الريــم
04-27-2023, 11:50 PM
La secci?n cuarta de la Audiencia Provincial de Pontevedra ha condenado a 47 a?os de c?rcel a un hombre por convertir la vida de la que era su pareja “en un auténtico horror”. El tribunal lo ha considerado autor de delitos de maltrato habitual f?sico y ps?quico en el ?mbito de la violencia de género; contra la integridad moral; de coacciones graves; de lesiones con deformidad; de agresi?n sexual; de lesiones; y de lesiones contra la mujer.
Adem?s de la pena de prisi?n, le ha impuesto el pago de una indemnizaci?n a la v?ctima de 150.000 euros por las lesiones, secuelas y el perjuicio moral causado. Los hechos ocurrieron en el partido judicial de Lal?n.
En la sentencia, las magistradas relatan que el condenado mantuvo una relaci?n de pareja con convivencia con la v?ctima durante tres a?os, desde que la afectada ten?a 19. Durante ese periodo, y hasta que la perjudicada abandon? el domicilio, seg?n los hechos probados que figuran en la resoluci?n, el acusado “llev? a cabo un comportamiento cotidiano controlador, posesivo y violento, tanto f?sico como ps?quico contra su pareja, aumentando de manera progresiva la intensidad y frecuencia de sus actuaciones”.
El tribunal destaca que “no solo profiri? expresiones con clara intenci?n de insultarla, menospreciarla, humillarla o amedrentarla”, sino que, de manera habitual, “llev? a cabo un comportamiento violento y agresivo y, cotidianamente, le propinaba bofetadas en la cara y en la boca, as? como patadas, pu?etazos y golpes por todo el cuerpo, llegando en alguna ocasi?n la v?ctima a perder el conocimiento”. Las juezas afirman que también “le retorc?a los dedos de las manos, las mu?ecas y le doblaba los brazos, le tiraba de los pelos, le apretaba el cuello y le daba latigazos con varas y cables”.
Gran padecimiento f?sico y ps?quico
“El acusado actu? en todo momento con absoluto desprecio a la condici?n de mujer de la v?ctima, a quien consideraba de su absoluta propiedad”, recalca la sala, quien afirma que “todas las acciones llevadas a cabo por el acusado y su comportamiento agresivo y violento, prolongado durante tanto tiempo, produjeron en la v?ctima un gran padecimiento f?sico y ps?quico y un temor y miedo constante en su relaci?n de pareja”.
Las juezas consideran acreditado en la sentencia que en un periodo que comprende al menos los ?ltimos siete meses de relaci?n, el acusado “ejerci? control sobre su pareja, impidiendo sus relaciones familiares y sociales, reteniendo su teléfono m?vil, del que solo pod?a hacer uso a veces, pero siempre en su presencia”. A lo largo de ese tiempo, seg?n el tribunal, “le retuvo la tarjeta sanitaria y le impidi? ir al médico, a pesar de solicitarlo y de precisarlo la v?ctima, viéndose obligada a curarse con agua, vinagre y sal”.
Adem?s, afirma que, “con ?nimo de degradar y humillar a su pareja”, de manera frecuente y sin que puedan concretarse las fechas, “le prohib?a dormir en la cama y le obligaba a dormir en el suelo con la perra y, con frecuencia, a permanecer de rodillas en el suelo durante varias horas”.
En numerosas ocasiones, con una frecuencia de dos o tres d?as a la semana, la cual se increment? al final de la relaci?n, el condenado, seg?n consta en la resoluci?n, cuando la v?ctima le manifestaba que no quer?a mantener relaciones sexuales, “la emprend?a a golpes con ella, mediante bofetadas, tirones de pelo y empujones, hasta conseguir que acabase cediendo”. Las magistradas afirman que, en numerosas ocasiones, “le pellizcaba y retorc?a las orejas, de modo que le fue rompiendo el cart?lago, hasta que provoc? la total deformidad de los pabellones auriculares”. En dos ocasiones, seg?n el fallo, le fractur? el tabique nasal, y, otras veces, le propin? varias bofetadas, rompiéndole el labio y provoc?ndole fracturas con pérdida parcial de piezas dentales.
En la sentencia, las juezas relatan que también le caus? fracturas en costillas, en h?meros y fémures, “sin que haya podido determinarse el n?mero de agresiones diferenciadas que las causaron, al no constar asistencias médicas individualizadas”. La sentencia no es firme, pues contra ella cabe presentar recurso ante el TSXG.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/sucesos/audiencia-condena-47-anos-carcel-86595916)
Adem?s de la pena de prisi?n, le ha impuesto el pago de una indemnizaci?n a la v?ctima de 150.000 euros por las lesiones, secuelas y el perjuicio moral causado. Los hechos ocurrieron en el partido judicial de Lal?n.
En la sentencia, las magistradas relatan que el condenado mantuvo una relaci?n de pareja con convivencia con la v?ctima durante tres a?os, desde que la afectada ten?a 19. Durante ese periodo, y hasta que la perjudicada abandon? el domicilio, seg?n los hechos probados que figuran en la resoluci?n, el acusado “llev? a cabo un comportamiento cotidiano controlador, posesivo y violento, tanto f?sico como ps?quico contra su pareja, aumentando de manera progresiva la intensidad y frecuencia de sus actuaciones”.
El tribunal destaca que “no solo profiri? expresiones con clara intenci?n de insultarla, menospreciarla, humillarla o amedrentarla”, sino que, de manera habitual, “llev? a cabo un comportamiento violento y agresivo y, cotidianamente, le propinaba bofetadas en la cara y en la boca, as? como patadas, pu?etazos y golpes por todo el cuerpo, llegando en alguna ocasi?n la v?ctima a perder el conocimiento”. Las juezas afirman que también “le retorc?a los dedos de las manos, las mu?ecas y le doblaba los brazos, le tiraba de los pelos, le apretaba el cuello y le daba latigazos con varas y cables”.
Gran padecimiento f?sico y ps?quico
“El acusado actu? en todo momento con absoluto desprecio a la condici?n de mujer de la v?ctima, a quien consideraba de su absoluta propiedad”, recalca la sala, quien afirma que “todas las acciones llevadas a cabo por el acusado y su comportamiento agresivo y violento, prolongado durante tanto tiempo, produjeron en la v?ctima un gran padecimiento f?sico y ps?quico y un temor y miedo constante en su relaci?n de pareja”.
Las juezas consideran acreditado en la sentencia que en un periodo que comprende al menos los ?ltimos siete meses de relaci?n, el acusado “ejerci? control sobre su pareja, impidiendo sus relaciones familiares y sociales, reteniendo su teléfono m?vil, del que solo pod?a hacer uso a veces, pero siempre en su presencia”. A lo largo de ese tiempo, seg?n el tribunal, “le retuvo la tarjeta sanitaria y le impidi? ir al médico, a pesar de solicitarlo y de precisarlo la v?ctima, viéndose obligada a curarse con agua, vinagre y sal”.
Adem?s, afirma que, “con ?nimo de degradar y humillar a su pareja”, de manera frecuente y sin que puedan concretarse las fechas, “le prohib?a dormir en la cama y le obligaba a dormir en el suelo con la perra y, con frecuencia, a permanecer de rodillas en el suelo durante varias horas”.
En numerosas ocasiones, con una frecuencia de dos o tres d?as a la semana, la cual se increment? al final de la relaci?n, el condenado, seg?n consta en la resoluci?n, cuando la v?ctima le manifestaba que no quer?a mantener relaciones sexuales, “la emprend?a a golpes con ella, mediante bofetadas, tirones de pelo y empujones, hasta conseguir que acabase cediendo”. Las magistradas afirman que, en numerosas ocasiones, “le pellizcaba y retorc?a las orejas, de modo que le fue rompiendo el cart?lago, hasta que provoc? la total deformidad de los pabellones auriculares”. En dos ocasiones, seg?n el fallo, le fractur? el tabique nasal, y, otras veces, le propin? varias bofetadas, rompiéndole el labio y provoc?ndole fracturas con pérdida parcial de piezas dentales.
En la sentencia, las juezas relatan que también le caus? fracturas en costillas, en h?meros y fémures, “sin que haya podido determinarse el n?mero de agresiones diferenciadas que las causaron, al no constar asistencias médicas individualizadas”. La sentencia no es firme, pues contra ella cabe presentar recurso ante el TSXG.
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