الريــم
04-23-2023, 12:44 PM
Bajo tierra no hay tanto hombres y mujeres como compa?eros. La diferencia de género se aten?a como la luz en*el b?nker subterr?neo de la base de Marjay?n*(L?bano), mientras fuera se cruzan los misiles de Israel y de Ham?s.*
El tiempo pasado estos d?as a cubierto de los cohetes que crisparon la Pascua jud?a y el Ramad?n, 17 horas en un habit?culo donde caben 36 personas y v?veres y agua para tres d?as, son parte del mosaico de emociones que decora la carrera militar de la*sargento de la Legi?n Mar?a José Garc?a Perea. En ese encierro hay tiempo para meditar: "Pensaba lo tranquilos y lo bien que estamos en Espa?a, y lo poco que valoramos eso", relata.
https://uc-4u.com/clip/7ddf827f-af47-4fb2-a2e5-b0537e4b06fd_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg La sargento de la Legi?n Mar?a José Garc?a Perea. | FOTO CEDIDA
Esta mujer soldado de 32 a?os, especialista en Transmisiones que entr? en filas con 18, forma parte del 38? contingente que Espa?a ha enviado a*UNIFIL, la misi?n con la que la ONU trata de impedir la guerra en esa parte de Oriente Medio. La sargento también es una de las*mujeres en puestos de especial operatividad*de las Fuerzas Armadas: en ese club ya militan ella y otras 4.924.
Es la tercera vez que pasa por all?. Salir de misi?n internacional le parece un imperativo profesional. "Un amigo que estudia Medicina me pregunt? por qué. Y yo le dije: ‘?Qué sentir?as si fueras cirujano y nunca tuvieras un paciente al que operar?’"
V?deo ID:
86380898
Cuenta la dama legionaria Garc?a Perea que de ni?a, no lejos de Villalba del Alcor, el pueblo de Huelva en el que naci?, ve?a cada a?o desfilar a los legionarios, pero le parec?a "inalcanzable" ser una de ellos. Cuando estudiaba en Talarn, en la academia leridana de suboficiales,*eligi? la Legi?n "porque es la unidad de la Brigada Experimental 2035", explica. O sea, la punta de la modernizaci?n del Ejército.*
Hoy, cada amanecer en Marjay?n la coge estudiando Psicolog?a por la UNED. En la base no suena la corneta, solo el despertador. A las seis y cuarto se pone con los apuntes. A las ocho desayuna. A las ocho y media va a su puesto. A la una y media come. A las seis y media entrena...*
Se supondr?a que Mar?a José est? en uno de los rincones m?s t?picamente macho de la sociedad espa?ola, y ella lo desmiente: "No creo que haya machismo en el Ejército, sino en las personas. El Ejército ha evolucionado lo mismo que la sociedad civil. Cuando me cruzo con un machista no veo un militar machista, sino una persona machista", dice.
Tres hermanas militares
Maria José se llevar? de sus misiones internacionales "m?s emociones que recuerdos". Y entre ellos revive con voz tocada el de los ni?os a los que dio clases de espa?ol en la Misi?n Cervantes de la base. Fue en 2014, la pen?ltima vez en L?bano. "Ellos me ense?aron que no hace falta tener nada para dar un mont?n de cari?o.*Cuando me desped? de ellos fue duro.*Me iba pensando en cada uno: ‘Quiero darte una vida mejor, quiero que abras la mente, si pudiera hacer algo m?s...’".
Mar?a José se plantea tener hijos. No le preocupa la conciliaci?n. Ya tuvo una vez pareja, militar también. Cuando ella estaba de misi?n y él no, "él colabor? mucho -explica-. Me contaba los problemas de casa cuando ya estaban solucionados. Eso es fundamental si est?s fuera. Si no, te genera una impotencia…"
La familia es clave. Y la de la legionaria Garc?a Perea es un caso ?nico. No es hija de militares, pero*tiene tres hermanas mayores que ella y las tres son también soldados.*Naima es mec?nica en la Unidad Militar de Emergencias; Tatiana es parte de la tropa de Tierra en Sevilla; Salomé, la mayor, es cabo de una unidad de apoyo log?stico de misi?n en Letonia. Por Navidad, cuando se juntan ellas y sus parejas, también militares, "en casa se forma un pelot?n".*
El granito de arena
La base de la Academia General del Aire en Santiago de la Ribera (Murcia) es tan grande que para moverse por dentro es mejor hacerlo sobre ruedas. Todo en la apariencia de la*capit?n Priscila S?nchez Correa, seg?n se la ve llegar con su pat?n eléctrico, menuda y ?gil como una chavala, oculta que es una veterana de 31 a?os ya, madre de un ni?o y con la experiencia de pilotar gigantescos aviones de abastecimiento y evacuaci?n en las sordas contiendas del Sahel.*
*
Es Correa el "nombre de guerra" que figura en la pechera de su uniforme junto a*tres estrellas de seis puntas. Lleva botas negras y un mono verde con parches, y también unas u?as perfectamente pintadas, y un alegre reloj rosa y dorado de Tous que le regal? el marido, piloto como ella, y que en la sobria figura uniformada de la capit?n funciona como una especie de contrapeso contra la total masculinizaci?n.
Priscila ha instruido ya a 15 pilotos. Solo uno es mujer. Y hoy lo son tres de 50 cadetes que aspiran a volar en la academia.*"Seguimos siendo pocas.*Es una profesi?n tradicionalmente masculina, y es complicado cambiar en tan pocos a?os", dice la capit?n.*
Priscila no ha ido nunca a una manifestaci?n del 8-M -"Mi granito de arena es*aportar visibilidad en una profesi?n tradicionalmente masculina”, dice- pero sabe mucho de igualdad.*
Puede que porque cuando era ni?a quer?a volar cuando fuera mayor, "pero*no llegaba a plantearme pilotar, solo ser azafata",*explica se?alando una clave cultural, estructural, del machismo. O puede que cuando su marido y ella conocen a alguien nuevo, "él dice: ‘Soy piloto militar’, y la otra persona: ‘Ah, bien’. Y cuando me pregunta a m? y yo digo: ‘Soy piloto militar también’, entonces se sorprende: ‘Ah, ?s????’"
La capit?n no ve machismo en su entorno. Solo una vez "tuve que*darle un toque a un alumno*-relata-, porque a los capitanes se refer?a como ‘capit?n’ y a m? como ‘ella’".
A su hijo, Priscila*no le pone necesariamente el azul que la tradici?n prescribe para los ni?os. Alguna vez que lo llev? por ah? con una prenda deportiva rosa le preguntaron por su ni?a. "Tuve que aclarar que es un ni?o -dice encogiéndose de hombros-. Mira, yo*quiero que mi hijo juegue con lo que quiera*y con quien quiera y a lo que quiera".
De camino a la Sala de Briefing del Escuadr?n 792, la capit?n Correa se ha cruzado con otra piloto, y la ha abrazado cuando la compa?era le ha dado una feliz noticia ?ntima.
La maestra que se sienta después ante un joven delgado y meticuloso a repasar el plan de vuelo*estuvo en el Ala 31, donde*llev? el Hércules y el A400, los gigantes de la carga militar.*Sobrevolando el Sahel en apoyo de la Operaci?n Barkhane, ·iba horas volando por medio del desierto -relata-. Ve?a un pueblo aislado y pensaba: ?c?mo puede vivir alguien ah?, sin nada alrededor?".*
Ahora lleva un Pilatus, el poderoso*biplaza suizo de instrucci?n que se usa en la Academia. El sol arranca destellos al femenino reloj de la capit?n cuando, ya a bordo, se coloca el casco, se ajusta las gafas, se ci?e el respirador y confirma con gestos al ayudante en tierra que todo est? bien. Brama al m?ximo de revoluciones el motor. Levanta la capit?n Correa el pulgar enguantado, mira adelante, acelera por la pista... En un rato estar?, con su pupilo detr?s, sobrevolando el Mar Menor.*
El mismo derecho, el mismo peligro
La alférez de Nav?o*Roc?o Porras de Sola*lleva en el hombro la misma coca que le pondr?n a Leonor de Borb?n cuando acabe su formaci?n militar, que incluye un curso en la Escuela Naval de Mar?n. All? se form? ella hace tres a?os, antes de embarcar en el Audaz, buque de acci?n mar?tima que ahora vigila contra la pirater?a en el golfo de Guinea. Roc?o particip? en los ejercicios Dynamic Messenger de la OTAN a bordo de ese barco, pero esta vez*ha tenido que quedarse en tierra porque est? embarazada. La Armada la ha comisionado en el MARCART, Mando de Unidades de Acci?n Mar?tima de Cartagena.
"No sé qué le ense?ar?n a la princesa en Mar?n -dice-, pero s? sé que*no se va a aburrir". Roc?o tuvo poco tiempo para el tedio. Un a?o tard?, como el resto de su promoci?n, en ganarse el derecho a caminar tranquila. "El guardiamarina de primero solo puede andar bajo techo; fuera vas corriendo a todas partes;*no paras", recuerda.
Y relata sonriendo las veces que alg?n superior la mand? a*"hacer un torpedo", la sanci?n endémica de Mar?n: salir corriendo hasta un faro que llaman Torpedo y volver. M?s de una vez tuvo que hacerlo siendo novata por, quiz?, dejarse fuera de sitio unos zapatos.*
A la alférez de Nav?o Porras se la ve en el Arsenal de Cartagena con signos evidentes de no ser ya la chiquilla que ingres? en Mar?n. A sus 24 a?os est? embarazada por segunda vez. Su esposo*es teniente de Nav?o submarinista. A ninguno de los dos les pilla de nuevas*el tetris de la conciliaci?n, endiablado en el caso de la Armada. "Nos organizamos bastante bien, pero es verdad que mi marido est? en un periodo de pruebas y no tiene navegaciones muy largas..."
V?deo ID:
86381167
Dice la oficial Porras que no ve m?s machismo en la Armada que fuera, m?s bien al revés, y que*el mando "no depende del género, sino del car?cter". A bordo de uno de los barcos amarrados en la base, mirando por la popa el agua azul?sima de la primavera en Cartagena, la oficial cuenta: "Pensaba que iba a estudiar Medicina, pero… En el mar todas las vistas son preciosas. Me encantan los amaneceres y los atardeceres". También las arribadas a puerto. La m?s brillante que tiene en la memoria fue una llegada a San Juan de Puerto Rico a bordo del Juan Sebasti?n Elcano. con un mont?n de luz u una banda toc?ndoles en el muelle.
Para definir la igualdad, Roc?o Porras anuda dos frases: "Igualdad*es tener los mismos derechos teniendo en cuenta que somos distintos", dice primero, y afina: "Es tener las mismas obligaciones y derechos que mis compa?eros, incluso en posiciones de combate y de peligro".*
Al fondo, flotando al sol,*junto al viejo Tramontana est? el joven submarino S81 Isaac Peral, que hace*poco ha pasado pruebas de navegaci?n est?tica. Ya no es un embri?n una de las m?s complejas obras espa?olas de ingenier?a.*
La oficial embarazada y el negro sumergible forman una escena metaf?rica. Se ve la torreta emergida del submarino desde el muelle de enfrente, por el que saluda Porras de vez en cuando llev?ndose la mano al perfil de la gorra impoluta. En las aguas de all? descansa*la apuesta naval estratégica*de este pa?s; y ac?, en el l?quido amni?tico de su vientre se mueve en el sexto mes de gestaci?n su apuesta vital.
La militar piensa un momento las ?ltimas preguntas que le hace este diario, para resumir c?mo*explicar?a a cualquiera qué es la guerra*-"Es una desgracia que evitamos con la Defensa; y para eso debemos estar armados"- y qué es la paz: "Paz… paz es*una situaci?n de bienestar en la que se*vive con libertad*y sin miedo".*
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/nacional/batallas-mujeres-soldado-86380397)
El tiempo pasado estos d?as a cubierto de los cohetes que crisparon la Pascua jud?a y el Ramad?n, 17 horas en un habit?culo donde caben 36 personas y v?veres y agua para tres d?as, son parte del mosaico de emociones que decora la carrera militar de la*sargento de la Legi?n Mar?a José Garc?a Perea. En ese encierro hay tiempo para meditar: "Pensaba lo tranquilos y lo bien que estamos en Espa?a, y lo poco que valoramos eso", relata.
https://uc-4u.com/clip/7ddf827f-af47-4fb2-a2e5-b0537e4b06fd_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg La sargento de la Legi?n Mar?a José Garc?a Perea. | FOTO CEDIDA
Esta mujer soldado de 32 a?os, especialista en Transmisiones que entr? en filas con 18, forma parte del 38? contingente que Espa?a ha enviado a*UNIFIL, la misi?n con la que la ONU trata de impedir la guerra en esa parte de Oriente Medio. La sargento también es una de las*mujeres en puestos de especial operatividad*de las Fuerzas Armadas: en ese club ya militan ella y otras 4.924.
Es la tercera vez que pasa por all?. Salir de misi?n internacional le parece un imperativo profesional. "Un amigo que estudia Medicina me pregunt? por qué. Y yo le dije: ‘?Qué sentir?as si fueras cirujano y nunca tuvieras un paciente al que operar?’"
V?deo ID:
86380898
Cuenta la dama legionaria Garc?a Perea que de ni?a, no lejos de Villalba del Alcor, el pueblo de Huelva en el que naci?, ve?a cada a?o desfilar a los legionarios, pero le parec?a "inalcanzable" ser una de ellos. Cuando estudiaba en Talarn, en la academia leridana de suboficiales,*eligi? la Legi?n "porque es la unidad de la Brigada Experimental 2035", explica. O sea, la punta de la modernizaci?n del Ejército.*
Hoy, cada amanecer en Marjay?n la coge estudiando Psicolog?a por la UNED. En la base no suena la corneta, solo el despertador. A las seis y cuarto se pone con los apuntes. A las ocho desayuna. A las ocho y media va a su puesto. A la una y media come. A las seis y media entrena...*
Se supondr?a que Mar?a José est? en uno de los rincones m?s t?picamente macho de la sociedad espa?ola, y ella lo desmiente: "No creo que haya machismo en el Ejército, sino en las personas. El Ejército ha evolucionado lo mismo que la sociedad civil. Cuando me cruzo con un machista no veo un militar machista, sino una persona machista", dice.
Tres hermanas militares
Maria José se llevar? de sus misiones internacionales "m?s emociones que recuerdos". Y entre ellos revive con voz tocada el de los ni?os a los que dio clases de espa?ol en la Misi?n Cervantes de la base. Fue en 2014, la pen?ltima vez en L?bano. "Ellos me ense?aron que no hace falta tener nada para dar un mont?n de cari?o.*Cuando me desped? de ellos fue duro.*Me iba pensando en cada uno: ‘Quiero darte una vida mejor, quiero que abras la mente, si pudiera hacer algo m?s...’".
Mar?a José se plantea tener hijos. No le preocupa la conciliaci?n. Ya tuvo una vez pareja, militar también. Cuando ella estaba de misi?n y él no, "él colabor? mucho -explica-. Me contaba los problemas de casa cuando ya estaban solucionados. Eso es fundamental si est?s fuera. Si no, te genera una impotencia…"
La familia es clave. Y la de la legionaria Garc?a Perea es un caso ?nico. No es hija de militares, pero*tiene tres hermanas mayores que ella y las tres son también soldados.*Naima es mec?nica en la Unidad Militar de Emergencias; Tatiana es parte de la tropa de Tierra en Sevilla; Salomé, la mayor, es cabo de una unidad de apoyo log?stico de misi?n en Letonia. Por Navidad, cuando se juntan ellas y sus parejas, también militares, "en casa se forma un pelot?n".*
El granito de arena
La base de la Academia General del Aire en Santiago de la Ribera (Murcia) es tan grande que para moverse por dentro es mejor hacerlo sobre ruedas. Todo en la apariencia de la*capit?n Priscila S?nchez Correa, seg?n se la ve llegar con su pat?n eléctrico, menuda y ?gil como una chavala, oculta que es una veterana de 31 a?os ya, madre de un ni?o y con la experiencia de pilotar gigantescos aviones de abastecimiento y evacuaci?n en las sordas contiendas del Sahel.*
*
Es Correa el "nombre de guerra" que figura en la pechera de su uniforme junto a*tres estrellas de seis puntas. Lleva botas negras y un mono verde con parches, y también unas u?as perfectamente pintadas, y un alegre reloj rosa y dorado de Tous que le regal? el marido, piloto como ella, y que en la sobria figura uniformada de la capit?n funciona como una especie de contrapeso contra la total masculinizaci?n.
Priscila ha instruido ya a 15 pilotos. Solo uno es mujer. Y hoy lo son tres de 50 cadetes que aspiran a volar en la academia.*"Seguimos siendo pocas.*Es una profesi?n tradicionalmente masculina, y es complicado cambiar en tan pocos a?os", dice la capit?n.*
Priscila no ha ido nunca a una manifestaci?n del 8-M -"Mi granito de arena es*aportar visibilidad en una profesi?n tradicionalmente masculina”, dice- pero sabe mucho de igualdad.*
Puede que porque cuando era ni?a quer?a volar cuando fuera mayor, "pero*no llegaba a plantearme pilotar, solo ser azafata",*explica se?alando una clave cultural, estructural, del machismo. O puede que cuando su marido y ella conocen a alguien nuevo, "él dice: ‘Soy piloto militar’, y la otra persona: ‘Ah, bien’. Y cuando me pregunta a m? y yo digo: ‘Soy piloto militar también’, entonces se sorprende: ‘Ah, ?s????’"
La capit?n no ve machismo en su entorno. Solo una vez "tuve que*darle un toque a un alumno*-relata-, porque a los capitanes se refer?a como ‘capit?n’ y a m? como ‘ella’".
A su hijo, Priscila*no le pone necesariamente el azul que la tradici?n prescribe para los ni?os. Alguna vez que lo llev? por ah? con una prenda deportiva rosa le preguntaron por su ni?a. "Tuve que aclarar que es un ni?o -dice encogiéndose de hombros-. Mira, yo*quiero que mi hijo juegue con lo que quiera*y con quien quiera y a lo que quiera".
De camino a la Sala de Briefing del Escuadr?n 792, la capit?n Correa se ha cruzado con otra piloto, y la ha abrazado cuando la compa?era le ha dado una feliz noticia ?ntima.
La maestra que se sienta después ante un joven delgado y meticuloso a repasar el plan de vuelo*estuvo en el Ala 31, donde*llev? el Hércules y el A400, los gigantes de la carga militar.*Sobrevolando el Sahel en apoyo de la Operaci?n Barkhane, ·iba horas volando por medio del desierto -relata-. Ve?a un pueblo aislado y pensaba: ?c?mo puede vivir alguien ah?, sin nada alrededor?".*
Ahora lleva un Pilatus, el poderoso*biplaza suizo de instrucci?n que se usa en la Academia. El sol arranca destellos al femenino reloj de la capit?n cuando, ya a bordo, se coloca el casco, se ajusta las gafas, se ci?e el respirador y confirma con gestos al ayudante en tierra que todo est? bien. Brama al m?ximo de revoluciones el motor. Levanta la capit?n Correa el pulgar enguantado, mira adelante, acelera por la pista... En un rato estar?, con su pupilo detr?s, sobrevolando el Mar Menor.*
El mismo derecho, el mismo peligro
La alférez de Nav?o*Roc?o Porras de Sola*lleva en el hombro la misma coca que le pondr?n a Leonor de Borb?n cuando acabe su formaci?n militar, que incluye un curso en la Escuela Naval de Mar?n. All? se form? ella hace tres a?os, antes de embarcar en el Audaz, buque de acci?n mar?tima que ahora vigila contra la pirater?a en el golfo de Guinea. Roc?o particip? en los ejercicios Dynamic Messenger de la OTAN a bordo de ese barco, pero esta vez*ha tenido que quedarse en tierra porque est? embarazada. La Armada la ha comisionado en el MARCART, Mando de Unidades de Acci?n Mar?tima de Cartagena.
"No sé qué le ense?ar?n a la princesa en Mar?n -dice-, pero s? sé que*no se va a aburrir". Roc?o tuvo poco tiempo para el tedio. Un a?o tard?, como el resto de su promoci?n, en ganarse el derecho a caminar tranquila. "El guardiamarina de primero solo puede andar bajo techo; fuera vas corriendo a todas partes;*no paras", recuerda.
Y relata sonriendo las veces que alg?n superior la mand? a*"hacer un torpedo", la sanci?n endémica de Mar?n: salir corriendo hasta un faro que llaman Torpedo y volver. M?s de una vez tuvo que hacerlo siendo novata por, quiz?, dejarse fuera de sitio unos zapatos.*
A la alférez de Nav?o Porras se la ve en el Arsenal de Cartagena con signos evidentes de no ser ya la chiquilla que ingres? en Mar?n. A sus 24 a?os est? embarazada por segunda vez. Su esposo*es teniente de Nav?o submarinista. A ninguno de los dos les pilla de nuevas*el tetris de la conciliaci?n, endiablado en el caso de la Armada. "Nos organizamos bastante bien, pero es verdad que mi marido est? en un periodo de pruebas y no tiene navegaciones muy largas..."
V?deo ID:
86381167
Dice la oficial Porras que no ve m?s machismo en la Armada que fuera, m?s bien al revés, y que*el mando "no depende del género, sino del car?cter". A bordo de uno de los barcos amarrados en la base, mirando por la popa el agua azul?sima de la primavera en Cartagena, la oficial cuenta: "Pensaba que iba a estudiar Medicina, pero… En el mar todas las vistas son preciosas. Me encantan los amaneceres y los atardeceres". También las arribadas a puerto. La m?s brillante que tiene en la memoria fue una llegada a San Juan de Puerto Rico a bordo del Juan Sebasti?n Elcano. con un mont?n de luz u una banda toc?ndoles en el muelle.
Para definir la igualdad, Roc?o Porras anuda dos frases: "Igualdad*es tener los mismos derechos teniendo en cuenta que somos distintos", dice primero, y afina: "Es tener las mismas obligaciones y derechos que mis compa?eros, incluso en posiciones de combate y de peligro".*
Al fondo, flotando al sol,*junto al viejo Tramontana est? el joven submarino S81 Isaac Peral, que hace*poco ha pasado pruebas de navegaci?n est?tica. Ya no es un embri?n una de las m?s complejas obras espa?olas de ingenier?a.*
La oficial embarazada y el negro sumergible forman una escena metaf?rica. Se ve la torreta emergida del submarino desde el muelle de enfrente, por el que saluda Porras de vez en cuando llev?ndose la mano al perfil de la gorra impoluta. En las aguas de all? descansa*la apuesta naval estratégica*de este pa?s; y ac?, en el l?quido amni?tico de su vientre se mueve en el sexto mes de gestaci?n su apuesta vital.
La militar piensa un momento las ?ltimas preguntas que le hace este diario, para resumir c?mo*explicar?a a cualquiera qué es la guerra*-"Es una desgracia que evitamos con la Defensa; y para eso debemos estar armados"- y qué es la paz: "Paz… paz es*una situaci?n de bienestar en la que se*vive con libertad*y sin miedo".*
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/nacional/batallas-mujeres-soldado-86380397)