الريــم
04-22-2023, 10:40 AM
El convulso oto?o de 2017 dej? al soberanismo dividido y desnortado. M?s de cinco a?os después, la alianza ERC-Junts en el Govern se ha roto, las relaciones entre la Generalitat y el Gobierno se han normalizado, el peso penal de la sanci?n por la consulta se ha aligerado y no se ha producido un nuevo choque de trenes. El asunto pendiente sigue siendo c?mo lograr la desconexi?n de Catalunya respecto al resto del Estado, pero los protagonistas de esta semana pol?tica ya han pinchado burbuja del independentismo m?gico.
La vuelta a las esencias
El 'president' Pere Aragonès trata de llenar el vac?o de la mesa de di?logo con el acuerdo de claridad. En este 2023 plagado de citas con las urnas, la agenda entre el Gobierno y la Generalitat para la resoluci?n el conflicto pol?tico permanecer? suspendida y su continuidad queda en manos de los resultados de las generales, as? que Aragonès lanza un plan para presionar a los socialistas a mantener la negociaci?n y para defender ante Junts y la CUP que su Executiu explora caminos hacia la independencia.
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Aragonès parte de las lecciones del 1-O y persigue cumplir el lema 'volverlo hacer, pero para hacerlo mejor'. Si la unilateralidad provoc? que la consulta de 2017 se organizara de forma clandestina, que el resultado no fuera vinculante, que los pa?ses de la Uni?n Europea pasaran de largo y que sus promotores terminaran encarcelados o en el extranjero; se propone ahora el dise?o de una iniciativa pactada que, esta vez s?, tenga validez jur?dica, fuera y dentro del Estado.
El acuerdo de claridad supone la asunci?n de los errores del independentismo y evidencia c?mo en Catalunya se construy? la casa por el tejado: la v?a unilateral se impuso a la b?squeda de f?rmulas pactadas que generaran simpat?a internacional y después se abri? una etapa de di?logo que hasta la fecha ha servido para solucionar las consecuencias penales del oto?o de 2017. Aragonès vuelve a las esencias y retrocede para recomenzar, confiando en que la senda del pragmatismo sirva como pretexto para forzar una nueva ronda de escucha del Gobierno y, a la vez, captar simpat?as entre la comunidad internacional.
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Las alternativas al referéndum
El 'sanedr?n' para lograrlo ya est? en marcha. Los académicos elegidos por el Govern se volver?n a citar la pr?xima semana -ya alejados del foco medi?tico- para empezar a clarificar c?mo se puede trazar una nueva hoja de ruta. Hay prisa: el Govern prevé contar con su informe a mediados de junio, tras las elecciones municipales. No est?n encorsetados al referéndum, de hecho tampoco aparece la palabra independencia en el cuestionario que deben responder, y los recelos de algunos académicos propiciaron que Palau se abriera a contemplar "otros mecanismos an?logos" y, sin comerlo ni beberlo, eso les facilit? un arma de presi?n a los socialistas.
A tenor de las preguntas, se puede hurgar en nuevas v?as para dar voz a los catalanes, ya que nada impide refrendar acuerdos y eso bien lo saben PSOE y ERC, que en el pacto sobre la creaci?n de la mesa de di?logo sancionaron que "las medidas en que se materialicen los acuerdos ser?n sometidas en su caso a validaci?n democr?tica a través de consulta a la ciudadan?a de Catalunya, de acuerdo con los mecanismos previstos o que puedan preverse en el marco del sistema jur?dicopol?tico".
La magia del simbolismo
La cuesti?n pendiente es si el Govern monocolor de ERC lograr? apoyos a un plan que s?lo cuenta con el apoyo de sus 33 diputados y de los 8 de los Comuns. Pero Aragonès, tras el ox?geno de los presupuestos, necesita validarse ante el independentismo y marcar perfil ante un Junts desdibujado por el antagonismo entre Laura Borràs y Xavier Trias. Un espacio pol?tico del que una parte asume que se ha pasado p?gina, mientras la otra sigue anclada en el simbolismo.
El relevo en el Parlament de su presidenta ya est? en marcha por mucho que hiera a Borràs, y la Junta Electoral exigir? esta semana la ejecuci?n de su cese del Parlament, al tiempo que la credencial de diputado de Antoni Castellà estar? lista para ser recogida. En Junts asumen el recambio, no quieren perder un mando de poder ni caer en artima?as ret?ricas que hagan mella en la campa?a de Trias. No habr? espect?culo.
Quién s? buscar? la magia del simbolismo es Clara Ponsat?, que este lunes tiene cita con Pablo Llarena en el Tribunal Supremo, pero por mucho que busque poner parches a la burbuja pinchada para mantener vivo el conflicto, est? acusada por desobediencia -un delito menor ya que antes de la reforma del C?digo Penal estaba procesada en rebeld?a por sedici?n- que no conlleva penas de prisi?n, as? que aunque decida plantar a Llarena, sabe que no terminar? entre rejas porque se beneficia de los pactos que tanto reprocha al Gobierno y a ERC.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/nacional/aragones-borras-ponsati-pinchan-burbuja-86340646)
La vuelta a las esencias
El 'president' Pere Aragonès trata de llenar el vac?o de la mesa de di?logo con el acuerdo de claridad. En este 2023 plagado de citas con las urnas, la agenda entre el Gobierno y la Generalitat para la resoluci?n el conflicto pol?tico permanecer? suspendida y su continuidad queda en manos de los resultados de las generales, as? que Aragonès lanza un plan para presionar a los socialistas a mantener la negociaci?n y para defender ante Junts y la CUP que su Executiu explora caminos hacia la independencia.
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Aragonès parte de las lecciones del 1-O y persigue cumplir el lema 'volverlo hacer, pero para hacerlo mejor'. Si la unilateralidad provoc? que la consulta de 2017 se organizara de forma clandestina, que el resultado no fuera vinculante, que los pa?ses de la Uni?n Europea pasaran de largo y que sus promotores terminaran encarcelados o en el extranjero; se propone ahora el dise?o de una iniciativa pactada que, esta vez s?, tenga validez jur?dica, fuera y dentro del Estado.
El acuerdo de claridad supone la asunci?n de los errores del independentismo y evidencia c?mo en Catalunya se construy? la casa por el tejado: la v?a unilateral se impuso a la b?squeda de f?rmulas pactadas que generaran simpat?a internacional y después se abri? una etapa de di?logo que hasta la fecha ha servido para solucionar las consecuencias penales del oto?o de 2017. Aragonès vuelve a las esencias y retrocede para recomenzar, confiando en que la senda del pragmatismo sirva como pretexto para forzar una nueva ronda de escucha del Gobierno y, a la vez, captar simpat?as entre la comunidad internacional.
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Las alternativas al referéndum
El 'sanedr?n' para lograrlo ya est? en marcha. Los académicos elegidos por el Govern se volver?n a citar la pr?xima semana -ya alejados del foco medi?tico- para empezar a clarificar c?mo se puede trazar una nueva hoja de ruta. Hay prisa: el Govern prevé contar con su informe a mediados de junio, tras las elecciones municipales. No est?n encorsetados al referéndum, de hecho tampoco aparece la palabra independencia en el cuestionario que deben responder, y los recelos de algunos académicos propiciaron que Palau se abriera a contemplar "otros mecanismos an?logos" y, sin comerlo ni beberlo, eso les facilit? un arma de presi?n a los socialistas.
A tenor de las preguntas, se puede hurgar en nuevas v?as para dar voz a los catalanes, ya que nada impide refrendar acuerdos y eso bien lo saben PSOE y ERC, que en el pacto sobre la creaci?n de la mesa de di?logo sancionaron que "las medidas en que se materialicen los acuerdos ser?n sometidas en su caso a validaci?n democr?tica a través de consulta a la ciudadan?a de Catalunya, de acuerdo con los mecanismos previstos o que puedan preverse en el marco del sistema jur?dicopol?tico".
La magia del simbolismo
La cuesti?n pendiente es si el Govern monocolor de ERC lograr? apoyos a un plan que s?lo cuenta con el apoyo de sus 33 diputados y de los 8 de los Comuns. Pero Aragonès, tras el ox?geno de los presupuestos, necesita validarse ante el independentismo y marcar perfil ante un Junts desdibujado por el antagonismo entre Laura Borràs y Xavier Trias. Un espacio pol?tico del que una parte asume que se ha pasado p?gina, mientras la otra sigue anclada en el simbolismo.
El relevo en el Parlament de su presidenta ya est? en marcha por mucho que hiera a Borràs, y la Junta Electoral exigir? esta semana la ejecuci?n de su cese del Parlament, al tiempo que la credencial de diputado de Antoni Castellà estar? lista para ser recogida. En Junts asumen el recambio, no quieren perder un mando de poder ni caer en artima?as ret?ricas que hagan mella en la campa?a de Trias. No habr? espect?culo.
Quién s? buscar? la magia del simbolismo es Clara Ponsat?, que este lunes tiene cita con Pablo Llarena en el Tribunal Supremo, pero por mucho que busque poner parches a la burbuja pinchada para mantener vivo el conflicto, est? acusada por desobediencia -un delito menor ya que antes de la reforma del C?digo Penal estaba procesada en rebeld?a por sedici?n- que no conlleva penas de prisi?n, as? que aunque decida plantar a Llarena, sabe que no terminar? entre rejas porque se beneficia de los pactos que tanto reprocha al Gobierno y a ERC.
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