الريــم
04-29-2023, 08:51 AM
27 de mayo del a?o 2000. S?bado. En el poblado Las Castellanas (San Fernando de Henares) los ni?os corretean, juegan, ya han terminado de comer. Los mayores se dividen; unos trabajan, -los m?s, buscando chatarra que luego tienen que mal vender-, algunos reposan el almuerzo y otros acuden al cementerio de La Almudena. Es el cumplea?os de Marcelino Vega, fallecido un par de a?os antes, con 21 a?os, en un accidente de tr?fico en una autopista cercana, la A2. Viajaba en el asiento trasero de un coche que se estrell? a 200 kil?metros por hora en la carretera de Barcelona.
Entre el grupito de ni?os del poblado, todos primos, se encuentra el peque?o Jonathan, (Llonatan, con dos eles, dir?a su prima). Tiene dos a?os y ocho meses, es hijo de Rosa, -el mediano de tres-, tiene los ojos azul intenso y el pelo "de punta, despeina?". Le llaman Yoni, aunque su abuela le apoda Chucky, "como el de la pel?cula". Marcelino es su padre, el cr?o ten?a solo unos meses cuando él muri?.
"Vamos al Pryca, compramos unas chuches y hacemos unas fotos en el fotomat?n". El ni?o, que no ha ido al cementerio, camina feliz junto a su t?a. La alerta saltar?a poco después, a las cuatro de la tarde, cuando la joven, al recoger las fotos que se hab?a hecho, mira a los ni?os: Yoni no est?. "?Yony!". No aparece. Agarr? al resto de ni?os -iban tres m?s- y recorri? el hipermercado. Sali?, entr?; entr? y sali?. No hab?a rastro del ni?o. Se instal? el horror.
https://uc-4u.com/clip/8d4d8232-48c5-4e2e-a546-5dcc2f20f9bd_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Nada m?s saltar la alerta, un dispositivo formado por familiares y agentes de la Polic?a Nacional batieron los alrededores. | CASO ABIERTO
La primera batida la inici? el clan. Recorrieron el interior y los aleda?os del Pryca. Recorrieron el camino de vuelta al poblado una y otra vez. Los minutos se hicieron horas, nadie durmi?. La Polic?a Nacional se sumar?a esa misma noche, tras interponer la denuncia por desaparici?n. Los bomberos llegar?an a la ma?ana siguiente. Peinaron el r?o Jarama, el Henares, por la orilla y en lancha. Se sumaron perros de rastreo. Nada llevaba a él. Los investigadores descartaron la posibilidad de que el ni?o se perdiera s?lo y quedara atrapado bajo los juncos de la ribera del Jarama, o por los escombros de las obras de la M-45. "A mi Chuky se lo han llevado", lloraba Inmaculada, la abuela. Su madre, Rosa, impactada, en shock y rota, se limitaba a asentir.
Los informativos abrieron al d?a siguiente con el secuestro de un ni?o, a plena luz del d?a, en un centro comercial. A la b?squeda se sumaron familiares del menor llegados desde un sinf?n de puntos de Espa?a, rastrearon d?a y noche. Sin cese, sin descanso, pero Jonathan no apareci?.
"Rubio y con los ojos azules..., a mi Yony se lo llevaron porque no daba de gitano"
"Por favor, que nos lo devuelva quien se lo haya llevado", rogaba Rosa. Se volvi? al punto de inicio, el centro comercial. Se revisaron las c?maras de seguridad, no aportaron nada. Una mujer que estaba el s?bado por all? dijo haber visto a un hombre alto, moreno, que le daba al ni?o una bolsa de caramelos y lo sub?a a una atracci?n infantil. Después, asegurar?a, vio como "se lo llev? cogido de la mano hacia la cafeter?a". Se?al? que este se tom? una cerveza, y el ni?o se march? con él.
"Rubio y con los ojos azules..., a mi Yony se lo llevaron porque no daba de gitano", lloraba su abuela, "alguien se encari?? y se lo llev?". Mientras, rogaba que no se dejara de buscar. El encargado de la investigaci?n prometi? que el caso ser?a prioritario.
Se activ? la alerta en Interpol. Junto a su foto, su descripci?n: "ojos azules, cabellos rubios, un metro de altura, 25 kilos de peso, dientes de leche, viste mono de pana azul". La familia de Yoni empapel? Madrid con su foto y un n?mero de teléfono: no dej? de sonar.
Una mujer asegur? haber visto c?mo un hombre dio al ni?o una bolsa de caramelos y lo subi? a una atracci?n infantil. Luego, se lo llev?
"Puede haber ocurrido cualquier cosa, incluso que esté retenido o secuestrado", afirmaba el jefe de la investigaci?n. "Esperamos que aparezca en cualquier momento. Y seguro que la colaboraci?n ciudadana ser? fundamental". Las im?genes del ni?o se difundieron por medio mundo.
En casa del cr?o, un chamizo, sin puertas, dos habitaciones y la nevera vac?a, el teléfono enlazaba una llamada con otra. Casi todas eran vac?as, sin datos certeros. La polic?a analiz? m?s de cincuenta. Algunas daban fuerza, ?nimo, aliento; otras -muchas- eran de periodistas.
Hubo varias, crueles, de personas que fing?an ser sus secuestradores. Al principio, solo ofrec?an silencio. Sin mensaje, se o?a solo una respiraci?n. Se alternaron con las de un hombre, con voz "muy ronca", que aseguraba tener al muchacho. No ped?a nada, no dec?a m?s.
Luego lleg? otra, que inclu?a llantos de un ni?o. La polic?a identific? al emisor. Era una mujer con problemas psicol?gicos. Los lloros eran de un mu?eco que pon?a al lado del teléfono para que lo escucharan bien.
El secuestro
Sobre la mesa, varias hip?tesis. Ninguna buena. La idea del secuestro comenz? a hacerse fuerte en la familia, y nada descartable a juicio policial. Uno de los m?viles que pusieron sobre la mesa fue un enfrentamiento entre clanes. Los investigadores interrogaron a cientos de personas. El delegado del Gobierno por aquel entonces, Francisco Javier Ansu?tegui, incluso se reuni? con los patriarcas de las familias gitanas de Madrid. Juraron no saber nada de la criatura, juraron que el ni?o no estaba en manos de ning?n clan.
Sobre la mesa también se dibuj? el m?vil econ?mico. La familia del ni?o coment? en su c?rculo que ten?a que cobrar una indemnizaci?n millonaria por la muerte de Marcelino, 25 millones. Era factible, pero pas? el tiempo y nadie pidi? nada. Se descart?.
La familia cobr? el dinero, seg?n anunciaron los Vega Barrull, pero fue menos, unos 14 millones. La madre del ni?o ofreci? parte de este (7 millones) como recompensa si alguien les ayudaba a dar con el menor. El resto lo invirti? en una furgoneta, en carteles. Serigrafi? la cara del ni?o, los teléfonos y se lanz? a la carretera. Recorri? con ella toda Espa?a, y parte de Francia y Portugal buscando a su hijo.
"Tengo 21 a?os y estaré buscando a mi hijo aunque tenga que caminar todas las carreteras usando una garrota", prometi? su madre.
Se impuso el silencio. El dolor, la angustia. "alguien lo tiene escondido y s?lo lo quiere para él", lloraba Rosa, su madre. "Tengo 21 a?os y estaré buscando a mi hijo, aunque tenga que caminar todas las carreteras, usando una garrota", prometi?. So?aba con el reencuentro, con que el secuestrador rectificara. No lleg?.
Las horas sin Yoni se convirtieron en d?as; los d?as en meses... Justo seis, cuando por la televisi?n, la familia del ni?o escuch? una ?ltima hora en el Caso Jonathan. La vida en el poblado se paraliz?: un camionero hab?a hallado unos restos ?seos a un kil?metro y medio del centro comercial. Hablaban de la posibilidad de que fuera Yoni. Era él.
https://uc-4u.com/clip/f090b488-d44b-44e5-a0be-21a24192e6bb_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg A la izquierda, miembros de Polic?a Nacional junto a los restos del peque?o (EFE); a la derecha, Rosa Barrull en el entierro de su hijo (Telemadrid). |
En un pinar
A un kil?metro de su poblado, y a kil?metro y medio del Pryca. El tramo, te?ricamente batido, correspond?a a las obras de construcci?n de la M-45 de Madrid. Un camionero se baj? del veh?culo para inspeccionar el terreno d?nde iba a descargar tierra procedente de las obras. Fue cuando hall? los restos.
"Nada m?s ver que era un cr?neo muy peque?o, como de ni?o, me vino a la cabeza el caso de Jonathan, que yo sab?a que hab?a desaparecido muy cerca de aqu?", explicar?a a los agentes cuando llegaron al punto exacto tras su llamada.
Estos revisaron la zona, hab?a m?s. A unos 20 metros aparecieron las zapatillas con un dibujo de Piol?n y el peto color azul que llevaba el ni?o aquel fat?dico s?bado. "?Mi Chucky!, grit? la abuela. Les pidieron esperar al resultado de la prueba de ADN. Tomaron muestras a Rosa e Inmaculada, madre y abuela, los dos rostros de la b?squeda, del dolor; a los hermanos y a un t?o de Yoni. Certificaron que era él.
Una semana después, el Juzgado n?mero 2 de Coslada comunicaba a la familia el positivo. Rosa, la madre del ni?o, fue trasladada al hospital La Princesa, se rompi? por completo, entrar?a en shock.
https://uc-4u.com/clip/6b0f5c9a-26c8-409d-972c-6c868a662ad5_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Jonathan no hab?a cumplidos los tres a?os, su familia nunca supo quién o c?mo muri?. | CASO ABIERTO
"Queremos saber"
?Se bati? antes ese tramo? ?Esos restos siempre estuvieron all?? Un vecino, que recog?a esp?rragos con frecuencia por la zona, afirm? que nunca vio nada. Tampoco se hab?a percatado el due?o de la finca, que permiti? el vertido para nivelar el terreno.
Dos teor?as mandaban: que ese punto nunca se hubiera mirado, y el ni?o hubiera andado un kil?metro y medio, se perdiera por un laberinto de caminos y deambulara durante horas hasta morir solo all?. O bien que alguien lo hubiera matado y hubiera trasladado sus restos hasta la zona. La confusi?n domin? el caso y las pruebas cient?ficas no arrojaron luz. El an?lisis de los escasos restos hallados -el cr?neo, varias costillas, una vértebra y un hueso de un brazo-, tras meses de estudio, concluy? que era imposible determinar la causa del fallecimiento.
El entierro, discreto, aglutin? a los familiares m?s cercanos. "Queremos saber", dec?an. Qué, quién, c?mo, por qué. Ojo por ojo... Apelaban a la ley del Tali?n. Yoni fue enterrado en un peque?o ata?d blanco, con remaches en bronce. Sus hermanos -Adolfo, de cuatro a?os, y Carmen, de dos- fueron al entierro. La polic?a nunca cerr? la investigaci?n.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/sucesos/jonathan-vega-crimen-nino-sin-resolver-86652272)
Entre el grupito de ni?os del poblado, todos primos, se encuentra el peque?o Jonathan, (Llonatan, con dos eles, dir?a su prima). Tiene dos a?os y ocho meses, es hijo de Rosa, -el mediano de tres-, tiene los ojos azul intenso y el pelo "de punta, despeina?". Le llaman Yoni, aunque su abuela le apoda Chucky, "como el de la pel?cula". Marcelino es su padre, el cr?o ten?a solo unos meses cuando él muri?.
"Vamos al Pryca, compramos unas chuches y hacemos unas fotos en el fotomat?n". El ni?o, que no ha ido al cementerio, camina feliz junto a su t?a. La alerta saltar?a poco después, a las cuatro de la tarde, cuando la joven, al recoger las fotos que se hab?a hecho, mira a los ni?os: Yoni no est?. "?Yony!". No aparece. Agarr? al resto de ni?os -iban tres m?s- y recorri? el hipermercado. Sali?, entr?; entr? y sali?. No hab?a rastro del ni?o. Se instal? el horror.
https://uc-4u.com/clip/8d4d8232-48c5-4e2e-a546-5dcc2f20f9bd_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Nada m?s saltar la alerta, un dispositivo formado por familiares y agentes de la Polic?a Nacional batieron los alrededores. | CASO ABIERTO
La primera batida la inici? el clan. Recorrieron el interior y los aleda?os del Pryca. Recorrieron el camino de vuelta al poblado una y otra vez. Los minutos se hicieron horas, nadie durmi?. La Polic?a Nacional se sumar?a esa misma noche, tras interponer la denuncia por desaparici?n. Los bomberos llegar?an a la ma?ana siguiente. Peinaron el r?o Jarama, el Henares, por la orilla y en lancha. Se sumaron perros de rastreo. Nada llevaba a él. Los investigadores descartaron la posibilidad de que el ni?o se perdiera s?lo y quedara atrapado bajo los juncos de la ribera del Jarama, o por los escombros de las obras de la M-45. "A mi Chuky se lo han llevado", lloraba Inmaculada, la abuela. Su madre, Rosa, impactada, en shock y rota, se limitaba a asentir.
Los informativos abrieron al d?a siguiente con el secuestro de un ni?o, a plena luz del d?a, en un centro comercial. A la b?squeda se sumaron familiares del menor llegados desde un sinf?n de puntos de Espa?a, rastrearon d?a y noche. Sin cese, sin descanso, pero Jonathan no apareci?.
"Rubio y con los ojos azules..., a mi Yony se lo llevaron porque no daba de gitano"
"Por favor, que nos lo devuelva quien se lo haya llevado", rogaba Rosa. Se volvi? al punto de inicio, el centro comercial. Se revisaron las c?maras de seguridad, no aportaron nada. Una mujer que estaba el s?bado por all? dijo haber visto a un hombre alto, moreno, que le daba al ni?o una bolsa de caramelos y lo sub?a a una atracci?n infantil. Después, asegurar?a, vio como "se lo llev? cogido de la mano hacia la cafeter?a". Se?al? que este se tom? una cerveza, y el ni?o se march? con él.
"Rubio y con los ojos azules..., a mi Yony se lo llevaron porque no daba de gitano", lloraba su abuela, "alguien se encari?? y se lo llev?". Mientras, rogaba que no se dejara de buscar. El encargado de la investigaci?n prometi? que el caso ser?a prioritario.
Se activ? la alerta en Interpol. Junto a su foto, su descripci?n: "ojos azules, cabellos rubios, un metro de altura, 25 kilos de peso, dientes de leche, viste mono de pana azul". La familia de Yoni empapel? Madrid con su foto y un n?mero de teléfono: no dej? de sonar.
Una mujer asegur? haber visto c?mo un hombre dio al ni?o una bolsa de caramelos y lo subi? a una atracci?n infantil. Luego, se lo llev?
"Puede haber ocurrido cualquier cosa, incluso que esté retenido o secuestrado", afirmaba el jefe de la investigaci?n. "Esperamos que aparezca en cualquier momento. Y seguro que la colaboraci?n ciudadana ser? fundamental". Las im?genes del ni?o se difundieron por medio mundo.
En casa del cr?o, un chamizo, sin puertas, dos habitaciones y la nevera vac?a, el teléfono enlazaba una llamada con otra. Casi todas eran vac?as, sin datos certeros. La polic?a analiz? m?s de cincuenta. Algunas daban fuerza, ?nimo, aliento; otras -muchas- eran de periodistas.
Hubo varias, crueles, de personas que fing?an ser sus secuestradores. Al principio, solo ofrec?an silencio. Sin mensaje, se o?a solo una respiraci?n. Se alternaron con las de un hombre, con voz "muy ronca", que aseguraba tener al muchacho. No ped?a nada, no dec?a m?s.
Luego lleg? otra, que inclu?a llantos de un ni?o. La polic?a identific? al emisor. Era una mujer con problemas psicol?gicos. Los lloros eran de un mu?eco que pon?a al lado del teléfono para que lo escucharan bien.
El secuestro
Sobre la mesa, varias hip?tesis. Ninguna buena. La idea del secuestro comenz? a hacerse fuerte en la familia, y nada descartable a juicio policial. Uno de los m?viles que pusieron sobre la mesa fue un enfrentamiento entre clanes. Los investigadores interrogaron a cientos de personas. El delegado del Gobierno por aquel entonces, Francisco Javier Ansu?tegui, incluso se reuni? con los patriarcas de las familias gitanas de Madrid. Juraron no saber nada de la criatura, juraron que el ni?o no estaba en manos de ning?n clan.
Sobre la mesa también se dibuj? el m?vil econ?mico. La familia del ni?o coment? en su c?rculo que ten?a que cobrar una indemnizaci?n millonaria por la muerte de Marcelino, 25 millones. Era factible, pero pas? el tiempo y nadie pidi? nada. Se descart?.
La familia cobr? el dinero, seg?n anunciaron los Vega Barrull, pero fue menos, unos 14 millones. La madre del ni?o ofreci? parte de este (7 millones) como recompensa si alguien les ayudaba a dar con el menor. El resto lo invirti? en una furgoneta, en carteles. Serigrafi? la cara del ni?o, los teléfonos y se lanz? a la carretera. Recorri? con ella toda Espa?a, y parte de Francia y Portugal buscando a su hijo.
"Tengo 21 a?os y estaré buscando a mi hijo aunque tenga que caminar todas las carreteras usando una garrota", prometi? su madre.
Se impuso el silencio. El dolor, la angustia. "alguien lo tiene escondido y s?lo lo quiere para él", lloraba Rosa, su madre. "Tengo 21 a?os y estaré buscando a mi hijo, aunque tenga que caminar todas las carreteras, usando una garrota", prometi?. So?aba con el reencuentro, con que el secuestrador rectificara. No lleg?.
Las horas sin Yoni se convirtieron en d?as; los d?as en meses... Justo seis, cuando por la televisi?n, la familia del ni?o escuch? una ?ltima hora en el Caso Jonathan. La vida en el poblado se paraliz?: un camionero hab?a hallado unos restos ?seos a un kil?metro y medio del centro comercial. Hablaban de la posibilidad de que fuera Yoni. Era él.
https://uc-4u.com/clip/f090b488-d44b-44e5-a0be-21a24192e6bb_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg A la izquierda, miembros de Polic?a Nacional junto a los restos del peque?o (EFE); a la derecha, Rosa Barrull en el entierro de su hijo (Telemadrid). |
En un pinar
A un kil?metro de su poblado, y a kil?metro y medio del Pryca. El tramo, te?ricamente batido, correspond?a a las obras de construcci?n de la M-45 de Madrid. Un camionero se baj? del veh?culo para inspeccionar el terreno d?nde iba a descargar tierra procedente de las obras. Fue cuando hall? los restos.
"Nada m?s ver que era un cr?neo muy peque?o, como de ni?o, me vino a la cabeza el caso de Jonathan, que yo sab?a que hab?a desaparecido muy cerca de aqu?", explicar?a a los agentes cuando llegaron al punto exacto tras su llamada.
Estos revisaron la zona, hab?a m?s. A unos 20 metros aparecieron las zapatillas con un dibujo de Piol?n y el peto color azul que llevaba el ni?o aquel fat?dico s?bado. "?Mi Chucky!, grit? la abuela. Les pidieron esperar al resultado de la prueba de ADN. Tomaron muestras a Rosa e Inmaculada, madre y abuela, los dos rostros de la b?squeda, del dolor; a los hermanos y a un t?o de Yoni. Certificaron que era él.
Una semana después, el Juzgado n?mero 2 de Coslada comunicaba a la familia el positivo. Rosa, la madre del ni?o, fue trasladada al hospital La Princesa, se rompi? por completo, entrar?a en shock.
https://uc-4u.com/clip/6b0f5c9a-26c8-409d-972c-6c868a662ad5_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Jonathan no hab?a cumplidos los tres a?os, su familia nunca supo quién o c?mo muri?. | CASO ABIERTO
"Queremos saber"
?Se bati? antes ese tramo? ?Esos restos siempre estuvieron all?? Un vecino, que recog?a esp?rragos con frecuencia por la zona, afirm? que nunca vio nada. Tampoco se hab?a percatado el due?o de la finca, que permiti? el vertido para nivelar el terreno.
Dos teor?as mandaban: que ese punto nunca se hubiera mirado, y el ni?o hubiera andado un kil?metro y medio, se perdiera por un laberinto de caminos y deambulara durante horas hasta morir solo all?. O bien que alguien lo hubiera matado y hubiera trasladado sus restos hasta la zona. La confusi?n domin? el caso y las pruebas cient?ficas no arrojaron luz. El an?lisis de los escasos restos hallados -el cr?neo, varias costillas, una vértebra y un hueso de un brazo-, tras meses de estudio, concluy? que era imposible determinar la causa del fallecimiento.
El entierro, discreto, aglutin? a los familiares m?s cercanos. "Queremos saber", dec?an. Qué, quién, c?mo, por qué. Ojo por ojo... Apelaban a la ley del Tali?n. Yoni fue enterrado en un peque?o ata?d blanco, con remaches en bronce. Sus hermanos -Adolfo, de cuatro a?os, y Carmen, de dos- fueron al entierro. La polic?a nunca cerr? la investigaci?n.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/sucesos/jonathan-vega-crimen-nino-sin-resolver-86652272)