الريــم
06-08-2023, 08:31 PM
Después del accidente de una central nuclear, quiz? con incendio, puede que con explosi?n, siempre con escape de radiaci?n... por las calles de la ciudad contaminada*lo primero que aparecer? ser? una avanzadilla de robots, peque?os helic?pteros sin piloto sobrevolando las aceras vac?as y cochecitos sin ch?fer subiendo y bajando escombros con sus ruedas dentadas. Cuando la temperatura o la radiaci?n a?n sean insufribles para los humanos,*aparecer?n los drones. Sobrevolar?n los barrios con meg?fonos alertando a los vecinos, y los cochecillos circular?n mirando con las lentes de sus c?maras y tomando mediciones de los electrones y neutrones que acribillen las avenidas.
Esos artefactos son parte del despliegue que ha podido verse en la ma?ana de este miércoles durante el ejercicio NURIEX 2023, organizado por la Direcci?n General de Protecci?n Civil. El Ministerio del Interior ha querido probar c?mo se coordinar?an sus efectivos y los de otros ministerios*en caso de contaminaci?n nuclear de una ciudad espa?ola. Y es Interior quien ha realizado el simulacro porque en materia de incidente nuclear la competencia es estatal. Si la cat?strofe alcanza un grado 3 -el de m?xima gravedad- corresponder? al ministro del Interior el mando de todos los efectivos.
En una planicie aleda?a a la Escuela Nacional de Protecci?n Civil, en la localidad madrile?a de Rivas,*se han movido militares, guardias, bomberos, polic?as y sanitarios*como si se encontraran en una emergencia nuclear real. Y este NURIEX 23, primer ejercicio pluridisciplinar de gran accidente at?mico que monta Protecci?n Civil, ha tenido lugar mientras*Europa entera mira a la central de Zaporiya, y a toda la regi?n ucraniana de Kherson, después de que*la voladura de la presa de Nova Kajovka*haga escasear el agua para refrescar una de las nucleares m?s grandes del planeta.
Fukushima espa?ol
Ha habido antes dos meses de preparaci?n. El simulacro de este jueves se planteaba el reto de un accidente civil, y no un ataque militar. "Para que me entiendas:*esto es Fukushima, no Hiroshima", explicaba un oficial de la Unidad Militar de Emergencias (UME), subrayando el car?cter de la prueba por m?s que la guerra forme parte del marco de actualidad. Es un Fukushima espa?ol lo que se ha probado en Madrid. En cualquier caso tanto dar?a el origen civil o militar de las part?culas a las v?ctimas, a las que la jerga interna profesional de emergencias llama "no v?lidos".
La primera misi?n de los drones tras el accidente ser? la de medir radiaci?n, transmitir datos, localizar focos de contaminaci?n... y también gente viva. O sea, ayudar a evaluar el desastre e ir trazando un mapa, un c?rculo a partir del cual se penetra en zona de peligro.
Pongamos que hablamos de una ciudad cerca de*Vandell?s, o de Asc?, o de Garo?a, o de Almaraz, o de Cofrentes.*O quiz? se trata de un nuevo Palomares. Mientras patrullan los robots, brotar? un poblado de tiendas de campa?a de colores diversos en la periferia de la zona devastada. Pardo y rojo para las militares de la UME, blancas las de la Cruz Roja y verdes o azules las de las fuerzas de seguridad. En esa peque?a ciudad se mover?*un hormiguero de efectivos de rescate, robots, personal de asistencia a m?quinas y a humanos. Todo, orientado en un camino hacia las ?reas de descontaminaci?n.
Descontaminar es la actividad clave. Puede que a muchas personas afectadas les baste con quitarse la ropa y ponerse otra no expuesta, pero habr? también gran cantidad que precisar?*que les quiten de encima las part?culas radiactivas con un chorro de agua.*El teniente coronel de la*UME Luis Marcen*cuenta que, llegado el caso, su equipo puede descontaminar a 50 personas a la hora. Esa unidad dispone de otro tinglado de tiendas y grifos para cat?strofes a?n mayores, con capacidad de limpiar a 400 v?ctimas a la hora. Eso es mucha ducha. "El problema es que, a m?s velocidad, m?s residuo de agua contaminada", explica.
Junto a los tipis de este poblado se disponen numerosos contenedores grises, destinados a recoger todo lo irradiado. Los identifica la hélice negra y amarilla de lo at?mico. Estamos ya en la hora diez desde el accidente. Antes, en el momento oportuno, los m?viles de todos los presentes se han puesto a sonar a la vez. "Alerta de Protecci?n Civil. PRUEBA PRUEBA PRUEBA PRUEBA PRUEBA", dec?a un mensaje que aparec?a en pantalla desenfocando cualquier otra cosa del aparato. Es el*sistema ES Alert*el que ha avisado a la supuesta poblaci?n en el momento oportuno a través de sus teléfonos. No es una cadena de whatsapp ni mensajes SMS: la alarma se da a todo teléfono encendido al alcance de los postes de compa??as que operen en la zona.
El perrillo
Al lado del hormiguero de efectivos y figurantes hay un enorme solar cuya visi?n sobrecoge. Puede que el lugar m?s parecido a una ciudad devastada por una explosi?n nuclear en todo el pa?s sea esa sucesi?n de escombros, losas inestables de hormig?n*y coches volcados de lo que en la Escuela Nacional de Protecci?n Civil llaman*Campo de Estructuras Colapsadas. En ese escenario de Mad Max han colocado, figuradamente, la central nuclear accidentada. En el Nuriex a la zona cero la llaman "central de Ajillo", y el refugio final es la imaginaria localidad de Matienza. Parecen nombres de una novela de*Delibes.
En el costado de algunas tiendas se lee "H?medo"; en otras se ve la cruz roja; en otras, las siglas CDS-NRBQ y el emblema en X de la Guardia Civil. Entre todas*patrullan polic?as militares*ataviados con armas, epis blancos y protectores amarillos en las botas. Parecen los d?as duros de la pandemia, solo que en esta ocasi?n en vez de virus atacan las part?culas.
Entre los asistentes, los bomberos, los figurantes, los militares y civiles que entrenan, corre de ac? para all? un peque?o robot negro de cuatro ruedas, como si fuera un perrillo. Lo llaman Nerva y es una de las ?ltimas adquisiciones de la Guardia Civil, una peque?a plataforma que pesa poco y que puede llevar en el lomo micr?fonos, c?maras, sensores de todo tipo para*comunicar al resto de un enjambre de drones*los datos de la zona, también de los recovecos en los que, por su tama?o, puede meterse.
Escoltados
Una coreograf?a minuciosamente dise?ada regula el acceso y la deambulaci?n en el campamento, se?alando cualquier movimiento para evitar, sobre todo, la mezcla de lo sucio con lo limpio, que ser?a desastrosa. Grandes gr?as de los puestos de*descontaminaci?n de veh?culos*arrojan agua en aerosol para eliminar la radiaci?n. Y las estaciones de la UME y el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) van seleccionando a las personas seg?n su contaminaci?n.
“?Sé que es muy duro lo que han vivido, pero es necesario que se separen unos de otros en la cola!". grita un agente del CSN con un dos?metro en la mano. Delante tiene una fila de civiles que esperan.*Su radiaci?n ser? medida en tiendas de campa?a*en las que hay hombres con m?scaras que les cubren ojos, cara y boca, y monos blancos de pl?stico grueso.
La cola tiene algo de cuadro del juicio final. Los que est?n limpios continuar?n camino; los sucios tendr?n que ir a una zona de descontaminaci?n; y los m?s irradiados, el "personal no v?lido", ser?n*llevados a una explanada de ambulancias, y de ah? a un hospital donde luchar por sobrevivir a las llagas de sus quemaduras y el infierno del c?ncer.
Hay antes que nada un aparcamiento de autobuses al que llegan los civiles rescatados. Si alguna vez ocurre esta cat?strofe, los vecinos tendr?n la instrucci?n de permanecer dentro de los veh?culos hasta que se les mande bajar. En el camino los pastorea una "unidad de control de masas", o sea,*un grupo de antidisturbios que los escoltar? hacia la llamada "zona de desvestido". La orden ser? que nadie se salga de su carril.
En la "zona de desvestido" los vecinos que trajeron los autobuses se quitar?n la ropa y*recoger?n una pulsera de filiaci?n con un c?digo,*y una serie de bolsas de pl?stico. En las bolsas deber?n meter su material contaminado. Ah? no solamente estar?n los antidisturbios, también habr? psic?logos y médicos, y adem?s intérpretes de lenguas extranjeras removiéndose entre polic?as militares, bomberos y traspaletas que se llevan en volandas los contenedores.
Si tienen suerte y est?n descontaminados, otros buses los llevar?n hacia una zona segura. Ser?n "los evacuados" en otra ciudad que los acoja, o en un gran albergue de lona impermeable donde pasar las siguientes noches hasta que puedan recuperar sus vidas, pero en otro lugar, a 50 kil?metros o m?s de este moderno Chernobil.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/nacional/interior-realiza-simulacro-accidente-nuclear-88470139)
Esos artefactos son parte del despliegue que ha podido verse en la ma?ana de este miércoles durante el ejercicio NURIEX 2023, organizado por la Direcci?n General de Protecci?n Civil. El Ministerio del Interior ha querido probar c?mo se coordinar?an sus efectivos y los de otros ministerios*en caso de contaminaci?n nuclear de una ciudad espa?ola. Y es Interior quien ha realizado el simulacro porque en materia de incidente nuclear la competencia es estatal. Si la cat?strofe alcanza un grado 3 -el de m?xima gravedad- corresponder? al ministro del Interior el mando de todos los efectivos.
En una planicie aleda?a a la Escuela Nacional de Protecci?n Civil, en la localidad madrile?a de Rivas,*se han movido militares, guardias, bomberos, polic?as y sanitarios*como si se encontraran en una emergencia nuclear real. Y este NURIEX 23, primer ejercicio pluridisciplinar de gran accidente at?mico que monta Protecci?n Civil, ha tenido lugar mientras*Europa entera mira a la central de Zaporiya, y a toda la regi?n ucraniana de Kherson, después de que*la voladura de la presa de Nova Kajovka*haga escasear el agua para refrescar una de las nucleares m?s grandes del planeta.
Fukushima espa?ol
Ha habido antes dos meses de preparaci?n. El simulacro de este jueves se planteaba el reto de un accidente civil, y no un ataque militar. "Para que me entiendas:*esto es Fukushima, no Hiroshima", explicaba un oficial de la Unidad Militar de Emergencias (UME), subrayando el car?cter de la prueba por m?s que la guerra forme parte del marco de actualidad. Es un Fukushima espa?ol lo que se ha probado en Madrid. En cualquier caso tanto dar?a el origen civil o militar de las part?culas a las v?ctimas, a las que la jerga interna profesional de emergencias llama "no v?lidos".
La primera misi?n de los drones tras el accidente ser? la de medir radiaci?n, transmitir datos, localizar focos de contaminaci?n... y también gente viva. O sea, ayudar a evaluar el desastre e ir trazando un mapa, un c?rculo a partir del cual se penetra en zona de peligro.
Pongamos que hablamos de una ciudad cerca de*Vandell?s, o de Asc?, o de Garo?a, o de Almaraz, o de Cofrentes.*O quiz? se trata de un nuevo Palomares. Mientras patrullan los robots, brotar? un poblado de tiendas de campa?a de colores diversos en la periferia de la zona devastada. Pardo y rojo para las militares de la UME, blancas las de la Cruz Roja y verdes o azules las de las fuerzas de seguridad. En esa peque?a ciudad se mover?*un hormiguero de efectivos de rescate, robots, personal de asistencia a m?quinas y a humanos. Todo, orientado en un camino hacia las ?reas de descontaminaci?n.
Descontaminar es la actividad clave. Puede que a muchas personas afectadas les baste con quitarse la ropa y ponerse otra no expuesta, pero habr? también gran cantidad que precisar?*que les quiten de encima las part?culas radiactivas con un chorro de agua.*El teniente coronel de la*UME Luis Marcen*cuenta que, llegado el caso, su equipo puede descontaminar a 50 personas a la hora. Esa unidad dispone de otro tinglado de tiendas y grifos para cat?strofes a?n mayores, con capacidad de limpiar a 400 v?ctimas a la hora. Eso es mucha ducha. "El problema es que, a m?s velocidad, m?s residuo de agua contaminada", explica.
Junto a los tipis de este poblado se disponen numerosos contenedores grises, destinados a recoger todo lo irradiado. Los identifica la hélice negra y amarilla de lo at?mico. Estamos ya en la hora diez desde el accidente. Antes, en el momento oportuno, los m?viles de todos los presentes se han puesto a sonar a la vez. "Alerta de Protecci?n Civil. PRUEBA PRUEBA PRUEBA PRUEBA PRUEBA", dec?a un mensaje que aparec?a en pantalla desenfocando cualquier otra cosa del aparato. Es el*sistema ES Alert*el que ha avisado a la supuesta poblaci?n en el momento oportuno a través de sus teléfonos. No es una cadena de whatsapp ni mensajes SMS: la alarma se da a todo teléfono encendido al alcance de los postes de compa??as que operen en la zona.
El perrillo
Al lado del hormiguero de efectivos y figurantes hay un enorme solar cuya visi?n sobrecoge. Puede que el lugar m?s parecido a una ciudad devastada por una explosi?n nuclear en todo el pa?s sea esa sucesi?n de escombros, losas inestables de hormig?n*y coches volcados de lo que en la Escuela Nacional de Protecci?n Civil llaman*Campo de Estructuras Colapsadas. En ese escenario de Mad Max han colocado, figuradamente, la central nuclear accidentada. En el Nuriex a la zona cero la llaman "central de Ajillo", y el refugio final es la imaginaria localidad de Matienza. Parecen nombres de una novela de*Delibes.
En el costado de algunas tiendas se lee "H?medo"; en otras se ve la cruz roja; en otras, las siglas CDS-NRBQ y el emblema en X de la Guardia Civil. Entre todas*patrullan polic?as militares*ataviados con armas, epis blancos y protectores amarillos en las botas. Parecen los d?as duros de la pandemia, solo que en esta ocasi?n en vez de virus atacan las part?culas.
Entre los asistentes, los bomberos, los figurantes, los militares y civiles que entrenan, corre de ac? para all? un peque?o robot negro de cuatro ruedas, como si fuera un perrillo. Lo llaman Nerva y es una de las ?ltimas adquisiciones de la Guardia Civil, una peque?a plataforma que pesa poco y que puede llevar en el lomo micr?fonos, c?maras, sensores de todo tipo para*comunicar al resto de un enjambre de drones*los datos de la zona, también de los recovecos en los que, por su tama?o, puede meterse.
Escoltados
Una coreograf?a minuciosamente dise?ada regula el acceso y la deambulaci?n en el campamento, se?alando cualquier movimiento para evitar, sobre todo, la mezcla de lo sucio con lo limpio, que ser?a desastrosa. Grandes gr?as de los puestos de*descontaminaci?n de veh?culos*arrojan agua en aerosol para eliminar la radiaci?n. Y las estaciones de la UME y el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) van seleccionando a las personas seg?n su contaminaci?n.
“?Sé que es muy duro lo que han vivido, pero es necesario que se separen unos de otros en la cola!". grita un agente del CSN con un dos?metro en la mano. Delante tiene una fila de civiles que esperan.*Su radiaci?n ser? medida en tiendas de campa?a*en las que hay hombres con m?scaras que les cubren ojos, cara y boca, y monos blancos de pl?stico grueso.
La cola tiene algo de cuadro del juicio final. Los que est?n limpios continuar?n camino; los sucios tendr?n que ir a una zona de descontaminaci?n; y los m?s irradiados, el "personal no v?lido", ser?n*llevados a una explanada de ambulancias, y de ah? a un hospital donde luchar por sobrevivir a las llagas de sus quemaduras y el infierno del c?ncer.
Hay antes que nada un aparcamiento de autobuses al que llegan los civiles rescatados. Si alguna vez ocurre esta cat?strofe, los vecinos tendr?n la instrucci?n de permanecer dentro de los veh?culos hasta que se les mande bajar. En el camino los pastorea una "unidad de control de masas", o sea,*un grupo de antidisturbios que los escoltar? hacia la llamada "zona de desvestido". La orden ser? que nadie se salga de su carril.
En la "zona de desvestido" los vecinos que trajeron los autobuses se quitar?n la ropa y*recoger?n una pulsera de filiaci?n con un c?digo,*y una serie de bolsas de pl?stico. En las bolsas deber?n meter su material contaminado. Ah? no solamente estar?n los antidisturbios, también habr? psic?logos y médicos, y adem?s intérpretes de lenguas extranjeras removiéndose entre polic?as militares, bomberos y traspaletas que se llevan en volandas los contenedores.
Si tienen suerte y est?n descontaminados, otros buses los llevar?n hacia una zona segura. Ser?n "los evacuados" en otra ciudad que los acoja, o en un gran albergue de lona impermeable donde pasar las siguientes noches hasta que puedan recuperar sus vidas, pero en otro lugar, a 50 kil?metros o m?s de este moderno Chernobil.
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