الريــم
04-15-2023, 01:00 PM
Hay una frase de Jorge Luis Borges que hizo fortuna cuando la divulg? el también argentino Tom?s Eloy Mart?nez. Estaba el genial ciego hablando con su colega, tan inteligente como él, Macedonio Fern?ndez. ?ste le nombr? a Leopoldo Lugones, prol?fico autor paisano de ambos, y esto se le ocurri? a Borges: “Qué raro Lugones, con todo lo que lee, ?por qué no escribir? libros?”.
Si se lee la obra de este autor, Gustavo Rodr?guez (Lima, 1968), ganador con 'Cinco cuyes' del ?ltimo premio Alfaguara, se podr? deducir enseguida que no s?lo escribe libros, sino que los lee, los ha le?do, los sigue leyendo para que la fuente de su muy potente literatura no sea ni cr?nica ni ocurrencia, sino materia prima del arte que, por ejemplo, cultivaban Borges, Onetti o algunos de sus maestros.
Por eso, porque de ah? viene su experiencia para narrar, Gustavo Rodr?guez se ha atrevido, también con humor, a abordar un asunto que, en otras plumas, probablemente, hubieran sido plomo fr?o. Y hay, dijo su editora, Pilar Reyes, en la presentaci?n que se hizo de la novela en la Librer?a Alberti de Madrid, un iceberg. “Un iceberg caliente”. Para buscar debajo de ese iceberg hablamos con él, empezando por la ra?z del humor con que aborda el asunto que le reclama tan sorprendente escritura debida, precisamente, a la naturaleza de sus lecturas.
?Por qué aborda este asunto tan dif?cil y lo hace con tanto humor?El humor siempre ha sido para m? un arma de defensa desde que era ni?o. Cuando naces con cierta sensibilidad, eres un 'nerd' y no sabes pelear… refugiarte en el humor es algo muy ?til. Es algo que también sirve para escapar de situaciones embarazosas. Por tanto, el humor en m? es algo natural y uno de mis mayores temores al escribir esta novela, que trata de soledad, despedidas y muertes, era que me saliera muy cursi. Pero creo que, por fortuna, el humor vino a contrarrestar eso.
?Qué otros miedos hubo a la hora de enfrentarse a la escritura?Miedo a eso, principalmente: a que me saliera algo cursi. Y… también… a que fuera una obra malnacida. Esta es la obra m?s hermética que he hecho. No le dije a nadie que la estaba escribiendo y me encerré durante seis o siete horas diarias, seis d?as a la semana, y cuando terminé me di cuenta de que ten?a un manuscrito lleno de locura. Después mi agente lo ley?, me dijo que le gustaba y… ?por fin respiré!
?Qué episodios de hostilidad marcaron estos momentos de su vida como autor de este libro?En el caso de mi ni?ez no eran episodios, era un contexto. Yo viv?a con mi familia en un dep?sito de mercado mayorista, en Trujillo, la ciudad a la que llegamos. Era un almacén con tan s?lo una ventanita para ver la calle. Entonces no ten?a donde jugar. As? que ten?a que echar mano de la imaginaci?n y de los libros. Esa fue clave en mi formaci?n. Después yo sent?a que era muy torpe con las palabras, hablando. Cuando lleg? el momento de empezar a socializar empecé a utilizar el humor. S?lo as? pod?a socializar con alguien. O sent?a que s?lo as? pod?a.
Todo eso est? aqu?. Y es algo que recuerda a veces a la escritura par?dica de Guillermo Cabrera Infante.?Por mi esp?ritu l?dico y humor negro, dices?
S?.Pero adem?s de esas dos cosas, pienso que yo también tengo ternura.
Lo digo, por ejemplo, sobre las muchas veces que aparecen pel?culas en la novela… .S?. Tal vez. Pero… no lo hab?a pensado. Ahora que lo dices… Mira: cuando empiezo una novela digo: si puedo resumir la trama en el cintillo de un noticiario, es que ya tengo un libro. Si digo: una mujer se convierte en sicaria misericordiosa, sé que ya tengo una historia. ?Y una gran broma! [risas]. Entonces: mi trabajo es hacer cre?ble esa broma a los lectores.
?C?mo hace para manejar la tensi?n de la normalidad y convertirla en abismo en esta novela?Eso es gracias al aprendizaje que te da la vida. Yo creo que la escritura es una artesan?a. Cuando era joven quer?a demostrar que pod?a ser ingenioso. Luego, con el tiempo, fui atemperando eso y he cogido el humor de una manera m?s cervantina y menos quevediana, como dir?a Bryce Echenique, ?no? Por otro lado, yo armo cada novela con base en una arquitectura muy clara. Antes de escribir tengo un diagrama que me gu?a y eso me sirve para tener el control.
Aqu? el lector ve surgir el drama de manera muy lejana, como si usted prolongase un suspense educado, por decirlo de alg?n modo.Yo creo que tengo una estrategia que he ido afinando con el tiempo: usar una voz narrativa que trata de ser elegante, sencilla, no juzgadora, que presenta la ubicaci?n y los personajes para que luego sean ellos los que muestren su intensidad y su locura al lector. La novela empieza con cierta morosidad para que el lector llegue a encari?arse con la cotidianidad y que luego sienta las acciones de los personajes muy cercanas. A lo largo de todo el libro también tiendo siempre a sembrar micromisterios, cositas que hagan que el lector vaya tras ese misterio.
?Y no sinti? miedo al concebir el desenlace del misterio, en medio de una novela que cuenta la trascendencia que tiene la vida de los viejos en su fase ?ltima?S?. O sea, el miedo de decir: ?c?mo de cre?ble va a ser esto? Porque son situaciones extremas las que cuento en la novela. Pero mi agente disip? ese miedo al leer el manuscrito y luego, cuando me dijeron que hab?a ganado el premio, se disolvi? todo [risas].
?El misterio est? basado en hechos reales?Hay un personaje que s?, un personaje en cuya vida y muerte me apoyé: Jack Harrison. De hecho, le dedico la novela a él. Jack Harrison, un médico importante, alguien muy cerca de mi, porque es el padre de mi novia, tuvo un c?ncer que se complic? con otro, pero supo ordenar los ?ltimos meses de su vida para despedirse por todo lo alto, haciendo a un lado los cuidados en el hospital para estar en casa, rodeado de sus familiares, y morir con un whisky en la mano.
?C?mo es esa relaci?n entre los que se quedan y el que se va?Yo estoy en una edad en la que empiezo a ver que mucha gente a mi alrededor empieza a languidecer, a tener enfermedades… y uno empieza a intuir que es lo que también le espera. Por eso creo que debemos hacer un ejercicio de empat?a con esa situaci?n.
Volvamos al humor: ?esta novela podr?a haber sido escrita sin humor?Yo no podr?a. Sin humor podr?a haber hecho un ensayo, pero no una novela. Yo empecé a sentir que la novela flu?a cuando empecé a sonre?r al sentarme a escribir. Y eso es importante, ?no? Me gustaba reencontrarme con esos personajes. Porque es un grupo de gente con la que me daban ganas de relacionarme.
?Cu?les son los libros que han influido en su estilo literario, tan importante en su obra?Es que yo olvido todo lo que leo. También lo que veo, las pel?culas y eso. Pero lo que no olvido son las lecturas de la adolescencia. Me acuerdo de Julio Ram?n Ribeyro, Osvaldo Reinoso y Alfredo Bryce Echenique. Ellos tres fueron muy importantes en esa etapa de mi vida. Después: Rulfo y Borges, Cort?zar, Vargas Llosa, Garc?a M?rquez, Onetti… Y creo que de esa mezcolanza naci? mi estilo. Tampoco puedo negar la influencia que ha tenido en m? lo audiovisual, las pel?culas de Spielberg y Woody Allen, por ejemplo.
De esos escritores, aqu? aparece citado Vargas Llosa.Claro. Lo admiro mucho. Mi generaci?n no ha sido opacada por su brillo, como s? lo fue la anterior. Para nosotros, él ha sido un abrepuertas en otros pa?ses.
https://www.uc-4u.com/clip/46f19c73-025b-486e-a275-a178e0f74720_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Rodr?guez, durante la entrevista. | Eduardo Candel Reviejo
Las residencias son el h?bitat de su libro. 'Morideros'.S?. Pero esa expresi?n la dice un personaje, do?a Carmen, que se siente decepcionada de la vida. Un narrador utiliza a esos personajes para expresar cosas que realmente piensa. Supongo que es algo parecido a lo que hacen los actores. Creo que en mi prosa me debato entre tener la elegancia de Julio Ram?n Ribeyro y la intensidad del barroquismo.
Eso se llama obligarse a tener calidad.Bueno, esa es la misi?n. Soy un animal que escribe, porque me guio por la intuici?n y por el o?do para captar el ritmo. Parte de mi drama como lector es que me gusta mucho la poes?a, la leo, pero… yo olvido todo lo que leo, como te he dicho antes. Sin embargo, creo que lo que leo se queda en mi inconsciente y me ayuda en el proceso creativo.
Aqu? el dolor y la felicidad van juntos.S?. Porque as? es la vida, ?no? Un domingo yo estaba tumbado en mi cama, entraba una luz bonita por la ventana y tuve una epifan?a. Dije: "?y si dentro de unos a?os yo estoy todo achacoso y no me di cuenta de que momentos como estos eran la felicidad?" Esa quietud un domingo, sin dolores, sin deudas… creo que eso luego se pos? en esta novela.
Pero luego aqu? el fr?o del invierno es una amenaza para el veterano.S?. Yo sé que es una met?fora manida, pero creo que el reto de todo escritor es darle un giro al cliché para que suene renovado.
Hay una escena que es en s? misma un poema, cuando la anciana Carmen mezcla hechos y pel?culas, mirando al techo.F?jate que esa es una de las escenas que m?s me enternecen. Porque una cosa que buscaba con Carmen o con Eufrasia, la que cuida a los ancianos, es que convivieran con mucho respeto y cari?o porque tienen una edad en la que ya s?lo se ve el lado humano de las personas. Eso hacen ellas dos y por eso me gusta tanto esa escena. Bueno, también cuando las dos se ponen a cantar un huayno.
Pero la vejez atisba desastres.S?. Pero no sé qué decir a eso. Yo creo que veo eso en mi madre, por ejemplo.?Qué papel tiene ahora su madre en su vida?El papel de depositaria de mi ternura, de mi af?n de cuidado. Sé que cuando ella muera se acabar? el testimonio de c?mo fue mi ni?ez.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/cultura/gustavo-rodriguez-animal-escribe-guio-86038843)
Si se lee la obra de este autor, Gustavo Rodr?guez (Lima, 1968), ganador con 'Cinco cuyes' del ?ltimo premio Alfaguara, se podr? deducir enseguida que no s?lo escribe libros, sino que los lee, los ha le?do, los sigue leyendo para que la fuente de su muy potente literatura no sea ni cr?nica ni ocurrencia, sino materia prima del arte que, por ejemplo, cultivaban Borges, Onetti o algunos de sus maestros.
Por eso, porque de ah? viene su experiencia para narrar, Gustavo Rodr?guez se ha atrevido, también con humor, a abordar un asunto que, en otras plumas, probablemente, hubieran sido plomo fr?o. Y hay, dijo su editora, Pilar Reyes, en la presentaci?n que se hizo de la novela en la Librer?a Alberti de Madrid, un iceberg. “Un iceberg caliente”. Para buscar debajo de ese iceberg hablamos con él, empezando por la ra?z del humor con que aborda el asunto que le reclama tan sorprendente escritura debida, precisamente, a la naturaleza de sus lecturas.
?Por qué aborda este asunto tan dif?cil y lo hace con tanto humor?El humor siempre ha sido para m? un arma de defensa desde que era ni?o. Cuando naces con cierta sensibilidad, eres un 'nerd' y no sabes pelear… refugiarte en el humor es algo muy ?til. Es algo que también sirve para escapar de situaciones embarazosas. Por tanto, el humor en m? es algo natural y uno de mis mayores temores al escribir esta novela, que trata de soledad, despedidas y muertes, era que me saliera muy cursi. Pero creo que, por fortuna, el humor vino a contrarrestar eso.
?Qué otros miedos hubo a la hora de enfrentarse a la escritura?Miedo a eso, principalmente: a que me saliera algo cursi. Y… también… a que fuera una obra malnacida. Esta es la obra m?s hermética que he hecho. No le dije a nadie que la estaba escribiendo y me encerré durante seis o siete horas diarias, seis d?as a la semana, y cuando terminé me di cuenta de que ten?a un manuscrito lleno de locura. Después mi agente lo ley?, me dijo que le gustaba y… ?por fin respiré!
?Qué episodios de hostilidad marcaron estos momentos de su vida como autor de este libro?En el caso de mi ni?ez no eran episodios, era un contexto. Yo viv?a con mi familia en un dep?sito de mercado mayorista, en Trujillo, la ciudad a la que llegamos. Era un almacén con tan s?lo una ventanita para ver la calle. Entonces no ten?a donde jugar. As? que ten?a que echar mano de la imaginaci?n y de los libros. Esa fue clave en mi formaci?n. Después yo sent?a que era muy torpe con las palabras, hablando. Cuando lleg? el momento de empezar a socializar empecé a utilizar el humor. S?lo as? pod?a socializar con alguien. O sent?a que s?lo as? pod?a.
Todo eso est? aqu?. Y es algo que recuerda a veces a la escritura par?dica de Guillermo Cabrera Infante.?Por mi esp?ritu l?dico y humor negro, dices?
S?.Pero adem?s de esas dos cosas, pienso que yo también tengo ternura.
Lo digo, por ejemplo, sobre las muchas veces que aparecen pel?culas en la novela… .S?. Tal vez. Pero… no lo hab?a pensado. Ahora que lo dices… Mira: cuando empiezo una novela digo: si puedo resumir la trama en el cintillo de un noticiario, es que ya tengo un libro. Si digo: una mujer se convierte en sicaria misericordiosa, sé que ya tengo una historia. ?Y una gran broma! [risas]. Entonces: mi trabajo es hacer cre?ble esa broma a los lectores.
?C?mo hace para manejar la tensi?n de la normalidad y convertirla en abismo en esta novela?Eso es gracias al aprendizaje que te da la vida. Yo creo que la escritura es una artesan?a. Cuando era joven quer?a demostrar que pod?a ser ingenioso. Luego, con el tiempo, fui atemperando eso y he cogido el humor de una manera m?s cervantina y menos quevediana, como dir?a Bryce Echenique, ?no? Por otro lado, yo armo cada novela con base en una arquitectura muy clara. Antes de escribir tengo un diagrama que me gu?a y eso me sirve para tener el control.
Aqu? el lector ve surgir el drama de manera muy lejana, como si usted prolongase un suspense educado, por decirlo de alg?n modo.Yo creo que tengo una estrategia que he ido afinando con el tiempo: usar una voz narrativa que trata de ser elegante, sencilla, no juzgadora, que presenta la ubicaci?n y los personajes para que luego sean ellos los que muestren su intensidad y su locura al lector. La novela empieza con cierta morosidad para que el lector llegue a encari?arse con la cotidianidad y que luego sienta las acciones de los personajes muy cercanas. A lo largo de todo el libro también tiendo siempre a sembrar micromisterios, cositas que hagan que el lector vaya tras ese misterio.
?Y no sinti? miedo al concebir el desenlace del misterio, en medio de una novela que cuenta la trascendencia que tiene la vida de los viejos en su fase ?ltima?S?. O sea, el miedo de decir: ?c?mo de cre?ble va a ser esto? Porque son situaciones extremas las que cuento en la novela. Pero mi agente disip? ese miedo al leer el manuscrito y luego, cuando me dijeron que hab?a ganado el premio, se disolvi? todo [risas].
?El misterio est? basado en hechos reales?Hay un personaje que s?, un personaje en cuya vida y muerte me apoyé: Jack Harrison. De hecho, le dedico la novela a él. Jack Harrison, un médico importante, alguien muy cerca de mi, porque es el padre de mi novia, tuvo un c?ncer que se complic? con otro, pero supo ordenar los ?ltimos meses de su vida para despedirse por todo lo alto, haciendo a un lado los cuidados en el hospital para estar en casa, rodeado de sus familiares, y morir con un whisky en la mano.
?C?mo es esa relaci?n entre los que se quedan y el que se va?Yo estoy en una edad en la que empiezo a ver que mucha gente a mi alrededor empieza a languidecer, a tener enfermedades… y uno empieza a intuir que es lo que también le espera. Por eso creo que debemos hacer un ejercicio de empat?a con esa situaci?n.
Volvamos al humor: ?esta novela podr?a haber sido escrita sin humor?Yo no podr?a. Sin humor podr?a haber hecho un ensayo, pero no una novela. Yo empecé a sentir que la novela flu?a cuando empecé a sonre?r al sentarme a escribir. Y eso es importante, ?no? Me gustaba reencontrarme con esos personajes. Porque es un grupo de gente con la que me daban ganas de relacionarme.
?Cu?les son los libros que han influido en su estilo literario, tan importante en su obra?Es que yo olvido todo lo que leo. También lo que veo, las pel?culas y eso. Pero lo que no olvido son las lecturas de la adolescencia. Me acuerdo de Julio Ram?n Ribeyro, Osvaldo Reinoso y Alfredo Bryce Echenique. Ellos tres fueron muy importantes en esa etapa de mi vida. Después: Rulfo y Borges, Cort?zar, Vargas Llosa, Garc?a M?rquez, Onetti… Y creo que de esa mezcolanza naci? mi estilo. Tampoco puedo negar la influencia que ha tenido en m? lo audiovisual, las pel?culas de Spielberg y Woody Allen, por ejemplo.
De esos escritores, aqu? aparece citado Vargas Llosa.Claro. Lo admiro mucho. Mi generaci?n no ha sido opacada por su brillo, como s? lo fue la anterior. Para nosotros, él ha sido un abrepuertas en otros pa?ses.
https://www.uc-4u.com/clip/46f19c73-025b-486e-a275-a178e0f74720_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Rodr?guez, durante la entrevista. | Eduardo Candel Reviejo
Las residencias son el h?bitat de su libro. 'Morideros'.S?. Pero esa expresi?n la dice un personaje, do?a Carmen, que se siente decepcionada de la vida. Un narrador utiliza a esos personajes para expresar cosas que realmente piensa. Supongo que es algo parecido a lo que hacen los actores. Creo que en mi prosa me debato entre tener la elegancia de Julio Ram?n Ribeyro y la intensidad del barroquismo.
Eso se llama obligarse a tener calidad.Bueno, esa es la misi?n. Soy un animal que escribe, porque me guio por la intuici?n y por el o?do para captar el ritmo. Parte de mi drama como lector es que me gusta mucho la poes?a, la leo, pero… yo olvido todo lo que leo, como te he dicho antes. Sin embargo, creo que lo que leo se queda en mi inconsciente y me ayuda en el proceso creativo.
Aqu? el dolor y la felicidad van juntos.S?. Porque as? es la vida, ?no? Un domingo yo estaba tumbado en mi cama, entraba una luz bonita por la ventana y tuve una epifan?a. Dije: "?y si dentro de unos a?os yo estoy todo achacoso y no me di cuenta de que momentos como estos eran la felicidad?" Esa quietud un domingo, sin dolores, sin deudas… creo que eso luego se pos? en esta novela.
Pero luego aqu? el fr?o del invierno es una amenaza para el veterano.S?. Yo sé que es una met?fora manida, pero creo que el reto de todo escritor es darle un giro al cliché para que suene renovado.
Hay una escena que es en s? misma un poema, cuando la anciana Carmen mezcla hechos y pel?culas, mirando al techo.F?jate que esa es una de las escenas que m?s me enternecen. Porque una cosa que buscaba con Carmen o con Eufrasia, la que cuida a los ancianos, es que convivieran con mucho respeto y cari?o porque tienen una edad en la que ya s?lo se ve el lado humano de las personas. Eso hacen ellas dos y por eso me gusta tanto esa escena. Bueno, también cuando las dos se ponen a cantar un huayno.
Pero la vejez atisba desastres.S?. Pero no sé qué decir a eso. Yo creo que veo eso en mi madre, por ejemplo.?Qué papel tiene ahora su madre en su vida?El papel de depositaria de mi ternura, de mi af?n de cuidado. Sé que cuando ella muera se acabar? el testimonio de c?mo fue mi ni?ez.
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