الريــم
05-26-2023, 12:48 PM
La peque?a Regan aparec?a convulsionando en una cama, levitando de manera inexplicable, con el rostro lleno de heridas y cicatrices, los ojos en blanco, vomitando un l?quido verde y girando su cabeza 360 grados, en una serie de escenas que, si se han visto, no podr?n olvidarse jam?s. Enfrente, dos sacerdotes trataban de expulsar el demonio del interior de la ni?a. Todo formaba parte de El Exorcista, el aterrador filme de William Friedkin al que siempre va asociada la melod?a de piano que compuso Mike Oldfield para su obra Tubular Bells, de cuyo lanzamiento se cumplen ahora 50 a?os, y a la que por este hecho se ha llamado a veces ‘la sinfon?a del diablo’.
Sin embargo, esa obra maestra que sali? de la mente de un chico brit?nico de s?lo 17 a?os ha sido definida también como “m?sica celestial”, “una de las piezas b?sicas de la cultura contempor?nea”, o “una excursi?n divina al reino de la m?sica new-age”. Como si de las ondas vibratorias que nacen al golpear una campana tubular se tratase, las definiciones oscilan sin parar hasta situarse en terrenos antag?nicos. Pero si algo define mejor que cualquier otra cosa este trabajo musical es que, después de medio siglo de vida, sigue siendo verdadera y desesperadamente inclasificable.
A?n hoy, al escuchar Tubular Bells uno se encuentra frente a una pieza que resulta extra?a, en algunos aspectos an?rquica, poco convencional y definitivamente ecléctica. Pero hay que situarse en 1973 para tratar de entender lo que supuso su irrupci?n en el panorama musical. Un disco de 49 minutos sin canciones, sin letras, una eclosi?n de creatividad instrumental que brotaba como algo disruptivo en los tiempos en que despegaba el rock progresivo. Hasta 20 instrumentos diferentes, casi todos ellos tocados por el propio compositor: piano, glockenspiel, flageolet, ?rgano farfisa, guitarra eléctrica, guitarra espa?ola, carill?n, bajo, guitarra ac?stica… y las campanas tubulares.
https://uc-4u.com/clip/117f7ffb-a97f-4c2d-8dfd-da2fe72c5d26_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Olfield en la época en que grab? 'Tubular Bells'. | Archivo
En un magnet?fono
Era la propuesta de un joven guitarrista inglés llamado Mike Oldfield, que se hab?a quedado sin trabajo cuando Kevin Mayers decidi? disolver la banda The Whole World. Pero Mayers hizo algo que acab? resultando trascendental en la historia de la m?sica: le regal? a Oldfield un magnet?fono Bang & Olufsen. Con este aparato en sus manos el a?n adolescente Oldfield se dedic? a grabar en una casete una m?sica que rondaba en su cabeza de forma casi permanente. Tras ello, se present? con su demo en varias discogr?ficas, de las que fue convenientemente ignorado, incluso tratado como un bicho raro. EMI, CBS… todos los sellos miraban con desconfianza e incredulidad a aquel completo desconocido que pretend?a grabar una pieza sin cortes y completamente instrumental.
Con una negativa tras otra a sus espaldas, las expectativas de Oldfield se oscurecieron y atraves? un periodo de su vida realmente complicado. Se cuenta que un d?a lleg? a tener que pedir al frutero de su barrio una patata para poder llevarse algo a la boca. Tras los continuos rechazos de los sellos discogr?ficos y unas cuantas penurias, finalmente el guitarrista encontr? trabajo, aunque esta vez obligado a tocar el bajo, en la banda de Arthur Lewis. De la mano de este conoci? The Manor, una mansi?n reconvertida en estudio situada en pleno campo, en Oxfordshire, a las afueras de Londres, y que pertenec?a a un tal Richard Branson. Infatigable en su empe?o de llevar al vinilo sus ideas musicales, Mike Oldfield aprovech? una de las sesiones en aquel estudio para presentarle su cinta demo a Simon Hayworth y Tom Newman, que trabajaban all?. Newman se la mostr? a Simon Draper, presidente por entonces de la incipiente Virgin Records, adem?s de primo de Branson, a quien convenci? para que apostara por aquel trabajo.
La grabaci?n
Y as? Mike Oldfield comenz? la grabaci?n de la primera parte de su personal sinfon?a musical en noviembre de 1972. Le llev? apenas una semana. En esa primera parte transitaba desde el piano inicial hasta contundentes riffs de guitarra, con tintes pop, folk, rock y sinf?nicos. Toda una mezcolanza de géneros y estilos que derivaron a?os después en ‘paternidades’ de toda coloratura. De Tubular Bells se ha dicho que “era m?sica chill antes de que se hiciera chill”, y de Oldfield que es el “padre del new age”. Hay quien incluso ha llegado a ver en determinadas partes de este disco rasgos de trash metal (que llegar?a a?os después de la mano de Metallica).
Una de las partes m?s originales de Tubular Bells es la intervenci?n del llamado “maestro de ceremonias”, quien presenta los instrumentos uno a uno en esa primera parte del disco. La voz corresponde al m?sico y c?mico Vivian Stanshall, que formaba parte de un grupo llamado Bonzo Dog Doo-Dah Band, y del que se dice que iba bien ‘cargado’ de copas cuando realiz? esta funci?n. Newman recuerda que al principio Stanshall “no acert?” ni uno de los instrumentos a los que ten?a que ir dando paso.
Para la grabaci?n de la segunda parte Branson le permiti? a Oldfield utilizar el estudio en los momentos en que no estuviese ocupado en otras grabaciones, as? que este se enfrasc? en esa parte algo m?s compleja, y que a?n no ten?a completamente definida, e incluy? algunas partes corales, en las que particip? su hermana Sally. La grabaci?n estuvo completa en marzo de 1973. Inicialmente, se eligi? como t?tulo del ?lbum Opus One, aunque Branson, que se empe?aba en que se incluyese alguna canci?n con letra, prefer?a Breakfast in Bed. Pero ni lo uno ni lo otro, la contemplaci?n en el estudio de las campanas tubulares retorcidas a golpes, debido a que para lograr un volumen poderoso Mike las hab?a tenido que golpear con un martillo, decidi? al m?sico a optar por el definitivo Tubular Bells. “Las golpeé después de tomar carrerilla por todo el estudio”, recordaba a?os después el propio m?sico.
Primer disco de Virgin Records
El que se convirti? en primer disco de Mike Oldfield y de Virgin Records se lanz? el 25 de mayo de 1973, con unas expectativas de ventas que Branson hab?a fijado de manera optimista en unas 4.000 copias. La creaci?n de la portada correspondi? a Trevor Key (autor de cubiertas para Peter Gabriel, Phil Collins y New Order, entre otros), que realiz? un montaje fotogr?fico en el que primaba la imagen de unas campanas tubulares con un paisaje brit?nico. El nombre de Mike Oldfield, figura, por petici?n propia, en la parte superior, en letra peque?a, porque no quer?a robar espacio a las que consideraba protagonistas absolutas de su monumento sonoro.
https://uc-4u.com/clip/d25b2490-836b-4083-8090-751c8eb5fc46_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg La portada de 'Tubular Bells' (1973). | Archivo
El ascenso en las listas de éxitos fue lento pero incesante. Hubo dos factores que resultaron determinantes en la expansi?n del ‘boom’ de Tubular Bells. De una lado, que John Peel, locutor en Radio 1 de la BBC, osase pinchar el disco de Oldfield de forma completa, cuando normalmente las emisoras se decantan mayoritariamente por piezas que no llegan a los tres minutos de duraci?n; de otro, su inclusi?n en la banda sonora de El Exorcista, lo que catapult? a la fama a Oldfield, especialmente en Estados Unidos. El ‘bombazo’ que supuso Tubular Bells sorprendi? a todos. Las copias comenzaron a venderse por millones y su permanencia en las listas de ventas brit?nicas se extendi? a 279 semanas consecutivas. Aquello super? al joven artista inglés, que ya para entonces padec?a recurrentes ataques de ansiedad, lo que unido a una extrema timidez lo llev? a huir a una colina de Gales para refugiarse del éxito y de sus consecuencias. Rechazando la repercusi?n de su obra, se neg? sistem?ticamente a conceder entrevistas e incluso rechaz? la propuesta de salir de gira. Donde Branson ve?a millones, Oldfield ve?a una barrera infranqueable. “No quer?a saber nada de Tubular Bells", recuerda hoy. Finalmente, el m?sico accedi? a dar un ?nico concierto en directo que ser?a retransmitido por la BBC.
Resulta complejo cuantificar las ventas totales de Tubular Bells después de 50 a?os incluso para el propio Oldfield. Algunas fuentes las sit?an alrededor de los 20 millones de copias. Sean las que sean, lo cierto es que él podr?a haber sido uno m?s de tantos genios que pasan al olvido por el criterio de un selecto grupo de ‘gur?s’ que ejercen de ‘cancerberos’ en el mercado musical. El virtuoso -y hoy millonario residente en Bahamas- creador de esta obra trascendental e influyente de la m?sica del siglo XX se compara a s? mismo con J. K. Rowling y su obra Harry Potter para definir su caso y el éxito que pueden llegar a alcanzar quienes son considerados a priori como ‘ovejas negras’.
Branson, que comenz? vendiendo discos por correo, posee hoy una fortuna superior a los 3.000 millones de euros y tras viajar a las puertas del espacio en su propia nave ha reconocido que eso s?lo fue posible gracias a las campanas tubulares. Gracias a Mike Oldfield, el joven m?sico que lleg? a no tener ni un penique para comprar algo de comida y del que se puede decir mejor que de ning?n otro que fue ‘salvado por la campana’.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/cultura/50-anos-tubular-bells-obra-87913440)
Sin embargo, esa obra maestra que sali? de la mente de un chico brit?nico de s?lo 17 a?os ha sido definida también como “m?sica celestial”, “una de las piezas b?sicas de la cultura contempor?nea”, o “una excursi?n divina al reino de la m?sica new-age”. Como si de las ondas vibratorias que nacen al golpear una campana tubular se tratase, las definiciones oscilan sin parar hasta situarse en terrenos antag?nicos. Pero si algo define mejor que cualquier otra cosa este trabajo musical es que, después de medio siglo de vida, sigue siendo verdadera y desesperadamente inclasificable.
A?n hoy, al escuchar Tubular Bells uno se encuentra frente a una pieza que resulta extra?a, en algunos aspectos an?rquica, poco convencional y definitivamente ecléctica. Pero hay que situarse en 1973 para tratar de entender lo que supuso su irrupci?n en el panorama musical. Un disco de 49 minutos sin canciones, sin letras, una eclosi?n de creatividad instrumental que brotaba como algo disruptivo en los tiempos en que despegaba el rock progresivo. Hasta 20 instrumentos diferentes, casi todos ellos tocados por el propio compositor: piano, glockenspiel, flageolet, ?rgano farfisa, guitarra eléctrica, guitarra espa?ola, carill?n, bajo, guitarra ac?stica… y las campanas tubulares.
https://uc-4u.com/clip/117f7ffb-a97f-4c2d-8dfd-da2fe72c5d26_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Olfield en la época en que grab? 'Tubular Bells'. | Archivo
En un magnet?fono
Era la propuesta de un joven guitarrista inglés llamado Mike Oldfield, que se hab?a quedado sin trabajo cuando Kevin Mayers decidi? disolver la banda The Whole World. Pero Mayers hizo algo que acab? resultando trascendental en la historia de la m?sica: le regal? a Oldfield un magnet?fono Bang & Olufsen. Con este aparato en sus manos el a?n adolescente Oldfield se dedic? a grabar en una casete una m?sica que rondaba en su cabeza de forma casi permanente. Tras ello, se present? con su demo en varias discogr?ficas, de las que fue convenientemente ignorado, incluso tratado como un bicho raro. EMI, CBS… todos los sellos miraban con desconfianza e incredulidad a aquel completo desconocido que pretend?a grabar una pieza sin cortes y completamente instrumental.
Con una negativa tras otra a sus espaldas, las expectativas de Oldfield se oscurecieron y atraves? un periodo de su vida realmente complicado. Se cuenta que un d?a lleg? a tener que pedir al frutero de su barrio una patata para poder llevarse algo a la boca. Tras los continuos rechazos de los sellos discogr?ficos y unas cuantas penurias, finalmente el guitarrista encontr? trabajo, aunque esta vez obligado a tocar el bajo, en la banda de Arthur Lewis. De la mano de este conoci? The Manor, una mansi?n reconvertida en estudio situada en pleno campo, en Oxfordshire, a las afueras de Londres, y que pertenec?a a un tal Richard Branson. Infatigable en su empe?o de llevar al vinilo sus ideas musicales, Mike Oldfield aprovech? una de las sesiones en aquel estudio para presentarle su cinta demo a Simon Hayworth y Tom Newman, que trabajaban all?. Newman se la mostr? a Simon Draper, presidente por entonces de la incipiente Virgin Records, adem?s de primo de Branson, a quien convenci? para que apostara por aquel trabajo.
La grabaci?n
Y as? Mike Oldfield comenz? la grabaci?n de la primera parte de su personal sinfon?a musical en noviembre de 1972. Le llev? apenas una semana. En esa primera parte transitaba desde el piano inicial hasta contundentes riffs de guitarra, con tintes pop, folk, rock y sinf?nicos. Toda una mezcolanza de géneros y estilos que derivaron a?os después en ‘paternidades’ de toda coloratura. De Tubular Bells se ha dicho que “era m?sica chill antes de que se hiciera chill”, y de Oldfield que es el “padre del new age”. Hay quien incluso ha llegado a ver en determinadas partes de este disco rasgos de trash metal (que llegar?a a?os después de la mano de Metallica).
Una de las partes m?s originales de Tubular Bells es la intervenci?n del llamado “maestro de ceremonias”, quien presenta los instrumentos uno a uno en esa primera parte del disco. La voz corresponde al m?sico y c?mico Vivian Stanshall, que formaba parte de un grupo llamado Bonzo Dog Doo-Dah Band, y del que se dice que iba bien ‘cargado’ de copas cuando realiz? esta funci?n. Newman recuerda que al principio Stanshall “no acert?” ni uno de los instrumentos a los que ten?a que ir dando paso.
Para la grabaci?n de la segunda parte Branson le permiti? a Oldfield utilizar el estudio en los momentos en que no estuviese ocupado en otras grabaciones, as? que este se enfrasc? en esa parte algo m?s compleja, y que a?n no ten?a completamente definida, e incluy? algunas partes corales, en las que particip? su hermana Sally. La grabaci?n estuvo completa en marzo de 1973. Inicialmente, se eligi? como t?tulo del ?lbum Opus One, aunque Branson, que se empe?aba en que se incluyese alguna canci?n con letra, prefer?a Breakfast in Bed. Pero ni lo uno ni lo otro, la contemplaci?n en el estudio de las campanas tubulares retorcidas a golpes, debido a que para lograr un volumen poderoso Mike las hab?a tenido que golpear con un martillo, decidi? al m?sico a optar por el definitivo Tubular Bells. “Las golpeé después de tomar carrerilla por todo el estudio”, recordaba a?os después el propio m?sico.
Primer disco de Virgin Records
El que se convirti? en primer disco de Mike Oldfield y de Virgin Records se lanz? el 25 de mayo de 1973, con unas expectativas de ventas que Branson hab?a fijado de manera optimista en unas 4.000 copias. La creaci?n de la portada correspondi? a Trevor Key (autor de cubiertas para Peter Gabriel, Phil Collins y New Order, entre otros), que realiz? un montaje fotogr?fico en el que primaba la imagen de unas campanas tubulares con un paisaje brit?nico. El nombre de Mike Oldfield, figura, por petici?n propia, en la parte superior, en letra peque?a, porque no quer?a robar espacio a las que consideraba protagonistas absolutas de su monumento sonoro.
https://uc-4u.com/clip/d25b2490-836b-4083-8090-751c8eb5fc46_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg La portada de 'Tubular Bells' (1973). | Archivo
El ascenso en las listas de éxitos fue lento pero incesante. Hubo dos factores que resultaron determinantes en la expansi?n del ‘boom’ de Tubular Bells. De una lado, que John Peel, locutor en Radio 1 de la BBC, osase pinchar el disco de Oldfield de forma completa, cuando normalmente las emisoras se decantan mayoritariamente por piezas que no llegan a los tres minutos de duraci?n; de otro, su inclusi?n en la banda sonora de El Exorcista, lo que catapult? a la fama a Oldfield, especialmente en Estados Unidos. El ‘bombazo’ que supuso Tubular Bells sorprendi? a todos. Las copias comenzaron a venderse por millones y su permanencia en las listas de ventas brit?nicas se extendi? a 279 semanas consecutivas. Aquello super? al joven artista inglés, que ya para entonces padec?a recurrentes ataques de ansiedad, lo que unido a una extrema timidez lo llev? a huir a una colina de Gales para refugiarse del éxito y de sus consecuencias. Rechazando la repercusi?n de su obra, se neg? sistem?ticamente a conceder entrevistas e incluso rechaz? la propuesta de salir de gira. Donde Branson ve?a millones, Oldfield ve?a una barrera infranqueable. “No quer?a saber nada de Tubular Bells", recuerda hoy. Finalmente, el m?sico accedi? a dar un ?nico concierto en directo que ser?a retransmitido por la BBC.
Resulta complejo cuantificar las ventas totales de Tubular Bells después de 50 a?os incluso para el propio Oldfield. Algunas fuentes las sit?an alrededor de los 20 millones de copias. Sean las que sean, lo cierto es que él podr?a haber sido uno m?s de tantos genios que pasan al olvido por el criterio de un selecto grupo de ‘gur?s’ que ejercen de ‘cancerberos’ en el mercado musical. El virtuoso -y hoy millonario residente en Bahamas- creador de esta obra trascendental e influyente de la m?sica del siglo XX se compara a s? mismo con J. K. Rowling y su obra Harry Potter para definir su caso y el éxito que pueden llegar a alcanzar quienes son considerados a priori como ‘ovejas negras’.
Branson, que comenz? vendiendo discos por correo, posee hoy una fortuna superior a los 3.000 millones de euros y tras viajar a las puertas del espacio en su propia nave ha reconocido que eso s?lo fue posible gracias a las campanas tubulares. Gracias a Mike Oldfield, el joven m?sico que lleg? a no tener ni un penique para comprar algo de comida y del que se puede decir mejor que de ning?n otro que fue ‘salvado por la campana’.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/cultura/50-anos-tubular-bells-obra-87913440)