الريــم
07-01-2023, 08:00 PM
Todo eran sonrisas a las puertas del autob?s del Movistar aparcado al lado del estadio de San Mamés. No estaba Eusebio Unzué, el m?nager, porque este s?bado se casaba en Girona el hijo mayor de su hermano Juan Carlos, enfermo de ELA. En cambio, s? estaban los otros jefes y todos se mostraban alegres por la cara, por lo que dec?a y transmit?a Enric Mas, que s?lo eran buenas sensaciones. "?Por qué no pueden ser alcanzables Vingegaard y Pogacar?", repet?a el corredor mallorqu?n, el jefe y el alma del conjunto de Teléfonica. Y en la bajada del Vivero, a 26 kil?metros de Bilbao, se dio el gran trompazo. Abandono, adi?s a las ilusiones, adi?s a todo.
Vizcaya, convertida en una fiesta popular, se pon?a su mejor careta ciclista, Adam Yates ganaba junto al santuario de la virgen de Bego?a y se vest?a de amarillo… y Mas llegaba al hospital para hacerse unas placas en su hombro derecho. Caras largas y casi ganas de llorar, siete meses de preparaci?n a la basura para demostrar que el ciclismo muchas veces es un deporte cruel. Seis a?os antes, en Düsseldorf, hab?a pasado una cosa parecida cuando a las primeras de cambio Alejandro Valverde se estamp? contra las vallas del circuito de contrarreloj y se rompi? la rodilla con tal gravedad que si le ocurre a otro cualquiera cuelga la bici y se dedica a otro asunto.
De buen humor
Mas estaba de buen humor, optimista y con esas mariposas en el est?mago tan com?n cuando quedan pocos minutos para que empiece un Tour. Y hasta se permit?a re?ir al periodista por no haberlo saludado hace unos d?as mientras ascend?a entrenado por Els Cortals d'Encamp, una de las monta?as m?s duras de Andorra, donde vive. Se le explicaba que uno hab?a querido ser discreto porque él estaba trabajando y prepar?ndose para la ronda francesa y que en pleno esfuerzo era mejor no molestarlo. Nadie pod?a intuir lo que iba a ocurrir.
Rodaba feliz porque ya hab?a dicho que las carreteras vizca?nas eran como su casa de Artà, en el norte de Mallorca, donde viven sus padres, y porque en Euskadi se celebran la mayor parte de las carreras que sirven de formaci?n a los corredores que como él, era m?s joven, desean hacerse profesionales.
El descenso
En un descenso siempre se rueda a velocidad de vértigo, f?cil a m?s de 60 por hora. Se separan m?s porque ir pegado a la rueda del rival o compa?ero es un riesgo considerable. Ya hab?a superado ese p?nico que le condujo hace un a?o a contratar los servicios de un especialista en bajadas y a sentarse a hablar con un psic?logo deportivo. Y es que 2022 fue angustioso para Enric. Se cay? en las bajadas de la Tirreno-Adri?tico, de la Itzulia y del Critérium del Dauphiné. Lleg? cruzado al Tour, pero en la Vuelta, que acab? segundo y que ahora pasa a ser el objetivo de 2023, era un ciclista distinto y el ?nico que luego en Italia le plant? cara a Pogacar. Lo gan? en el Giro de Emilia y fue segundo en Lombard?a, batido por el fen?meno esloveno en el esprint final.
El precedente de 1989
En el descenso del Vivero tropezaron las ruedas de Mas y de Richard Carapaz. Al suelo. Los que iban detr?s trataron de no arrollarlos y enseguida un gendarme, de los que ayudaba a la Ertzaintza, se coloc? para avisar que hab?a corredores lesionados. Yvon Ledanois, su director en el Movistar, intentaba sin éxito esconder la angustia, miraba si lo animaba. No hab?a nada que hacer. El ‘maillot’ blanco de Mas aparec?a manchado de tierra y su cara denotaba el dolor, minutos antes de que la organizaci?n del Tour anunciara el abandono, el primero y el ?nico en la etapa inaugural. Un palo enorme para el Movistar… y nada menos que en la etapa vizca?na.
Unzué, hasta este s?bado, s?lo se hab?a perdido una salida del Tour. Fue en Luxemburgo, en 1989, el d?a que Perico, que también fue su pupilo, se despist?, se perdi? por las calles y dijo adi?s a repetir el triunfo de un a?o antes en Par?s. Un drama que desgraciadamente ensombreci? la gran fiesta popular con un Pa?s Vasco entregado al Tour, una carrera que cada a?o, por una causa u otra, se cruza como un gato negro en la carrera del corredor mallorqu?n.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/tour-francia/enric-abandona-caerse-estreno-tour-89358484)
Vizcaya, convertida en una fiesta popular, se pon?a su mejor careta ciclista, Adam Yates ganaba junto al santuario de la virgen de Bego?a y se vest?a de amarillo… y Mas llegaba al hospital para hacerse unas placas en su hombro derecho. Caras largas y casi ganas de llorar, siete meses de preparaci?n a la basura para demostrar que el ciclismo muchas veces es un deporte cruel. Seis a?os antes, en Düsseldorf, hab?a pasado una cosa parecida cuando a las primeras de cambio Alejandro Valverde se estamp? contra las vallas del circuito de contrarreloj y se rompi? la rodilla con tal gravedad que si le ocurre a otro cualquiera cuelga la bici y se dedica a otro asunto.
De buen humor
Mas estaba de buen humor, optimista y con esas mariposas en el est?mago tan com?n cuando quedan pocos minutos para que empiece un Tour. Y hasta se permit?a re?ir al periodista por no haberlo saludado hace unos d?as mientras ascend?a entrenado por Els Cortals d'Encamp, una de las monta?as m?s duras de Andorra, donde vive. Se le explicaba que uno hab?a querido ser discreto porque él estaba trabajando y prepar?ndose para la ronda francesa y que en pleno esfuerzo era mejor no molestarlo. Nadie pod?a intuir lo que iba a ocurrir.
Rodaba feliz porque ya hab?a dicho que las carreteras vizca?nas eran como su casa de Artà, en el norte de Mallorca, donde viven sus padres, y porque en Euskadi se celebran la mayor parte de las carreras que sirven de formaci?n a los corredores que como él, era m?s joven, desean hacerse profesionales.
El descenso
En un descenso siempre se rueda a velocidad de vértigo, f?cil a m?s de 60 por hora. Se separan m?s porque ir pegado a la rueda del rival o compa?ero es un riesgo considerable. Ya hab?a superado ese p?nico que le condujo hace un a?o a contratar los servicios de un especialista en bajadas y a sentarse a hablar con un psic?logo deportivo. Y es que 2022 fue angustioso para Enric. Se cay? en las bajadas de la Tirreno-Adri?tico, de la Itzulia y del Critérium del Dauphiné. Lleg? cruzado al Tour, pero en la Vuelta, que acab? segundo y que ahora pasa a ser el objetivo de 2023, era un ciclista distinto y el ?nico que luego en Italia le plant? cara a Pogacar. Lo gan? en el Giro de Emilia y fue segundo en Lombard?a, batido por el fen?meno esloveno en el esprint final.
El precedente de 1989
En el descenso del Vivero tropezaron las ruedas de Mas y de Richard Carapaz. Al suelo. Los que iban detr?s trataron de no arrollarlos y enseguida un gendarme, de los que ayudaba a la Ertzaintza, se coloc? para avisar que hab?a corredores lesionados. Yvon Ledanois, su director en el Movistar, intentaba sin éxito esconder la angustia, miraba si lo animaba. No hab?a nada que hacer. El ‘maillot’ blanco de Mas aparec?a manchado de tierra y su cara denotaba el dolor, minutos antes de que la organizaci?n del Tour anunciara el abandono, el primero y el ?nico en la etapa inaugural. Un palo enorme para el Movistar… y nada menos que en la etapa vizca?na.
Unzué, hasta este s?bado, s?lo se hab?a perdido una salida del Tour. Fue en Luxemburgo, en 1989, el d?a que Perico, que también fue su pupilo, se despist?, se perdi? por las calles y dijo adi?s a repetir el triunfo de un a?o antes en Par?s. Un drama que desgraciadamente ensombreci? la gran fiesta popular con un Pa?s Vasco entregado al Tour, una carrera que cada a?o, por una causa u otra, se cruza como un gato negro en la carrera del corredor mallorqu?n.
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