الريــم
06-04-2023, 01:21 PM
José Antonio Royo y Fernando Borja se conocieron en la c?rcel, donde estuvieron cumpliendo condenas por robos y tr?fico de drogas desde 1992 a 1998. Pero la libertad les dur? poco a ambos, pues*Royo acab? asesinando a Fernando en 1999 en la calle del Caballo de*Zaragoza. Coincidieron en esta zona en la que ya entonces hab?a prostituci?n callejera y una discusi?n en defensa de una mujer fue el detonante de este crimen.
El encuentro mortal se produjo, de madrugada, un 24 de julio. A esta calle del zaragozano barrio de El Gancho acudi? el asesino, quien estableci? contacto con una prostituta que era explotada sexualmente por la v?ctima, pero, de repente, vio jaleo y decidi? acercarse para ver qué pasaba.*Descubri? que un hombre estaba golpeando a una mujer y la cara de él le sonaba, era*un excompa?ero de la c?rcel de Torrero.*No dud? en acercarse m?s para separarlos.
Royo se llev? al agresor a un mes?n que hab?a en la calle Pignatelli, donde el criminal compr? un paquete de tabaco y salieron hacia un descampado que hab?a entonces y en el que se aparcaban veh?culos. All? ambos entablaron una discusi?n inicialmente pac?fica que acab? en muerte.*El criminal le record? que todav?a le deb?a dinero como consecuencia de unos dibujos que en la prisi?n le habr?a confeccionado para sus tres hijos.*Los peque?os ten?an 11, 8 y 5 a?os cuando su padre fue asesinado.
La discusi?n se zanj? r?pido cuando José Antonio Royo, que entonces ten?a 30 a?os, desenvain? un arma blanca de 21 cent?metros de hoja –en la sentencia se habla indistintamente de daga y machete– que llevaba encima y con intenci?n de causarle la muerte se la clav? en el pulm?n.*Muri? de forma inmediata, quedando solo ah? mientras se desangraba.
Quien descubri? el cad?ver fue la mujer que trabajaba para el fallecido, que trat? de evitar que perdiera m?s sangre, pero su muerte era inevitable. Cuando sali? corriendo de all? para pedir ayuda se dej? el bolso y la navaja tipo mariposa que llevaba encima para defenderse.
El asesino abandon? el lugar tranquilamente, yéndose a la cercana calle del Temple. En la puerta de un bar fue sorprendido por la*Polic?a Nacional*mientras se estaba liando un porro de hach?s.*Sus manos todav?a ten?an restos de sangre y el machete, también manchado, lo llevaba sujeto al cintur?n. Estaba tranquilo y cuando los agentes le explicaron por qué le deten?an este les espet?: "Me alegro de haberle matado, as? he quitado trabajo a la Polic?a". De esta zona de ocio nocturno situada en el Casco viejo fue trasladado a dependencias policiales, donde los agentes le descubrieron en el pertinente cacheo otra arma blanca tipo c?ter.
El juicio se celebr? al a?o siguiente por un tribunal de jurado constituido en la*Audiencia Provincial de Zaragoza. En la vista, Royo afirm? que se "enzarzaron" y que vio c?mo su oponente ten?a intenci?n de sacar algo del bolsillo, por lo que decidi? hacer lo propio con el machete y le asest? un golpe en el t?rax que le dej? malherido.
Los médicos forenses se?alaron que el autor de los hechos era una persona "diestra en el manejo de las armas blancas". También afirmaron que*Royo presentaba un "trastorno antisocial de la personalidad", m?s conocido como "personalidad psicop?tica", lo que no le hac?a inimputable. Una valoraci?n que no gust? nada al joven que ocupaba el banquillo de los acusados, pues cambi? su actitud tranquila y silenciosa por llegar*incluso a aplaudir de forma ir?nica.
El incidente se produjo poco después de que el fiscal comenzara su informe. Royo, que llevaba puestas las esposas, se levant? del banquillo, rompi? de una patada el mueble que serv?a de apoyo al proyector de diapositivas y, al*amagar con un ataque al magistrado, hacia el que fue directamente, fue interceptado por los agentes y sacado de la sala de vistas.
Posteriormente, al final de los informes de las partes, regres? para transmitir a la familia, a través del abogado Roberto G?llego, sus "disculpas, respeto y condolencias".
La Fiscal?a y el letrado de la familia del fallecido coincidieron en solicitar 18 a?os de prisi?n, tras intentar convencer al jurado popular de que el acusado "ten?a intenci?n de matar y, posteriormente, se mostr? satisfecho de haberlo hecho". Adem?s, destacaron que "no exist?an datos objetivos para que el acusado se sintiera amenazado por la v?ctima".
Unas explicaciones que el tribunal popular valor? en un veredicto de culpabilidad en el que*consideraron que Royo actu? con alevos?a porque Fernando se encontraba en una actitud "relajada" y que "ten?a ?nimo de matar". Nada que ver con la defensa, quien aleg? en un primer momento un delito de lesiones en concurrencia con un homicidio no intencionado o, alternativamente, un homicidio simple al estimar que no hubo intenci?n de matar en ning?n momento.
Finalmente, el juez que presidi? el juicio*decidi? imponer 15 a?os de prisi?n por un delito de asesinato a José Antonio Royo, adem?s de pagar 20 millones de las antiguas pesetas a la esposa del fallecido y siete millones m?s para cada uno de los tres hijos, aunque se hab?a declarado insolvente.
El juez justific? la condena por la pena m?nima al entender que "no cabe duda de que su conducta no se rige por par?metros sociales ordinarios, y su personalidad, con una pena m?s alta, se podr?a desestructurar todav?a m?s". En la sentencia también se dej? claro que*no cab?an ni las atenuantes ni las agravantes*y que actu? "llevado de su odio y rencor" hacia la v?ctima y que le clav? el machete de 21 cent?metros de hoja con la intenci?n de "causarle la muerte sin que pudiera defenderse".*
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/sucesos/royo-antisocial-amigo-carcel-defensa-mujer-88280799)
El encuentro mortal se produjo, de madrugada, un 24 de julio. A esta calle del zaragozano barrio de El Gancho acudi? el asesino, quien estableci? contacto con una prostituta que era explotada sexualmente por la v?ctima, pero, de repente, vio jaleo y decidi? acercarse para ver qué pasaba.*Descubri? que un hombre estaba golpeando a una mujer y la cara de él le sonaba, era*un excompa?ero de la c?rcel de Torrero.*No dud? en acercarse m?s para separarlos.
Royo se llev? al agresor a un mes?n que hab?a en la calle Pignatelli, donde el criminal compr? un paquete de tabaco y salieron hacia un descampado que hab?a entonces y en el que se aparcaban veh?culos. All? ambos entablaron una discusi?n inicialmente pac?fica que acab? en muerte.*El criminal le record? que todav?a le deb?a dinero como consecuencia de unos dibujos que en la prisi?n le habr?a confeccionado para sus tres hijos.*Los peque?os ten?an 11, 8 y 5 a?os cuando su padre fue asesinado.
La discusi?n se zanj? r?pido cuando José Antonio Royo, que entonces ten?a 30 a?os, desenvain? un arma blanca de 21 cent?metros de hoja –en la sentencia se habla indistintamente de daga y machete– que llevaba encima y con intenci?n de causarle la muerte se la clav? en el pulm?n.*Muri? de forma inmediata, quedando solo ah? mientras se desangraba.
Quien descubri? el cad?ver fue la mujer que trabajaba para el fallecido, que trat? de evitar que perdiera m?s sangre, pero su muerte era inevitable. Cuando sali? corriendo de all? para pedir ayuda se dej? el bolso y la navaja tipo mariposa que llevaba encima para defenderse.
El asesino abandon? el lugar tranquilamente, yéndose a la cercana calle del Temple. En la puerta de un bar fue sorprendido por la*Polic?a Nacional*mientras se estaba liando un porro de hach?s.*Sus manos todav?a ten?an restos de sangre y el machete, también manchado, lo llevaba sujeto al cintur?n. Estaba tranquilo y cuando los agentes le explicaron por qué le deten?an este les espet?: "Me alegro de haberle matado, as? he quitado trabajo a la Polic?a". De esta zona de ocio nocturno situada en el Casco viejo fue trasladado a dependencias policiales, donde los agentes le descubrieron en el pertinente cacheo otra arma blanca tipo c?ter.
El juicio se celebr? al a?o siguiente por un tribunal de jurado constituido en la*Audiencia Provincial de Zaragoza. En la vista, Royo afirm? que se "enzarzaron" y que vio c?mo su oponente ten?a intenci?n de sacar algo del bolsillo, por lo que decidi? hacer lo propio con el machete y le asest? un golpe en el t?rax que le dej? malherido.
Los médicos forenses se?alaron que el autor de los hechos era una persona "diestra en el manejo de las armas blancas". También afirmaron que*Royo presentaba un "trastorno antisocial de la personalidad", m?s conocido como "personalidad psicop?tica", lo que no le hac?a inimputable. Una valoraci?n que no gust? nada al joven que ocupaba el banquillo de los acusados, pues cambi? su actitud tranquila y silenciosa por llegar*incluso a aplaudir de forma ir?nica.
El incidente se produjo poco después de que el fiscal comenzara su informe. Royo, que llevaba puestas las esposas, se levant? del banquillo, rompi? de una patada el mueble que serv?a de apoyo al proyector de diapositivas y, al*amagar con un ataque al magistrado, hacia el que fue directamente, fue interceptado por los agentes y sacado de la sala de vistas.
Posteriormente, al final de los informes de las partes, regres? para transmitir a la familia, a través del abogado Roberto G?llego, sus "disculpas, respeto y condolencias".
La Fiscal?a y el letrado de la familia del fallecido coincidieron en solicitar 18 a?os de prisi?n, tras intentar convencer al jurado popular de que el acusado "ten?a intenci?n de matar y, posteriormente, se mostr? satisfecho de haberlo hecho". Adem?s, destacaron que "no exist?an datos objetivos para que el acusado se sintiera amenazado por la v?ctima".
Unas explicaciones que el tribunal popular valor? en un veredicto de culpabilidad en el que*consideraron que Royo actu? con alevos?a porque Fernando se encontraba en una actitud "relajada" y que "ten?a ?nimo de matar". Nada que ver con la defensa, quien aleg? en un primer momento un delito de lesiones en concurrencia con un homicidio no intencionado o, alternativamente, un homicidio simple al estimar que no hubo intenci?n de matar en ning?n momento.
Finalmente, el juez que presidi? el juicio*decidi? imponer 15 a?os de prisi?n por un delito de asesinato a José Antonio Royo, adem?s de pagar 20 millones de las antiguas pesetas a la esposa del fallecido y siete millones m?s para cada uno de los tres hijos, aunque se hab?a declarado insolvente.
El juez justific? la condena por la pena m?nima al entender que "no cabe duda de que su conducta no se rige por par?metros sociales ordinarios, y su personalidad, con una pena m?s alta, se podr?a desestructurar todav?a m?s". En la sentencia también se dej? claro que*no cab?an ni las atenuantes ni las agravantes*y que actu? "llevado de su odio y rencor" hacia la v?ctima y que le clav? el machete de 21 cent?metros de hoja con la intenci?n de "causarle la muerte sin que pudiera defenderse".*
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