الريــم
07-10-2023, 09:40 AM
Fue en 1994. Hac?a 35 a?os que hab?a ganado el Tour y sac? de su tienda la bici con la que conquist? Par?s en 1959. Fermina, la mujer, estaba en el mostrador del comercio, a lo suyo, sin darle mucha importancia a su marido y acostumbrada a que de vez en cuando un periodista se interesase por las gestas de un ciclista al que llamaron el ‘?guila de Toledo’. De verdad, este domingo pasado se me rompi? el coraz?n cuando alguien colg?, con motivo de su 95 cumplea?os, una foto de Federico Mart?n Bahamontes, el protagonista de esta historia, con el jersey amarillo del Tour, con unas piernas esbeltas y con la musculatura perfecta. La vejez, siempre, es muy injusta.
“Qué, Federico, volvemos al Tour”, se lo dijo un vecino de Toledo cuando lo vio pasear hacia el Parador con la bici a cuestas. “?No te subes?”. “Desde que me entr? la p?jara en el Aubisque y abandoné el Tour s?lo me he subido a la bici en contadas ocasiones para dar un paseo por una calle porque me daban un homenaje”.
El equipo de La Casera
Desde entonces llamé muchas veces a Federico, el que descubri? uno de sus amores, al margen del ciclismo. “Sabes -me dijo una vez- tengo prohibida la entrada a la mitad de los bares de Toledo cuando juega el Barça contra el Madrid. Son los bares madridistas, por supuesto”. Terrible, pero terrible, ver un partido del Barça con Federico cuando va perdiendo su conjunto azulgrana del alma.
Pero este Tour no lo est? siguiendo. El primero que se pierde desde que se retir?, desde que dirigi? a su amado equipo de La Casera, sabor a gaseosa, con Pedrito Torres como corredor m?s destacado, y el que obsequi? a Federico con la ?nica victoria de etapa en la ronda francesa.
El cumplea?os
Federico cumpli? 95 a?os el domingo, pero su salud se va apagando. Ya no sigue el Tour. Y qué m?s quisiera que discutir con sus compa?eros de residencia que él hab?a sido el m?s grande, qué como son los ciclistas de hoy en d?a, Pogacar incluido, que atacan a un kil?metro de meta; él que lo reventaba todo cuando la l?nea de llegada estaba a kil?metros y kil?metros, para ganarse en 2016 el honor de ser distinguido por la direcci?n de la ronda francesa como el mejor escalador de todos los tiempos.
Se acerc? a los Pirineos, que le hab?an puesto AVE de Toledo a Madrid y avi?n a Toulouse, donde un coche del Tour lo recogi? y lo condujo a la meta para tomar un tentempié con los periodistas espa?oles y volver a disfrutar de sus historias, de su leyenda, ?vamos Federico!
La muerte de Fermina
Ahora est? ingresado en Valladolid porque desde que muri? Fermina se vino abajo y ya no volvi? a ser el mismo, ni a conducir su Mercedes, ni a tomar el vermut con las aceitunas y los amigos, ni a enfadarse porque alguno de los chavales, no tan chavales, como Delgado, Indur?in o Contador, no le enviaban a tiempo una de sus bicis para colocar en su museo.
Fermina y Federico formaron un matrimonio que quiso el destino que no hubiera hijos hasta que un d?a salt? la noticia. Federico ten?a gemelas. Aquello produjo un revuelo en Toledo, porque Federico era muy Federico en el ciclismo y en muchas cosas, y las mujeres que crecieron en la Espa?a de la posguerra guardaban para s? disgustos y sinsabore, sin que trascendieran sus silencios. Eran otros tiempos.
Los recuerdos de 1959
Si llegaba un periodista se pon?a traje y corbata y mostraba el reloj de oro que le regalaron cuando gan? el Tour, cuando la gente se lanz? a la carretera, entre Toledo y el Palacio del Pardo, porque en una Espa?a a la que algunos quieren volver, m?s en negro que en blanco, no hubo alegr?a mayor que ver a Federico ganar el Tour de 1959 y nada menos que un 18 de julio para que en la embajada espa?ola se presumiera de que preparaban la mejor paella en honor al ‘?guila de Toledo’, aunque ahora ya no sea el telespectador que escuche a Perico, tal vez el heredero de Bahamontes del que m?s orgulloso se ha sentido, porque para él no hay mayor corredor que el que escala monta?as como si fuesen autopistas llanas.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/tour-francia/tour-sigue-bahamontes-89687126)
“Qué, Federico, volvemos al Tour”, se lo dijo un vecino de Toledo cuando lo vio pasear hacia el Parador con la bici a cuestas. “?No te subes?”. “Desde que me entr? la p?jara en el Aubisque y abandoné el Tour s?lo me he subido a la bici en contadas ocasiones para dar un paseo por una calle porque me daban un homenaje”.
El equipo de La Casera
Desde entonces llamé muchas veces a Federico, el que descubri? uno de sus amores, al margen del ciclismo. “Sabes -me dijo una vez- tengo prohibida la entrada a la mitad de los bares de Toledo cuando juega el Barça contra el Madrid. Son los bares madridistas, por supuesto”. Terrible, pero terrible, ver un partido del Barça con Federico cuando va perdiendo su conjunto azulgrana del alma.
Pero este Tour no lo est? siguiendo. El primero que se pierde desde que se retir?, desde que dirigi? a su amado equipo de La Casera, sabor a gaseosa, con Pedrito Torres como corredor m?s destacado, y el que obsequi? a Federico con la ?nica victoria de etapa en la ronda francesa.
El cumplea?os
Federico cumpli? 95 a?os el domingo, pero su salud se va apagando. Ya no sigue el Tour. Y qué m?s quisiera que discutir con sus compa?eros de residencia que él hab?a sido el m?s grande, qué como son los ciclistas de hoy en d?a, Pogacar incluido, que atacan a un kil?metro de meta; él que lo reventaba todo cuando la l?nea de llegada estaba a kil?metros y kil?metros, para ganarse en 2016 el honor de ser distinguido por la direcci?n de la ronda francesa como el mejor escalador de todos los tiempos.
Se acerc? a los Pirineos, que le hab?an puesto AVE de Toledo a Madrid y avi?n a Toulouse, donde un coche del Tour lo recogi? y lo condujo a la meta para tomar un tentempié con los periodistas espa?oles y volver a disfrutar de sus historias, de su leyenda, ?vamos Federico!
La muerte de Fermina
Ahora est? ingresado en Valladolid porque desde que muri? Fermina se vino abajo y ya no volvi? a ser el mismo, ni a conducir su Mercedes, ni a tomar el vermut con las aceitunas y los amigos, ni a enfadarse porque alguno de los chavales, no tan chavales, como Delgado, Indur?in o Contador, no le enviaban a tiempo una de sus bicis para colocar en su museo.
Fermina y Federico formaron un matrimonio que quiso el destino que no hubiera hijos hasta que un d?a salt? la noticia. Federico ten?a gemelas. Aquello produjo un revuelo en Toledo, porque Federico era muy Federico en el ciclismo y en muchas cosas, y las mujeres que crecieron en la Espa?a de la posguerra guardaban para s? disgustos y sinsabore, sin que trascendieran sus silencios. Eran otros tiempos.
Los recuerdos de 1959
Si llegaba un periodista se pon?a traje y corbata y mostraba el reloj de oro que le regalaron cuando gan? el Tour, cuando la gente se lanz? a la carretera, entre Toledo y el Palacio del Pardo, porque en una Espa?a a la que algunos quieren volver, m?s en negro que en blanco, no hubo alegr?a mayor que ver a Federico ganar el Tour de 1959 y nada menos que un 18 de julio para que en la embajada espa?ola se presumiera de que preparaban la mejor paella en honor al ‘?guila de Toledo’, aunque ahora ya no sea el telespectador que escuche a Perico, tal vez el heredero de Bahamontes del que m?s orgulloso se ha sentido, porque para él no hay mayor corredor que el que escala monta?as como si fuesen autopistas llanas.
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