الريــم
07-08-2023, 07:30 PM
El Puy de Dôme, la monta?a de las monta?as, ya asoma sobre el horizonte del Tour. Y lo hace con Carlos Rodr?guez instalado en la cuarta plaza de la general sabiendo que, seg?n como vayan las cosas este domingo sobre las nubes de Clermont-Ferrand, puede convertirse en el primero de los humanos, en el tercero de la general, lo que vista la supremac?a ciclista que muestran Jonas Vingegaard y Tadej Pogacar es el mejor premio al que puede aspirar en el Tour de su debut.
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Para alcanzar la tercera plaza debe fallar Jai Hindley, lo que no es tarea f?cil, porque es un extraordinario escalador, hasta ahora el mejor entre los que respiran como personas y no como astros inalcanzables. Y también hay que procurar no irse al suelo, como le ocurri? este s?bado, camino de Limoges, a Simon Yates, en una ca?da en la que también se vio envuelto Mikel Landa, al que no acaban de salirle las cosas como él querr?a, aunque no pierde la sonrisa, aunque piensa que a partir de ahora todo lo que le queda es ir escalando puestos en la general para demostrar que el ‘landismo’, la religi?n ciclista que se le profesa, est? muy vivo.
Carlos Rodr?guez s?lo tiene 22 a?os. ?l y el ausente Juan Ayuso, un a?o y medio m?s joven, son la flor y nata, el apunte de ciclismo espa?ol que mira al futuro; buenos escaladores, que no fallan contra el cron?metro y h?biles a la hora de colocarse en el pelot?n para no ceder tiempo tontamente y en plan inocentada en etapas como la de este s?bado, ganada al esprint por Mads Pedersen, donde poco se ganaba y mucho se pod?a perder; una ca?da, a seis kil?metros de meta, como la que le hizo entregar 47 segundos a Simon Yates y recompens? a Rodr?guez con una cuarta plaza que sabe m?s a éxito que a chocolate.
Para que eso no ocurra hay que rodar en la zona de cabeza. Carlos Rodr?guez iba pegado, como si llevara cola en su bici, a la rueda de Vingegaard, porque el accidente puede llegar en el momento m?s inesperado, como le ocurri? a Mark Cavendish, adi?s a la intenci?n de superar a Eddy Merckx como plusmarquista de etapas en el Tour.
Habr?a sido una tremenda injusticia para Rodr?guez que se le apagara la llama de la general a las puertas de un Puy de Dôme, la cima del volc?n, que regresa este domingo a la historia del Tour, después de 35 a?os de ausencia. Se subi? en 1988, en la victoria final de Pedro Delgado, y nunca m?s se supo, porque construyeron un tren cremallera para que todos los habitantes se olvidaran del coche. Pero destruyeron también el sue?o de miles de cicloturistas que, con tan s?lo una v?a de servicio y con restricciones de tr?fico, ya no pudieron cumplir m?s el sue?o de emular a los mejores genios del libro de oro del Tour.
Este domingo se volver? a conquistar el Puy de Dôme, un muro de 13,3 kil?metros, sin descanso, sin m?nimas zonas de recuperaci?n, donde no podr? haber p?blico y en vez de coches los equipos deber?n colocar a sus mec?nicos en motos de la organizaci?n;
un espect?culo con m?s dureza que cualquiera de las monta?as hasta ahora superadas, incluyendo el Tourmalet.
Ser? el Puy de Dôme que coron? por primera vez el gran Fausto Coppi en el Tour de 1952 y que servir? de homenaje a Federico Mart?n Bahamontes, tan delicado de salud, el d?a de su 95 cumplea?os. En 1959 s?lo quer?a buscar un teléfono, tan dif?cil y tan lejos por aquel entonces, para comunicarle a su estimada Fermina, fallecida en 2018, que hab?a ganado la cronoescalada a tan sensacional monta?a.
El mismo lugar que vivi? en 1964, en la victoria de Julio Jiménez, el primer duelo del Tour televisado en directo entre Jacques Anquetil y Raymond Poulidor, donde se impuso Luis Oca?a, en un Tour que pudo ganar (1971) y otro que domin? (1973) antes de que la cumbre marcase el principio del fin de Eddy Merckx; un exaltado le propin? un pu?etazo en el h?gado, que se le inflam? y le hizo luego sucumbir en Pra Loup para mayor éxtasis de Bernard Thévenet.
Por eso, este domingo la gloria puede acompa?ar a Carlos Rodr?guez, aunque sea a peque?a distancia del d?o din?mico del Tour. “Los ?ltimos cuatro kil?metros son muy duros, pero a m?, contra m?s dureza, mejor me va”. Optimismo. Buena se?al.
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Carlos Rodr?guez s?lo tiene 22 a?os. ?l y el ausente Juan Ayuso, un a?o y medio m?s joven, son la flor y nata, el apunte de ciclismo espa?ol que mira al futuro; buenos escaladores, que no fallan contra el cron?metro y h?biles a la hora de colocarse en el pelot?n para no ceder tiempo tontamente y en plan inocentada en etapas como la de este s?bado, ganada al esprint por Mads Pedersen, donde poco se ganaba y mucho se pod?a perder; una ca?da, a seis kil?metros de meta, como la que le hizo entregar 47 segundos a Simon Yates y recompens? a Rodr?guez con una cuarta plaza que sabe m?s a éxito que a chocolate.
Para que eso no ocurra hay que rodar en la zona de cabeza. Carlos Rodr?guez iba pegado, como si llevara cola en su bici, a la rueda de Vingegaard, porque el accidente puede llegar en el momento m?s inesperado, como le ocurri? a Mark Cavendish, adi?s a la intenci?n de superar a Eddy Merckx como plusmarquista de etapas en el Tour.
Habr?a sido una tremenda injusticia para Rodr?guez que se le apagara la llama de la general a las puertas de un Puy de Dôme, la cima del volc?n, que regresa este domingo a la historia del Tour, después de 35 a?os de ausencia. Se subi? en 1988, en la victoria final de Pedro Delgado, y nunca m?s se supo, porque construyeron un tren cremallera para que todos los habitantes se olvidaran del coche. Pero destruyeron también el sue?o de miles de cicloturistas que, con tan s?lo una v?a de servicio y con restricciones de tr?fico, ya no pudieron cumplir m?s el sue?o de emular a los mejores genios del libro de oro del Tour.
Este domingo se volver? a conquistar el Puy de Dôme, un muro de 13,3 kil?metros, sin descanso, sin m?nimas zonas de recuperaci?n, donde no podr? haber p?blico y en vez de coches los equipos deber?n colocar a sus mec?nicos en motos de la organizaci?n;
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Por eso, este domingo la gloria puede acompa?ar a Carlos Rodr?guez, aunque sea a peque?a distancia del d?o din?mico del Tour. “Los ?ltimos cuatro kil?metros son muy duros, pero a m?, contra m?s dureza, mejor me va”. Optimismo. Buena se?al.
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