الريــم
07-06-2023, 08:14 PM
Todo estaba acordonado, pero Tadej Pogacar parec?a un alma libre. Emmanuel Macron -de ah? que la meta pareciera un cuartel policial- no pod?a tener mejor visi?n. Iba en el coche de Christian Prudhomme, el director del Tour, mejor panorama que en la televisi?n. El presidente de Francia, en mangas de camisa, ve?a delante suyo la gran imagen de la sexta etapa. Quedaban 2,7 kilometros para la meta de la cumbre de Cambasque, por lo alto de Cauterets, un 6 de julio, 34 a?os después de que Miguel Indur?in diera en el mismo lugar su primer chupinazo en la ronda francesa. Lo observaban Macron, Prudhomme y el mundo entero. Pogacar dejaba clavado a Jonas Vingegaard para ganar la etapa y provocar que el corredor danés se vistiera de amarillo con un toque de amargura.
Gritos, bullicio, gente hasta debajo de las piedras, amargos embotellamientos, pero una recompensa fant?stica. Da la impresi?n de que el Tour se encuentre en la tercera semana, pero s?lo han pasado seis etapas cuando ha sobrevolado sobre la ruta de la carrera el Tourmalet, acompa?ado del Aspin y del duro final de Cauterets. Un regalo porque ahora habr? que dormir nerviosos, con poco descanso, pero deseando que pasen pronto el esprint de este viernes en Burdeos y la meta en cuesta, estilo Valverde, del s?bado, en Limoges, antes de que llegue el Puy de Dôme para pensar que hasta habr? sido de risa el paso por los Pirineos por lo que les aguarda a todos en la m?s maravillosa cumbre del Macizo Central, a las puertas de Clermont-Ferrand.
?Alguien crey? que Pogacar estaba muerto a los pies del Marie-Blanc? Tremendo error. Le dol?a la mu?eca, le pesaban las piernas y, encima, en la meta se vino abajo cuando le informaron que su novia ciclista se hab?a ca?do en el Giro femenino -incomprensiblemente se est? celebrando de forma an?nima en pleno auge del Tour-, y pasaba la noche en el hospital. Demasiados palos para un solo d?a. Pero él puede con todo, hasta con un Jumbo supers?nico y con un ciclista de leyenda como él, Wout van Aert, que se escap? de salida, que esper? a Vingegaard en la bajada del Tourmalet, y que lo condujo en carroza hasta que su jefe danés intent? sin éxito eliminar a Pogacar a 4,6 kil?metros de la llegada.
El Jumbo lo ten?a claro. El Tourmalet era la monta?a para tratar de dejar el Tour en bandeja para su l?der. Y era la zona de La Mongie, donde est? la entrada a la estaci?n de esqu? y lo m?s duro de la subida, el lugar en el que Vingegaard tratar?a de eliminar a Pogacar. Si el miércoles fall? en la primera etapa pirenaica, el Tourmalet deb?a ser la tumba.
Sab?an que Pogacar no hab?a podido competir como le habr?a gustado por la ca?da de abril sufrida en Lieja. “Lo que ocurre en primavera nada tiene que ver con lo que pasar? en julio”, hab?a dicho Vingegaard en la salida de Bilbao. El Jumbo deb?a atizar de lo lindo a Pogacar en los Pirineos, porque si hubiese sido un Tour m?s cl?sico esta primera semana le habr?a servido al fen?meno esloveno para ir entrando en forma para las monta?as que siempre aparec?an a mitad de carrera.
Pero es un Tour distinto, magn?fico, que no ha querido agrupar toda la dureza para los ?ltimos d?as y fracasar en la idea, como le ocurri? al Giro. Han pasado m?s cosas en seis d?as por la ronda francesa que en 20 etapas por Italia. Y esta es la enorme grandeza del Tour.
Por eso las cunetas estaban salvajemente plagadas de p?blico. Por eso se apasionaban miles de personas. Hasta respet? el tiempo a los héroes del Tour. Empez? a llover a los pocos minutos de que Pogacar levantara los brazos pasada la meta porque no quiso ni regalar un segundo a Vingegaard en un Tour que igual se decide por la m?nima y el pen?ltimo d?a en los Vosgos. El astro esloveno redujo a 25 segundos, casi un suspiro, la diferencia con Vingegaard, sorprendido, seguramente sin creer sobre la bici lo que le estaba pasando. Quisieron noquear definitivamente a Pogacar, realiz? su equipo la ofensiva perfecta y el que acab? cediendo tiempo fue él ante un prodigio, el que gana la Par?s-Niza, el Tour de Flandes y lo que le dé la gana.
El Tour, con seis d?as superados, se ha quedado ya en lo que estaba anunciado; un duelo entre dos y el resto a mirar, aunque en el resto esté Carlos Rodr?guez, la promesa espa?ola que este a?o corre en el Ineos y el que viene en el Movistar, y que est? en estos momentos como quinto de la general en tiempos de luchar por la tercera plaza del podio. Subir un pelda?o m?s es misi?n imposible.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/tour-francia/impresionante-pogacar-resurge-pirineos-89559818)
Gritos, bullicio, gente hasta debajo de las piedras, amargos embotellamientos, pero una recompensa fant?stica. Da la impresi?n de que el Tour se encuentre en la tercera semana, pero s?lo han pasado seis etapas cuando ha sobrevolado sobre la ruta de la carrera el Tourmalet, acompa?ado del Aspin y del duro final de Cauterets. Un regalo porque ahora habr? que dormir nerviosos, con poco descanso, pero deseando que pasen pronto el esprint de este viernes en Burdeos y la meta en cuesta, estilo Valverde, del s?bado, en Limoges, antes de que llegue el Puy de Dôme para pensar que hasta habr? sido de risa el paso por los Pirineos por lo que les aguarda a todos en la m?s maravillosa cumbre del Macizo Central, a las puertas de Clermont-Ferrand.
?Alguien crey? que Pogacar estaba muerto a los pies del Marie-Blanc? Tremendo error. Le dol?a la mu?eca, le pesaban las piernas y, encima, en la meta se vino abajo cuando le informaron que su novia ciclista se hab?a ca?do en el Giro femenino -incomprensiblemente se est? celebrando de forma an?nima en pleno auge del Tour-, y pasaba la noche en el hospital. Demasiados palos para un solo d?a. Pero él puede con todo, hasta con un Jumbo supers?nico y con un ciclista de leyenda como él, Wout van Aert, que se escap? de salida, que esper? a Vingegaard en la bajada del Tourmalet, y que lo condujo en carroza hasta que su jefe danés intent? sin éxito eliminar a Pogacar a 4,6 kil?metros de la llegada.
El Jumbo lo ten?a claro. El Tourmalet era la monta?a para tratar de dejar el Tour en bandeja para su l?der. Y era la zona de La Mongie, donde est? la entrada a la estaci?n de esqu? y lo m?s duro de la subida, el lugar en el que Vingegaard tratar?a de eliminar a Pogacar. Si el miércoles fall? en la primera etapa pirenaica, el Tourmalet deb?a ser la tumba.
Sab?an que Pogacar no hab?a podido competir como le habr?a gustado por la ca?da de abril sufrida en Lieja. “Lo que ocurre en primavera nada tiene que ver con lo que pasar? en julio”, hab?a dicho Vingegaard en la salida de Bilbao. El Jumbo deb?a atizar de lo lindo a Pogacar en los Pirineos, porque si hubiese sido un Tour m?s cl?sico esta primera semana le habr?a servido al fen?meno esloveno para ir entrando en forma para las monta?as que siempre aparec?an a mitad de carrera.
Pero es un Tour distinto, magn?fico, que no ha querido agrupar toda la dureza para los ?ltimos d?as y fracasar en la idea, como le ocurri? al Giro. Han pasado m?s cosas en seis d?as por la ronda francesa que en 20 etapas por Italia. Y esta es la enorme grandeza del Tour.
Por eso las cunetas estaban salvajemente plagadas de p?blico. Por eso se apasionaban miles de personas. Hasta respet? el tiempo a los héroes del Tour. Empez? a llover a los pocos minutos de que Pogacar levantara los brazos pasada la meta porque no quiso ni regalar un segundo a Vingegaard en un Tour que igual se decide por la m?nima y el pen?ltimo d?a en los Vosgos. El astro esloveno redujo a 25 segundos, casi un suspiro, la diferencia con Vingegaard, sorprendido, seguramente sin creer sobre la bici lo que le estaba pasando. Quisieron noquear definitivamente a Pogacar, realiz? su equipo la ofensiva perfecta y el que acab? cediendo tiempo fue él ante un prodigio, el que gana la Par?s-Niza, el Tour de Flandes y lo que le dé la gana.
El Tour, con seis d?as superados, se ha quedado ya en lo que estaba anunciado; un duelo entre dos y el resto a mirar, aunque en el resto esté Carlos Rodr?guez, la promesa espa?ola que este a?o corre en el Ineos y el que viene en el Movistar, y que est? en estos momentos como quinto de la general en tiempos de luchar por la tercera plaza del podio. Subir un pelda?o m?s es misi?n imposible.
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