterior a la que obligan el petr?leo y el gas; y ha puesto el foco en la necesidad de emprender reformas estructurales para proteger la econom?a y a los ciudadanos de picos de precios de la energ?a.
El Gobierno que salga del 23J va a ser el encargado de impulsar durante a?os el despliegue del Plan de Recuperaci?n y su man? de fondos europeos, y también de aplicar la hoja de ruta verde para dar el empuj?n definitivo a la expansi?n de nuevas renovables para alcanzar las metas medioambientales y de reducci?n de emisiones frente a la crisis clim?tica.
Avanzar en la revoluci?n verde
El Ejecutivo actual acaba de presentar a la Comisi?n Europea una nueva versi?n del Plan Nacional Integrado de Energ?a y Clima (PNIEC), la hoja de ruta energética y ambiental hasta 2030 para avanzar en la descarbonizaci?n de la econom?a nacional y que plantea objetivos verdes mucho m?s ambiciosos que los vigentes. De momento es un borrador, y la versi?n definitiva la concretar? con Bruselas el nuevo Gobierno a lo largo del pr?ximo a?o.
La buena noticia, seg?n destacan desde el propio sector energético, es que incluso con un eventual cambio pol?tico no hay mucho margen para grandes retrocesos en los objetivos de expansi?n de las energ?as limpias. Bruselas obliga a metas ambientales cada vez m?s ambiciosas, sin posibilidad de marcha atr?s, y la propia legislaci?n nacional establece que las revisiones de los planes de energ?a y clima s?lo pueden elevar los objetivos y en ning?n caso revertir las actuales. Hoy por hoy, s?lo se puede empatar o avanzar, pero no retroceder en esos objetivos. Pero la forma de alcanzarlos, las pol?ticas concretas para abordarlos, s? ser?n diferentes en funci?n de quién gobierne en los pr?ximos a?os.
Espa?a afronta una avalancha de nuevas energ?as renovables y tocar? tomar medidas para que el sistema eléctrico pueda digerirla. Clave para el éxito de una transici?n energética basada en un boom de renovables ser? la pol?tica del pr?ximo Gobierno para gestionar los atascos administrativos en las tramitaciones de m?s de un millar de proyectos verdes, para ampliar la red eléctrica, para elevar las interconexiones internacionales, para impulsar el almacenamiento que evite tirar tanta electricidad renovable sin usar, y para definir de manera estructural el papel que quiere jugar Espa?a en la revoluci?n del hidr?geno (como productores para el consumo local para atraer industria o como grandes exportadores a Europa).
La autonom?a energética pasa por impulsar a?n m?s el despliegue de energ?as renovables, lo que supone una oportunidad desde el punto de vista ambiental, pero también para el desarrollo de una industria propia ligada a la energ?a verde. El nuevo Gobierno debe afrontar el reto de impulsar la anhelada autonom?a también con una industria renovable propia. No es cuesti?n de pasar de la dependencia del petr?leo y el gas de otros pa?ses, singularmente Rusia, a la dependencia de los paneles, componentes y materiales de China.
Las elecciones del 23J han abierto en canal el debate de qué hacer con las nucleares espa?olas: mantener el actual calendario de cierre de centrales que llevar? al apag?n nuclear total en 2035, como quiere el PSOE y sus socios parlamentarios, o prolongar la vida ?til de las plantas, como defiende el PP. Las eléctricas, en cualquier caso, pretenden vender caro su respaldo a la eventual prolongaci?n de las operaciones de sus nucleares, exigiendo un nuevo modelo que garantice su rentabilidad.
Un escudo para la pr?xima crisis
Con lo peor de la crisis energética aparentemente superado, el pr?ximo Ejecutivo deber? afrontar la retirada de las medidas excepcionales de los escudos anticrisis como reclama Bruselas. El gran reto pasa por emprender las reformas estructurales necesarias para evitar que en la pr?xima crisis energética -que vendr?- la volatilidad de los mercados vuelva a golpear tan directamente a la econom?a y a los ciudadanos.
La UE trabaja en una reforma del mercado eléctrico con este objetivo y para que la rebaja de costes que ofrecen las renovables se note en el precio final. El actual Gobierno espa?ol ha estado a la cabeza de los pa?ses que reclaman una reforma profunda de las reglas y de una mayor intervenci?n estatal para contener los picos de precios. Una postura que no cuenta con el respaldo del PP ni tampoco con el apoyo mayoritario de los Veintisiete ni de Bruselas.
La postura nacional actual, en este caso s?, se puede dar por hecho que cambiar? si hay giro pol?tico en la Espa?a post-23J, tanto en el contenido como en los tiempos. El Gobierno actual se ha marcado como objetivo cerrar un acuerdo de reforma este mismo a?o. En caso de vuelco pol?tico en los comicios de julio, est? por ver cu?l es el calendario y la capacidad de maniobra del nuevo Ejecutivo.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/nacional/protegerse-proxima-crisis-impulso-boom-89819740)
Y el terremoto geopol?tico y econ?mico provocado por la invasi?n rusa de Ucrania, con la crisis energética como catarsis, ha subido el volumen de los discursos que defienden una mayor soberan?a energética; ha disparado los objetivos de despliegue de energ?as limpias como escudo frente a la dependencia exterior a la que obligan el petr?leo y el gas; y ha puesto el foco en la necesidad de emprender reformas estructurales para proteger la econom?a y a los ciudadanos de picos de precios de la energ?a.
El Gobierno que salga del 23J va a ser el encargado de impulsar durante a?os el despliegue del Plan de Recuperaci?n y su man? de fondos europeos, y también de aplicar la hoja de ruta verde para dar el empuj?n definitivo a la expansi?n de nuevas renovables para alcanzar las metas medioambientales y de reducci?n de emisiones frente a la crisis clim?tica.
Avanzar en la revoluci?n verde
El Ejecutivo actual acaba de presentar a la Comisi?n Europea una nueva versi?n del Plan Nacional Integrado de Energ?a y Clima (PNIEC), la hoja de ruta energética y ambiental hasta 2030 para avanzar en la descarbonizaci?n de la econom?a nacional y que plantea objetivos verdes mucho m?s ambiciosos que los vigentes. De momento es un borrador, y la versi?n definitiva la concretar? con Bruselas el nuevo Gobierno a lo largo del pr?ximo a?o.
La buena noticia, seg?n destacan desde el propio sector energético, es que incluso con un eventual cambio pol?tico no hay mucho margen para grandes retrocesos en los objetivos de expansi?n de las energ?as limpias. Bruselas obliga a metas ambientales cada vez m?s ambiciosas, sin posibilidad de marcha atr?s, y la propia legislaci?n nacional establece que las revisiones de los planes de energ?a y clima s?lo pueden elevar los objetivos y en ning?n caso revertir las actuales. Hoy por hoy, s?lo se puede empatar o avanzar, pero no retroceder en esos objetivos. Pero la forma de alcanzarlos, las pol?ticas concretas para abordarlos, s? ser?n diferentes en funci?n de quién gobierne en los pr?ximos a?os.
Espa?a afronta una avalancha de nuevas energ?as renovables y tocar? tomar medidas para que el sistema eléctrico pueda digerirla. Clave para el éxito de una transici?n energética basada en un boom de renovables ser? la pol?tica del pr?ximo Gobierno para gestionar los atascos administrativos en las tramitaciones de m?s de un millar de proyectos verdes, para ampliar la red eléctrica, para elevar las interconexiones internacionales, para impulsar el almacenamiento que evite tirar tanta electricidad renovable sin usar, y para definir de manera estructural el papel que quiere jugar Espa?a en la revoluci?n del hidr?geno (como productores para el consumo local para atraer industria o como grandes exportadores a Europa).
La autonom?a energética pasa por impulsar a?n m?s el despliegue de energ?as renovables, lo que supone una oportunidad desde el punto de vista ambiental, pero también para el desarrollo de una industria propia ligada a la energ?a verde. El nuevo Gobierno debe afrontar el reto de impulsar la anhelada autonom?a también con una industria renovable propia. No es cuesti?n de pasar de la dependencia del petr?leo y el gas de otros pa?ses, singularmente Rusia, a la dependencia de los paneles, componentes y materiales de China.
Las elecciones del 23J han abierto en canal el debate de qué hacer con las nucleares espa?olas: mantener el actual calendario de cierre de centrales que llevar? al apag?n nuclear total en 2035, como quiere el PSOE y sus socios parlamentarios, o prolongar la vida ?til de las plantas, como defiende el PP. Las eléctricas, en cualquier caso, pretenden vender caro su respaldo a la eventual prolongaci?n de las operaciones de sus nucleares, exigiendo un nuevo modelo que garantice su rentabilidad.
Un escudo para la pr?xima crisis
Con lo peor de la crisis energética aparentemente superado, el pr?ximo Ejecutivo deber? afrontar la retirada de las medidas excepcionales de los escudos anticrisis como reclama Bruselas. El gran reto pasa por emprender las reformas estructurales necesarias para evitar que en la pr?xima crisis energética -que vendr?- la volatilidad de los mercados vuelva a golpear tan directamente a la econom?a y a los ciudadanos.
La UE trabaja en una reforma del mercado eléctrico con este objetivo y para que la rebaja de costes que ofrecen las renovables se note en el precio final. El actual Gobierno espa?ol ha estado a la cabeza de los pa?ses que reclaman una reforma profunda de las reglas y de una mayor intervenci?n estatal para contener los picos de precios. Una postura que no cuenta con el respaldo del PP ni tampoco con el apoyo mayoritario de los Veintisiete ni de Bruselas.
La postura nacional actual, en este caso s?, se puede dar por hecho que cambiar? si hay giro pol?tico en la Espa?a post-23J, tanto en el contenido como en los tiempos. El Gobierno actual se ha marcado como objetivo cerrar un acuerdo de reforma este mismo a?o. En caso de vuelco pol?tico en los comicios de julio, est? por ver cu?l es el calendario y la capacidad de maniobra del nuevo Ejecutivo.
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