الريــم
05-07-2023, 11:14 PM
En los a?os 90 la zona de Moncasi, conocida como el Rollo, era las noches del fin de semana especialmente un hervidero de j?venes que sal?an de fiesta por la veintena de locales que le valieron la calificaci?n municipal de «saturada». Los cubatas baratos fueron un im?n también para bandas y tribus de la época aumentando también la criminalidad. Hasta tres muertes violentas en seis a?os. Los vecinos, hartos, estallaron con un asesinato que sorprendi? tanto por la forma como por la raz?n del mismo. Fue el conocido como el crimen del samurai llevado a cabo en 1994 por el joven José Millos. Fue condenado a 10 a?os de c?rcel.
La muerte violenta de Francisco Javier de la Rubia se produjo un s?bado 10 de diciembre. Era de noche. A la altura del popular Puente de Los Gitanos, entre las calles san Juan de la Cruz con Juan Pablo Bonet coincidieron v?ctima y homicida a bordo de sus veh?culos. En el Fiat Tipo iba José Millos, de la misma edad que el finado, quien llam? la atenci?n de Francisco Javier que llevaba un Peugeot 205. Ah? intercambiaron una serie de movimientos zigzagueantes y juegos de luces antes de que el primero saliera de su coche y fuera a hablar con este a través de la ventanilla, momento en el que recibi? una bofetada.
Pero no acab? el incidente ah?. Volvieron a interceptarse en la calle Moncasi, donde los implicados se intercambiaron varios insultos. En ese momento, Millos sac? una katana de 28 cent?metros que ten?a debajo del asiento y sali? del turismo encamin?ndose hacia el joven que result? fallecido. Se le abalanz? sorpresivamente.
No estaban aquel momento solos, pues en el interior de los respectivos turismos iban las novias de Millos y Francisco Javier, as? como un par de amigos. Uno de este ?ltimo, de 16 a?os, sali? para apoyar a su colega, llegando incluso a ponerse frente al agresor, quien le dio un corte en la cadera en un movimiento brusco.
En el coraz?n
En el transcurso de la pelea, el agresor volvi? a esgrimir el sable samurai y acab? clav?ndoselo en el coraz?n. La v?ctima llevaba una barra anti-robo en una de sus manos. Ah? se desvaneci? en medio de un gran charco de sangre.
La cercan?a de uno de los pubs nocturnos no evit? el tr?gico desenlace. Un portero de una de estas discotecas no dud? ni un segundo en montar a la v?ctima en el Peugeot y salir a toda velocidad hacia el hospital universitario Miguel Servet de Zaragoza. Ingres? cad?ver. En paralelo se trasladaron hasta el lugar varias patrullas de la Polic?a Local y Nacional. En el escenario del crimen se encontraron al joven Millos, quien no mostr? resistencia, se autoinculp? de lo sucedido y entreg? la katana.
La muerte de Francisco Javier gener? gran conmoci?n en toda Zaragoza y muy especialmente en Moncasi, cuyos vecinos pidieron m?s presencia policial y el cierre de algunos bares. Casualmente el joven trabajaba como camarero en un negocio familiar, la Pe?a los Pinchos, en la calle Nuestra Se?ora del Agua. Esa noche hab?a salido de fiesta, después de trabajar, con su novia y otra pareja de amigos. Doli? especialmente en el mundo del boxeo, pues en el negocio familiar se programaban combates algunos fines de semana, as? como en el equipo de f?tbol los Pinchos, que militaba en el grupo primero de la tercera divisi?n de f?tbol laboral, donde ocupaba la defensa o el medio campo.
Pero, ?cu?l fue la versi?n que dio Millos? Este explic? al magistrado del Juzgado de Instrucci?n n?mero 1 de Zaragoza, que fue el encargado de dirigir las pesquisas, que fue agredido por varias personas, que le tiraron las gafas y que «apenas ve?a». «Sal? del coche a defenderme de los que me atacaban», apunt?.
El asesino guardaba el sable que le regal? su expareja en el coche, ya que su madre quer?a tir?rselo a la basura
El sable de 28 cent?metros de hoja y cinco de anchura era, hasta el momento de su utilizaci?n, un arma de coleccionismo. Millos asegur?, ya en el juicio celebrado en la Audiencia Provincial de Zaragoza, que era un regalo que le hab?a hecho una antigua novia y que lo llevaba en el coche porque su madre le amenazaba con tir?rselo a la basura. Sus amigos no sab?an de su existencia.
Millos era en el momento del crimen cintur?n marr?n de Taekwondo. El d?a del juicio compareci? su profesor, que explic? ese tipo de sable no se usa en esa especialidad, afirmando: «En la calle solo lo he visto en las pel?culas de Ninjas, yo tengo uno para decorar». A?adi? que era un joven «tranquilo, al que nunca hab?a visto discutir». Es m?s, a?adi? que entre las modalidades de esta especialidad deportiva el asesino «nunca quer?a hacer contactos con nadie porque no le gustaba y adem?s en Taekwondo no se puede combatir con gafas».
Durante la vista oral comparecieron cuatro médicos legales y una psic?loga. Estos se?alaron que el procesado no ten?a indicios de ninguna enfermedad mental, aunque s? a?adieron que el joven presentaba rasgos de inmadurez y que ten?a problemas en sus relaciones sociales.
José Millos fue condenado a 10 a?os de prisi?n de los 13 que solicitaban la Fiscal?a y la abogada de la familia del fallecido, Cristina Ruiz-Galbe, teniendo en cuenta el C?digo Penal (https://www.elperiodicodearagon.com/tags/codigo-penal/) de entonces. La defensa, a cargo del letrado Luis Moros, apuntaba a la absoluci?n por entender que se le pod?a explicar la eximente de la leg?tima defensa y de forma alternativa la pena de 6 meses de privaci?n de libertad por un homicidio imprudente en el que concurrir?an las eximentes de leg?tima defensa, trastorno mental transitorio y miedo insuperable, y la atenuante muy cualificada de arrepentimiento espont?neo.
De hecho, las declaraciones de Millos fueron por esa l?nea. Explic? que sinti? la sensaci?n de «miedo por la persecuci?n y agobio al verle con una barra de hierro». «Cog? la katana y empecé a mover el brazo de un lado a otro, acomet? a una persona y se lo clavé sin saber d?nde».
El tribunal provincial que le conden? rechaz? ese argumento y reprendi? al acusado el uso de un sable por ser «desproporcionado», ya que «solo recibi? de la v?ctima una bofetada» que, en opini?n del ponente del fallo, constituye una provocaci?n para iniciar una pelea m?s que una provocaci?n seria y grave. No acept? tampoco que Millos se sintiera arrepentido porque, aunque no mostr? resistencia en el arresto, tergivers? los hechos en sede judicial. Ahora est? en la calle y no ha vuelto a reincidir.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/sucesos/millos-joven-acabo-pique-trafico-87029821)
La muerte violenta de Francisco Javier de la Rubia se produjo un s?bado 10 de diciembre. Era de noche. A la altura del popular Puente de Los Gitanos, entre las calles san Juan de la Cruz con Juan Pablo Bonet coincidieron v?ctima y homicida a bordo de sus veh?culos. En el Fiat Tipo iba José Millos, de la misma edad que el finado, quien llam? la atenci?n de Francisco Javier que llevaba un Peugeot 205. Ah? intercambiaron una serie de movimientos zigzagueantes y juegos de luces antes de que el primero saliera de su coche y fuera a hablar con este a través de la ventanilla, momento en el que recibi? una bofetada.
Pero no acab? el incidente ah?. Volvieron a interceptarse en la calle Moncasi, donde los implicados se intercambiaron varios insultos. En ese momento, Millos sac? una katana de 28 cent?metros que ten?a debajo del asiento y sali? del turismo encamin?ndose hacia el joven que result? fallecido. Se le abalanz? sorpresivamente.
No estaban aquel momento solos, pues en el interior de los respectivos turismos iban las novias de Millos y Francisco Javier, as? como un par de amigos. Uno de este ?ltimo, de 16 a?os, sali? para apoyar a su colega, llegando incluso a ponerse frente al agresor, quien le dio un corte en la cadera en un movimiento brusco.
En el coraz?n
En el transcurso de la pelea, el agresor volvi? a esgrimir el sable samurai y acab? clav?ndoselo en el coraz?n. La v?ctima llevaba una barra anti-robo en una de sus manos. Ah? se desvaneci? en medio de un gran charco de sangre.
La cercan?a de uno de los pubs nocturnos no evit? el tr?gico desenlace. Un portero de una de estas discotecas no dud? ni un segundo en montar a la v?ctima en el Peugeot y salir a toda velocidad hacia el hospital universitario Miguel Servet de Zaragoza. Ingres? cad?ver. En paralelo se trasladaron hasta el lugar varias patrullas de la Polic?a Local y Nacional. En el escenario del crimen se encontraron al joven Millos, quien no mostr? resistencia, se autoinculp? de lo sucedido y entreg? la katana.
La muerte de Francisco Javier gener? gran conmoci?n en toda Zaragoza y muy especialmente en Moncasi, cuyos vecinos pidieron m?s presencia policial y el cierre de algunos bares. Casualmente el joven trabajaba como camarero en un negocio familiar, la Pe?a los Pinchos, en la calle Nuestra Se?ora del Agua. Esa noche hab?a salido de fiesta, después de trabajar, con su novia y otra pareja de amigos. Doli? especialmente en el mundo del boxeo, pues en el negocio familiar se programaban combates algunos fines de semana, as? como en el equipo de f?tbol los Pinchos, que militaba en el grupo primero de la tercera divisi?n de f?tbol laboral, donde ocupaba la defensa o el medio campo.
Pero, ?cu?l fue la versi?n que dio Millos? Este explic? al magistrado del Juzgado de Instrucci?n n?mero 1 de Zaragoza, que fue el encargado de dirigir las pesquisas, que fue agredido por varias personas, que le tiraron las gafas y que «apenas ve?a». «Sal? del coche a defenderme de los que me atacaban», apunt?.
El asesino guardaba el sable que le regal? su expareja en el coche, ya que su madre quer?a tir?rselo a la basura
El sable de 28 cent?metros de hoja y cinco de anchura era, hasta el momento de su utilizaci?n, un arma de coleccionismo. Millos asegur?, ya en el juicio celebrado en la Audiencia Provincial de Zaragoza, que era un regalo que le hab?a hecho una antigua novia y que lo llevaba en el coche porque su madre le amenazaba con tir?rselo a la basura. Sus amigos no sab?an de su existencia.
Millos era en el momento del crimen cintur?n marr?n de Taekwondo. El d?a del juicio compareci? su profesor, que explic? ese tipo de sable no se usa en esa especialidad, afirmando: «En la calle solo lo he visto en las pel?culas de Ninjas, yo tengo uno para decorar». A?adi? que era un joven «tranquilo, al que nunca hab?a visto discutir». Es m?s, a?adi? que entre las modalidades de esta especialidad deportiva el asesino «nunca quer?a hacer contactos con nadie porque no le gustaba y adem?s en Taekwondo no se puede combatir con gafas».
Durante la vista oral comparecieron cuatro médicos legales y una psic?loga. Estos se?alaron que el procesado no ten?a indicios de ninguna enfermedad mental, aunque s? a?adieron que el joven presentaba rasgos de inmadurez y que ten?a problemas en sus relaciones sociales.
José Millos fue condenado a 10 a?os de prisi?n de los 13 que solicitaban la Fiscal?a y la abogada de la familia del fallecido, Cristina Ruiz-Galbe, teniendo en cuenta el C?digo Penal (https://www.elperiodicodearagon.com/tags/codigo-penal/) de entonces. La defensa, a cargo del letrado Luis Moros, apuntaba a la absoluci?n por entender que se le pod?a explicar la eximente de la leg?tima defensa y de forma alternativa la pena de 6 meses de privaci?n de libertad por un homicidio imprudente en el que concurrir?an las eximentes de leg?tima defensa, trastorno mental transitorio y miedo insuperable, y la atenuante muy cualificada de arrepentimiento espont?neo.
De hecho, las declaraciones de Millos fueron por esa l?nea. Explic? que sinti? la sensaci?n de «miedo por la persecuci?n y agobio al verle con una barra de hierro». «Cog? la katana y empecé a mover el brazo de un lado a otro, acomet? a una persona y se lo clavé sin saber d?nde».
El tribunal provincial que le conden? rechaz? ese argumento y reprendi? al acusado el uso de un sable por ser «desproporcionado», ya que «solo recibi? de la v?ctima una bofetada» que, en opini?n del ponente del fallo, constituye una provocaci?n para iniciar una pelea m?s que una provocaci?n seria y grave. No acept? tampoco que Millos se sintiera arrepentido porque, aunque no mostr? resistencia en el arresto, tergivers? los hechos en sede judicial. Ahora est? en la calle y no ha vuelto a reincidir.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/sucesos/millos-joven-acabo-pique-trafico-87029821)