الريــم
06-03-2023, 03:00 PM
‘Operaci?n L?zaro’. As? ha bautizado con mucha socarroner?a el plan de rescate de Do?ana quien fue director de la Estaci?n Biol?gica desde 1975 a 1988 y es uno de los cient?ficos m?s expertos en el Parque Nacional. Javier Castroviejo (Bueu, 1940) no duda en afirmar que “la ignorancia” y “el sectarismo” est?n acabando con una Do?ana que necesita, como en la resurrecci?n de L?zaro, “un milagro”. Asiste “perplejo” a la ?ltima gran polémica con la proposici?n de ley que ampl?a el regad?o en el Parque Nacional. A su juicio, esa norma nunca se deber?a haber impulsado pero no es el verdadero problema que tiene esta reserva natural ?nica en el mundo. “Ponemos el foco en el binomio acu?fero-fresa y el verdadero problema de Do?ana no radica en ese eje sino en la marisma”, se?ala el veterano cient?fico.
Para desarrollar su teor?a hay que explicar, él lo hace con mucho detenimiento, los distintos paisajes que componen Do?ana. Est? su acu?fero, aguas subterr?neas a 100 ? 200 metros, suelos arenosos, una esponja que bebe el agua y es su gran reserva h?drica. Pero en el Parque hay mar, playa, coto y marisma. A ese ?ltimo ecosistema se?ala el dedo de Castroviejo sin que nadie parezca querer o?rle, se lamenta. La marisma es una zona de suelo arcilloso, canales de agua, arroyos y cauces que en parte vierten al mar muchos hect?metros al mar y donde estar?a el verdadero man? h?drico del Parque. Una marisma que denuncia, con datos en la mano, que “han destrozado las administraciones”, con canalizaciones de agua que han matado los cauces biol?gicos que llevaban agua limpia desde la sierra y recargaban de forma natural el acu?fero. “Ese ciclo m?gico est? roto”, avisa Castroviejo.
Desastre de Aznalc?llar
El desastre de la mina de Aznalc?llar en 1998 encendi? las alarmas y empuj? a la Unesco a preparar un ultim?tum, un documento que declaraba Do?ana en peligro. Ya entonces, como ahora se ha advertido, se avis? de que pod?a perder su catalogaci?n de Patrimonio de la Humanidad. Las negociaciones entonces fueron h?biles, Castroviejo las conoce de primera mano, y acabaron en un pacto que firm? por el Gobierno la entonces ministra del PP Isabel Tocino. El compromiso fue restaurar la marisma, se lanz? por real decreto ley (7/1999) con el horizonte temporal 'Do?ana 2005'. Llovieron cientos de millones de la UE para la regeneraci?n h?drica del Parque. “Nada se ha cumplido y la mayor?a de los fondos se devolvieron a Bruselas”, advierte el cient?fico. “Lo que nos ocurre ahora no es por el cambio clim?tico, que sin duda afecta, sino porque hace ya 25 a?os se decidi? que los tractores ganaran el pulso y hoy tenemos una marisma envenenada por los fertilizantes y los pesticidas, seca, donde es imposible encontrar vida, ni ranas ni una lagartija”, dice apesadumbrado. “La marisma est? muerta, ha sido derrotada”. Los cauces naturales se han convertido en canalizaciones y se ha arado alrededor.
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El cauce m?s importante que lleva agua a la marisma es el del Guadiamar y el Brazo de la Torre. Ambos han sido cercenados a favor de la agricultura intensiva de los frutos rojos y de los arrozales, se han levantado muros que impiden que el agua fluya de manera natural y se recargue el acu?fero. La importancia de recuperar ambos cauces se se?ala en el ?ltimo documento aprobado por el Gobierno de Espa?a (Real Decreto Ley 4/2023) de medidas urgentes por la sequ?a. Para Castroviejo ah? est? “la llave” para salvar uno de los humedales m?s importantes de Europa. “Si esto se soluciona la posibilidad de recarga natural del acu?fero es enorme. Estamos a tiempo de salvar Do?ana aunque cada vez sea m?s dif?cil”, se?ala uno de sus mayores conocedores.
“Para que esto no se destruya, todas las partes tienen que ceder”, dice Castroviejo, “la ?nica que no puede ceder m?s es la naturaleza”. Eleva un grito de socorro a los agricultores y a las administraciones. “Estamos viendo una campa?a de boicot a la fresa de Huelva que ya le digo no va a acabar en nada bueno. El sector tiene que reestructurarse y unirse si quiere sobrevivir”, avisa, “quiz?s que cedan y ganen un poco menos de dinero ser?a bueno para todos”. “Habr?a que recuperar arroyos, replantar ?rboles, recuperar bosques de utilidad p?blica que han sido arrasados”, sostiene el cient?fico, convencido de que también hay que buscar motores econ?micos para la zona en la caza, la ganader?a intensiva, el turismo… “La marisma es un prodigio de productividad ecol?gica”, se?ala, “todos los sectores tienen que convivir”. “Un parque que gire solo alrededor de la fresa o el arroz no es sostenible”, agrega. “Tenemos que reconsiderar el conjunto, tener una visi?n hol?stica y cumplir las leyes”, pide el exdirector de la Estaci?n Biol?gica, que admite que no es cierto que la fresa esté cultivada “a 30 o 40 kil?metros de Do?ana”. “Los cultivos est?n en la zona que es Red Natura 2000 y lindando con el Parque”, se?ala, “quiz?s haya que eliminar unas pocas hect?reas de frutos rojo, solo una peque?a parte”.
Una Europa at?nita
En una visi?n hist?rica, el cient?fico se remonta a cuando fortunas privadas de Europa se dispusieron a comprar el Parque ante el temor de que fuera arrasado. “Las administraciones siempre han estado en el bando destructor del espacio natural”, avisa. Desde la Rep?blica, que apost? por una ganader?a intensiva de cabras y quer?a arrasar una parte, hasta Franco, que se dispuso a plantar eucaliptos, hasta los iluminados que decidieron montar en esta zona privilegiada de Huelva “una peque?a Holanda, dedicada a la fresa”. “?Ya nadie se acuerda del Plan Almonte Marismas?”, se pregunta el cient?fico. Ese plan, abortado definitivamente por el plan de 2014 que reorden? las hect?reas de cultivo intensivo y que ahora se quiere revertir con la proposici?n de ley en marcha, fue impulsado por el PSOE en los albores de la democracia con fondos europeos y aspiraba a poner en uso 14.000 hect?reas de regad?o en el entorno de Do?ana, en las provincias de Huelva y Sevilla. “Todas las administraciones p?blicas han trabajado a la contra del Parque y con impunidad. Las leyes no se cumplen y no pasa nada”, lamenta Castroviejo.
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Las autoridades andaluzas muestran desconcierto por el calado internacional de cualquier iniciativa que toque Do?ana. “Es por ignorancia o por sectarismo”, repite este cient?fico, que recuerda aquellos a?os en los que los ni?os escandinavos hac?an sus campa?as en el colegio con el buc?lico lema de “una corona, un ?nsar”. Do?ana siempre ha sido la residencia de invierno o de paso de todas las aves de Europa. De la colonia de m?s de 80.000 ?nsares que recalaban en Do?ana desde el Norte europeo quedan apenas 5.000. En los pa?ses europeos miran todo lo que se hace en Espa?a con estupefacci?n, "como si fuéramos unos incivilizados", y la amenaza de multas desde la Comisi?n Europea no sirve. “El problema es que las sanciones recaen en el Gobierno de Espa?a y la pagan todos los espa?oles. Paga lo mismo el que quiere desde la avaricia cultivar m?s una hect?rea m?s de Do?ana que un jubilado de Girona. La humillaci?n y el bochorno de esas multas parece que no importan”, lamenta Castroviejo. La ‘Operaci?n L?zaro’, el milagro para salvar Do?ana puede darse, avisa, pero hay que mirar a la marisma y sentar a la misma mesa a todas las administraciones y los agricultores en un acuerdo en el que “todos deben ceder y cumplir la ley”. “No hay m?s”, sentencia.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/sociedad/cientifico-veterano-ignorancia-sectarismo-donana-88254000)
Para desarrollar su teor?a hay que explicar, él lo hace con mucho detenimiento, los distintos paisajes que componen Do?ana. Est? su acu?fero, aguas subterr?neas a 100 ? 200 metros, suelos arenosos, una esponja que bebe el agua y es su gran reserva h?drica. Pero en el Parque hay mar, playa, coto y marisma. A ese ?ltimo ecosistema se?ala el dedo de Castroviejo sin que nadie parezca querer o?rle, se lamenta. La marisma es una zona de suelo arcilloso, canales de agua, arroyos y cauces que en parte vierten al mar muchos hect?metros al mar y donde estar?a el verdadero man? h?drico del Parque. Una marisma que denuncia, con datos en la mano, que “han destrozado las administraciones”, con canalizaciones de agua que han matado los cauces biol?gicos que llevaban agua limpia desde la sierra y recargaban de forma natural el acu?fero. “Ese ciclo m?gico est? roto”, avisa Castroviejo.
Desastre de Aznalc?llar
El desastre de la mina de Aznalc?llar en 1998 encendi? las alarmas y empuj? a la Unesco a preparar un ultim?tum, un documento que declaraba Do?ana en peligro. Ya entonces, como ahora se ha advertido, se avis? de que pod?a perder su catalogaci?n de Patrimonio de la Humanidad. Las negociaciones entonces fueron h?biles, Castroviejo las conoce de primera mano, y acabaron en un pacto que firm? por el Gobierno la entonces ministra del PP Isabel Tocino. El compromiso fue restaurar la marisma, se lanz? por real decreto ley (7/1999) con el horizonte temporal 'Do?ana 2005'. Llovieron cientos de millones de la UE para la regeneraci?n h?drica del Parque. “Nada se ha cumplido y la mayor?a de los fondos se devolvieron a Bruselas”, advierte el cient?fico. “Lo que nos ocurre ahora no es por el cambio clim?tico, que sin duda afecta, sino porque hace ya 25 a?os se decidi? que los tractores ganaran el pulso y hoy tenemos una marisma envenenada por los fertilizantes y los pesticidas, seca, donde es imposible encontrar vida, ni ranas ni una lagartija”, dice apesadumbrado. “La marisma est? muerta, ha sido derrotada”. Los cauces naturales se han convertido en canalizaciones y se ha arado alrededor.
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El cauce m?s importante que lleva agua a la marisma es el del Guadiamar y el Brazo de la Torre. Ambos han sido cercenados a favor de la agricultura intensiva de los frutos rojos y de los arrozales, se han levantado muros que impiden que el agua fluya de manera natural y se recargue el acu?fero. La importancia de recuperar ambos cauces se se?ala en el ?ltimo documento aprobado por el Gobierno de Espa?a (Real Decreto Ley 4/2023) de medidas urgentes por la sequ?a. Para Castroviejo ah? est? “la llave” para salvar uno de los humedales m?s importantes de Europa. “Si esto se soluciona la posibilidad de recarga natural del acu?fero es enorme. Estamos a tiempo de salvar Do?ana aunque cada vez sea m?s dif?cil”, se?ala uno de sus mayores conocedores.
“Para que esto no se destruya, todas las partes tienen que ceder”, dice Castroviejo, “la ?nica que no puede ceder m?s es la naturaleza”. Eleva un grito de socorro a los agricultores y a las administraciones. “Estamos viendo una campa?a de boicot a la fresa de Huelva que ya le digo no va a acabar en nada bueno. El sector tiene que reestructurarse y unirse si quiere sobrevivir”, avisa, “quiz?s que cedan y ganen un poco menos de dinero ser?a bueno para todos”. “Habr?a que recuperar arroyos, replantar ?rboles, recuperar bosques de utilidad p?blica que han sido arrasados”, sostiene el cient?fico, convencido de que también hay que buscar motores econ?micos para la zona en la caza, la ganader?a intensiva, el turismo… “La marisma es un prodigio de productividad ecol?gica”, se?ala, “todos los sectores tienen que convivir”. “Un parque que gire solo alrededor de la fresa o el arroz no es sostenible”, agrega. “Tenemos que reconsiderar el conjunto, tener una visi?n hol?stica y cumplir las leyes”, pide el exdirector de la Estaci?n Biol?gica, que admite que no es cierto que la fresa esté cultivada “a 30 o 40 kil?metros de Do?ana”. “Los cultivos est?n en la zona que es Red Natura 2000 y lindando con el Parque”, se?ala, “quiz?s haya que eliminar unas pocas hect?reas de frutos rojo, solo una peque?a parte”.
Una Europa at?nita
En una visi?n hist?rica, el cient?fico se remonta a cuando fortunas privadas de Europa se dispusieron a comprar el Parque ante el temor de que fuera arrasado. “Las administraciones siempre han estado en el bando destructor del espacio natural”, avisa. Desde la Rep?blica, que apost? por una ganader?a intensiva de cabras y quer?a arrasar una parte, hasta Franco, que se dispuso a plantar eucaliptos, hasta los iluminados que decidieron montar en esta zona privilegiada de Huelva “una peque?a Holanda, dedicada a la fresa”. “?Ya nadie se acuerda del Plan Almonte Marismas?”, se pregunta el cient?fico. Ese plan, abortado definitivamente por el plan de 2014 que reorden? las hect?reas de cultivo intensivo y que ahora se quiere revertir con la proposici?n de ley en marcha, fue impulsado por el PSOE en los albores de la democracia con fondos europeos y aspiraba a poner en uso 14.000 hect?reas de regad?o en el entorno de Do?ana, en las provincias de Huelva y Sevilla. “Todas las administraciones p?blicas han trabajado a la contra del Parque y con impunidad. Las leyes no se cumplen y no pasa nada”, lamenta Castroviejo.
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Las autoridades andaluzas muestran desconcierto por el calado internacional de cualquier iniciativa que toque Do?ana. “Es por ignorancia o por sectarismo”, repite este cient?fico, que recuerda aquellos a?os en los que los ni?os escandinavos hac?an sus campa?as en el colegio con el buc?lico lema de “una corona, un ?nsar”. Do?ana siempre ha sido la residencia de invierno o de paso de todas las aves de Europa. De la colonia de m?s de 80.000 ?nsares que recalaban en Do?ana desde el Norte europeo quedan apenas 5.000. En los pa?ses europeos miran todo lo que se hace en Espa?a con estupefacci?n, "como si fuéramos unos incivilizados", y la amenaza de multas desde la Comisi?n Europea no sirve. “El problema es que las sanciones recaen en el Gobierno de Espa?a y la pagan todos los espa?oles. Paga lo mismo el que quiere desde la avaricia cultivar m?s una hect?rea m?s de Do?ana que un jubilado de Girona. La humillaci?n y el bochorno de esas multas parece que no importan”, lamenta Castroviejo. La ‘Operaci?n L?zaro’, el milagro para salvar Do?ana puede darse, avisa, pero hay que mirar a la marisma y sentar a la misma mesa a todas las administraciones y los agricultores en un acuerdo en el que “todos deben ceder y cumplir la ley”. “No hay m?s”, sentencia.
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