الريــم
07-03-2023, 09:20 AM
El calentamiento global se ha convertido en un auténtico dolor de cabeza para los agricultores. El aumento de las temperaturas, la ausencia de precipitaciones, la normalizaci?n de los fen?menos clim?ticos extremos (https://www.sport.es/es/noticias/medio-ambiente/olas-calor-junio-han-triplicado-89158343) y las plagas (acrecentadas también por el calor) han destruido miles de hect?reas de cultivos en todo el mundo. Las consecuencias econ?micas son m?s que evidentes, no s?lo para los propios productores, sino también para los consumidores. La falta de materia prima lastra la oferta y, por ello, los precios suben.
Porque la demanda, y m?s a?n en tiempos en los que se insiste en reducir la prote?na de origen animal, no baja. Adem?s, aumentan las importaciones, por lo que a la tarifa hay que sumarle los gastos de transporte.Y la perenne sombra de la inflaci?n, que aunque se modera, sigue muy alta. Los euros que eran necesarios para comprar un kilo de cualquier fruta hace unos a?os ahora apenas alcanzan para hacerse con 500 gramos.
Lo primero a lo que hay que prestar atenci?n es a c?mo han cambiado los inviernos. Seg?n el ?ltimo informe publicado por Copernicus, el Programa de Observaci?n de la Tierra de la UE, en Europa, en los meses de finales de 2021 y en los primeros de 2022 se registr?, de media, un grado m?s de temperatura que el promedio de los inviernos entre 1991 y 2020.
https://www.uc-4u.com/clip/aea45577-bf06-4573-9ee2-8de5a341c340_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg La sequ?a y las plagas se unen a la falta de fr?o suficiente | Vera Larina/Shutterstock
En Espa?a, la Agencia Estatal de Meteorolog?a dio hace unos meses un dato a?n m?s preocupante: diciembre de 2022 fue el m?s c?lido de toda la serie hist?rica. En conjunto, el periodo invernal fue el décimo menos fr?o desde que hay datos (1961) y el quinto m?s c?lido de este siglo. Una muestra m?s de que la Tierra se calienta a un ritmo endiablado.
El ciclo natural se altera
Los ?rboles han notado, y mucho, este fen?meno. Y es que, para que la floraci?n sea la adecuada, es imprescindible que acumulen fr?o durante el invierno. Si las temperaturas suben, el ciclo natural se altera y esto repercute en la cantidad y en la calidad de los frutos.
En los casos m?s extremos, puede, incluso, arruinarse toda la temporada. Es m?s, si la floraci?n se adelanta, puede que no haya insectos suficientes para que las polinicen. O, peor a?n, es posible que algunas plantas no sobrevivan a las heladas.
Los cient?ficos llevan un tiempo alertando de esto. Seg?n un estudio llevado a cabo por expertos de la Universidad Politécnica de Madrid y de la Universidad de Castilla-La Mancha, es necesario dise?ar estrategias de adaptaci?n locales y flexibles de acuerdo a las proyecciones clim?ticas para evitar que la reducci?n de las temperaturas pueda comprometer la viabilidad de algunas variedades frutales.
Concretamente, en el texto analizan lo que puede pasar con almendros, ciruelos, manzanos, melocotoneros, olivos y vides de acuerdo a la previsible evoluci?n del clima. La elecci?n de estas especies no es balad?, ya que se trata de ?rboles con mucho peso en el campo espa?ol.
https://www.uc-4u.com/clip/e35d688c-eb35-4256-b643-72bf7f8d7c5a_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Riesgo de desertificaci?n en Espa?a | Mapa
La conclusi?n es clara: solo las variedades con bajas necesidades de fr?o seguir?n siendo viables en los pr?ximos 30 a?os. Es decir, las especies menos comprometidas ser?n el cerezo, el olivo y la vid. Sin embargo, en estos dos ?ltimos casos la situaci?n tampoco es del todo halagüe?a en todos los casos (ver informaci?n adjunta).
S?lo las variedades con bajas necesidades de fr?o seguir?n siendo viables en los pr?ximos 30 a?os
En el extremo contrario se sit?an el ciruelo, el almendro y el manzano. En medio est? el melocotonero. Por suerte, los expertos ofrecen soluciones a este problema: «Es posible realizar una adaptaci?n mediante el desplazamiento de los cultivos a zonas adyacentes, o bien mediante una selecci?n cuidadosa de variedades con unas necesidades de fr?o adecuadas. El desarrollo de aquellas con menores necesidades de fr?o también contribuir?a a la viabilidad de los cultivos».
Pero la falta de fr?o no es lo ?nico que preocupa al campo espa?ol. Los fen?menos meteorol?gicos extremos asociados al cambio clim?tico son otra gran amenaza para los agricultores. Las sequ?as, las lluvias torrenciales y las olas de fr?o o calor est?n muchas veces detr?s de la ca?da en la producci?n de algunas especies.
Los frutos que sobreviven ven mermada su calidad: baja la capacidad gustativa y se aprecian variaciones en su tama?o, coloraci?n, capacidad de conservaci?n y cantidad de az?cares.
Gestionar el agua ante la sequ?a
El problema del agua tiene muchas aristas. A la hora de hablar de él en Espa?a, es inevitable mencionar las ‘guerras del agua’, por desgracia tan normalizadas en las zonas m?s ?ridas. Aunque no existe una soluci?n que contente a todo el mundo, los expertos apuntan a la necesidad de crear una estrategia de pa?s y poner en marcha infraestructuras que puedan llevar este preciado l?quido a las regiones m?s dependientes.
https://www.uc-4u.com/clip/76cc9141-eddc-4f71-943b-537f7b3523c6_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Campos de olivos, cultivo resistente, pero también afectado por el calor | nito/Shutterstock
Si no es as?, se repetir?n veranos dram?ticos como el que se vivi? el pasado a?o en la Axarqu?a, en M?laga, donde centenares de aguacateros se murieron de sed. «Hacen falta infraestructuras de emergencia para llevar agua a las zonas productivas con mayor valor a?adido del agro nacional», afirman desde la Asociaci?n Espa?ola de Tropicales. Sin embargo, cient?ficos y ecologistas no ven con buenos ojos que se propaguen los cultivos tropicales, debido a que exigen grandes cantidades de agua.*
Las plagas destruyen cada a?o el 40 por ciento de la producci?n mundial de cultivos
Ocurre lo mismo con las plagas. De acuerdo con el informe de la Organizaci?n de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentaci?n (FAO), éstas destruyen cada a?o el 40 por ciento de la producci?n mundial de cultivos. Traducido al terreno econ?mico, supone un coste de m?s de 165.000 millones de euros. El ejemplo m?s claro es la mosca de la fruta, que ha multiplicado exponencialmente su poblaci?n debido al calentamiento global.
Las amenazas no paran ah?: reiterados informes cient?ficos advierten desde hace a?os de que el alza de temperaturas traer? un crecimiento de las infecciones transmitidas por los alimentos. Otro factor que preocupa.
La Agencia Europea del Medio Ambiente ha alertado del drama que viene. En uno de sus ?ltimos informes, el organismo subraya que los cambios en el clima «ya han alterado la duraci?n de la estaci?n de crecimiento en grandes partes de Europa. Las épocas de floraci?n y cosecha se adelantan varios d?as. Es previsible que estos cambios sigan produciéndose en muchas regiones». Sin ir m?s lejos, el pasado 2022, la campa?a de las frutas de hueso en Espa?a sufri? una fuerte reducci?n debido a las fuertes heladas que se registraron en primavera.
Otra opci?n es que entre en juego la ciencia para modificar el ADN de los cultivos y hacerlos m?s resistentes a las condiciones extremas. Es la premisa con la que trabajan en el Instituto de Investigaci?n y Tecnolog?a Agroalimentaria (IRTA). All? han creado la manzana ‘tutti’, una variedad «roja, crujiente y jugosa» adaptada a los climas c?lidos y que es el fruto de m?s de dos décadas de trabajo. Lo mismo se est? haciendo con otros cultivos.
Una vez m?s, el futuro se puede forjar en un laboratorio.
LA PRODUCCI?N DE ACEITE CAE UN 40%
El oro l?quido que sale de los campos de Andaluc?a (hasta el 80 por ciento del total nacional) es una de las mayores se?as de identidad del pa?s. Sin embargo, el cambio clim?tico también amenaza este liderazgo. La asociaci?n de Cooperativas Agro-Alimentarias de Andaluc?a lo ha dejado muy claro: sus estimaciones sit?an la producci?n de aceite en la campa?a 2022-2023 en 918.000 toneladas, casi un 40 por ciento menos que el pasado a?o, cuando se elev? por encima de las 1,5 toneladas. El drama es especialmente acusado en Jaén, la provincia olivera por excelencia, donde la cantidad de producto caer? hasta la mitad. La sequ?a extrema y los altos costes de producci?n (en especial de la energ?a), son los principales culpables. El proyecto RitmeNatura estima las pérdidas econ?micas en valores por encima de los 1.700 millones de euros.
Parec?a algo imposible, debido a las caracter?sticas de los olivos. Son ?rboles fuertes y tienen una alta capacidad de adaptaci?n y resistencia a las temperaturas extremas, tanto altas como bajas. Su supervivencia parec?a asegurada. Sin embargo, los cambios radicales en las temperaturas y en las lluvias afectar?n a sus ciclos vegetativos, a las caracter?sticas de sus aceitunas y, por ende, a la composici?n de los aceites de oliva v?rgenes. En la década de 2010 se produjeron de media 1,3 millones de toneladas al a?o y la mitad correspond?an a la categor?a ‘AOVE’ (aceite de oliva virgen extra, el m?s cotizado). Para conseguir este preciado ‘AOVE’ se tienen que alinear varios factores, entre ellos la calidad de la propia aceituna, el clima y el terreno. Para que el olivo crezca de forma correcta debe estar sometido a temperaturas entre 26 y 32 grados, es decir, en regiones con inviernos suaves y veranos c?lidos y secos.
Y aunque hay estudios que apuntan a que un incremento de las temperaturas de algo m?s de un grado puede ser bueno para los olivos, este primer diagn?stico se corrige cuando se tienen en cuenta el resto de consecuencias del cambio clim?tico (las ya mencionadas sequ?as, olas de calor y fr?o, las DANA…), que pueden arruinar miles de hect?reas de cultivos.
Las caracter?sticas del suelo influyen y mucho en el resultado final. Que el terreno sea m?s lluvioso o m?s soleado se nota en el grado de picante o suavidad del aceite resultante.
Contacto de la secci?n de Medio Ambiente: crisisclimatica@prensaiberica.es
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/medio-ambiente/frutales-espanoles-acorralados-cambio-climatico-89397803)
Porque la demanda, y m?s a?n en tiempos en los que se insiste en reducir la prote?na de origen animal, no baja. Adem?s, aumentan las importaciones, por lo que a la tarifa hay que sumarle los gastos de transporte.Y la perenne sombra de la inflaci?n, que aunque se modera, sigue muy alta. Los euros que eran necesarios para comprar un kilo de cualquier fruta hace unos a?os ahora apenas alcanzan para hacerse con 500 gramos.
Lo primero a lo que hay que prestar atenci?n es a c?mo han cambiado los inviernos. Seg?n el ?ltimo informe publicado por Copernicus, el Programa de Observaci?n de la Tierra de la UE, en Europa, en los meses de finales de 2021 y en los primeros de 2022 se registr?, de media, un grado m?s de temperatura que el promedio de los inviernos entre 1991 y 2020.
https://www.uc-4u.com/clip/aea45577-bf06-4573-9ee2-8de5a341c340_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg La sequ?a y las plagas se unen a la falta de fr?o suficiente | Vera Larina/Shutterstock
En Espa?a, la Agencia Estatal de Meteorolog?a dio hace unos meses un dato a?n m?s preocupante: diciembre de 2022 fue el m?s c?lido de toda la serie hist?rica. En conjunto, el periodo invernal fue el décimo menos fr?o desde que hay datos (1961) y el quinto m?s c?lido de este siglo. Una muestra m?s de que la Tierra se calienta a un ritmo endiablado.
El ciclo natural se altera
Los ?rboles han notado, y mucho, este fen?meno. Y es que, para que la floraci?n sea la adecuada, es imprescindible que acumulen fr?o durante el invierno. Si las temperaturas suben, el ciclo natural se altera y esto repercute en la cantidad y en la calidad de los frutos.
En los casos m?s extremos, puede, incluso, arruinarse toda la temporada. Es m?s, si la floraci?n se adelanta, puede que no haya insectos suficientes para que las polinicen. O, peor a?n, es posible que algunas plantas no sobrevivan a las heladas.
Los cient?ficos llevan un tiempo alertando de esto. Seg?n un estudio llevado a cabo por expertos de la Universidad Politécnica de Madrid y de la Universidad de Castilla-La Mancha, es necesario dise?ar estrategias de adaptaci?n locales y flexibles de acuerdo a las proyecciones clim?ticas para evitar que la reducci?n de las temperaturas pueda comprometer la viabilidad de algunas variedades frutales.
Concretamente, en el texto analizan lo que puede pasar con almendros, ciruelos, manzanos, melocotoneros, olivos y vides de acuerdo a la previsible evoluci?n del clima. La elecci?n de estas especies no es balad?, ya que se trata de ?rboles con mucho peso en el campo espa?ol.
https://www.uc-4u.com/clip/e35d688c-eb35-4256-b643-72bf7f8d7c5a_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Riesgo de desertificaci?n en Espa?a | Mapa
La conclusi?n es clara: solo las variedades con bajas necesidades de fr?o seguir?n siendo viables en los pr?ximos 30 a?os. Es decir, las especies menos comprometidas ser?n el cerezo, el olivo y la vid. Sin embargo, en estos dos ?ltimos casos la situaci?n tampoco es del todo halagüe?a en todos los casos (ver informaci?n adjunta).
S?lo las variedades con bajas necesidades de fr?o seguir?n siendo viables en los pr?ximos 30 a?os
En el extremo contrario se sit?an el ciruelo, el almendro y el manzano. En medio est? el melocotonero. Por suerte, los expertos ofrecen soluciones a este problema: «Es posible realizar una adaptaci?n mediante el desplazamiento de los cultivos a zonas adyacentes, o bien mediante una selecci?n cuidadosa de variedades con unas necesidades de fr?o adecuadas. El desarrollo de aquellas con menores necesidades de fr?o también contribuir?a a la viabilidad de los cultivos».
Pero la falta de fr?o no es lo ?nico que preocupa al campo espa?ol. Los fen?menos meteorol?gicos extremos asociados al cambio clim?tico son otra gran amenaza para los agricultores. Las sequ?as, las lluvias torrenciales y las olas de fr?o o calor est?n muchas veces detr?s de la ca?da en la producci?n de algunas especies.
Los frutos que sobreviven ven mermada su calidad: baja la capacidad gustativa y se aprecian variaciones en su tama?o, coloraci?n, capacidad de conservaci?n y cantidad de az?cares.
Gestionar el agua ante la sequ?a
El problema del agua tiene muchas aristas. A la hora de hablar de él en Espa?a, es inevitable mencionar las ‘guerras del agua’, por desgracia tan normalizadas en las zonas m?s ?ridas. Aunque no existe una soluci?n que contente a todo el mundo, los expertos apuntan a la necesidad de crear una estrategia de pa?s y poner en marcha infraestructuras que puedan llevar este preciado l?quido a las regiones m?s dependientes.
https://www.uc-4u.com/clip/76cc9141-eddc-4f71-943b-537f7b3523c6_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Campos de olivos, cultivo resistente, pero también afectado por el calor | nito/Shutterstock
Si no es as?, se repetir?n veranos dram?ticos como el que se vivi? el pasado a?o en la Axarqu?a, en M?laga, donde centenares de aguacateros se murieron de sed. «Hacen falta infraestructuras de emergencia para llevar agua a las zonas productivas con mayor valor a?adido del agro nacional», afirman desde la Asociaci?n Espa?ola de Tropicales. Sin embargo, cient?ficos y ecologistas no ven con buenos ojos que se propaguen los cultivos tropicales, debido a que exigen grandes cantidades de agua.*
Las plagas destruyen cada a?o el 40 por ciento de la producci?n mundial de cultivos
Ocurre lo mismo con las plagas. De acuerdo con el informe de la Organizaci?n de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentaci?n (FAO), éstas destruyen cada a?o el 40 por ciento de la producci?n mundial de cultivos. Traducido al terreno econ?mico, supone un coste de m?s de 165.000 millones de euros. El ejemplo m?s claro es la mosca de la fruta, que ha multiplicado exponencialmente su poblaci?n debido al calentamiento global.
Las amenazas no paran ah?: reiterados informes cient?ficos advierten desde hace a?os de que el alza de temperaturas traer? un crecimiento de las infecciones transmitidas por los alimentos. Otro factor que preocupa.
La Agencia Europea del Medio Ambiente ha alertado del drama que viene. En uno de sus ?ltimos informes, el organismo subraya que los cambios en el clima «ya han alterado la duraci?n de la estaci?n de crecimiento en grandes partes de Europa. Las épocas de floraci?n y cosecha se adelantan varios d?as. Es previsible que estos cambios sigan produciéndose en muchas regiones». Sin ir m?s lejos, el pasado 2022, la campa?a de las frutas de hueso en Espa?a sufri? una fuerte reducci?n debido a las fuertes heladas que se registraron en primavera.
Otra opci?n es que entre en juego la ciencia para modificar el ADN de los cultivos y hacerlos m?s resistentes a las condiciones extremas. Es la premisa con la que trabajan en el Instituto de Investigaci?n y Tecnolog?a Agroalimentaria (IRTA). All? han creado la manzana ‘tutti’, una variedad «roja, crujiente y jugosa» adaptada a los climas c?lidos y que es el fruto de m?s de dos décadas de trabajo. Lo mismo se est? haciendo con otros cultivos.
Una vez m?s, el futuro se puede forjar en un laboratorio.
LA PRODUCCI?N DE ACEITE CAE UN 40%
El oro l?quido que sale de los campos de Andaluc?a (hasta el 80 por ciento del total nacional) es una de las mayores se?as de identidad del pa?s. Sin embargo, el cambio clim?tico también amenaza este liderazgo. La asociaci?n de Cooperativas Agro-Alimentarias de Andaluc?a lo ha dejado muy claro: sus estimaciones sit?an la producci?n de aceite en la campa?a 2022-2023 en 918.000 toneladas, casi un 40 por ciento menos que el pasado a?o, cuando se elev? por encima de las 1,5 toneladas. El drama es especialmente acusado en Jaén, la provincia olivera por excelencia, donde la cantidad de producto caer? hasta la mitad. La sequ?a extrema y los altos costes de producci?n (en especial de la energ?a), son los principales culpables. El proyecto RitmeNatura estima las pérdidas econ?micas en valores por encima de los 1.700 millones de euros.
Parec?a algo imposible, debido a las caracter?sticas de los olivos. Son ?rboles fuertes y tienen una alta capacidad de adaptaci?n y resistencia a las temperaturas extremas, tanto altas como bajas. Su supervivencia parec?a asegurada. Sin embargo, los cambios radicales en las temperaturas y en las lluvias afectar?n a sus ciclos vegetativos, a las caracter?sticas de sus aceitunas y, por ende, a la composici?n de los aceites de oliva v?rgenes. En la década de 2010 se produjeron de media 1,3 millones de toneladas al a?o y la mitad correspond?an a la categor?a ‘AOVE’ (aceite de oliva virgen extra, el m?s cotizado). Para conseguir este preciado ‘AOVE’ se tienen que alinear varios factores, entre ellos la calidad de la propia aceituna, el clima y el terreno. Para que el olivo crezca de forma correcta debe estar sometido a temperaturas entre 26 y 32 grados, es decir, en regiones con inviernos suaves y veranos c?lidos y secos.
Y aunque hay estudios que apuntan a que un incremento de las temperaturas de algo m?s de un grado puede ser bueno para los olivos, este primer diagn?stico se corrige cuando se tienen en cuenta el resto de consecuencias del cambio clim?tico (las ya mencionadas sequ?as, olas de calor y fr?o, las DANA…), que pueden arruinar miles de hect?reas de cultivos.
Las caracter?sticas del suelo influyen y mucho en el resultado final. Que el terreno sea m?s lluvioso o m?s soleado se nota en el grado de picante o suavidad del aceite resultante.
Contacto de la secci?n de Medio Ambiente: crisisclimatica@prensaiberica.es
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/medio-ambiente/frutales-espanoles-acorralados-cambio-climatico-89397803)