الريــم
06-24-2023, 09:20 AM
En 1980 el cineasta Julien Temple, uno de los documentalistas musicales m?s relevantes de todos los tiempos, estren? el mockumentary sobre los Sex Pistols The Great Rock ‘n’ Roll Swindle, o, lo que es lo mismo, La gran estafa del rock‘n’roll. Si cambi?ramos el rock por el f?tbol, este ser?a el t?tulo ideal para resumir la vida de Carlos Henrique Raposo ‘Kaiser’, uno de los grandes farsantes de la historia del f?tbol.
M?s informaci?n (Auto)
http://placehold.it/175x100 T?tulo noticia (Auto)
Al contrario que algunos de sus compa?eros de profesi?n menos brillantes –incapaces de cumplir las expectativas, superados por la presi?n o poseedores de una técnica limitada–, el problema de Raposo no es que fuera mal futbolista. Es que no era futbolista. Su carrera singular fue llevada, hace a?os, a la gran pantalla bajo el acertado t?tulo de Kaiser: The Greatest Footballer Never to Play Football (El mejor futbolista que no ha jugado a f?tbol nunca). Una trayectoria en la que aparecen algunos de los clubes m?s importantes de Brasil: Flamengo, Fluminense, Botafogo, Vasco de Gama... En todos ellos estuvo Raposo, a los que hay que sumar también experiencias en México y Francia.
?El truco? Jam?s lleg? a jugar un partido de f?tbol. Nunca sac? a relucir en p?blico sus habilidades (es decir, sus carencias). Mediante enga?os, estrategias de seducci?n y la complicidad de algunas de las estrellas del f?tbol brasile?o de la época, ‘Kaiser’ convenci? a directivos y entrenadores de que, en realidad, era un delantero letal. Estos picaban y lo fichaban. Durante la semana, asegura, se entrenaba mejor que nadie (siempre lejos del bal?n para que nadie detectara su inoperancia), pero cuando se acercaba el s?bado simulaba una lesi?n ficticia que le ten?a apartado de los terrenos de juego durantes meses. Y as? de equipo en equipo, a?o tras a?o.
“No me arrepiento de nada. Ning?n club me denunci?. Aportaba alegr?a, hac?a grupo”, confesaba
El rey del regate
En una entrevista a Panenka publicada hace cinco a?os, Raposo explicaba c?mo hab?a logrado vivir del f?tbol sin haberse tenido que exponer jam?s ni a las c?maras ni a los aficionados. En el origen de todo, en su infancia, nadie sospechaba de esas oscuras intenciones. Entonces, aseguraba, el amor por el bal?n era puro: “De peque?o quer?a ser futbolista, como todos los ni?os brasile?os. Mi ?dolo era Pelé. Pero me hac?an jugar de defensa”. Precisamente de aquella posici?n hered? el apodo que le acompa?ar?a toda la vida. “Dec?an que ten?a un estilo parecido al de Franz Beckenbauer. Por eso me llamaban ‘Kaiser’. Con el paso de los a?os fui avanzando mi posici?n hasta acabar de delantero”, explicaba.
Pero algo se torci? y afect? la confianza del peque?o Raposo. Algo que le har?a perder la fe en todo. “?ramos una fam?lia muy pobre. Mi madre ten?a problemas con la bebida y necesit?bamos ganar dinero. Mi agente se aprovech? de la situaci?n y, dependiendo del mejor postor, me fue llevando de un club a otro. Eso hizo que fuera perdiendo mi interés por el f?tbol. Con el tiempo me dej? de interesar este deporte”, lamentaba. Pero el f?tbol ofrec?a ingresos y un estilo de vida que no iba a poder conseguir de otra forma, as? que se esforz? en estirar el chicle a base de mentiras. Empezaba su leyenda, cosida a base de saltos entre clubes de su pa?s natal pero también con aventuras al otro lado del Atl?ntico. Un buen amigo, Fabinho Barros, lo recomend? para que fichara por el Gazélec Football Club Ajaccio.
https://uc-4u.com/clip/1fc619be-4225-466b-92bb-021bdccde8af_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Carlos Henrique Hermoso, el rey del regate
| Panenka
En C?rcega fue recibido como un auténtico héroe: “El estadio estaba lleno. Yo pensaba que aquel primer d?a iba a ser s?lo mi presentaci?n. Pero result? que aquello era un entreno de puertas abiertas. Si no hac?a algo, todo el mundo se dar?a cuenta de que no sab?a jugar, as? que tan pronto salté al campo, empecé a saludar a los seguidores y a lanzarles todos los balones, como si se los estuviera regalando. Nos quedamos sin balones y se suspendi? el entreno”, recordaba.
Aunque Fabinho siempre se vanaglori? de que, gracias a su mediaci?n, Raposo pudo acabar en el Gazélec Ajaccio, en el documental dio un giro radical a su declaraci?n, negando que su amigo estuviera all?. Raposo reconoc?a as? los motivos del cambio de opini?n. “Ten?a miedo”, explicaba a Panenka. “De la mafia de C?rcega. Imagino que no quieren o no les gusta que se sepa que estuve ah?, y seguramente en este tema Fabinho se siente amenazando y por eso ahora va diciendo que yo jam?s firmé por el Gazélec Ajaccio, que todo es un invento m?o. Pero no lo culpo. Ahora tiene una familia, mujer e hijos”. Aunque las explicaciones no sean muy convincentes, lo cierto es que s? hay fotos de Raposo con la camiseta del club corso.
Organizaciones criminales
En cualquier caso, cuando regres? a Brasil se uni? a un club donde la organizaci?n criminal también jugaba un papel destacado. El Bangu era un equipo muy popular del barrio de R?o de Janeiro que le da nombre. En aquel momento, se desempe?aba en la segunda divisi?n. Su presidente era Castor de Andrade, un personaje pintoresco... y peligroso.
“Castor era uno de los bicheiros m?s poderosos de Rio de Janeiro. Uno de los g?nsteres m?s poderosos de la ciudad”, recordaba ‘Kaiser’. “Los bicheiros son los g?nsteres que controlan las apuestas y el dinero que mueve la loter?a ilegal a la que absolutamente todo el mundo juega, y de Castor se dice que, efectivamente, era el m?s poderoso de R?o de Janeiro, teniendo en su control bajo soborno a algunos de los pol?ticos m?s importantes y a gran parte de la polic?a y el funcionariado. A su lado, la mafia de C?rcega de la que habl?bamos antes eran cosa de ni?os. Yo nunca tuve ning?n problema con él, todo lo contrario: me trataba como un hijo”.
https://uc-4u.com/clip/65a27e6b-76d3-4be5-bbf6-5db0cf24d814_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg El contrato profesional del 'Kaiser'
| Panenka
Pero no tard? Raposo en decepcionar a su nueva hinchada y en sacar de quicio a su presidente. Llegaba con la aureola de haber jugado en Europa y la gente ped?a que marcara diferencias sobre el terreno de juego. ?C?mo iba a hacerlo si nadie lo hab?a visto vestido de corto? Se coc?a un nuevo truco. “Como era habitual, al poco de llegar fing? que me lesionaba. Llevaba as? unos meses y Castor se cans?. Se acercaba un partido importante y exigi? al entrenador que me convocara. Y a Castor se le ten?a que obedecer. Empecé en el banquillo pero como las cosas no estaban yendo bien, el propio presidente volvi? a ordenar al entrenador que me sacara. Empecé a calentar pensando que si sal?a a jugar se descubrir?a todo. En la banda los aficionados rivales me insultaban. No me lo pensé dos veces. Salte la valla y me l?e a tortazos. El ?rbitro me expuls? antes siquiera de poder saltar al campo. Cuando acab? el partido Castor baj? a los vestuarios. Estaba extremadamente enfadado conmigo. Le dije que lo hab?a hecho porque lo estaban insultado a él. No s?lo se le pas? el enfado sino que, a punto de acabarse mi contrato, me renov?”, recordaba, socarr?n.
La vida de Raposo es la de un estafador que se vali?, como él mismo reconoce, de “un gran f?sico” y “una buena disciplina” con las que disimulaba su incapacidad técnica. Las lesiones que fing?a eran el salvoconducto con el que logr? alargar una carrera ficticia. Y precisamente lesiones es lo que, desde hace un tiempo, trata de prevenir en su nuevo trabajo como preparador f?sico. “No me arrepiento de nada. Ning?n club me denunci?. Aportaba alegr?a, hac?a grupo”, se defiende. El ‘Kaiser’ fue el rey del regate.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/sport-dossier-by-panenka/kaiser-carton-piedra-carlos-henrique-raposo-89063886)
M?s informaci?n (Auto)
http://placehold.it/175x100 T?tulo noticia (Auto)
Al contrario que algunos de sus compa?eros de profesi?n menos brillantes –incapaces de cumplir las expectativas, superados por la presi?n o poseedores de una técnica limitada–, el problema de Raposo no es que fuera mal futbolista. Es que no era futbolista. Su carrera singular fue llevada, hace a?os, a la gran pantalla bajo el acertado t?tulo de Kaiser: The Greatest Footballer Never to Play Football (El mejor futbolista que no ha jugado a f?tbol nunca). Una trayectoria en la que aparecen algunos de los clubes m?s importantes de Brasil: Flamengo, Fluminense, Botafogo, Vasco de Gama... En todos ellos estuvo Raposo, a los que hay que sumar también experiencias en México y Francia.
?El truco? Jam?s lleg? a jugar un partido de f?tbol. Nunca sac? a relucir en p?blico sus habilidades (es decir, sus carencias). Mediante enga?os, estrategias de seducci?n y la complicidad de algunas de las estrellas del f?tbol brasile?o de la época, ‘Kaiser’ convenci? a directivos y entrenadores de que, en realidad, era un delantero letal. Estos picaban y lo fichaban. Durante la semana, asegura, se entrenaba mejor que nadie (siempre lejos del bal?n para que nadie detectara su inoperancia), pero cuando se acercaba el s?bado simulaba una lesi?n ficticia que le ten?a apartado de los terrenos de juego durantes meses. Y as? de equipo en equipo, a?o tras a?o.
“No me arrepiento de nada. Ning?n club me denunci?. Aportaba alegr?a, hac?a grupo”, confesaba
El rey del regate
En una entrevista a Panenka publicada hace cinco a?os, Raposo explicaba c?mo hab?a logrado vivir del f?tbol sin haberse tenido que exponer jam?s ni a las c?maras ni a los aficionados. En el origen de todo, en su infancia, nadie sospechaba de esas oscuras intenciones. Entonces, aseguraba, el amor por el bal?n era puro: “De peque?o quer?a ser futbolista, como todos los ni?os brasile?os. Mi ?dolo era Pelé. Pero me hac?an jugar de defensa”. Precisamente de aquella posici?n hered? el apodo que le acompa?ar?a toda la vida. “Dec?an que ten?a un estilo parecido al de Franz Beckenbauer. Por eso me llamaban ‘Kaiser’. Con el paso de los a?os fui avanzando mi posici?n hasta acabar de delantero”, explicaba.
Pero algo se torci? y afect? la confianza del peque?o Raposo. Algo que le har?a perder la fe en todo. “?ramos una fam?lia muy pobre. Mi madre ten?a problemas con la bebida y necesit?bamos ganar dinero. Mi agente se aprovech? de la situaci?n y, dependiendo del mejor postor, me fue llevando de un club a otro. Eso hizo que fuera perdiendo mi interés por el f?tbol. Con el tiempo me dej? de interesar este deporte”, lamentaba. Pero el f?tbol ofrec?a ingresos y un estilo de vida que no iba a poder conseguir de otra forma, as? que se esforz? en estirar el chicle a base de mentiras. Empezaba su leyenda, cosida a base de saltos entre clubes de su pa?s natal pero también con aventuras al otro lado del Atl?ntico. Un buen amigo, Fabinho Barros, lo recomend? para que fichara por el Gazélec Football Club Ajaccio.
https://uc-4u.com/clip/1fc619be-4225-466b-92bb-021bdccde8af_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Carlos Henrique Hermoso, el rey del regate
| Panenka
En C?rcega fue recibido como un auténtico héroe: “El estadio estaba lleno. Yo pensaba que aquel primer d?a iba a ser s?lo mi presentaci?n. Pero result? que aquello era un entreno de puertas abiertas. Si no hac?a algo, todo el mundo se dar?a cuenta de que no sab?a jugar, as? que tan pronto salté al campo, empecé a saludar a los seguidores y a lanzarles todos los balones, como si se los estuviera regalando. Nos quedamos sin balones y se suspendi? el entreno”, recordaba.
Aunque Fabinho siempre se vanaglori? de que, gracias a su mediaci?n, Raposo pudo acabar en el Gazélec Ajaccio, en el documental dio un giro radical a su declaraci?n, negando que su amigo estuviera all?. Raposo reconoc?a as? los motivos del cambio de opini?n. “Ten?a miedo”, explicaba a Panenka. “De la mafia de C?rcega. Imagino que no quieren o no les gusta que se sepa que estuve ah?, y seguramente en este tema Fabinho se siente amenazando y por eso ahora va diciendo que yo jam?s firmé por el Gazélec Ajaccio, que todo es un invento m?o. Pero no lo culpo. Ahora tiene una familia, mujer e hijos”. Aunque las explicaciones no sean muy convincentes, lo cierto es que s? hay fotos de Raposo con la camiseta del club corso.
Organizaciones criminales
En cualquier caso, cuando regres? a Brasil se uni? a un club donde la organizaci?n criminal también jugaba un papel destacado. El Bangu era un equipo muy popular del barrio de R?o de Janeiro que le da nombre. En aquel momento, se desempe?aba en la segunda divisi?n. Su presidente era Castor de Andrade, un personaje pintoresco... y peligroso.
“Castor era uno de los bicheiros m?s poderosos de Rio de Janeiro. Uno de los g?nsteres m?s poderosos de la ciudad”, recordaba ‘Kaiser’. “Los bicheiros son los g?nsteres que controlan las apuestas y el dinero que mueve la loter?a ilegal a la que absolutamente todo el mundo juega, y de Castor se dice que, efectivamente, era el m?s poderoso de R?o de Janeiro, teniendo en su control bajo soborno a algunos de los pol?ticos m?s importantes y a gran parte de la polic?a y el funcionariado. A su lado, la mafia de C?rcega de la que habl?bamos antes eran cosa de ni?os. Yo nunca tuve ning?n problema con él, todo lo contrario: me trataba como un hijo”.
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| Panenka
Pero no tard? Raposo en decepcionar a su nueva hinchada y en sacar de quicio a su presidente. Llegaba con la aureola de haber jugado en Europa y la gente ped?a que marcara diferencias sobre el terreno de juego. ?C?mo iba a hacerlo si nadie lo hab?a visto vestido de corto? Se coc?a un nuevo truco. “Como era habitual, al poco de llegar fing? que me lesionaba. Llevaba as? unos meses y Castor se cans?. Se acercaba un partido importante y exigi? al entrenador que me convocara. Y a Castor se le ten?a que obedecer. Empecé en el banquillo pero como las cosas no estaban yendo bien, el propio presidente volvi? a ordenar al entrenador que me sacara. Empecé a calentar pensando que si sal?a a jugar se descubrir?a todo. En la banda los aficionados rivales me insultaban. No me lo pensé dos veces. Salte la valla y me l?e a tortazos. El ?rbitro me expuls? antes siquiera de poder saltar al campo. Cuando acab? el partido Castor baj? a los vestuarios. Estaba extremadamente enfadado conmigo. Le dije que lo hab?a hecho porque lo estaban insultado a él. No s?lo se le pas? el enfado sino que, a punto de acabarse mi contrato, me renov?”, recordaba, socarr?n.
La vida de Raposo es la de un estafador que se vali?, como él mismo reconoce, de “un gran f?sico” y “una buena disciplina” con las que disimulaba su incapacidad técnica. Las lesiones que fing?a eran el salvoconducto con el que logr? alargar una carrera ficticia. Y precisamente lesiones es lo que, desde hace un tiempo, trata de prevenir en su nuevo trabajo como preparador f?sico. “No me arrepiento de nada. Ning?n club me denunci?. Aportaba alegr?a, hac?a grupo”, se defiende. El ‘Kaiser’ fue el rey del regate.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/sport-dossier-by-panenka/kaiser-carton-piedra-carlos-henrique-raposo-89063886)