الريــم
06-02-2023, 08:12 PM
Entre el 9 de noviembre de 2020 y el 10 de enero de 2021, una protesta inédita de un grupo de artistas y activistas cubanos*puso a prueba los cimientos represivos de la ag?nica dictadura cubana, esa dictadura que se sucede a s? misma a partir de las viejas recetas de los reg?menes comunistas: la delaci?n institucionalizada, el control de todos los resortes que permiten la movilidad social, el chantaje individual a partir de la escasez creada por el propio sistema, la construcci?n de un Estado policial donde cualquiera puede ser un confidente, la corrupci?n y podredumbre de todas las estructuras.*Lo cuenta el escritor y periodista Carlos Manuel ?lvarez en ‘Los intrusos', Premio Anagrama de Cr?nicas.
El protagonismo de este éxito, que por desgracia parece no haber tenido continuidad en el tiempo, correspondi? al llamado Movimiento San Isidro (MSI), una agrupaci?n de artistas inquietos, una suma extra?a de j?venes airados, intelectuales ajenos al poder, raperos, poetas, periodistas: "artistas vomitados por el sistema".*El hartazgo de la sociedad cubana era ya palpable: el hambre, el tedio, la evidencia del fracaso revolucionario son indiscutibles. El pa?s se sostiene sobre su propia corrupci?n, sobre su propia incapacidad. El régimen vive de la conmemoraci?n permanente de la nada. Desde la muerte de Fidel, quién lo iba a decir, Cuba ya no le importa a nadie, tan s?lo, y esto también es discutible, a los propios cubanos.
Carlos Manuel ?lvarez, joven y brillante periodista, fundador del medio digital El Estornudo*-un medio que hay que leer para saber de verdad qué pasa en Cuba, qué se piensa y se dice y se escribe en la isla detenida, como hay que leer Rialta o Hypermedia Magazine-, abandona Nueva York el 20 de noviembre para unirse a una protesta que va ganando fuerza y captando la atenci?n de la poblaci?n y los medios, dentro y fuera de Cuba. En esos momentos, los grandes nombres propios son Luis Manuel Otero y Denis Sol?s, a los que el régimen, en su*pol?tica de represi?n de baja intensidad, detiene una y otra vez,*interroga una y otra vez, priva de libertad una y otra vez. En ausencia de violencia f?sica, que los aparatos de seguridad del Estado consideran un mérito que hay que agradecerles, la dictadura pretende cansar, aburrir, hacer la vida cotidiana imposible a los disidentes, como si la vida cotidiana en Cuba no fuese otra cosa que hambre, tedio, desesperanza y deseo de escapar.
La Cuba que se sucede a s? misma quiere a la otra*Cuba fuera de la isla, en Miami, Nueva York, Madrid o donde sea. No hay sitio para los intrusos, para los que imaginan otra realidad posible, una realidad democr?tica que supure las heridas del hundimiento de un pa?s que, en otro tiempo, cre?a en el futuro. Escribe ?lvarez sobre la paradoja que supone pretender una prosperidad sin producir, una convivencia sin democracia real.*Llega a La Habana, dispuesto a unirse al encierro en el domicilio de Luis Manuel Otero pertrechado con tres libros: El Quijote, un volumen con poes?as de Quevedo, y los diarios de juventud de Lezama Lima. El autor de Paradiso, quiz?s homosexual, conoci? el ostracismo tras a?os de oropeles revolucionarios.*Virgilio Pi?era, Reinaldo Arenas y muchos otros seguir?an su triste camino.Plagado de reflexiones éticas y estéticas, el libro de Carlos Manuel ?lvarez*no s?lo narra aquellos momentos de luz y esperanza. Con referencias a Walter Benjamin, Lyotard, Achille Mbembe, Glissant, Aimé Césaire o Roberto Calasso, ‘Los intrusos’ también propone una reflexi?n ética y estética sobre la disidencia, la dictadura, los entresijos de la solidaridad o los fundamentos de un poder que, al estilo de Esparta, ha conseguido que el terror se vea como normalidad.
Entre la narraci?n,*?lvarez intercala las biograf?as de los encerrados en la casa de Luis Manuel Otero, desalojados a la fuerza el 26 de noviembre tras apenas siete d?as de protesta pac?fica en un domicilio particular. En Cuba, todos los domicilios est?n rigurosamente vigilados, y después del allanamiento sus promotores son separados, detenidos e interrogados. Las vidas de los disidentes revelan pautas similares: j?venes inquietos, en muchos casos de familias desestructuradas, que no encajan con lo poco que se les ofrece. Abundan los hijos de familias divorciadas.*Hay varios homosexuales. También negros pobres procedentes de los m?rgenes del sistema. La resistencia se basa en los afectos: "la solidaridad es lo que m?s ataca al gobierno".
La reacci?n de la prensa oficial revela la trastienda del régimen.*Las portadas separan a los blancos de los negros. La polic?a abusa de la palabra maric?n. ?lvarez constata que las mujeres encerradas han sobrevivido a todas las penurias a lo largo de su vida rebelde por su condici?n de madres, que les ha otorgado cierta protecci?n frente a la violencia represiva. Racismo, homofobia, machismo. Y, todav?a, el dinosaurio permanece all?, con otro nombre, pero con la misma miseria moral.
Los intrusos
Premio Anagrama de Cr?nica
Autor: Carlos Manuel ?lvarez
Editorial: Anagrama
Precio: 18,95 €
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El protagonismo de este éxito, que por desgracia parece no haber tenido continuidad en el tiempo, correspondi? al llamado Movimiento San Isidro (MSI), una agrupaci?n de artistas inquietos, una suma extra?a de j?venes airados, intelectuales ajenos al poder, raperos, poetas, periodistas: "artistas vomitados por el sistema".*El hartazgo de la sociedad cubana era ya palpable: el hambre, el tedio, la evidencia del fracaso revolucionario son indiscutibles. El pa?s se sostiene sobre su propia corrupci?n, sobre su propia incapacidad. El régimen vive de la conmemoraci?n permanente de la nada. Desde la muerte de Fidel, quién lo iba a decir, Cuba ya no le importa a nadie, tan s?lo, y esto también es discutible, a los propios cubanos.
Carlos Manuel ?lvarez, joven y brillante periodista, fundador del medio digital El Estornudo*-un medio que hay que leer para saber de verdad qué pasa en Cuba, qué se piensa y se dice y se escribe en la isla detenida, como hay que leer Rialta o Hypermedia Magazine-, abandona Nueva York el 20 de noviembre para unirse a una protesta que va ganando fuerza y captando la atenci?n de la poblaci?n y los medios, dentro y fuera de Cuba. En esos momentos, los grandes nombres propios son Luis Manuel Otero y Denis Sol?s, a los que el régimen, en su*pol?tica de represi?n de baja intensidad, detiene una y otra vez,*interroga una y otra vez, priva de libertad una y otra vez. En ausencia de violencia f?sica, que los aparatos de seguridad del Estado consideran un mérito que hay que agradecerles, la dictadura pretende cansar, aburrir, hacer la vida cotidiana imposible a los disidentes, como si la vida cotidiana en Cuba no fuese otra cosa que hambre, tedio, desesperanza y deseo de escapar.
La Cuba que se sucede a s? misma quiere a la otra*Cuba fuera de la isla, en Miami, Nueva York, Madrid o donde sea. No hay sitio para los intrusos, para los que imaginan otra realidad posible, una realidad democr?tica que supure las heridas del hundimiento de un pa?s que, en otro tiempo, cre?a en el futuro. Escribe ?lvarez sobre la paradoja que supone pretender una prosperidad sin producir, una convivencia sin democracia real.*Llega a La Habana, dispuesto a unirse al encierro en el domicilio de Luis Manuel Otero pertrechado con tres libros: El Quijote, un volumen con poes?as de Quevedo, y los diarios de juventud de Lezama Lima. El autor de Paradiso, quiz?s homosexual, conoci? el ostracismo tras a?os de oropeles revolucionarios.*Virgilio Pi?era, Reinaldo Arenas y muchos otros seguir?an su triste camino.Plagado de reflexiones éticas y estéticas, el libro de Carlos Manuel ?lvarez*no s?lo narra aquellos momentos de luz y esperanza. Con referencias a Walter Benjamin, Lyotard, Achille Mbembe, Glissant, Aimé Césaire o Roberto Calasso, ‘Los intrusos’ también propone una reflexi?n ética y estética sobre la disidencia, la dictadura, los entresijos de la solidaridad o los fundamentos de un poder que, al estilo de Esparta, ha conseguido que el terror se vea como normalidad.
Entre la narraci?n,*?lvarez intercala las biograf?as de los encerrados en la casa de Luis Manuel Otero, desalojados a la fuerza el 26 de noviembre tras apenas siete d?as de protesta pac?fica en un domicilio particular. En Cuba, todos los domicilios est?n rigurosamente vigilados, y después del allanamiento sus promotores son separados, detenidos e interrogados. Las vidas de los disidentes revelan pautas similares: j?venes inquietos, en muchos casos de familias desestructuradas, que no encajan con lo poco que se les ofrece. Abundan los hijos de familias divorciadas.*Hay varios homosexuales. También negros pobres procedentes de los m?rgenes del sistema. La resistencia se basa en los afectos: "la solidaridad es lo que m?s ataca al gobierno".
La reacci?n de la prensa oficial revela la trastienda del régimen.*Las portadas separan a los blancos de los negros. La polic?a abusa de la palabra maric?n. ?lvarez constata que las mujeres encerradas han sobrevivido a todas las penurias a lo largo de su vida rebelde por su condici?n de madres, que les ha otorgado cierta protecci?n frente a la violencia represiva. Racismo, homofobia, machismo. Y, todav?a, el dinosaurio permanece all?, con otro nombre, pero con la misma miseria moral.
Los intrusos
Premio Anagrama de Cr?nica
Autor: Carlos Manuel ?lvarez
Editorial: Anagrama
Precio: 18,95 €
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