الريــم
05-07-2023, 03:09 PM
Est? a?n a la espera de respuesta del Gobierno de la Comunidad de Madrid una petici?n formulada en el oto?o pasado para que se declare Bien de Interés Cultural el madrile?o Arco de la Victoria, el monumento franquista que declara a la Ciudad Universitaria fruto de la “munifitientia regia condita” repuesta por Franco –“ab hispaniarum duce restaurata”-, como pueden leer en su frontis quienes entran a la ciudad por Moncloa.
La petici?n, impulsada por un abogado hijo del alcalde franquista que reform? Benidorm, est? suscrita por la Asociaci?n por la Reconciliaci?n y la Verdad Hist?rica, una en la pléyade de plataformas que orbitan a la Fundaci?n Nacional Francisco Franco y que en Madrid han ido brotando desde el ya a?ejo movimiento ‘El Valle No Se Toca’, que en 2018 intent? parar el plan del Gobierno para sacar a Franco de Cuelgamuros.
En otra punta de la ciudad, en el cementerio de la Almudena, otro a?o m?s este 14 de abril los descendientes de represaliados por el franquismo han tenido que colocar una lona con los 2.936 nombres de quienes fueron all? fusilados. En tiempos de la alcaldesa de izquierdas Manuela Carmena, esos nombres figuraban en placas de granito en un monumento, pero las mand? quitar, recién constituido, el ayuntamiento que preside hoy con apoyo de Vox el alcalde popular José Luis Mart?nez-Almeida.
https://www.uc-4u.com/clip/6b261a82-679f-4a0e-acb7-26536e8b8488_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Arco de la Victoria de Madrid. A la entrada de la ciudad, recuerda el triunfo de Franco en la Guerra Civil y la reconstrucci?n de la Ciudad Universitaria previamente destruida por sus tropas. | DAVID CASTRO
Las placas se guardan en un dep?sito municipal de aperos. En su lugar, el consistorio mand? poner otra losa general, sin nombres y dedicada a “todos los madrile?os que entre 1936 y 1944 sufrieron la violencia por razones pol?ticas, ideol?gicas o por sus creencias religiosas”. O sea, una plasmaci?n de la teor?a que, en materia de Memoria, defiende el PP de Madrid: si hay homenaje, que sea para todos por igual y juntos.
“As? se envuelve y se tapa lo que pas?, y se implanta la pu?etera equidistancia”, protesta Isidro Jara, sobrino de Valeriano Jara L?pez, panadero republicano de nombre borrado, a quien fusilaron el 24 de junio de 1939. Isidro se indigna recordando la frase final de la carta de capilla que en su ?ltima madrugada dej? escrita su t?o: “Afusilan a un inocente”.
Lugar de torturas
Esa petici?n de protecci?n del Arco de la Victoria la mantiene sin responder el gobierno de Isabel D?az Ayuso en el mismo edificio de la Puerta del Sol que es su sede, y que en el franquismo lo fue de la Direcci?n General de Seguridad. La Asociaci?n para la Recuperaci?n de la Memoria Hist?rica (ARMH) ha pedido esta semana que se se?ale con una placa, un letrero que cuente “que fue centro de detenci?n ilegal y tortura”.
Y esto, tan solo una semana después de que unos cientos de falangistas, brazo en alto, protestaran a la puerta del Sacramental de San Isidro, el cementerio al que han ido a parar los restos de José Antonio Primo de Rivera. Su ?ltima tumba lleva su nombre desde este pasado viernes, que acudi? un artesano a cincelarlo en el m?rmol. No han pasado 15 d?as y el emplazamiento ya aparece en el Google Maps.
En un Madrid rompeolas de memorias, la exigencia de la ARMH de se?alar el edificio del reloj de la Puerta del Sol parece un peque?o acto de resistencia. Este, p?blico; los hay m?s secretos: el ayuntamiento quit? los nombres de fusilados de La Almudena, pero estos a?n siguen en el monumento. Est?n en un pendrive; y este metido en un tubo de acero; y este incrustado en uno de los robles de bronce de la decoraci?n.
Dos l?neas
Mientras hace la maleta para acudir este fin de semana a un homenaje a los cautivos espa?oles de Mauthausen, Emilio Silva, coordinador de la ARMH, conversa con este diario sobre la contracultura derechista en materia de Memoria. Y no suscribe la hip?tesis de una ofensiva: “No me creo que a la derecha espa?ola le moleste tanto esta ley: ni obliga a devolver lo confiscado por el franquismo, ni censa a los verdugos ni se?ala el papel de la Iglesia en la represi?n”.
Discrepa Isidro Jara: “En los niveles altos de la pol?tica pueden mostrar indiferencia, pero en los escalones bajos son muy beligerantes: véase la cantidad de monumentos de la Memoria vandalizados”.
https://www.uc-4u.com/clip/54991141-6394-4d6b-a277-2add191e4dce_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Isidro Jara, sobrino de un fusilado por el franquismo, ante el monumento del cementerio de La Almudena resignificado por el Ayuntamiento de Madrid a base de quitar los nombres de 2.936 ejecutados. |
Las fuentes consultadas describen dos actitudes de los gobiernos conservadores ante la Memoria. Est? la confrontaci?n, y est? la l?nea de dejar hacer, pero imponiendo placas que agrupan a los dos bandos de la contienda civil, o no sufragando ni tramitando exhumaciones de fusilados. “Lo de juntar a los muertos conecta totalmente con el esp?ritu del Valle de los Ca?dos, y lo de entorpecer no haciendo nada lo he visto mucho en ayuntamientos de la derecha”, relata el veterano coordinador del Grupo para la Recuperaci?n de la Memoria Hist?rica de la Comunidad Valenciana, Mat?as Alonso, quien lo resume as?: “Es la pol?tica del ni una mala palabra y ni una buena acci?n”.
Precedente Feij?o
De la oposici?n, guerra cultural o contramemoria en Madrid se pasa a la quietud en Galicia. “Aqu? no hay plan, ni se le espera”, abrevia desde Lugo Carmen Garc?a Rodejo, portavoz de la ARMH de Galicia.
En un territorio que fue retaguardia, esta agrupaci?n investiga en cementerios, pues no hubo frentes. Pero busca a falta de un mapa auton?mico de fosas, y sin departamento de Memoria Democr?tica a la que acudir. “No hay proyecto, ni direcci?n general, ni inventario, ni plan de monumentos… ni siquiera hay debate en el parlamento”, lamenta esta docente de instituto jubilada, que se meti? en este voluntariado cuando percibi? el efecto del silencio, c?mo “aun siendo profesora de Historia, yo misma ten?a un desconocimiento terrible”.
En Galicia quedan cerca de 500 fosas sin descubrir, y con unos 5.000 desaparecidos, pero insiste Garc?a Rodejo en lo provisional de la cifra “pues no hay censo ni forma de inventariarlos”.
Tampoco hay presupuesto auton?mico. Y ese “no hay" es emblema de la cadencia con que la Xunta ha afrontado en tiempos de Alberto N??ez Feij?o, pero también en los actuales de Alfonso Rueda, las peticiones de las familias que buscan a un pariente asesinado. S?lo ha habido un reconocimiento, simb?lico y en el Parlamento, a los gallegos deportados a Mauthausen.
Carmen Garc?a s? ve extenderse, paralela a esta inacci?n, una l?nea revisionista, de contracultura, en torno a “los dos principales bulos sobre la II Rep?blica: que hab?a una gran violencia, que era una rep?blica violenta, y que, por tanto, el golpe de Estado del 36 fue un mal necesario”.
El marasmo castellano
En el alfoz de Salamanca anda buscando la Asociaci?n Memoria Justicia los restos de, entre otros asesinados, Atilano Coco, el pastor protestante amigo de Unamuno al que el 9 de diciembre de 1936 sacaron de la c?rcel sin que se supiera m?s de él.
Quiz? su cuerpo termin? en uno de los sacos que fueron rellenando los obreros cuando roturaron los cerros del paraje de Gargabete, a cinco kil?metros de la ciudad. “Nos contaron que cuando hac?an los trabajos aparec?an huesos y, como no sab?an qué hacer con ellos, los met?an donde pod?an”, relata Luisa Vicente, la presidenta de la entidad salmantina.
O puede que a Atilano Coco lo tirotearan y enterraran con otros que corrieron su misma suerte en el monte de La Orbada, en la raya de Zamora, hacia donde vuelven a apuntar pistas llegadas a la asociaci?n. En cualquier caso la pesquisa en archivos y encinares no contar? con dinero de la Junta de Castilla y Le?n.
Confirma Vicente que en su comunidad, “bajo el influjo de Vox”, el gobierno popular de Alfonso Fern?ndez Ma?ueco no apoya a la Memoria Democr?tica. La actividad memorialista auton?mica atraviesa un marasmo, mientras el PP le da vueltas a una “ley de Concordia” con la que sustituir al vigente y congelado Decreto de Memoria. No se termina de redactar el nuevo texto, para exasperaci?n de Vox que, en medios de su ?rbita, se queja de que sus socios andan “mareando la perdiz”.
https://www.uc-4u.com/clip/e061d8a9-40b8-4738-bbac-381efd4fdac7_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Luisa Vicente, presidenta de la Asociaci?n Salamanca Memoria Justicia, ante la placa con los nombres de los fusilados en la ciudad castellana. | JOS? LUIS ROCA
“Aqu? estamos acostumbrados a trabajar con nuestros medios o con ayuda del Estado”, explica Luisa Vicente. En su asociaci?n, esos medios propios son bien poco, los 20 euros al a?o que ponen 90 socios. Pero ocurre que Salamanca es una excepci?n. “El Ayuntamiento s? colabora, y con mucho respeto y sensibilidad”, cuenta Vicente.
Salamanca, all? donde, en pleno ba?o de sangre del 36, se enfureci? y deprimi? Unamuno al comprobar su ?ltima equivocaci?n pol?tica, tiene hoy un consistorio del PP. El primer acto en el que se dej? ver el alcalde, Carlos Manuel Garc?a Carbayo, al poco de tomar posesi?n fue un homenaje a periodistas represaliados. El ?ltimo acto al que acudi? el hoy presidente Ma?ueco cuando era el anterior alcalde fue un recuerdo a los fusilados en la tapia del cementerio.
Huesos sin nombre
En el Instituto de Investigaci?n biomédica de la Universidad de Granada se acumulan m?s de 1.000 claves de muestras de ADN a la espera de cotejamiento. Entre ellas, quiz? las pruebas de que cierto esqueleto es el de Blas Infante, padre del andalucismo, o de Horacio Hermoso, alcalde de Sevilla, as? como los rastros genéticos de 2.000 fusilados que llenaron la fosa com?n de Pico Rejas, en el cementerio sevillano de San Fernando, una enorme tumba que primero fue para indigentes y termin? llenando de ejecutados el general Queipo de Llano.
Las claves genéticas, extra?das de pedazos de fémur de 10 cent?metros, se apelotonan en un embudo presupuestario, fondos que no llegan de la Junta de Andaluc?a. Antonio Manuel Mateos, vicepresidente de la Coordinadora Andaluza de Memoria Hist?rica, lo tilda de “par?n espectacular” que “primero tuvo el influjo de Vox y ahora tiene solo la decisi?n del PP”.
https://www.uc-4u.com/clip/9df72591-69c0-4586-bd44-2c2f1879a86c_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Forenses de la asociaci?n Aranzadi examinan uno de los cad?veres rescatados en la fosa de Pico Rejas, en el cementerio de San Fernando de Sevilla. | EUROPA PRESS
Cuenta este activista, bisnieto de un campesino de El Coronil fusilado en 1936 y de una viuda expropiada de todo nueve a?os después, que en Andaluc?a los trabajos de Memoria avanzan con fondos estatales, “pero la autorizaci?n para una intervenci?n depende de la Junta”. Y cuando no es el gobierno de Juan Manuel Moreno Bonilla el que detiene una exhumaci?n, “es un ayuntamiento del PP el que echa el freno”.
Se refiere, por ejemplo, a C?rdoba, donde una intervenci?n en la fosa de fusilados del Cementerio de la Salud se dilata sometida a “recursos surrealistas”.
Es el resultado de la desaparici?n en toda Andaluc?a de las oficinas de Atenci?n a las V?ctimas de la dictadura que hab?a en las delegaciones provinciales de la Junta, y de la sustituci?n de la Direcci?n General de la Memoria por un Comisariado para la Concordia.
En Sevilla se acaba de cumplir medio a?o de la exhumaci?n de Queipo de su tumba de honor en la bas?lica de la Macarena, pero eso fue a instancias del Estado: mientras, se caen sin mantenimiento los carteles que la junta socialista coloc? en escenarios de tragedias del franquismo, como el Canal de los Presos del bajo Guadalquivir. Nuevas localizaciones de puntos de memoria “las tenemos anotadas en el papel -explica Antonio Manuel Mateos- pero no acaban en un inventario oficial de la Junta”.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/nacional/entidades-memorialistas-denuncian-paron-territorios-87014377)
La petici?n, impulsada por un abogado hijo del alcalde franquista que reform? Benidorm, est? suscrita por la Asociaci?n por la Reconciliaci?n y la Verdad Hist?rica, una en la pléyade de plataformas que orbitan a la Fundaci?n Nacional Francisco Franco y que en Madrid han ido brotando desde el ya a?ejo movimiento ‘El Valle No Se Toca’, que en 2018 intent? parar el plan del Gobierno para sacar a Franco de Cuelgamuros.
En otra punta de la ciudad, en el cementerio de la Almudena, otro a?o m?s este 14 de abril los descendientes de represaliados por el franquismo han tenido que colocar una lona con los 2.936 nombres de quienes fueron all? fusilados. En tiempos de la alcaldesa de izquierdas Manuela Carmena, esos nombres figuraban en placas de granito en un monumento, pero las mand? quitar, recién constituido, el ayuntamiento que preside hoy con apoyo de Vox el alcalde popular José Luis Mart?nez-Almeida.
https://www.uc-4u.com/clip/6b261a82-679f-4a0e-acb7-26536e8b8488_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Arco de la Victoria de Madrid. A la entrada de la ciudad, recuerda el triunfo de Franco en la Guerra Civil y la reconstrucci?n de la Ciudad Universitaria previamente destruida por sus tropas. | DAVID CASTRO
Las placas se guardan en un dep?sito municipal de aperos. En su lugar, el consistorio mand? poner otra losa general, sin nombres y dedicada a “todos los madrile?os que entre 1936 y 1944 sufrieron la violencia por razones pol?ticas, ideol?gicas o por sus creencias religiosas”. O sea, una plasmaci?n de la teor?a que, en materia de Memoria, defiende el PP de Madrid: si hay homenaje, que sea para todos por igual y juntos.
“As? se envuelve y se tapa lo que pas?, y se implanta la pu?etera equidistancia”, protesta Isidro Jara, sobrino de Valeriano Jara L?pez, panadero republicano de nombre borrado, a quien fusilaron el 24 de junio de 1939. Isidro se indigna recordando la frase final de la carta de capilla que en su ?ltima madrugada dej? escrita su t?o: “Afusilan a un inocente”.
Lugar de torturas
Esa petici?n de protecci?n del Arco de la Victoria la mantiene sin responder el gobierno de Isabel D?az Ayuso en el mismo edificio de la Puerta del Sol que es su sede, y que en el franquismo lo fue de la Direcci?n General de Seguridad. La Asociaci?n para la Recuperaci?n de la Memoria Hist?rica (ARMH) ha pedido esta semana que se se?ale con una placa, un letrero que cuente “que fue centro de detenci?n ilegal y tortura”.
Y esto, tan solo una semana después de que unos cientos de falangistas, brazo en alto, protestaran a la puerta del Sacramental de San Isidro, el cementerio al que han ido a parar los restos de José Antonio Primo de Rivera. Su ?ltima tumba lleva su nombre desde este pasado viernes, que acudi? un artesano a cincelarlo en el m?rmol. No han pasado 15 d?as y el emplazamiento ya aparece en el Google Maps.
En un Madrid rompeolas de memorias, la exigencia de la ARMH de se?alar el edificio del reloj de la Puerta del Sol parece un peque?o acto de resistencia. Este, p?blico; los hay m?s secretos: el ayuntamiento quit? los nombres de fusilados de La Almudena, pero estos a?n siguen en el monumento. Est?n en un pendrive; y este metido en un tubo de acero; y este incrustado en uno de los robles de bronce de la decoraci?n.
Dos l?neas
Mientras hace la maleta para acudir este fin de semana a un homenaje a los cautivos espa?oles de Mauthausen, Emilio Silva, coordinador de la ARMH, conversa con este diario sobre la contracultura derechista en materia de Memoria. Y no suscribe la hip?tesis de una ofensiva: “No me creo que a la derecha espa?ola le moleste tanto esta ley: ni obliga a devolver lo confiscado por el franquismo, ni censa a los verdugos ni se?ala el papel de la Iglesia en la represi?n”.
Discrepa Isidro Jara: “En los niveles altos de la pol?tica pueden mostrar indiferencia, pero en los escalones bajos son muy beligerantes: véase la cantidad de monumentos de la Memoria vandalizados”.
https://www.uc-4u.com/clip/54991141-6394-4d6b-a277-2add191e4dce_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Isidro Jara, sobrino de un fusilado por el franquismo, ante el monumento del cementerio de La Almudena resignificado por el Ayuntamiento de Madrid a base de quitar los nombres de 2.936 ejecutados. |
Las fuentes consultadas describen dos actitudes de los gobiernos conservadores ante la Memoria. Est? la confrontaci?n, y est? la l?nea de dejar hacer, pero imponiendo placas que agrupan a los dos bandos de la contienda civil, o no sufragando ni tramitando exhumaciones de fusilados. “Lo de juntar a los muertos conecta totalmente con el esp?ritu del Valle de los Ca?dos, y lo de entorpecer no haciendo nada lo he visto mucho en ayuntamientos de la derecha”, relata el veterano coordinador del Grupo para la Recuperaci?n de la Memoria Hist?rica de la Comunidad Valenciana, Mat?as Alonso, quien lo resume as?: “Es la pol?tica del ni una mala palabra y ni una buena acci?n”.
Precedente Feij?o
De la oposici?n, guerra cultural o contramemoria en Madrid se pasa a la quietud en Galicia. “Aqu? no hay plan, ni se le espera”, abrevia desde Lugo Carmen Garc?a Rodejo, portavoz de la ARMH de Galicia.
En un territorio que fue retaguardia, esta agrupaci?n investiga en cementerios, pues no hubo frentes. Pero busca a falta de un mapa auton?mico de fosas, y sin departamento de Memoria Democr?tica a la que acudir. “No hay proyecto, ni direcci?n general, ni inventario, ni plan de monumentos… ni siquiera hay debate en el parlamento”, lamenta esta docente de instituto jubilada, que se meti? en este voluntariado cuando percibi? el efecto del silencio, c?mo “aun siendo profesora de Historia, yo misma ten?a un desconocimiento terrible”.
En Galicia quedan cerca de 500 fosas sin descubrir, y con unos 5.000 desaparecidos, pero insiste Garc?a Rodejo en lo provisional de la cifra “pues no hay censo ni forma de inventariarlos”.
Tampoco hay presupuesto auton?mico. Y ese “no hay" es emblema de la cadencia con que la Xunta ha afrontado en tiempos de Alberto N??ez Feij?o, pero también en los actuales de Alfonso Rueda, las peticiones de las familias que buscan a un pariente asesinado. S?lo ha habido un reconocimiento, simb?lico y en el Parlamento, a los gallegos deportados a Mauthausen.
Carmen Garc?a s? ve extenderse, paralela a esta inacci?n, una l?nea revisionista, de contracultura, en torno a “los dos principales bulos sobre la II Rep?blica: que hab?a una gran violencia, que era una rep?blica violenta, y que, por tanto, el golpe de Estado del 36 fue un mal necesario”.
El marasmo castellano
En el alfoz de Salamanca anda buscando la Asociaci?n Memoria Justicia los restos de, entre otros asesinados, Atilano Coco, el pastor protestante amigo de Unamuno al que el 9 de diciembre de 1936 sacaron de la c?rcel sin que se supiera m?s de él.
Quiz? su cuerpo termin? en uno de los sacos que fueron rellenando los obreros cuando roturaron los cerros del paraje de Gargabete, a cinco kil?metros de la ciudad. “Nos contaron que cuando hac?an los trabajos aparec?an huesos y, como no sab?an qué hacer con ellos, los met?an donde pod?an”, relata Luisa Vicente, la presidenta de la entidad salmantina.
O puede que a Atilano Coco lo tirotearan y enterraran con otros que corrieron su misma suerte en el monte de La Orbada, en la raya de Zamora, hacia donde vuelven a apuntar pistas llegadas a la asociaci?n. En cualquier caso la pesquisa en archivos y encinares no contar? con dinero de la Junta de Castilla y Le?n.
Confirma Vicente que en su comunidad, “bajo el influjo de Vox”, el gobierno popular de Alfonso Fern?ndez Ma?ueco no apoya a la Memoria Democr?tica. La actividad memorialista auton?mica atraviesa un marasmo, mientras el PP le da vueltas a una “ley de Concordia” con la que sustituir al vigente y congelado Decreto de Memoria. No se termina de redactar el nuevo texto, para exasperaci?n de Vox que, en medios de su ?rbita, se queja de que sus socios andan “mareando la perdiz”.
https://www.uc-4u.com/clip/e061d8a9-40b8-4738-bbac-381efd4fdac7_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Luisa Vicente, presidenta de la Asociaci?n Salamanca Memoria Justicia, ante la placa con los nombres de los fusilados en la ciudad castellana. | JOS? LUIS ROCA
“Aqu? estamos acostumbrados a trabajar con nuestros medios o con ayuda del Estado”, explica Luisa Vicente. En su asociaci?n, esos medios propios son bien poco, los 20 euros al a?o que ponen 90 socios. Pero ocurre que Salamanca es una excepci?n. “El Ayuntamiento s? colabora, y con mucho respeto y sensibilidad”, cuenta Vicente.
Salamanca, all? donde, en pleno ba?o de sangre del 36, se enfureci? y deprimi? Unamuno al comprobar su ?ltima equivocaci?n pol?tica, tiene hoy un consistorio del PP. El primer acto en el que se dej? ver el alcalde, Carlos Manuel Garc?a Carbayo, al poco de tomar posesi?n fue un homenaje a periodistas represaliados. El ?ltimo acto al que acudi? el hoy presidente Ma?ueco cuando era el anterior alcalde fue un recuerdo a los fusilados en la tapia del cementerio.
Huesos sin nombre
En el Instituto de Investigaci?n biomédica de la Universidad de Granada se acumulan m?s de 1.000 claves de muestras de ADN a la espera de cotejamiento. Entre ellas, quiz? las pruebas de que cierto esqueleto es el de Blas Infante, padre del andalucismo, o de Horacio Hermoso, alcalde de Sevilla, as? como los rastros genéticos de 2.000 fusilados que llenaron la fosa com?n de Pico Rejas, en el cementerio sevillano de San Fernando, una enorme tumba que primero fue para indigentes y termin? llenando de ejecutados el general Queipo de Llano.
Las claves genéticas, extra?das de pedazos de fémur de 10 cent?metros, se apelotonan en un embudo presupuestario, fondos que no llegan de la Junta de Andaluc?a. Antonio Manuel Mateos, vicepresidente de la Coordinadora Andaluza de Memoria Hist?rica, lo tilda de “par?n espectacular” que “primero tuvo el influjo de Vox y ahora tiene solo la decisi?n del PP”.
https://www.uc-4u.com/clip/9df72591-69c0-4586-bd44-2c2f1879a86c_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Forenses de la asociaci?n Aranzadi examinan uno de los cad?veres rescatados en la fosa de Pico Rejas, en el cementerio de San Fernando de Sevilla. | EUROPA PRESS
Cuenta este activista, bisnieto de un campesino de El Coronil fusilado en 1936 y de una viuda expropiada de todo nueve a?os después, que en Andaluc?a los trabajos de Memoria avanzan con fondos estatales, “pero la autorizaci?n para una intervenci?n depende de la Junta”. Y cuando no es el gobierno de Juan Manuel Moreno Bonilla el que detiene una exhumaci?n, “es un ayuntamiento del PP el que echa el freno”.
Se refiere, por ejemplo, a C?rdoba, donde una intervenci?n en la fosa de fusilados del Cementerio de la Salud se dilata sometida a “recursos surrealistas”.
Es el resultado de la desaparici?n en toda Andaluc?a de las oficinas de Atenci?n a las V?ctimas de la dictadura que hab?a en las delegaciones provinciales de la Junta, y de la sustituci?n de la Direcci?n General de la Memoria por un Comisariado para la Concordia.
En Sevilla se acaba de cumplir medio a?o de la exhumaci?n de Queipo de su tumba de honor en la bas?lica de la Macarena, pero eso fue a instancias del Estado: mientras, se caen sin mantenimiento los carteles que la junta socialista coloc? en escenarios de tragedias del franquismo, como el Canal de los Presos del bajo Guadalquivir. Nuevas localizaciones de puntos de memoria “las tenemos anotadas en el papel -explica Antonio Manuel Mateos- pero no acaban en un inventario oficial de la Junta”.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/nacional/entidades-memorialistas-denuncian-paron-territorios-87014377)