الريــم
07-07-2023, 09:40 AM
Lourdes es una ciudad que siempre me ha llamado la atenci?n. Suele costar encontrar una habitaci?n libre, llegue o no el Tour por los alrededores. A excepci?n de los hoteles abiertos los ?ltimos a?os, con instalaciones m?s modernas, en los viejos siempre te encontrabas con un crucifijo sobre el cabezal de la cama y dormir te transportaba a muchos a?os antes de que nacieras.
La sexta etapa del Tour circul? cerca de Lourdes pero los habitantes se divirtieron porque por la ciudad pas? el recorrido alternativo de la carrera, el que te permite llegar pronto a la meta desde la salida y sin la necesidad de ascender los puertos, y la evacuaci?n de la llegada de Cauterets con todos los autocares y coches de equipos, m?s los de la organizaci?n, el resto de veh?culos acreditados, la caravana publicitaria y cientos de coches de aficionados que no quer?an perderse la emoci?n de haber asistido a una etapa magn?fica de la Grande Boucle.
Las tradiciones
En Lourdes, como sucedi? este jueves, te puedes encontrar camino de la Gruta, donde la tradici?n dice que los milagros se hacen realidad, a una mujer cargando sobre sus espaldas una cruz que por lo menos med?a metro y medio. En los vest?bulos de los hoteles hay sillas de ruedas y en las calles carril reservado para personas con minusval?a en vez de los t?picos exclusivos para bicis que proliferan en el resto de las ciudades.
Lourdes forma lo que podr?amos denominar el tri?ngulo del Tour en los Pirineos, junto a Pau y Tarbes. Pau era la ciudad de los follones, gafada con las jornadas de descanso en los a?os duros del dopaje porque siempre aparec?a un positivo. La noticia llegaba en plena cena para pedir la cuenta con los platos llenos e irte a hacer guardia en un hotel, in?til sacrificio, porque nunca se consegu?a nada y menos que el afectado saliera y diera la cara.
El caso de Rasmussen
Hasta hubo una vez, por all? 2007, en la que el jersey amarillo, presionado por las dudas sobre si era trigo limpio, huy? por la cocina de su hotel, cogi? un coche y se larg? del Tour con el ‘maillot’ en la maleta minutos antes de que se presentara la gendarmer?a con una orden de arresto. Fue Michael Rasmussen, corredor danés y que desde hace unos a?os sigue la prueba como enviado especial de un peri?dico de su pa?s. Rasmussen, casado con una mexicana, habla perfectamente castellano y no reniega al contar los pecados de juventud mientras hace un llamamiento a los corredores que todav?a est?n creciendo en el profesionalismo para que no caigan en su misma tentaci?n.
Pau es la m?s bella de las tres ciudades, la que merece una escapada de fin de semana, la que goza de mejor comercio, de un magn?fico castillo y hasta de un circuito automovil?stico, que en términos ciclistas se recuerda porque fue all? donde Julian Alpahilippe, en 2019, conquist? una contrarreloj e hizo so?ar a los franceses con que volver?an a ganar un Tour que no consegu?an desde 1985. Y, desgraciadamente para ellos, siguen igual cuatro a?os después.
Luego est? Tarbes. Tal vez no sea la m?s agraciada en cuesti?n de piedras y arquitectura, pero es un valor seguro porque sus restaurantes cierran a la hora de Sevilla y no escuchar la frase de ‘désolé, la cuisine est fermée’ (lo siento, la cocina est? cerrada) cuando pides si te pueden dar algo de comer a eso de las 20.45 horas, como sucede en el norte de Francia, te libera de la presi?n y el riesgo de meterte en la cama con el est?mago vac?o. Y esto es todo un éxito después de un d?a lleno de pasiones con una etapa ciclista que ser? recordada durante mucho tiempo.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/tour-francia/milagros-lourdes-89577455)
La sexta etapa del Tour circul? cerca de Lourdes pero los habitantes se divirtieron porque por la ciudad pas? el recorrido alternativo de la carrera, el que te permite llegar pronto a la meta desde la salida y sin la necesidad de ascender los puertos, y la evacuaci?n de la llegada de Cauterets con todos los autocares y coches de equipos, m?s los de la organizaci?n, el resto de veh?culos acreditados, la caravana publicitaria y cientos de coches de aficionados que no quer?an perderse la emoci?n de haber asistido a una etapa magn?fica de la Grande Boucle.
Las tradiciones
En Lourdes, como sucedi? este jueves, te puedes encontrar camino de la Gruta, donde la tradici?n dice que los milagros se hacen realidad, a una mujer cargando sobre sus espaldas una cruz que por lo menos med?a metro y medio. En los vest?bulos de los hoteles hay sillas de ruedas y en las calles carril reservado para personas con minusval?a en vez de los t?picos exclusivos para bicis que proliferan en el resto de las ciudades.
Lourdes forma lo que podr?amos denominar el tri?ngulo del Tour en los Pirineos, junto a Pau y Tarbes. Pau era la ciudad de los follones, gafada con las jornadas de descanso en los a?os duros del dopaje porque siempre aparec?a un positivo. La noticia llegaba en plena cena para pedir la cuenta con los platos llenos e irte a hacer guardia en un hotel, in?til sacrificio, porque nunca se consegu?a nada y menos que el afectado saliera y diera la cara.
El caso de Rasmussen
Hasta hubo una vez, por all? 2007, en la que el jersey amarillo, presionado por las dudas sobre si era trigo limpio, huy? por la cocina de su hotel, cogi? un coche y se larg? del Tour con el ‘maillot’ en la maleta minutos antes de que se presentara la gendarmer?a con una orden de arresto. Fue Michael Rasmussen, corredor danés y que desde hace unos a?os sigue la prueba como enviado especial de un peri?dico de su pa?s. Rasmussen, casado con una mexicana, habla perfectamente castellano y no reniega al contar los pecados de juventud mientras hace un llamamiento a los corredores que todav?a est?n creciendo en el profesionalismo para que no caigan en su misma tentaci?n.
Pau es la m?s bella de las tres ciudades, la que merece una escapada de fin de semana, la que goza de mejor comercio, de un magn?fico castillo y hasta de un circuito automovil?stico, que en términos ciclistas se recuerda porque fue all? donde Julian Alpahilippe, en 2019, conquist? una contrarreloj e hizo so?ar a los franceses con que volver?an a ganar un Tour que no consegu?an desde 1985. Y, desgraciadamente para ellos, siguen igual cuatro a?os después.
Luego est? Tarbes. Tal vez no sea la m?s agraciada en cuesti?n de piedras y arquitectura, pero es un valor seguro porque sus restaurantes cierran a la hora de Sevilla y no escuchar la frase de ‘désolé, la cuisine est fermée’ (lo siento, la cocina est? cerrada) cuando pides si te pueden dar algo de comer a eso de las 20.45 horas, como sucede en el norte de Francia, te libera de la presi?n y el riesgo de meterte en la cama con el est?mago vac?o. Y esto es todo un éxito después de un d?a lleno de pasiones con una etapa ciclista que ser? recordada durante mucho tiempo.
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