الريــم
05-26-2023, 10:37 AM
Dialogar, pactar y conseguir gobernar en Canarias supone siempre un esfuerzo ?mprobo de equilibrios, contraprestaciones y contenciones. Cada partido intenta maximizar la rentabilidad de sus decisiones –o neutralizar el da?o de las mismas- en todo el tablero pol?tico poselectoral. En los a?os noventa se intentaron repetidamente “pactos en cascada” que involucrasen a Gobierno auton?mico, cabildos y ayuntamientos. Fracasaron. Los l?deres no pudieron disciplinar a sus cargos p?blicos. Pero ahora el control de un cabildo, como el de los principales ayuntamientos de las islas, est? impl?cito en cualquier estrategia para alcanzar el poder auton?mico. Y también -relativamente- viceversa.
Durante varias legislaturas, Coalici?n Canaria mantuvo la centralidad del sistema pol?tico canario. La triple paridad y unas barreras electorales excepcionalmente elevadas –se necesita un 30% del voto en cada circunscripci?n insular o un 6% a nivel regional para entrar en el reparto de diputados– ahormaron una c?mara legislativa con tres ?nicas fuerzas: Coalici?n, PSOE y PP. Esta doble barrera conden? al 20% de los votos emitidos a quedar sin representaci?n y propici? situaciones tan abracadabrantes como que CC, el partido menos votado de los tres, consiguiera el mayor n?mero de esca?os gracias a una presencia m?s regular en todas las islas. La mineralizaci?n de la representaci?n pol?tica tend?a a la perfecci?n. En este marco, los nacionalistas siempre se las arreglaron para ser quien elige socio, suscribiendo pactos de gobierno con socialistas o conservadores. El nuevo régimen electoral ha acabado con este tripartidismo. Adem?s de la introducci?n de la lista regional, las barreras electorales se rebajaron: un 4% en la circunscripci?n regional y un 15% en las insulares. Desde 2019 el Parlamento es m?s plural, con siete partidos con representaci?n.
El objetivo de desalojar a Coalici?n Canaria del poder, después de 26 a?os al frente del Gobierno aut?nomo, llev? a un pacto entre socialistas, nacionalistas de izquierda (Nueva Canarias) y Podemos, apoyados por una escisi?n del PSOE, la Agrupaci?n Socialista Gomera, creada y liderada por Casimiro Curbelo. El antiguo tripartidismo ha sido sustituido por un bibloquismo: PSOE, NC y Podemos, por un lado, y Coalici?n Canaria y el Partido Popular, por otro.
Casimiro Curbelo, con tres diputados obtenidos en la circunscripci?n de La Gomera con poco m?s de 5.000 votos, es el que garantiz? la mayor?a parlamentaria para posibilitar el Gobierno presidido por el socialista ?ngel V?ctor Torres. Las encuestas se?alan un virtual empate entre el centroderecha y el centroizquierda en Canarias. Curbelo resultar? a buen seguro decisivo para articular una mayor?a, con lo que crecer? a?n m?s su extraordinaria influencia en el Ejecutivo. Por ?ltimo, la muy probable entrada de Vox con dos o tres diputados –hasta ahora Vox no ha conseguido ninguna representaci?n en la C?mara, ni en Cabildos o ayuntamientos- puede hacer que la mayor?a parlamentaria f?ctica se quede en 33 diputados. Porque Vox ni votar? a la izquierda ni se unir? a una mayor?a encabezada por una fuerza nacionalista. Vox practicar? en Canarias su habitual filibusterismo parlamentario y dificultar? todo lo posible cualquier consenso.
https://uc-4u.com/clip/1e70f2f3-5827-46c6-b4a0-ba6002447291_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg ?ngel Victor Torres. | EFE
Como en el resto del Estado, en Canarias se ha instalado una pol?tica de bloques que divide a los m?s de 1.720.000 canarios est?n llamados a las urnas en las elecciones locales y auton?micas convocadas para el pr?ximo d?a 28. Las elecciones decidir?n los gobiernos en tres ?mbitos distintos: local, insular y auton?mico, aunque los ciudadanos se encontrar?n con cuatro papeletas en los colegios electorales. El sistema pol?tico, institucional y electoral de Canarias presenta algunos rasgos propios que sin duda explican la complejidad de su din?mica pol?tica, la imperiosa necesidad de equilibrios a menudo malogrados, la obligatoriedad de los pactos y el gusto por la fragmentaci?n tribal, islote?ista y localista. La pol?tica canaria es una selva pululante que no se suele desbrozar con machetes, sino con hojillas de afeitar para cortar arterias ajenas y cambiar de aspecto y de socio en un instante.
Durante largos a?os (entre 1983 y 2019) el Parlamento de Canarias estuvo compuesto por sesenta diputados elegidos por un método conocido como la triple paridad, ocurrente ingenier?a electoral consensuada entre los redactores del Estatuto de Canarias de 1982, que establec?a la isla como circunscripci?n electoral. Canarias carec?a –obviamente -- de cualquier experiencia parlamentaria. Primera paridad: las islas capitalinas – Gran Canaria y Tenerife – ten?an el mismo n?mero de esca?os cada una: quince. Segunda paridad: cada provincia (Tenerife, La Palma, La Gomera y El Hierro por un lado y Gran Canaria, Lanzarote y Fuerteventura por otro) eleg?a 30 diputados. Tercera paridad: las islas no capitalinas sumaban quince esca?os en una y una provincia. En el fondo era un sistema unicameral que armonizaba criterios de representaci?n popular y territorial, con un alto coste de desigualdad para la primera.
La triple paridad qued? afectada, pero no desapareci?, con una reforma electoral cuyos principios se incluyeron en el nuevo Estatuto de Autonom?a de 2018 y que se desarroll? legalmente después. Fuerteventura pas? a tener ocho diputados. Y se instituy? una lista electoral de nueve diputados, votados en todas las islas. Por eso, en los colegios electorales que se abran el d?a 28, los electores votar?n a dos listas al Parlamentos: la de su circunscripci?n insular y la regional. En todo caso la irrupci?n de la lista regional no ha supuesto ni la superaci?n de tentaciones insularistas ni el chantaje de peque?os partidos sobre el Gobierno aut?nomo, como ha ocurrido en esta legislatura con la Agrupaci?n Socialista Gomera, liderada por Casimiro Curbelo, una escisi?n del PSOE.
El juego de cajas chinas de la triple paridad se nutr?a (y se nutre) de dos razones pol?ticas con hondas ra?ces hist?ricas. Una es el pleito insular que durante siglo y medio enfrent? a las burgues?as agroexportadoras de Tenerife y Gran Canaria a través de una insuficiente y frustrada modernizaci?n del pa?s para alcanzar la hegemon?a regional, una hegemon?a no solo tanto en términos exclusivamente econ?micos, sino también como instrumento de relaci?n con Madrid. Gran Canaria y Tenerife deb?an contar, por lo tanto, con la misma representaci?n, al igual que el sumatorio de sus respectivos satélites insulares. Pero, simult?neamente, las islas periféricas desconfiaban de la férula de las islas capitalinas – una desconfianza acentuada en los ?ltimos a?os del siglo XIX y principios del XX -- y su mayor peso demogr?fico, econ?mico y, al cabo pol?tico e ideol?gico.
Fue un abogado de Fuerteventura, Manuel Vel?zquez Cabrera (1863-1916), quien impuls? entre innumerables incomprensiones y menosprecios el proyecto de dotar a cada isla de un ?rgano propio de gesti?n administrativa, para mejorar la administraci?n p?blica, desde luego, pero también para eludir as?, en lo posible, tanto la indiferencia de las islas mayores como la est?pida ignorancia que se acumulaba en los ministerios sobre la realidad insular de Canarias. Otros dos letrados, el lanzarote?o Benito Pérez Armas y el palmero Pedro Pérez D?az, aportaron su influencia y sus propuestas desde sus respectivas islas y responsabilidades. Y finalmente, con la llegada al poder del liberal m?s regeneracionista entre los liberales espa?oles, José Canalejas, se promulg? la conocida como ley de Cabildos Insulares en 1912, cuatro meses antes de que fuera asesinado por un anarquista en la Puerta del Sol.
La ley de Cabildos supuso una transformaci?n estructural en la historia pol?tica y administrativa de Canarias al introducir novedades en la organizaci?n institucional y territorial desde un reconocimiento a las singularidades del archipiélago, aunque existieran antecedentes, por supuesto. Los cabildos elegidos en 1913 rompieron la ley de 1822 que dividi? Espa?a en provincias, y en virtud de la cual Canarias entera qued? integrada en una ?nica entidad provincial con capital en Santa Cruz de Tenerife (las creaci?n y delimitaci?n de dos provincias no llegar?an hasta 1927). Los cabildos fueron reconocidos en la Constituci?n de 1978 y después de varios parches y a?adidos, su actualizaci?n culmin? en la let 8/2015 de Cabildos Insulares.
https://uc-4u.com/clip/da3a9a24-c7d0-4a50-ba84-22b0481f3ed6_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Parque natural de Canarias. | EUROPA PRESS
En la Pen?nsula se suele practicar una equiparaci?n falaz entre cabildos y diputaciones provinciales. Las diputaciones son a menudo entidades administrativas casi residuales. Los cabildos, en cambio, son ?rganos pol?tico-administrativos de gran potencia y han asumido competencias e incrementado sus presupuestos sensiblemente en los ?ltimos treinta a?os. El Cabildo de Tenerife dispone de unos presupuestos que rozan los 948 millones de euros; comparativamente, el de la diputaci?n provincial de Valencia –con un PIB per c?pita superior al de Canarias – apenas llega a los 646 millones. El Cabildo de Gran Canaria, por su parte, gastar? este a?o un total de 847 millones de euros aproximadamente. El Cabildo tinerfe?o tiene alrededor de 1.500 empleados –funcionarios y laborales -- y el de Gran Canaria unos 1.800. Se comprender? la extraordinaria relevancia pol?tica y electoral de unas instituciones que han gozado tradicionalmente de la simpat?a de los ciudadanos isle?os (gastan, invierten y contratan pero no cobran impuestos: se financian casi exclusivamente con transferencias de capital provenientes de la recaudaci?n fiscal del Gobierno aut?nomo) y cuyo control –como el de las capitales insulares -- deviene adem?s indispensable para obtener buenos resultados al Parlamento de Canarias.
Por ?ltimo quedan los ayuntamientos. Canarias tiene una extensi?n terrestre de unos 7.447 kil?metros cuadrados, pero m?s de un 40% son parques naturales y espacios y parajes protegidos. En el otro 60% de asienta la poblaci?n en nada menos que 88 municipios con sus respectivos ayuntamientos y alcaldes, desde P?jara (Fuerteventura) con 383 kil?metros cuadrados a Puerto de la Cruz (Tenerife) con apenas 8,83 kil?metros cuadrados, ambos municipios tur?sticos. Aunque hace décadas que se debate –generalmente en voz muy baja – sobre el exceso injustificable de municipios en Canarias todav?a en 2007 se cre? uno nuevo, el Pinar, en la isla m?s peque?a, El Hierro. El sentido com?n administrativo y territorial indica que ordenar y simplificar el mapa municipal deber?a asumirse como un objetivo estratégico a medio plazo. Pero ninguna fuerza pol?tica est? dispuesta a asumir el desgaste.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/nacional/empate-bloques-gomero-curbelo-nuevo-87908438)
Durante varias legislaturas, Coalici?n Canaria mantuvo la centralidad del sistema pol?tico canario. La triple paridad y unas barreras electorales excepcionalmente elevadas –se necesita un 30% del voto en cada circunscripci?n insular o un 6% a nivel regional para entrar en el reparto de diputados– ahormaron una c?mara legislativa con tres ?nicas fuerzas: Coalici?n, PSOE y PP. Esta doble barrera conden? al 20% de los votos emitidos a quedar sin representaci?n y propici? situaciones tan abracadabrantes como que CC, el partido menos votado de los tres, consiguiera el mayor n?mero de esca?os gracias a una presencia m?s regular en todas las islas. La mineralizaci?n de la representaci?n pol?tica tend?a a la perfecci?n. En este marco, los nacionalistas siempre se las arreglaron para ser quien elige socio, suscribiendo pactos de gobierno con socialistas o conservadores. El nuevo régimen electoral ha acabado con este tripartidismo. Adem?s de la introducci?n de la lista regional, las barreras electorales se rebajaron: un 4% en la circunscripci?n regional y un 15% en las insulares. Desde 2019 el Parlamento es m?s plural, con siete partidos con representaci?n.
El objetivo de desalojar a Coalici?n Canaria del poder, después de 26 a?os al frente del Gobierno aut?nomo, llev? a un pacto entre socialistas, nacionalistas de izquierda (Nueva Canarias) y Podemos, apoyados por una escisi?n del PSOE, la Agrupaci?n Socialista Gomera, creada y liderada por Casimiro Curbelo. El antiguo tripartidismo ha sido sustituido por un bibloquismo: PSOE, NC y Podemos, por un lado, y Coalici?n Canaria y el Partido Popular, por otro.
Casimiro Curbelo, con tres diputados obtenidos en la circunscripci?n de La Gomera con poco m?s de 5.000 votos, es el que garantiz? la mayor?a parlamentaria para posibilitar el Gobierno presidido por el socialista ?ngel V?ctor Torres. Las encuestas se?alan un virtual empate entre el centroderecha y el centroizquierda en Canarias. Curbelo resultar? a buen seguro decisivo para articular una mayor?a, con lo que crecer? a?n m?s su extraordinaria influencia en el Ejecutivo. Por ?ltimo, la muy probable entrada de Vox con dos o tres diputados –hasta ahora Vox no ha conseguido ninguna representaci?n en la C?mara, ni en Cabildos o ayuntamientos- puede hacer que la mayor?a parlamentaria f?ctica se quede en 33 diputados. Porque Vox ni votar? a la izquierda ni se unir? a una mayor?a encabezada por una fuerza nacionalista. Vox practicar? en Canarias su habitual filibusterismo parlamentario y dificultar? todo lo posible cualquier consenso.
https://uc-4u.com/clip/1e70f2f3-5827-46c6-b4a0-ba6002447291_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg ?ngel Victor Torres. | EFE
Como en el resto del Estado, en Canarias se ha instalado una pol?tica de bloques que divide a los m?s de 1.720.000 canarios est?n llamados a las urnas en las elecciones locales y auton?micas convocadas para el pr?ximo d?a 28. Las elecciones decidir?n los gobiernos en tres ?mbitos distintos: local, insular y auton?mico, aunque los ciudadanos se encontrar?n con cuatro papeletas en los colegios electorales. El sistema pol?tico, institucional y electoral de Canarias presenta algunos rasgos propios que sin duda explican la complejidad de su din?mica pol?tica, la imperiosa necesidad de equilibrios a menudo malogrados, la obligatoriedad de los pactos y el gusto por la fragmentaci?n tribal, islote?ista y localista. La pol?tica canaria es una selva pululante que no se suele desbrozar con machetes, sino con hojillas de afeitar para cortar arterias ajenas y cambiar de aspecto y de socio en un instante.
Durante largos a?os (entre 1983 y 2019) el Parlamento de Canarias estuvo compuesto por sesenta diputados elegidos por un método conocido como la triple paridad, ocurrente ingenier?a electoral consensuada entre los redactores del Estatuto de Canarias de 1982, que establec?a la isla como circunscripci?n electoral. Canarias carec?a –obviamente -- de cualquier experiencia parlamentaria. Primera paridad: las islas capitalinas – Gran Canaria y Tenerife – ten?an el mismo n?mero de esca?os cada una: quince. Segunda paridad: cada provincia (Tenerife, La Palma, La Gomera y El Hierro por un lado y Gran Canaria, Lanzarote y Fuerteventura por otro) eleg?a 30 diputados. Tercera paridad: las islas no capitalinas sumaban quince esca?os en una y una provincia. En el fondo era un sistema unicameral que armonizaba criterios de representaci?n popular y territorial, con un alto coste de desigualdad para la primera.
La triple paridad qued? afectada, pero no desapareci?, con una reforma electoral cuyos principios se incluyeron en el nuevo Estatuto de Autonom?a de 2018 y que se desarroll? legalmente después. Fuerteventura pas? a tener ocho diputados. Y se instituy? una lista electoral de nueve diputados, votados en todas las islas. Por eso, en los colegios electorales que se abran el d?a 28, los electores votar?n a dos listas al Parlamentos: la de su circunscripci?n insular y la regional. En todo caso la irrupci?n de la lista regional no ha supuesto ni la superaci?n de tentaciones insularistas ni el chantaje de peque?os partidos sobre el Gobierno aut?nomo, como ha ocurrido en esta legislatura con la Agrupaci?n Socialista Gomera, liderada por Casimiro Curbelo, una escisi?n del PSOE.
El juego de cajas chinas de la triple paridad se nutr?a (y se nutre) de dos razones pol?ticas con hondas ra?ces hist?ricas. Una es el pleito insular que durante siglo y medio enfrent? a las burgues?as agroexportadoras de Tenerife y Gran Canaria a través de una insuficiente y frustrada modernizaci?n del pa?s para alcanzar la hegemon?a regional, una hegemon?a no solo tanto en términos exclusivamente econ?micos, sino también como instrumento de relaci?n con Madrid. Gran Canaria y Tenerife deb?an contar, por lo tanto, con la misma representaci?n, al igual que el sumatorio de sus respectivos satélites insulares. Pero, simult?neamente, las islas periféricas desconfiaban de la férula de las islas capitalinas – una desconfianza acentuada en los ?ltimos a?os del siglo XIX y principios del XX -- y su mayor peso demogr?fico, econ?mico y, al cabo pol?tico e ideol?gico.
Fue un abogado de Fuerteventura, Manuel Vel?zquez Cabrera (1863-1916), quien impuls? entre innumerables incomprensiones y menosprecios el proyecto de dotar a cada isla de un ?rgano propio de gesti?n administrativa, para mejorar la administraci?n p?blica, desde luego, pero también para eludir as?, en lo posible, tanto la indiferencia de las islas mayores como la est?pida ignorancia que se acumulaba en los ministerios sobre la realidad insular de Canarias. Otros dos letrados, el lanzarote?o Benito Pérez Armas y el palmero Pedro Pérez D?az, aportaron su influencia y sus propuestas desde sus respectivas islas y responsabilidades. Y finalmente, con la llegada al poder del liberal m?s regeneracionista entre los liberales espa?oles, José Canalejas, se promulg? la conocida como ley de Cabildos Insulares en 1912, cuatro meses antes de que fuera asesinado por un anarquista en la Puerta del Sol.
La ley de Cabildos supuso una transformaci?n estructural en la historia pol?tica y administrativa de Canarias al introducir novedades en la organizaci?n institucional y territorial desde un reconocimiento a las singularidades del archipiélago, aunque existieran antecedentes, por supuesto. Los cabildos elegidos en 1913 rompieron la ley de 1822 que dividi? Espa?a en provincias, y en virtud de la cual Canarias entera qued? integrada en una ?nica entidad provincial con capital en Santa Cruz de Tenerife (las creaci?n y delimitaci?n de dos provincias no llegar?an hasta 1927). Los cabildos fueron reconocidos en la Constituci?n de 1978 y después de varios parches y a?adidos, su actualizaci?n culmin? en la let 8/2015 de Cabildos Insulares.
https://uc-4u.com/clip/da3a9a24-c7d0-4a50-ba84-22b0481f3ed6_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Parque natural de Canarias. | EUROPA PRESS
En la Pen?nsula se suele practicar una equiparaci?n falaz entre cabildos y diputaciones provinciales. Las diputaciones son a menudo entidades administrativas casi residuales. Los cabildos, en cambio, son ?rganos pol?tico-administrativos de gran potencia y han asumido competencias e incrementado sus presupuestos sensiblemente en los ?ltimos treinta a?os. El Cabildo de Tenerife dispone de unos presupuestos que rozan los 948 millones de euros; comparativamente, el de la diputaci?n provincial de Valencia –con un PIB per c?pita superior al de Canarias – apenas llega a los 646 millones. El Cabildo de Gran Canaria, por su parte, gastar? este a?o un total de 847 millones de euros aproximadamente. El Cabildo tinerfe?o tiene alrededor de 1.500 empleados –funcionarios y laborales -- y el de Gran Canaria unos 1.800. Se comprender? la extraordinaria relevancia pol?tica y electoral de unas instituciones que han gozado tradicionalmente de la simpat?a de los ciudadanos isle?os (gastan, invierten y contratan pero no cobran impuestos: se financian casi exclusivamente con transferencias de capital provenientes de la recaudaci?n fiscal del Gobierno aut?nomo) y cuyo control –como el de las capitales insulares -- deviene adem?s indispensable para obtener buenos resultados al Parlamento de Canarias.
Por ?ltimo quedan los ayuntamientos. Canarias tiene una extensi?n terrestre de unos 7.447 kil?metros cuadrados, pero m?s de un 40% son parques naturales y espacios y parajes protegidos. En el otro 60% de asienta la poblaci?n en nada menos que 88 municipios con sus respectivos ayuntamientos y alcaldes, desde P?jara (Fuerteventura) con 383 kil?metros cuadrados a Puerto de la Cruz (Tenerife) con apenas 8,83 kil?metros cuadrados, ambos municipios tur?sticos. Aunque hace décadas que se debate –generalmente en voz muy baja – sobre el exceso injustificable de municipios en Canarias todav?a en 2007 se cre? uno nuevo, el Pinar, en la isla m?s peque?a, El Hierro. El sentido com?n administrativo y territorial indica que ordenar y simplificar el mapa municipal deber?a asumirse como un objetivo estratégico a medio plazo. Pero ninguna fuerza pol?tica est? dispuesta a asumir el desgaste.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/nacional/empate-bloques-gomero-curbelo-nuevo-87908438)