الريــم
06-30-2023, 10:00 AM
"Se llamaba profesor G?mez, no era religioso, era seglar. Era joven, ten?a la cara redonda y una mancha, como una peca, en la mejilla izquierda. Estoy seguro de que nos daba clases de dibujo y creo que también impart?a alguna otra materia". Si José Campos estruja sus recuerdos, en busca de informaci?n sobre el maestro del colegio Tecla Sala de L’ Hospitalet de Llobregat (Barcelona) que abus? sexualmente de él antes de que cumpliera los 10 a?os, en 1965, es capaz de traer hasta el presente esta informaci?n, y de aclarar que recuerda n?tidamente su rostro a pesar del tiempo transcurrido. Tampoco ha olvidado c?mo actuaba cuando les agred?a sexualmente a él y a otros alumnos, delante del resto de compa?eros.
La v?ctima ha denunciado policialmente unos hechos ya prescritos que ocurrieron cuando el Tecla Sala era de los Misioneros del Sagrat Cor
"En esa época vest?amos pantalones cortos y G?mez met?a la mano izquierda por la pernera. Pero como no le cab?a, romp?a la costura del pantal?n para poder llegar hasta los genitales. Y all? dentro manten?a su mano hasta que se cansaba", asegura Campos.
En aquella clase de un colegio religioso de los a?os 60 tal era la impunidad del abusador, que no requer?a esconderse, y que pod?a alargar sus tocamientos cuanto quisiera, frente la mirada m?s o menos consciente pero jam?s reprobatoria del resto de ni?os —era un centro exclusivamente para varones—. Una forma de proceder que no es nueva, la del docente que abusa mientras corrige c?modamente sentado en su escritorio, y que exalumnos de otras escuelas religiosas —como algunos que estudiaron en el de los Maristas de la Inmaculada en el Eixample de Barcelona— ya hab?an denunciado en este diario en 2016.
La denuncia ante los Mossos
Campos, tras conceder una entrevista a El Peri?dico, de Prensa Ibérica, ha acudido este jueves por la tarde a la comisar?a de los Mossos d'Esquadra en L'Hospitalet de Llobregat para formalizar una denuncia contra el profesor G?mez. Este diario ha contactado con el colegio, que actualmente ya no pertenece a la misma organizaci?n religiosa —dej? de ser de los misioneros del Sagrat Cor en 1992 a principios de los 90–, y la direcci?n asegura haber tratado sin éxito de encontrar m?s informaci?n sobre G?mez, de quien Campos ha olvidado su nombre y segundo apellido.
La denuncia no va a resolver esa inc?gnita. Ni esa ni ninguna otra relativa al caso: al tratarse de hechos prescritos los polic?as no investigar?n porque el juez archivar? la causa. Y, aunque los delitos no estuvieran prescritos, es muy posible que G?mez, que ahora quiza tenga m?s de 90 a?os, ya haya fallecido. ?Entonces por qué hacerlo p?blico ahora?
"Porque ha llegado el momento", razona con calma Campos, que ha meditado el paso que quiere dar con nombres y apellidos y aceptando una foto en la que no lo se le reconozca. "Y por que lo que hac?a con nosotros era una salvajada", concluye. Una "salvajada" por la que pasaron buena parte de sus compa?eros de clase.
El pecado
Campos no se call?. A pesar de sufrir aquellos abusos en un colegio religioso durante el Franquismo, cuando la Iglesia manten?a un poder innegociable sobre familias creyentes como la suya, habl? con sus padres. "El professor em toca la cuca", solt? a sus progenitores mientras com?an. Fue una revelaci?n que cay? a plomo sobre los dos adultos. Su madre le pidi? que acudiera a la iglesia m?s cercana a confesarse. Y que se asegurara de preguntarle al cura si lo que hab?a ocurrido en el aula era culpa suya o de su maestro. As? lo hizo. "El cura me respondi? que deb?a pedirle a mi madre que viniera a verle a él esa tarde. Pero mi madre no quiso ir".
La madre de Campos crey? a su hijo y comprendi? entonces por qué la costura del pantal?n del ni?o se romp?a repetidamente
Lo que s? hizo su madre, tanto ella como su padre, fue presentar una queja formal en el colegio. La mujer se hab?a hartado de coser la pernera del pantal?n, convencida de que se romp?a durante el recreo. Ahora sab?a que la costura se romp?a por culpa de una causa inconcebible: un maestro del colegio la reventaba con las dos manos para poder meter mano a su hijo durante el rato que gustase.
El traslado
La direcci?n del centro, sin que Campos sepa a qué acuerdo lleg? con sus padres, traslad? al profesor G?mez. "Nos dijeron que hab?a regresado a su pueblo natal, que si no recuerdo mal era M?laga, o estaba cerca de M?laga". Después, sus padres contactaron con el centro de los jesuitas en Sarrià, el Sant Ignasi, a través de un cura cercano a la familia, e inscribieron a Campos en esa escuela, donde prosigui? con sus estudios.
Campos coincidi? all? con algunos profesores y sacerdotes que mucho tiempo después, en 2019, tras una investigaci?n de El Peri?dico, de Prensa Ibérica, han terminado también siendo denunciados por abusos sexuales, como el padre Llu?s T? o el padre Pere Sala. Pero en esa escuela, la m?s prestigiosa de los jesuitas en Barcelona, Campos no sufri? ninguna agresi?n sexual. Sospecha que los profesores estaban al corriente de que hab?a acusado a un profesor en el Tecla Sala y que por ese motivo se encontraba en el Sant Ignasi, una etiqueta que quiere creer que le protegi? esos a?os.
Consultados por este diario algunos exalumnos del Tecla Sala que residen cerca del colegio, que sigue donde estaba, junto al Ayuntamiento de L'Hospitalet, ninguno recuerda haber sufrido o presenciado abusos concretos por parte de otros profesores. Ni seglares ni religiosos. Una vecina, en sentido contrario, s? afirma que a su marido, fallecido hace m?s de una década, hablaba de un sacerdote que se lo sentaba en la falda para hacerle tocamientos.
El orden de los Misioneros del Sagrat Cor traspas? la administraci?n de la escuela Tecla Sala a la Fundaci? per a les Escoles Parroquials en 1992. El Tecla Sala debe su nombre a la empresaria téxtil que financi? su construcci?n, Tecla Sala Miralpeix, y fue inaugurado en 1957.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/sociedad/exalumno-desentierra-abusos-sexuales-colegio-89307120)
La v?ctima ha denunciado policialmente unos hechos ya prescritos que ocurrieron cuando el Tecla Sala era de los Misioneros del Sagrat Cor
"En esa época vest?amos pantalones cortos y G?mez met?a la mano izquierda por la pernera. Pero como no le cab?a, romp?a la costura del pantal?n para poder llegar hasta los genitales. Y all? dentro manten?a su mano hasta que se cansaba", asegura Campos.
En aquella clase de un colegio religioso de los a?os 60 tal era la impunidad del abusador, que no requer?a esconderse, y que pod?a alargar sus tocamientos cuanto quisiera, frente la mirada m?s o menos consciente pero jam?s reprobatoria del resto de ni?os —era un centro exclusivamente para varones—. Una forma de proceder que no es nueva, la del docente que abusa mientras corrige c?modamente sentado en su escritorio, y que exalumnos de otras escuelas religiosas —como algunos que estudiaron en el de los Maristas de la Inmaculada en el Eixample de Barcelona— ya hab?an denunciado en este diario en 2016.
La denuncia ante los Mossos
Campos, tras conceder una entrevista a El Peri?dico, de Prensa Ibérica, ha acudido este jueves por la tarde a la comisar?a de los Mossos d'Esquadra en L'Hospitalet de Llobregat para formalizar una denuncia contra el profesor G?mez. Este diario ha contactado con el colegio, que actualmente ya no pertenece a la misma organizaci?n religiosa —dej? de ser de los misioneros del Sagrat Cor en 1992 a principios de los 90–, y la direcci?n asegura haber tratado sin éxito de encontrar m?s informaci?n sobre G?mez, de quien Campos ha olvidado su nombre y segundo apellido.
La denuncia no va a resolver esa inc?gnita. Ni esa ni ninguna otra relativa al caso: al tratarse de hechos prescritos los polic?as no investigar?n porque el juez archivar? la causa. Y, aunque los delitos no estuvieran prescritos, es muy posible que G?mez, que ahora quiza tenga m?s de 90 a?os, ya haya fallecido. ?Entonces por qué hacerlo p?blico ahora?
"Porque ha llegado el momento", razona con calma Campos, que ha meditado el paso que quiere dar con nombres y apellidos y aceptando una foto en la que no lo se le reconozca. "Y por que lo que hac?a con nosotros era una salvajada", concluye. Una "salvajada" por la que pasaron buena parte de sus compa?eros de clase.
El pecado
Campos no se call?. A pesar de sufrir aquellos abusos en un colegio religioso durante el Franquismo, cuando la Iglesia manten?a un poder innegociable sobre familias creyentes como la suya, habl? con sus padres. "El professor em toca la cuca", solt? a sus progenitores mientras com?an. Fue una revelaci?n que cay? a plomo sobre los dos adultos. Su madre le pidi? que acudiera a la iglesia m?s cercana a confesarse. Y que se asegurara de preguntarle al cura si lo que hab?a ocurrido en el aula era culpa suya o de su maestro. As? lo hizo. "El cura me respondi? que deb?a pedirle a mi madre que viniera a verle a él esa tarde. Pero mi madre no quiso ir".
La madre de Campos crey? a su hijo y comprendi? entonces por qué la costura del pantal?n del ni?o se romp?a repetidamente
Lo que s? hizo su madre, tanto ella como su padre, fue presentar una queja formal en el colegio. La mujer se hab?a hartado de coser la pernera del pantal?n, convencida de que se romp?a durante el recreo. Ahora sab?a que la costura se romp?a por culpa de una causa inconcebible: un maestro del colegio la reventaba con las dos manos para poder meter mano a su hijo durante el rato que gustase.
El traslado
La direcci?n del centro, sin que Campos sepa a qué acuerdo lleg? con sus padres, traslad? al profesor G?mez. "Nos dijeron que hab?a regresado a su pueblo natal, que si no recuerdo mal era M?laga, o estaba cerca de M?laga". Después, sus padres contactaron con el centro de los jesuitas en Sarrià, el Sant Ignasi, a través de un cura cercano a la familia, e inscribieron a Campos en esa escuela, donde prosigui? con sus estudios.
Campos coincidi? all? con algunos profesores y sacerdotes que mucho tiempo después, en 2019, tras una investigaci?n de El Peri?dico, de Prensa Ibérica, han terminado también siendo denunciados por abusos sexuales, como el padre Llu?s T? o el padre Pere Sala. Pero en esa escuela, la m?s prestigiosa de los jesuitas en Barcelona, Campos no sufri? ninguna agresi?n sexual. Sospecha que los profesores estaban al corriente de que hab?a acusado a un profesor en el Tecla Sala y que por ese motivo se encontraba en el Sant Ignasi, una etiqueta que quiere creer que le protegi? esos a?os.
Consultados por este diario algunos exalumnos del Tecla Sala que residen cerca del colegio, que sigue donde estaba, junto al Ayuntamiento de L'Hospitalet, ninguno recuerda haber sufrido o presenciado abusos concretos por parte de otros profesores. Ni seglares ni religiosos. Una vecina, en sentido contrario, s? afirma que a su marido, fallecido hace m?s de una década, hablaba de un sacerdote que se lo sentaba en la falda para hacerle tocamientos.
El orden de los Misioneros del Sagrat Cor traspas? la administraci?n de la escuela Tecla Sala a la Fundaci? per a les Escoles Parroquials en 1992. El Tecla Sala debe su nombre a la empresaria téxtil que financi? su construcci?n, Tecla Sala Miralpeix, y fue inaugurado en 1957.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/sociedad/exalumno-desentierra-abusos-sexuales-colegio-89307120)