الريــم
06-17-2023, 09:40 AM
Gyula Visnyei naci? en Budapest en 1950. All?, pronto destac? en la cantera del Vasas. Era la época del Tel?n de Acero, por lo que Visnyei s?lo ten?a permitido lucir sus dotes de delantero en Hungr?a. Hasta 1969, cuando su club particip? en el torneo juvenil de Viareggio (Italia). Al d?a siguiente de perder ante el Milan, disfrut? con sus compa?eros del carnaval de la localidad. Mientras paseaba, tropez? con la persona que le cambiar?a la vida. “Era Carl, un estudiante universitario estadounidense que viv?a en Padua. Era el primo pol?tico de la mujer de mi t?o, que hab?a huido a California tras la revoluci?n de 1956”, explica. “Vi im?genes del partido con el Milan por la tele y decid? bajar a Viareggio: ten?a que encontrar a Gyula”, reconoce Carl.
M?s informaci?n (Auto)
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Una fuga carnavalesca
“Gyula me dijo que quer?a desertar y yo estaba muy feliz de poder ayudarlo”, cuenta Carl. No ser?a f?cil, pues los jugadores del Vasas estaban vigilados por la polic?a secreta h?ngara. Una vez acabado el partido de vuelta contra los milanistas, Carl toc? un cuerno que hab?a adquirido como souvenir en Praga como se?al de que todo estaba listo.
El jugador recogi? sus cosas y sali? del vestuario en silencio. “Hablé con un polic?a italiano para decirle que en el equipo del Vasas ten?a un primo al que nunca hab?a conocido y con el que quer?a hacerme una foto. Los oficiales h?ngaros me miraron fijamente. Con la excusa de que necesit?bamos una luz mejor, salimos del vestuario y nos acercamos a una verja abierta. Y huimos”, relata Carl. Lo hicieron a la carrera, hasta dar con una estaci?n de autobuses.
Visnyei llevaba la sudadera roja y azul del Vasas, pero no su pasaporte, guardado en la caja fuerte de la habitaci?n de su entrenador. “Fueron tres cuartos de hora inaguantables, tem?a ser descubierto”, revela. Carl a?ade tintes de novela negra: “Los polic?as h?ngaros llegaron nada m?s arrancar el autob?s, pero no nos vieron. ?Una locura!”. Partieron hacia el consulado estadounidense y luego se fueron a Roma, al centro internacional para refugiados. Fue una estancia temporal; su t?o le esperaba en Long Beach: “Me dijo que el f?tbol estaba expandiéndose en Norteamérica”.
Pero su llegada a la NASL, uno de los torneos hoy extintos que precedieron a la actual MLS, no empez? con buen pie. El n?mero de equipos hab?a ca?do dr?sticamente, de 17 a cinco, y ninguno de los clubes estaba en California. Con 19 a?os, el joven fugitivo se reactiv? gracias a la semiprofesional Greater Los Angeles Soccer League. Mientras trabajaba en un astillero, Visnyei conoci? a un empresario alem?n que le consigui? pruebas con el Colonia y el Kaiserslautern. Sin pasaporte, s?lo pudo estar all? seis semanas, pero no volvi? de vac?o: durante el vuelo conoci? a Yvette, que se convertir?a en su primera esposa.
De nuevo en California, Gyula trabaj? como vigilante del Rancho Spahn, un viejo plat? de westerns al norte de Hollywood. Un d?a, un jipi que montaba a caballo medio desnudo se le acerc?: “Me invit? a conocer a su familia. Me llev? a una comuna donde aparecieron 40 jipis m?s”. Lo que Visnyei no sab?a es que aquella era la ‘familia’ del criminal Charles Manson: “Vi a toda esa gente bailar drogada y con una cruz dibujada en sus frentes. ‘?Qué hacen con su vida?’, pensé. S?lo con el paso del tiempo pude atar cabos”.
https://www.uc-4u.com/clip/60764312-3a47-4bfe-8a0d-addd21553230_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Para Gyula Visnyei el f?tbol norteamericano fue la realizaci?n de un sue?o
| GETTY IMAGES
Después de una experiencia fallida en Rennes, Visnyei regres? sin cobrar a California junto a su familia. En el enésimo callej?n sin salida, recurri? de nuevo al f?tbol, pero esta vez al americano. En 1973, Los Angeles Rams de la NFL lo contrataron como kicker. En una prueba con m?s de 400 aspirantes, pate? el bal?n entre los palos desde 40 y 45 yardas, fallando apenas un intento de seis. Pero cuando Visnyei supo que no le iban a pagar las horas que dejar?a de trabajar como camionero, dio marcha atr?s.
Nada cambi? hasta que un amigo le convenci? dos a?os después para que se presentara a una prueba con los Aztecs, el equipo de f?tbol de Los ?ngeles que hab?a ganado la NASL. Llegado al campo de entrenamiento con media hora de antelaci?n, el h?ngaro se puso a dar toques bajo la mirada del técnico, Terry Fisher. “Su técnica y condici?n f?sica eran evidentes. Ten?a una voluntad de hierro y estaba muy seguro de s? mismo. Fue un descubrimiento fabuloso”, recuerda el entrenador. As?, en 1975, empez? la segunda vida de Gyula Visnyei, rebautizado como Juli Veee por John Chaffetz, director general de los Aztecs. Seg?n el empresario, as? memorizar?an mejor su nombre, con tres ‘e’ para distinguirlo del cantante pop Bobby Vee.
Tras desertar, tuvo varios empleos y fracas? m?s de una vez.
Pero no par? hasta ser una estrella
Team America
Veee se convirti? en una estrella de la NASL con su juego y sus goles, uno de ellos en un 5-1 contra los New York Cosmos de Pelé. Terminada la liga, quiso cobrar m?s, pero el director se neg? y lo cedi? a los San José Earthquakes. “Un error colosal”, concede Fisher. Los Aztecs lo supieron en el primer duelo del nuevo curso, un derbi californiano en el que Veee les derrot? y ofusc? el debut de George Best. El sue?o americano al fin se hab?a realizado.
1976 le regal? nuevas emociones: particip? en el Torneo Bicentenario de los EE.UU. con el Team America, junto a Pelé, Chinaglia y Bobby Moore. Poco después volvi? a sobrevolar el Atl?ntico para fichar por el Lierse belga, donde jugar?a la Recopa. Ya con su pasaporte, Visnyei se convirti? en el primer estadounidense en jugar competici?n europea. Lo fichar?a el Standard de Lieja, pero en enero de 1978, tras el nacimiento de su segunda hija, decidi? regresar a California. “A?oraba el buen tiempo. Antes de irme de Bélgica les regalé a mis compa?eros unas postales para que viesen lo que era el sol”, se r?e. “En serio, all? estaba mi hogar, y los San Diego Sockers iban a pagarme el mismo sueldo pero con menos entrenamientos”, concluye con la misma sorna.
Desde entonces, Visnyei no se ha movido de all?. A excepci?n de una temporada en Nueva York y otra en Las Vegas, lig? su nombre a San Diego en el indoor soccer, modalidad bajo techo con seis jugadores por equipo y césped sintético que suplant? a la NASL cuando esta quebr? en 1984. Los Sockers ser?an una potencia de la especialidad –ganaron cinco ligas seguidas– y Visnyei form? una pareja imparable con el m?tico volante polaco Kazimierz Deyna, en su opini?n el mejor futbolista con el que ha compartido vestuario. Con el equipo en un mal momento, en 1988 Visnyei recibi? una carta de la directiva, que le comunicaba que prescindir?an de él. Terminaba as? su luna de miel con los Sockers, pero con un final feliz inesperado: su camiseta con el dorsal 22 ser?a retirada.
En la actualidad, Visnyei –aunque algunos le siguen llamando Juli Veee– disfruta a?n del calor de California. Cultiva su pasi?n por la pintura y la literatura. En su garaje ha llegado a custodiar m?s de 10.000 c?mics, revistas y primeras ediciones firmadas por escritores como Philip Roth, Ezra Pound o John Updike. Toda una paradoja: no se explica que un hombre con semejante pasado no tenga un libro en su honor.**
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/sport-dossier-by-panenka/exilio-soccer-88771881)
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Una fuga carnavalesca
“Gyula me dijo que quer?a desertar y yo estaba muy feliz de poder ayudarlo”, cuenta Carl. No ser?a f?cil, pues los jugadores del Vasas estaban vigilados por la polic?a secreta h?ngara. Una vez acabado el partido de vuelta contra los milanistas, Carl toc? un cuerno que hab?a adquirido como souvenir en Praga como se?al de que todo estaba listo.
El jugador recogi? sus cosas y sali? del vestuario en silencio. “Hablé con un polic?a italiano para decirle que en el equipo del Vasas ten?a un primo al que nunca hab?a conocido y con el que quer?a hacerme una foto. Los oficiales h?ngaros me miraron fijamente. Con la excusa de que necesit?bamos una luz mejor, salimos del vestuario y nos acercamos a una verja abierta. Y huimos”, relata Carl. Lo hicieron a la carrera, hasta dar con una estaci?n de autobuses.
Visnyei llevaba la sudadera roja y azul del Vasas, pero no su pasaporte, guardado en la caja fuerte de la habitaci?n de su entrenador. “Fueron tres cuartos de hora inaguantables, tem?a ser descubierto”, revela. Carl a?ade tintes de novela negra: “Los polic?as h?ngaros llegaron nada m?s arrancar el autob?s, pero no nos vieron. ?Una locura!”. Partieron hacia el consulado estadounidense y luego se fueron a Roma, al centro internacional para refugiados. Fue una estancia temporal; su t?o le esperaba en Long Beach: “Me dijo que el f?tbol estaba expandiéndose en Norteamérica”.
Pero su llegada a la NASL, uno de los torneos hoy extintos que precedieron a la actual MLS, no empez? con buen pie. El n?mero de equipos hab?a ca?do dr?sticamente, de 17 a cinco, y ninguno de los clubes estaba en California. Con 19 a?os, el joven fugitivo se reactiv? gracias a la semiprofesional Greater Los Angeles Soccer League. Mientras trabajaba en un astillero, Visnyei conoci? a un empresario alem?n que le consigui? pruebas con el Colonia y el Kaiserslautern. Sin pasaporte, s?lo pudo estar all? seis semanas, pero no volvi? de vac?o: durante el vuelo conoci? a Yvette, que se convertir?a en su primera esposa.
De nuevo en California, Gyula trabaj? como vigilante del Rancho Spahn, un viejo plat? de westerns al norte de Hollywood. Un d?a, un jipi que montaba a caballo medio desnudo se le acerc?: “Me invit? a conocer a su familia. Me llev? a una comuna donde aparecieron 40 jipis m?s”. Lo que Visnyei no sab?a es que aquella era la ‘familia’ del criminal Charles Manson: “Vi a toda esa gente bailar drogada y con una cruz dibujada en sus frentes. ‘?Qué hacen con su vida?’, pensé. S?lo con el paso del tiempo pude atar cabos”.
https://www.uc-4u.com/clip/60764312-3a47-4bfe-8a0d-addd21553230_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Para Gyula Visnyei el f?tbol norteamericano fue la realizaci?n de un sue?o
| GETTY IMAGES
Después de una experiencia fallida en Rennes, Visnyei regres? sin cobrar a California junto a su familia. En el enésimo callej?n sin salida, recurri? de nuevo al f?tbol, pero esta vez al americano. En 1973, Los Angeles Rams de la NFL lo contrataron como kicker. En una prueba con m?s de 400 aspirantes, pate? el bal?n entre los palos desde 40 y 45 yardas, fallando apenas un intento de seis. Pero cuando Visnyei supo que no le iban a pagar las horas que dejar?a de trabajar como camionero, dio marcha atr?s.
Nada cambi? hasta que un amigo le convenci? dos a?os después para que se presentara a una prueba con los Aztecs, el equipo de f?tbol de Los ?ngeles que hab?a ganado la NASL. Llegado al campo de entrenamiento con media hora de antelaci?n, el h?ngaro se puso a dar toques bajo la mirada del técnico, Terry Fisher. “Su técnica y condici?n f?sica eran evidentes. Ten?a una voluntad de hierro y estaba muy seguro de s? mismo. Fue un descubrimiento fabuloso”, recuerda el entrenador. As?, en 1975, empez? la segunda vida de Gyula Visnyei, rebautizado como Juli Veee por John Chaffetz, director general de los Aztecs. Seg?n el empresario, as? memorizar?an mejor su nombre, con tres ‘e’ para distinguirlo del cantante pop Bobby Vee.
Tras desertar, tuvo varios empleos y fracas? m?s de una vez.
Pero no par? hasta ser una estrella
Team America
Veee se convirti? en una estrella de la NASL con su juego y sus goles, uno de ellos en un 5-1 contra los New York Cosmos de Pelé. Terminada la liga, quiso cobrar m?s, pero el director se neg? y lo cedi? a los San José Earthquakes. “Un error colosal”, concede Fisher. Los Aztecs lo supieron en el primer duelo del nuevo curso, un derbi californiano en el que Veee les derrot? y ofusc? el debut de George Best. El sue?o americano al fin se hab?a realizado.
1976 le regal? nuevas emociones: particip? en el Torneo Bicentenario de los EE.UU. con el Team America, junto a Pelé, Chinaglia y Bobby Moore. Poco después volvi? a sobrevolar el Atl?ntico para fichar por el Lierse belga, donde jugar?a la Recopa. Ya con su pasaporte, Visnyei se convirti? en el primer estadounidense en jugar competici?n europea. Lo fichar?a el Standard de Lieja, pero en enero de 1978, tras el nacimiento de su segunda hija, decidi? regresar a California. “A?oraba el buen tiempo. Antes de irme de Bélgica les regalé a mis compa?eros unas postales para que viesen lo que era el sol”, se r?e. “En serio, all? estaba mi hogar, y los San Diego Sockers iban a pagarme el mismo sueldo pero con menos entrenamientos”, concluye con la misma sorna.
Desde entonces, Visnyei no se ha movido de all?. A excepci?n de una temporada en Nueva York y otra en Las Vegas, lig? su nombre a San Diego en el indoor soccer, modalidad bajo techo con seis jugadores por equipo y césped sintético que suplant? a la NASL cuando esta quebr? en 1984. Los Sockers ser?an una potencia de la especialidad –ganaron cinco ligas seguidas– y Visnyei form? una pareja imparable con el m?tico volante polaco Kazimierz Deyna, en su opini?n el mejor futbolista con el que ha compartido vestuario. Con el equipo en un mal momento, en 1988 Visnyei recibi? una carta de la directiva, que le comunicaba que prescindir?an de él. Terminaba as? su luna de miel con los Sockers, pero con un final feliz inesperado: su camiseta con el dorsal 22 ser?a retirada.
En la actualidad, Visnyei –aunque algunos le siguen llamando Juli Veee– disfruta a?n del calor de California. Cultiva su pasi?n por la pintura y la literatura. En su garaje ha llegado a custodiar m?s de 10.000 c?mics, revistas y primeras ediciones firmadas por escritores como Philip Roth, Ezra Pound o John Updike. Toda una paradoja: no se explica que un hombre con semejante pasado no tenga un libro en su honor.**
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