الريــم
06-26-2023, 08:30 AM
“La inactividad tiene su l?gica propia, su propio lenguaje, su propia temporalidad (...). No es una forma de debilidad, ni una falta, sino una forma de intensidad que, sin embargo, no es percibida ni reconocida en nuestra sociedad de la actividad y el rendimiento”. As? describe el fil?sofo surcoreano Byung-Chul Han, en su libro Vida Contemplativa (Taurus, 2023), la situaci?n de hiperproductividad y ritmo frenético en la que se encuentra sumergida la sociedad actual y, reivindica, de este modo, el derecho a no hacer nada.
En otro de sus libros, La sociedad del cansancio, el pensador surcoreano afirma también que “la sociedad del siglo XXI ya no es disciplinaria, sino una sociedad de rendimiento”. Y no le falta raz?n: nos pasamos los d?as, las horas y los minutos optimizando al m?ximo nuestra vida para no perder ni un solo instante. El aburrimiento o la pereza, ahora se perciben como s?mbolos de fracaso y han sido desterrados de los calendarios y rutinas para dar paso a la cultura de la ocupaci?n. Pero, ?qué significa esto?
Isabel Aranda, psic?loga del trabajo y vocal del Colegio de la Psicolog?a de Madrid, explica que “hay una tendencia, una opini?n p?blica generalizada, sobre el hecho de que lo importante es estar siempre activo, siempre haciendo cosas, y que cuantas m?s haces, m?s vales”.
La experta argumenta que, como sociedad, tenemos asociado “el hacer muchas actividades y estar plenamente ocupados con el éxito”, mientras que, por el contrario, “el no tener nada que hacer, da una percepci?n de fracaso y desconexi?n”. “Sentirnos productivos nos da una sensaci?n de satisfacci?n que, a menudo, nos hace decir que s? a todo, sin tener en cuenta d?nde est?n nuestros l?mites”, subraya.
Para entender este fen?meno es necesario tener en cuenta tanto el factor cultural como el individual: “Nosotros pensamos culturalmente que el que est? sin hacer nada es un vago”. Desde hace alg?n tiempo, este pensamiento se ha visto reflejado en el ?mbito laboral, por ejemplo, con preguntas recurrentes como qué has hecho durante el fin de semana o qué planes tienes para las vacaciones que promueven, precisamente, esta llamada cultura del rendimiento. “Parece que tienes que tener una agenda de actividades tremenda durante el fin de semana y, si no, no tiene sentido”, argumenta Aranda.
Reivindicar la pereza
Byung-Chul Han lleg? a la conclusi?n de que la vida contemplativa es m?s activa que cualquier hiperactividad, pues esta ?ltima representa precisamente un s?ntoma del agotamiento espiritual. “La verdadera vida comienza en el momento en que termina la preocupaci?n por la supervivencia, la urgencia de la pura vida. El fin ?ltimo de los esfuerzos humanos es la inactividad”, manifiesta el fil?sofo asi?tico.
https://uc-4u.com/clip/9d5c8a43-6935-4244-a48f-8f2fa145ff11_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Vida contemplativa: el derecho a la pereza frente a la sociedad de la hiperproductividad. | PEXELS
Isabel Aranda completa esta idea y remarca que aprender a decir que no es una tarea pendiente para una gran parte de la sociedad que, a d?a de hoy, se ve arrastrada por la corriente de hiperproductividad en su rutina diaria. En esta l?nea, insiste en la importancia de establecer l?mites para no saturarnos e incide en que debemos “permitirnos no hacer nada”. Dedicar tiempo al descanso y a dormir bien, llevar una dieta equilibrada y sana, y realizar actividades que aporten energ?a tanto a nivel f?sico como mental (deporte, yoga, mindfulness), entre otras cosas, ayuda también a encontrar la armon?a cotidiana. “Es una cuesti?n de equilibrio”, subraya.
Los especialistas determinan que las personas son m?s productivas y tienen mejores ideas cuando est?n ociosas. “La mente funciona much?simo mejor cuando le damos tiempo de parada”, reconoce Aranda. La psic?loga expone que es fundamental “dignificar y valorar el tiempo libre”, ya que considera que es absolutamente imprescindible contar con momentos en los que no haya nada programado.
Por otro lado, destaca que “no tener tiempo libre es un error” y se?ala que la clave es establecer un ritmo de paradas, que no obligue a nada, con una pausa de al menos diez minutos que proporcione un descanso f?sico y mental: “Ser?a maravilloso darnos el permiso para dedicar tiempo a observar un ?rbol o simplemente tumbada con los ojos cerrados”. Estos momentos de inactividad proporcionan beneficios al equilibrio personal y al desarrollo de las competencias cognitivas, estimulando la creatividad y ayudando a fortalecer el pensamiento estratégico y divergente.
Ociofobia
A pesar de las m?ltiples ventajas que ofrece la vida contemplativa, muchas personas sienten miedo o angustia al pensar simplemente en el hecho de tener tiempo libre. Este fen?meno, llamado ociofobia, se manifiesta con un vac?o ante la ausencia de obligaciones o actividades planificadas lo que lleva a las personas que lo sufren tratar de rellenar impulsivamente esos intervalos temporales, excediendo a veces sus propias capacidades.
“El ser humano tiene miedo al vac?o, horror vacui en lat?n”, esclarece Aranda. Precisamente el miedo, sumado al exceso de productividad, es lo que hace que estemos en una b?squeda constante de actividad sin medida y no seamos capaces de detenernos y reflexionar.
En una sociedad donde cada d?a la ociofobia est? m?s presente, los expertos aconsejan contar con tiempos de descanso y hacer pausas para relajarte. Aprender a “perder el tiempo” sin sentirnos culpables evitar? momentos de ansiedad y agotamiento. Isabel Aranda puntualiza, a este respecto, que hay que saber diferenciar entre el hacer cosas y ser productivo: “En Espa?a necesitamos clarificar mucho lo que es hacer cosas productivas que tengan sentido”. “Una cosa es no hacer nada productivo y otra es no tener tiempo libre que es diferente”, concluye.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/sociedad/vida-contemplativa-derecho-pereza-frente-89135159)
En otro de sus libros, La sociedad del cansancio, el pensador surcoreano afirma también que “la sociedad del siglo XXI ya no es disciplinaria, sino una sociedad de rendimiento”. Y no le falta raz?n: nos pasamos los d?as, las horas y los minutos optimizando al m?ximo nuestra vida para no perder ni un solo instante. El aburrimiento o la pereza, ahora se perciben como s?mbolos de fracaso y han sido desterrados de los calendarios y rutinas para dar paso a la cultura de la ocupaci?n. Pero, ?qué significa esto?
Isabel Aranda, psic?loga del trabajo y vocal del Colegio de la Psicolog?a de Madrid, explica que “hay una tendencia, una opini?n p?blica generalizada, sobre el hecho de que lo importante es estar siempre activo, siempre haciendo cosas, y que cuantas m?s haces, m?s vales”.
La experta argumenta que, como sociedad, tenemos asociado “el hacer muchas actividades y estar plenamente ocupados con el éxito”, mientras que, por el contrario, “el no tener nada que hacer, da una percepci?n de fracaso y desconexi?n”. “Sentirnos productivos nos da una sensaci?n de satisfacci?n que, a menudo, nos hace decir que s? a todo, sin tener en cuenta d?nde est?n nuestros l?mites”, subraya.
Para entender este fen?meno es necesario tener en cuenta tanto el factor cultural como el individual: “Nosotros pensamos culturalmente que el que est? sin hacer nada es un vago”. Desde hace alg?n tiempo, este pensamiento se ha visto reflejado en el ?mbito laboral, por ejemplo, con preguntas recurrentes como qué has hecho durante el fin de semana o qué planes tienes para las vacaciones que promueven, precisamente, esta llamada cultura del rendimiento. “Parece que tienes que tener una agenda de actividades tremenda durante el fin de semana y, si no, no tiene sentido”, argumenta Aranda.
Reivindicar la pereza
Byung-Chul Han lleg? a la conclusi?n de que la vida contemplativa es m?s activa que cualquier hiperactividad, pues esta ?ltima representa precisamente un s?ntoma del agotamiento espiritual. “La verdadera vida comienza en el momento en que termina la preocupaci?n por la supervivencia, la urgencia de la pura vida. El fin ?ltimo de los esfuerzos humanos es la inactividad”, manifiesta el fil?sofo asi?tico.
https://uc-4u.com/clip/9d5c8a43-6935-4244-a48f-8f2fa145ff11_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Vida contemplativa: el derecho a la pereza frente a la sociedad de la hiperproductividad. | PEXELS
Isabel Aranda completa esta idea y remarca que aprender a decir que no es una tarea pendiente para una gran parte de la sociedad que, a d?a de hoy, se ve arrastrada por la corriente de hiperproductividad en su rutina diaria. En esta l?nea, insiste en la importancia de establecer l?mites para no saturarnos e incide en que debemos “permitirnos no hacer nada”. Dedicar tiempo al descanso y a dormir bien, llevar una dieta equilibrada y sana, y realizar actividades que aporten energ?a tanto a nivel f?sico como mental (deporte, yoga, mindfulness), entre otras cosas, ayuda también a encontrar la armon?a cotidiana. “Es una cuesti?n de equilibrio”, subraya.
Los especialistas determinan que las personas son m?s productivas y tienen mejores ideas cuando est?n ociosas. “La mente funciona much?simo mejor cuando le damos tiempo de parada”, reconoce Aranda. La psic?loga expone que es fundamental “dignificar y valorar el tiempo libre”, ya que considera que es absolutamente imprescindible contar con momentos en los que no haya nada programado.
Por otro lado, destaca que “no tener tiempo libre es un error” y se?ala que la clave es establecer un ritmo de paradas, que no obligue a nada, con una pausa de al menos diez minutos que proporcione un descanso f?sico y mental: “Ser?a maravilloso darnos el permiso para dedicar tiempo a observar un ?rbol o simplemente tumbada con los ojos cerrados”. Estos momentos de inactividad proporcionan beneficios al equilibrio personal y al desarrollo de las competencias cognitivas, estimulando la creatividad y ayudando a fortalecer el pensamiento estratégico y divergente.
Ociofobia
A pesar de las m?ltiples ventajas que ofrece la vida contemplativa, muchas personas sienten miedo o angustia al pensar simplemente en el hecho de tener tiempo libre. Este fen?meno, llamado ociofobia, se manifiesta con un vac?o ante la ausencia de obligaciones o actividades planificadas lo que lleva a las personas que lo sufren tratar de rellenar impulsivamente esos intervalos temporales, excediendo a veces sus propias capacidades.
“El ser humano tiene miedo al vac?o, horror vacui en lat?n”, esclarece Aranda. Precisamente el miedo, sumado al exceso de productividad, es lo que hace que estemos en una b?squeda constante de actividad sin medida y no seamos capaces de detenernos y reflexionar.
En una sociedad donde cada d?a la ociofobia est? m?s presente, los expertos aconsejan contar con tiempos de descanso y hacer pausas para relajarte. Aprender a “perder el tiempo” sin sentirnos culpables evitar? momentos de ansiedad y agotamiento. Isabel Aranda puntualiza, a este respecto, que hay que saber diferenciar entre el hacer cosas y ser productivo: “En Espa?a necesitamos clarificar mucho lo que es hacer cosas productivas que tengan sentido”. “Una cosa es no hacer nada productivo y otra es no tener tiempo libre que es diferente”, concluye.
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