الريــم
05-24-2023, 11:20 AM
En 'Oriente', este ?ltimo libro de cuentos de Manuel Gutiérrez Arag?n (Torrelavega, Cantabria, 1942), que también es cineasta, abunda una iron?a que cae sobre los personajes con la fuerza de la casualidad: siempre da la impresi?n de que los relatos van a acabar como el rosario de la autora, pero el escritor, que fue, adem?s, el autor de pel?culas como 'Demonios en el jard?n', no deja que caiga el tel?n en el momento en que se ejecuta el desastre sino, por decirlo as?, un minuto antes. As? pues el suspense que mantiene en vilo al lector no remite a las costumbres del cine, de Luis Bu?uel por ejemplo, sino a los c?digos de la narrativa, al estilo del cuentista John Cheever. Es m?s, en uno de los relatos aparece un nadador como aquel que surca piscinas norteamericanas para ir de un lado al otro sin pisar la tierra. Esa evocaci?n tiene aqu?, en Gutiérrez Arag?n, una ra?z autobiogr?fica que no extra?ar?a que marcara todo este libro de relatos que ha sido publicado por Anagrama. La entrevista se hizo en su casa, donde el silencio parece su compa?ero de trabajo. El autor es académico de la Lengua.
Est? en su libro ese ahogado que levanta el brazo y se hunde para siempre. Hay en el libro esa sensaci?n de que, en silencio, todo est? anunciando su final, su derrota.Ese cuento es ver?dico. Un compa?ero de estudios, muy buen matem?tico, de familia humilde, muri? ahogado ante nosotros, y esa es una imagen que me ha perseguido toda la vida. Un amigo muriéndose y yo no he podido hacer nada. Ese brazo en el aire agarr?ndose a la nada. Esa imagen me ha perseguido siempre. Y a lo mejor necesito contarlo para redimir aquella sensaci?n de inutilidad ante la tragedia.
Eso le produjo inseguridad, culpa…Cuando no puedes hacer nada, t? te disculpas, pero siempre te queda un temor. Sabes que, si te hubieras tirado all? a salvarle, lo ?nico que hubiera pasado es que os hubierais muerto los dos. Pero siempre te queda una sensaci?n de culpa. ?Hice todo lo posible?
?Y cu?l es su convivencia con la culpa?Me imagino que después de tantos a?os es llevadera. Por ejemplo, yo nunca me sent? comunista y sin embargo estuve muchos a?os en el Partido Comunista porque pensaba que ten?a que expiar alguna culpa, y yo ten?a que estar all? para ayudar a que viniera la democracia a Espa?a. Pero no ten?a ning?n sentido, yo no ten?a ning?n sentimiento marxista-leninista. ?De qué viene eso? No lo sé.
Hay mucho silencio en el libro. Es m?s, incluso cuando hay sonido, hay silencio. ?C?mo concibe usted ese universo que convierte el libro, siendo de cuentos, en un cuento grande sobre el silencio y sobre la infancia?De eso yo no era consciente. S?lo cuando ordené los cuentos. Cre?a que eran distintos y diversos, que no ten?an que ver uno con otro. Cuando los ordené, me di cuenta de que todos trataban de alguna manera de la palabra. De la palabra y del relato. Y por supuesto, como t? dices, de los silencios. Pero porque los silencios también est?n en la m?sica y est?n en el relato. Pero es cuando me di cuenta de que todos trataban sobre la manera de contar. Pero eso fue después. En realidad, cuando se da clase de cine, por ejemplo, t? no puedes poner todas las leyes cinematogr?ficas para hacer una pel?cula, sino que te das cuenta después si se cumplen o no. Con el relato lo mismo.
En el cine los finales siempre los dejaba un poco suspendidos porque no sé d?nde se pone el punto final, ni por qué. Tengo la sensaci?n de que es algo convencional, de que se nota que la historia podr?a seguir"
Aqu? las historias no se acaban. No hay finales, o acaso est?n pospuestos…El final siempre es convencional. Durante mucho tiempo. Como el final convencional en el cine, a lo que yo me he dedicado toda mi vida. Un chico y una chica se encontraban y se un?an y ah? se acababa. Realmente el drama empieza después, cuando el pr?ncipe y la princesa se casan, tienen que gobernar y convivir juntos y hacer felices o infelices a sus s?bditos y a su familia, concebir. Eso vale igual para todos. Curiosamente ahora la serie es otra cosa: tiene que continuar, no puede terminar con que un chico y una chica se encuentran. Ahora se ha instituido el adulterio para que aquello pueda continuar. En los relatos yo siempre he tenido la sensaci?n abismal de que los acababa porque en alguna parte hab?a que acabarlos. Pero que no, no es que se acababa all?. En el cine los finales siempre los dejaba un poco suspendidos porque yo no sé d?nde se pone el punto final, ni sé por qué se pone un punto final. Tengo la sensaci?n de que eso es convencional, de que se nota que esos finales no son finales, sino que la historia podr?a seguir.
https://uc-4u.com/clip/622f0c49-1d30-4e27-ab29-9b9d2d36dade_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg El escritor y cineasta Manuel Gutiérrez Arag?n. | José Luis Roca
En todas las historias se percibe que algo va a ir mal. Hay como un velo de encaje negro. Una premonici?n permanente de que eso que uno lee luego ser? un drama.Est? bien le?do, porque creo que eso es justamente lo que quiero transmitir. En realidad, no transmites tanto una historia y unos personajes como una sensaci?n. Son sensaciones m?s que hechos.
Y, obviamente, el cine viene representado en alg?n momento por la sensaci?n de que Bu?uel lo est? mirando escribir… Y a veces, en alg?n cuento, aparece en un cine, precisamente, algo as? como el ?ngel exterminador…Yo nunca fui consciente de ser surrealista. Porque al fin y al cabo el surrealismo es un ismo como otro cualquiera, como el realismo o el expresionismo. O sea que ha sido después, reflexionando sobre lo que haces, en lo que miras, cuando otros te dicen que aquello est? te?ido de surrealismo. Pero ante el surrealismo auténtico no te das cuenta de que es surrealista. Por ejemplo, yo nunca pensé en 'El ?ngel exterminador' cuando escrib? 'Opera interrumpida'. Ha sido después cuando me han dicho que esa es una historia como la del ?ngel exterminador, de unos se?ores que no pueden salir de la habitaci?n en la que han sido encerrados. Te juro por lo m?s sagrado que yo no me he dado cuenta. Yo no me hab?a enterado.
Hay un cuento que narra un ensayo de tragedia, una especie de orquesta del Titanic en el Teatro Real. ?Qué le inspir? ese cuento tan lleno de cursis y de poder?Fue escrito durante la pandemia, y fue inspirado por aquella una sensaci?n de oscuridad. Lo que me vino a la mente fue un sitio lleno de ara?as de cristal que de pronto se apagaban, con mucha gente dentro. La sensaci?n que ten?a era de agobio porque hab?a oscuridad. Esa fue la primera imagen. T? sabes que, en general, las grandes historias parten de una frase y de una ?nica frase, como las pel?culas parten de una imagen. As? que la imagen de la que parti? esa historia era la imagen de un sitio con ara?as de cristal que de pronto se queda a oscuras.
Este es un pa?s generoso, por lo menos m?s generoso que otros. Es un pa?s m?s libre. Y es un pa?s de creaci?n. De m?sicos, de escritores, de pintores. No todos ser?n Goya o Lorca. Pero es un sitio de creaci?n"
Este pa?s est? muy presente en este libro. ?C?mo ve usted este pa?s ahora?Yo no lo veo de una manera tan negativa como lo ven los periodistas y los cr?ticos de la cultura. Yo no lo veo tan mal. La verdad es que este es un pa?s donde las cosas han ido muy mal y se han ido revelando poco a poco. Siempre tenemos una sensaci?n de estar en el filo del abismo, que es seguramente lo que pasa en los relatos. Siempre hay la sensaci?n de que esto un d?a se acaba, que esto no va a ser para siempre. Pero esta es una sociedad m?s libre que lo que fue durante siglos. M?s libre que, por ejemplo, lo que puede ser la sociedad anglosajona, m?s libre de lo que puede ser la sociedad americana y con un sentido de generosidad realmente notable en cuanto a que se acoge a los emigrantes, sobre todo latinoamericanos, con una solidaridad... Es un pa?s generoso, por lo menos m?s generoso que otros. Es un pa?s m?s libre. Y es un pa?s de creaci?n. De m?sicos, de escritores, de pintores. No todos ser?n Goya o Lorca. Pero es un sitio de creaci?n.
Aqu? hay sexo, grandes masturbadores, alegor?as al cine y a los cuentos de la madre o de la abuela. ?Cu?l es la inspiraci?n que ha tenido para contar ficci?n?Lo fui inventando poco a poco yo solo. Si es verdad que ten?a una abuela, que era la narradora de los cuentos. Mi madre también narraba cuentos. Pero yo me ejercité en el arte narrativo invent?ndome yo mismo los cuentos. Entonces vi el enorme placer que daba contar, porque ve?a la cara que pon?an mis primos. Y ah? comprend? que cuando contaba sobre todo una cosa dram?tica y tr?gica, yo sufr?a mucho. Y obten?a un grand?simo placer de ver el sufrimiento de ellos. Me ejercitaba y volv?a sobre los mismos personajes, alargaba una situaci?n que casi siempre era dram?tica. As? comprend? el placer de contar. Ten en cuenta que las historias que contaba mi abuela para m? eran muy ex?ticas, porque mi abuela, la cubana de nacimiento, contaba muchas historias de Cuba. As? que cuando llegué a Cuba por primera vez era como llegar a casa de la abuela. Para m? no era otro pa?s, sino que ol?a como mi abuela. Se com?an las cosas que me daba mi abuela y sobre todo se hablaba como mi abuela. El acento de Fidel Castro era el de mi abuela. Era como volver a una casa antigua, que era la puerta narrativa que ella me abri? para que mi hiciera escritor.Hay dos personajes en usted, o dos personas, o dos artistas. Uno es el de la ficci?n, que est? en el cine, por ejemplo. Pero est? la narrativa, que es otra historia. La narrativa no es exactamente la ficci?n. ?Cu?les son los deberes de la ficci?n para usted? ?Y cu?les los de la narrativa?Bueno, yo también creo que hay una honestidad en la narrativa. No podr?a explicarlo muy bien, seguramente t? mejor, pero yo en seguida me doy cuenta cuando un narrador est? siendo honesto con lo que est? contando, aunque sea de ambici?n. Y cuando un narrador es deshonesto, también me doy cuenta enseguida. No voy a decir los nombres de los deshonestos, aunque me preguntes, ni bajo tortura. Pero yo noto enseguida los directores y a los escritores que son deshonestos. Y entonces el libro ya no me gusta, porque, aunque sea una ficci?n, el narrador tiene que ser honrado con lo que cuenta. El tema no puede estar cambiando las reglas de la narraci?n seg?n él quiere, o seg?n se aburre o lo que sea.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/cultura/entrevista-manuel-gutierrez-aragon-cineasta-escritor-87803520)
Est? en su libro ese ahogado que levanta el brazo y se hunde para siempre. Hay en el libro esa sensaci?n de que, en silencio, todo est? anunciando su final, su derrota.Ese cuento es ver?dico. Un compa?ero de estudios, muy buen matem?tico, de familia humilde, muri? ahogado ante nosotros, y esa es una imagen que me ha perseguido toda la vida. Un amigo muriéndose y yo no he podido hacer nada. Ese brazo en el aire agarr?ndose a la nada. Esa imagen me ha perseguido siempre. Y a lo mejor necesito contarlo para redimir aquella sensaci?n de inutilidad ante la tragedia.
Eso le produjo inseguridad, culpa…Cuando no puedes hacer nada, t? te disculpas, pero siempre te queda un temor. Sabes que, si te hubieras tirado all? a salvarle, lo ?nico que hubiera pasado es que os hubierais muerto los dos. Pero siempre te queda una sensaci?n de culpa. ?Hice todo lo posible?
?Y cu?l es su convivencia con la culpa?Me imagino que después de tantos a?os es llevadera. Por ejemplo, yo nunca me sent? comunista y sin embargo estuve muchos a?os en el Partido Comunista porque pensaba que ten?a que expiar alguna culpa, y yo ten?a que estar all? para ayudar a que viniera la democracia a Espa?a. Pero no ten?a ning?n sentido, yo no ten?a ning?n sentimiento marxista-leninista. ?De qué viene eso? No lo sé.
Hay mucho silencio en el libro. Es m?s, incluso cuando hay sonido, hay silencio. ?C?mo concibe usted ese universo que convierte el libro, siendo de cuentos, en un cuento grande sobre el silencio y sobre la infancia?De eso yo no era consciente. S?lo cuando ordené los cuentos. Cre?a que eran distintos y diversos, que no ten?an que ver uno con otro. Cuando los ordené, me di cuenta de que todos trataban de alguna manera de la palabra. De la palabra y del relato. Y por supuesto, como t? dices, de los silencios. Pero porque los silencios también est?n en la m?sica y est?n en el relato. Pero es cuando me di cuenta de que todos trataban sobre la manera de contar. Pero eso fue después. En realidad, cuando se da clase de cine, por ejemplo, t? no puedes poner todas las leyes cinematogr?ficas para hacer una pel?cula, sino que te das cuenta después si se cumplen o no. Con el relato lo mismo.
En el cine los finales siempre los dejaba un poco suspendidos porque no sé d?nde se pone el punto final, ni por qué. Tengo la sensaci?n de que es algo convencional, de que se nota que la historia podr?a seguir"
Aqu? las historias no se acaban. No hay finales, o acaso est?n pospuestos…El final siempre es convencional. Durante mucho tiempo. Como el final convencional en el cine, a lo que yo me he dedicado toda mi vida. Un chico y una chica se encontraban y se un?an y ah? se acababa. Realmente el drama empieza después, cuando el pr?ncipe y la princesa se casan, tienen que gobernar y convivir juntos y hacer felices o infelices a sus s?bditos y a su familia, concebir. Eso vale igual para todos. Curiosamente ahora la serie es otra cosa: tiene que continuar, no puede terminar con que un chico y una chica se encuentran. Ahora se ha instituido el adulterio para que aquello pueda continuar. En los relatos yo siempre he tenido la sensaci?n abismal de que los acababa porque en alguna parte hab?a que acabarlos. Pero que no, no es que se acababa all?. En el cine los finales siempre los dejaba un poco suspendidos porque yo no sé d?nde se pone el punto final, ni sé por qué se pone un punto final. Tengo la sensaci?n de que eso es convencional, de que se nota que esos finales no son finales, sino que la historia podr?a seguir.
https://uc-4u.com/clip/622f0c49-1d30-4e27-ab29-9b9d2d36dade_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg El escritor y cineasta Manuel Gutiérrez Arag?n. | José Luis Roca
En todas las historias se percibe que algo va a ir mal. Hay como un velo de encaje negro. Una premonici?n permanente de que eso que uno lee luego ser? un drama.Est? bien le?do, porque creo que eso es justamente lo que quiero transmitir. En realidad, no transmites tanto una historia y unos personajes como una sensaci?n. Son sensaciones m?s que hechos.
Y, obviamente, el cine viene representado en alg?n momento por la sensaci?n de que Bu?uel lo est? mirando escribir… Y a veces, en alg?n cuento, aparece en un cine, precisamente, algo as? como el ?ngel exterminador…Yo nunca fui consciente de ser surrealista. Porque al fin y al cabo el surrealismo es un ismo como otro cualquiera, como el realismo o el expresionismo. O sea que ha sido después, reflexionando sobre lo que haces, en lo que miras, cuando otros te dicen que aquello est? te?ido de surrealismo. Pero ante el surrealismo auténtico no te das cuenta de que es surrealista. Por ejemplo, yo nunca pensé en 'El ?ngel exterminador' cuando escrib? 'Opera interrumpida'. Ha sido después cuando me han dicho que esa es una historia como la del ?ngel exterminador, de unos se?ores que no pueden salir de la habitaci?n en la que han sido encerrados. Te juro por lo m?s sagrado que yo no me he dado cuenta. Yo no me hab?a enterado.
Hay un cuento que narra un ensayo de tragedia, una especie de orquesta del Titanic en el Teatro Real. ?Qué le inspir? ese cuento tan lleno de cursis y de poder?Fue escrito durante la pandemia, y fue inspirado por aquella una sensaci?n de oscuridad. Lo que me vino a la mente fue un sitio lleno de ara?as de cristal que de pronto se apagaban, con mucha gente dentro. La sensaci?n que ten?a era de agobio porque hab?a oscuridad. Esa fue la primera imagen. T? sabes que, en general, las grandes historias parten de una frase y de una ?nica frase, como las pel?culas parten de una imagen. As? que la imagen de la que parti? esa historia era la imagen de un sitio con ara?as de cristal que de pronto se queda a oscuras.
Este es un pa?s generoso, por lo menos m?s generoso que otros. Es un pa?s m?s libre. Y es un pa?s de creaci?n. De m?sicos, de escritores, de pintores. No todos ser?n Goya o Lorca. Pero es un sitio de creaci?n"
Este pa?s est? muy presente en este libro. ?C?mo ve usted este pa?s ahora?Yo no lo veo de una manera tan negativa como lo ven los periodistas y los cr?ticos de la cultura. Yo no lo veo tan mal. La verdad es que este es un pa?s donde las cosas han ido muy mal y se han ido revelando poco a poco. Siempre tenemos una sensaci?n de estar en el filo del abismo, que es seguramente lo que pasa en los relatos. Siempre hay la sensaci?n de que esto un d?a se acaba, que esto no va a ser para siempre. Pero esta es una sociedad m?s libre que lo que fue durante siglos. M?s libre que, por ejemplo, lo que puede ser la sociedad anglosajona, m?s libre de lo que puede ser la sociedad americana y con un sentido de generosidad realmente notable en cuanto a que se acoge a los emigrantes, sobre todo latinoamericanos, con una solidaridad... Es un pa?s generoso, por lo menos m?s generoso que otros. Es un pa?s m?s libre. Y es un pa?s de creaci?n. De m?sicos, de escritores, de pintores. No todos ser?n Goya o Lorca. Pero es un sitio de creaci?n.
Aqu? hay sexo, grandes masturbadores, alegor?as al cine y a los cuentos de la madre o de la abuela. ?Cu?l es la inspiraci?n que ha tenido para contar ficci?n?Lo fui inventando poco a poco yo solo. Si es verdad que ten?a una abuela, que era la narradora de los cuentos. Mi madre también narraba cuentos. Pero yo me ejercité en el arte narrativo invent?ndome yo mismo los cuentos. Entonces vi el enorme placer que daba contar, porque ve?a la cara que pon?an mis primos. Y ah? comprend? que cuando contaba sobre todo una cosa dram?tica y tr?gica, yo sufr?a mucho. Y obten?a un grand?simo placer de ver el sufrimiento de ellos. Me ejercitaba y volv?a sobre los mismos personajes, alargaba una situaci?n que casi siempre era dram?tica. As? comprend? el placer de contar. Ten en cuenta que las historias que contaba mi abuela para m? eran muy ex?ticas, porque mi abuela, la cubana de nacimiento, contaba muchas historias de Cuba. As? que cuando llegué a Cuba por primera vez era como llegar a casa de la abuela. Para m? no era otro pa?s, sino que ol?a como mi abuela. Se com?an las cosas que me daba mi abuela y sobre todo se hablaba como mi abuela. El acento de Fidel Castro era el de mi abuela. Era como volver a una casa antigua, que era la puerta narrativa que ella me abri? para que mi hiciera escritor.Hay dos personajes en usted, o dos personas, o dos artistas. Uno es el de la ficci?n, que est? en el cine, por ejemplo. Pero est? la narrativa, que es otra historia. La narrativa no es exactamente la ficci?n. ?Cu?les son los deberes de la ficci?n para usted? ?Y cu?les los de la narrativa?Bueno, yo también creo que hay una honestidad en la narrativa. No podr?a explicarlo muy bien, seguramente t? mejor, pero yo en seguida me doy cuenta cuando un narrador est? siendo honesto con lo que est? contando, aunque sea de ambici?n. Y cuando un narrador es deshonesto, también me doy cuenta enseguida. No voy a decir los nombres de los deshonestos, aunque me preguntes, ni bajo tortura. Pero yo noto enseguida los directores y a los escritores que son deshonestos. Y entonces el libro ya no me gusta, porque, aunque sea una ficci?n, el narrador tiene que ser honrado con lo que cuenta. El tema no puede estar cambiando las reglas de la narraci?n seg?n él quiere, o seg?n se aburre o lo que sea.
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