الريــم
06-03-2023, 04:10 PM
La poco dicharachera advertencia “recuerda que morir?s”, que, seg?n la leyenda, el siervo propin? sin despeinarse al general romano, marc? el camino a Depeche Mode al titular su ?ltimo disco: en el lat?n original, ‘Memento mori’. Y de eso va esta gira, de tener presente que esto no durar? siempre y que se trata de apurar la espuma de los d?as. Un ‘leitmotiv’ de lo m?s realista para el grupo brit?nico, que exprimi? su repertorio, este viernes, como si no hubiera un ma?ana en un F?rum lleno de un p?blico m?s variopinto de lo habitual, algo m?s adulto también, en la segunda jornada del Primavera Sound.
La muerte, hace poco m?s de un a?o, de Andy Fletcher dej? a Depeche Mode convertido en un d?o, reforzado en directo por un teclista y un bater?a, y reconstruyendo a la postre, y sin fisuras, la catedralicia sonoridad de un grupo que se abri? paso en los 80 abanderando el primer synth-pop para evolucionar luego hacia un corpulento rock electr?nico. De esto ?ltimo hubo en abundancia en el F?rum desde la oscura pieza de apertura, ‘My cosmos is mine’, proa de ‘Memento mori’, a la que Dave Gahan imprimi? su voz m?s grave, camino de otro tema nuevo, ‘Wagging tongue’, con citas a ?ngeles de pante?n funerario como los que ilustran la portada del ?lbum.
El grupo brit?nico ofreci? un aplastante concierto a lomos de su nuevo ?lbum, ‘Memento mori’, y de sus éxitos de los a?os 80 y 90
M?stica y carnalidad
El blanco y negro dio paso al color a partir del rescate de ‘Walking in my shoes’, con Martin Gore cambiando el teclado por la guitarra y aplic?ndose en su preceptivo solo con ‘slide’. Canci?n de 1993, abriendo la veda de las citas pretéritas, con un texto sobre una materia hoy tan actual como es la empat?a. Y de ah? a las cavilaciones sobre la naturaleza (y los espectros) del amor en ‘It’s no good’. Y una incursi?n en el pop electr?nico ochentero de su primera etapa con ‘Everything counts’.
Pero ‘Memento mori’ es el disco mejor recibido de Depeche Mode en muchos a?os, y ah? estuvo ese ?lgido ‘single’, ‘Ghosts again’ (compuesto con Richard Butler, cantante de Psychedelic Furs), gan?ndose su puesto en el repertorio, justo antes de que Gahan se desga?itara entre las pulsaciones sexuales de ‘I feel you’. Carnalidad y m?stica, siempre fundiéndose en el universo del grupo: en otro extremo, ‘World in my eyes’, con la imagen del a?orado Fletcher en las pantallas.
Hitos y ceremonia
Llega un momento en que los conciertos de Depeche Mode acaban derivando hacia la ceremonia religiosa, con capas de trascendencia empaquetadas en artefactos pop, y ah? estuvieron ‘Enjoy the silence’ y ‘Personal Jesus’, cruzadas con ‘Just can’t get enough’ y ‘Never let me down’, dejando una estela como hitos duraderos, capaces de hacer bailar incluso al p?blico m?s inquieto y atento a los ‘flavours of the month’.
Depeche Mode fue uno de los grupos que en su d?a demostr? que las canciones hechas con utensilios electr?nicos también pod?an emocionar. Y ah?, Sparks ense?aron que, adem?s, pod?an asombrar, divertir y chiflar. Suyas fueron, seguro, algunas de las canciones que m?s cejas hicieron arquear en el F?rum por su abundancia de descaro mel?dico y tonadas con giros poco can?nicos. El de estos caballeros septuagenarios, Russell y Ron Mael, es un caso ins?lito de creatividad e ingenio infatigables, como ilustraron en un centelleante concierto en el que contaron con una banda (dos guitarristas, bajo y bater?a).
Siniestros pero adorables
Lejos del ‘revival’ propio del artista de edad provecta, Sparks, que nunca han dejado de sacar discos, presumieron de presente: desde el tema de apertura, ‘So may we start?’ (del filme musical ‘Annette’) a las canciones de su macanudo nuevo ?lbum, ‘The girl is crying in her latte’, como la titular, ‘Nothing is as good as they say it is’ o ‘We go dancing’, s?ntesis esta del doble fondo siniestro y adorable. Se agradece su ubicaci?n en un escenario grande, digno de esos ‘hits’ que nunca fueron, como ‘Shopping mall of love’, y de, dig?moslo también, éxitos de verdad, como ‘When do I get to sing ‘My way’’, ‘The number one song in heaven’ (con Ron Mael, hier?tico teclista, marc?ndose unos pasos de baile sin inmutarse) o ‘This town ain’t big enough for both of us’.
Y luego, no pod?an faltar en la jornada conexiones notorias con aquel ‘indie’ que vio nacer al festival hace m?s de dos décadas. Menci?n para The Delgados, apreciado combo de Glasgow que dej? huella en los 90 y que ha vuelto a la vida con formas esbeltas (aunque sin canciones nuevas por ahora). Fue un placer reencontrarnos con esa noci?n pop acogedora, con la voz de Emma Pollock y la sensible arquitectura de guitarras (y flauta travesera), desplegada en un repertorio que recuper? ingenios como ‘Accused of stealing’, ‘I fought the angels’ o ‘Thirteen gliding principles’, con su abrupto trayecto coronando la sesi?n.
Enjundia ‘indie’
Aunque, en materia de enjundia ‘indie rock’, honores para The Wedding Present, orgullo de Leeds, grupo que en los ?ltimos a?os ha seguido rotando personal, siempre bajo el liderazgo de David Gedge. Ofreci? dos conciertos, el primero de ellos en el min?sculo escenario The Vision by Pull & Bear, que no era sino un islote con aforo para cien personas (y bastantes m?s siguiendo el concierto desde la orilla), a lomos de algunas de sus recientes ’24 Songs’ y de rescates de ‘A million miles’ o ‘My favourite dress’ con su imbatible mezcla de m?sculo y melod?a. Algunas cosas no cambian nunca, y para bien.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/cultura/depeche-mode-carpe-primavera-sound-88255385)
La muerte, hace poco m?s de un a?o, de Andy Fletcher dej? a Depeche Mode convertido en un d?o, reforzado en directo por un teclista y un bater?a, y reconstruyendo a la postre, y sin fisuras, la catedralicia sonoridad de un grupo que se abri? paso en los 80 abanderando el primer synth-pop para evolucionar luego hacia un corpulento rock electr?nico. De esto ?ltimo hubo en abundancia en el F?rum desde la oscura pieza de apertura, ‘My cosmos is mine’, proa de ‘Memento mori’, a la que Dave Gahan imprimi? su voz m?s grave, camino de otro tema nuevo, ‘Wagging tongue’, con citas a ?ngeles de pante?n funerario como los que ilustran la portada del ?lbum.
El grupo brit?nico ofreci? un aplastante concierto a lomos de su nuevo ?lbum, ‘Memento mori’, y de sus éxitos de los a?os 80 y 90
M?stica y carnalidad
El blanco y negro dio paso al color a partir del rescate de ‘Walking in my shoes’, con Martin Gore cambiando el teclado por la guitarra y aplic?ndose en su preceptivo solo con ‘slide’. Canci?n de 1993, abriendo la veda de las citas pretéritas, con un texto sobre una materia hoy tan actual como es la empat?a. Y de ah? a las cavilaciones sobre la naturaleza (y los espectros) del amor en ‘It’s no good’. Y una incursi?n en el pop electr?nico ochentero de su primera etapa con ‘Everything counts’.
Pero ‘Memento mori’ es el disco mejor recibido de Depeche Mode en muchos a?os, y ah? estuvo ese ?lgido ‘single’, ‘Ghosts again’ (compuesto con Richard Butler, cantante de Psychedelic Furs), gan?ndose su puesto en el repertorio, justo antes de que Gahan se desga?itara entre las pulsaciones sexuales de ‘I feel you’. Carnalidad y m?stica, siempre fundiéndose en el universo del grupo: en otro extremo, ‘World in my eyes’, con la imagen del a?orado Fletcher en las pantallas.
Hitos y ceremonia
Llega un momento en que los conciertos de Depeche Mode acaban derivando hacia la ceremonia religiosa, con capas de trascendencia empaquetadas en artefactos pop, y ah? estuvieron ‘Enjoy the silence’ y ‘Personal Jesus’, cruzadas con ‘Just can’t get enough’ y ‘Never let me down’, dejando una estela como hitos duraderos, capaces de hacer bailar incluso al p?blico m?s inquieto y atento a los ‘flavours of the month’.
Depeche Mode fue uno de los grupos que en su d?a demostr? que las canciones hechas con utensilios electr?nicos también pod?an emocionar. Y ah?, Sparks ense?aron que, adem?s, pod?an asombrar, divertir y chiflar. Suyas fueron, seguro, algunas de las canciones que m?s cejas hicieron arquear en el F?rum por su abundancia de descaro mel?dico y tonadas con giros poco can?nicos. El de estos caballeros septuagenarios, Russell y Ron Mael, es un caso ins?lito de creatividad e ingenio infatigables, como ilustraron en un centelleante concierto en el que contaron con una banda (dos guitarristas, bajo y bater?a).
Siniestros pero adorables
Lejos del ‘revival’ propio del artista de edad provecta, Sparks, que nunca han dejado de sacar discos, presumieron de presente: desde el tema de apertura, ‘So may we start?’ (del filme musical ‘Annette’) a las canciones de su macanudo nuevo ?lbum, ‘The girl is crying in her latte’, como la titular, ‘Nothing is as good as they say it is’ o ‘We go dancing’, s?ntesis esta del doble fondo siniestro y adorable. Se agradece su ubicaci?n en un escenario grande, digno de esos ‘hits’ que nunca fueron, como ‘Shopping mall of love’, y de, dig?moslo también, éxitos de verdad, como ‘When do I get to sing ‘My way’’, ‘The number one song in heaven’ (con Ron Mael, hier?tico teclista, marc?ndose unos pasos de baile sin inmutarse) o ‘This town ain’t big enough for both of us’.
Y luego, no pod?an faltar en la jornada conexiones notorias con aquel ‘indie’ que vio nacer al festival hace m?s de dos décadas. Menci?n para The Delgados, apreciado combo de Glasgow que dej? huella en los 90 y que ha vuelto a la vida con formas esbeltas (aunque sin canciones nuevas por ahora). Fue un placer reencontrarnos con esa noci?n pop acogedora, con la voz de Emma Pollock y la sensible arquitectura de guitarras (y flauta travesera), desplegada en un repertorio que recuper? ingenios como ‘Accused of stealing’, ‘I fought the angels’ o ‘Thirteen gliding principles’, con su abrupto trayecto coronando la sesi?n.
Enjundia ‘indie’
Aunque, en materia de enjundia ‘indie rock’, honores para The Wedding Present, orgullo de Leeds, grupo que en los ?ltimos a?os ha seguido rotando personal, siempre bajo el liderazgo de David Gedge. Ofreci? dos conciertos, el primero de ellos en el min?sculo escenario The Vision by Pull & Bear, que no era sino un islote con aforo para cien personas (y bastantes m?s siguiendo el concierto desde la orilla), a lomos de algunas de sus recientes ’24 Songs’ y de rescates de ‘A million miles’ o ‘My favourite dress’ con su imbatible mezcla de m?sculo y melod?a. Algunas cosas no cambian nunca, y para bien.
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