الريــم
04-12-2023, 02:30 PM
"La verdad es que no sabr?a qué hacer en el cine hoy en d?a", comenta Héctor Olivera (https://www.epe.es/es/cultura/20230412/hector-olivera-director-cine-argentino-triple-a-85864672) cuando se le pregunta si le apetecer?a ponerse de nuevo tras la c?mara. "Para alguien como yo, que ha pasado toda su vida yendo al cine y viendo las pel?culas en pantalla grande, la situaci?n actual es dram?tica", confiesa el realizador, que ha vivido la edad dorada de las grandes salas, su transformaci?n en minicines, la aparici?n de los sistemas domésticos de reproducci?n y el desembarco de las plataformas digitales.
"Tuve la suerte de encontrar mi vocaci?n a los quince a?os. Un d?a entré en los Estudios Baires Films y quedé deslumbrado por la recreaci?n que hab?an hecho de Viena para una pel?cula de Schubert, que es cierto que no ten?a mucho que ver con la Argentina, pero era el tipo de pel?culas que se hac?an en la época. A partir de entonces, mi vida estuvo ligada al cine", recuerda Olivera que, andando el tiempo, no solo lleg? a ser copropietario de esos estudios, sino que desarroll? una exitosa carrera como productor, distribuidor y realizador, gracias a t?tulos como La Patagonia rebelde o La noche de los l?pices.
"El p?blico es imprevisible. Es muy complicado saber qué le va a gustar. Por eso, en mi carrera hay de todo. Desde malas pel?culas para Roger Corman a cl?sicos del cine argentino como No habr? m?s penas ni olvido, una comedia dram?tica basada en un libro de Osvaldo Soriano. Tal vez sea el trabajo que m?s quiero, porque siempre quise hacer una pel?cula sobre el peronismo, que no tengo claro si es un partido pol?tico o una sensaci?n argentina, pero s? sé que es algo a lo que nunca adher?".
A sus noventa y dos a?os recién cumplidos, Héctor Olivera ha reunido muchos de esos recuerdos vitales y profesionales en Fabricante de sue?os, autobiograf?a que present? este martes en Madrid acompa?ado del presidente de la Academia de Cine, Fernando Méndez-Leite. Un libro en el que, adem?s de momentos dulces, entre los que se encuentran numerosos premios internacionales y jugosos éxitos de taquilla, también se incluyen situaciones dram?ticas. Por ejemplo, las amenazas al realizador y su familia realizadas por la Alianza Anticomunista Argentina, grupo terrorista parapoilicial que secuestr? y asesin? a cientos de personas en la década de los 70.
"Hab?a convencido a mi socio, Fernando Ayala, de que no pod?amos seguir produciendo ?nicamente las pel?culas que nos gustaban a nosotros. Ten?amos que pensar en el p?blico, as? que empezamos a hacer pel?culas como Hotel alojamiento, que estuvo veintid?s semanas en el cine de estreno, o El profesor hippie y El profesor patag?nico, con el c?mico don Luis Sandrini. Ganamos tanto dinero, que consegu? construirme una casa importante en las Lomas de San Isidro. Un d?a, la gente de la Triple A fue a buscarme hasta ah? en los famosos autom?viles Ford Falcon. Cuando vieron c?mo viv?a, no se creyeron que fuera un revolucionario o un bolche, como dec?an ellos, y se fueron. Si hubiera vivido en una casita normal, tal vez no te estar?a contando lo que te cuento ahora", recuerda Olivera que, a pesar de ese operativo y las amenazas, decidi? permanecer en la Argentina con su familia. "Nos quedamos porque mi posici?n era: 'que se vayan ellos'. ?Por qué iba a irme yo del pa?s? ?Cu?l era mi crimen? En todo caso, no fue f?cil porque esa gente maldita, primero mataba y después preguntaba".
Rodar bajo censura
Independientemente de su militancia pol?tica o de su nivel de renta, cualquiera pod?a ser objetivo de la Triple A. De hecho, a pesar de sus discrepancias con el peronismo, Olivera se hab?a significado pol?ticamente al filmar, durante el breve gobierno de Héctor C?mpora, La Patagonia rebelde, pel?cula basada en las investigaciones que Osvaldo Bayer hab?a hecho sobre el asesinato de anarquistas a manos del ejército argentino durante el gobierno de Hip?lito Yrigoyen.
"La Patagonia rebelde fue una audacia de un productor, Fernando Ayala, y un director, yo mismo, pero, como empresarios, fue un disparate. Cuando comenzamos a rodarla, los montoneros ya hab?an matado a José Ignacio Rucci, que era como un ahijado de Per?n en el gremialismo y, durante la filmaci?n, el ERP, el Ejército Revolucionario del Pueblo, atac? la agrupaci?n militar de Azul, provincia de Buenos Aires. Una vez terminada, la pel?cula estuvo parada varios meses hasta que Per?n, para joder al comandante en jefe por una pelea entre militares, autoriz? su estreno. Poco después Per?n muri? y tuvimos que retirar la pel?cula porque era habitual que una patrulla militar se presentase en los cines, subiera a la cabina de proyecci?n y le mostraran la pistola al operador que, solo con ver a los militares, ya sab?a que ten?a que parar la pel?cula".
Adem?s de a esos métodos expeditivos ejercidos por los militares, durante la dictadura Héctor Olivera y sus socios tuvieron que enfrentarse a una férrea censura a manos de un personaje que ha pasado a la historia de la Argentina por su perfil siniestro, reaccionario y perverso: Miguel Paulino Tato.
"Tato era una persona caprichosa y vengativa que hab?a sido cr?tico de cine. Sin embargo, cuando las distribuidoras invitaban a los periodistas a un evento o un acto, nunca lo inclu?an a él porque, dicho por ellos mismos, era un tipo insoportable. Cuando le nombraron censor, no rend?a cuentas a nadie, por lo que lleg? a tener un enorme poder, del cual se aprovech?. Aunque hab?a un secretario de prensa y difusi?n del que depend?a el ente de calificaci?n cinematogr?fica en el que trabajaba Miguel Paulino Tato, ese secretario no pod?a hacer nada contra él. Esto provocaba que tuviéramos que negociar directamente con Tato. Por ejemplo, nos dec?a cosas como: 'en el segundo acto hay una teta y m?s adelante un culo' y nosotros intent?bamos convencerle: 'vale, aceptamos que se corte la parte de las tetas, pero deje el culo'. Era algo muy triste".
La llegada de la democracia acab? con la dictadura de Tato, la de los militares y trajo otro de los grandes éxitos de Olivera que, en contra de lo que hab?a previsto en un primer momento, se vio narrando una historia que hab?a descartado completamente: La noche de los l?pices, una cinta sobre los ?ltimos d?as de un grupo de estudiantes de secundaria de La Plata que fueron secuestrados, torturados, asesinados y desaparecidos en 1976.
"Aunque en la pel?cula Argentina 1985 no aparece demasiado, la realidad es que Ra?l Alfons?n se jug? su presidencia para que hubiera un juicio a los que hab?an sido comandantes en jefe durante el periodo de facto. Gracias a ese proceso, sali? a relucir todo lo que los militares hab?an hecho. En esa época me encontraba en Los ?ngeles presentando No habr? m?s penas ni olvido, y al final de la proyecci?n hab?a un coloquio. En el turno de preguntas, alguien me dijo en inglés pero con acento argentino que cu?ndo iba a hacer la pel?cula de los desaparecidos. Respond? que no cre?a que debiera ser yo quien hiciera esa pel?cula, sino alg?n otro colega. Sin embargo, cuando le? en el diario el testimonio de Pablo D?az, uno de los chicos en los que se inspira la pel?cula, me dije que esa historia ten?a que llevarse al cine y difundirse mundialmente. A pesar del tiempo transcurrido, hay colegios que el 16 de septiembre, d?a de las detenciones, pasan la pel?cula. Aunque nunca pensé que rodar?a una pel?cula como esa, a veces uno siente que, como director, tiene una responsabilidad con la sociedad".
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/cultura/hector-olivera-director-cine-argentino-85910283)
"Tuve la suerte de encontrar mi vocaci?n a los quince a?os. Un d?a entré en los Estudios Baires Films y quedé deslumbrado por la recreaci?n que hab?an hecho de Viena para una pel?cula de Schubert, que es cierto que no ten?a mucho que ver con la Argentina, pero era el tipo de pel?culas que se hac?an en la época. A partir de entonces, mi vida estuvo ligada al cine", recuerda Olivera que, andando el tiempo, no solo lleg? a ser copropietario de esos estudios, sino que desarroll? una exitosa carrera como productor, distribuidor y realizador, gracias a t?tulos como La Patagonia rebelde o La noche de los l?pices.
"El p?blico es imprevisible. Es muy complicado saber qué le va a gustar. Por eso, en mi carrera hay de todo. Desde malas pel?culas para Roger Corman a cl?sicos del cine argentino como No habr? m?s penas ni olvido, una comedia dram?tica basada en un libro de Osvaldo Soriano. Tal vez sea el trabajo que m?s quiero, porque siempre quise hacer una pel?cula sobre el peronismo, que no tengo claro si es un partido pol?tico o una sensaci?n argentina, pero s? sé que es algo a lo que nunca adher?".
A sus noventa y dos a?os recién cumplidos, Héctor Olivera ha reunido muchos de esos recuerdos vitales y profesionales en Fabricante de sue?os, autobiograf?a que present? este martes en Madrid acompa?ado del presidente de la Academia de Cine, Fernando Méndez-Leite. Un libro en el que, adem?s de momentos dulces, entre los que se encuentran numerosos premios internacionales y jugosos éxitos de taquilla, también se incluyen situaciones dram?ticas. Por ejemplo, las amenazas al realizador y su familia realizadas por la Alianza Anticomunista Argentina, grupo terrorista parapoilicial que secuestr? y asesin? a cientos de personas en la década de los 70.
"Hab?a convencido a mi socio, Fernando Ayala, de que no pod?amos seguir produciendo ?nicamente las pel?culas que nos gustaban a nosotros. Ten?amos que pensar en el p?blico, as? que empezamos a hacer pel?culas como Hotel alojamiento, que estuvo veintid?s semanas en el cine de estreno, o El profesor hippie y El profesor patag?nico, con el c?mico don Luis Sandrini. Ganamos tanto dinero, que consegu? construirme una casa importante en las Lomas de San Isidro. Un d?a, la gente de la Triple A fue a buscarme hasta ah? en los famosos autom?viles Ford Falcon. Cuando vieron c?mo viv?a, no se creyeron que fuera un revolucionario o un bolche, como dec?an ellos, y se fueron. Si hubiera vivido en una casita normal, tal vez no te estar?a contando lo que te cuento ahora", recuerda Olivera que, a pesar de ese operativo y las amenazas, decidi? permanecer en la Argentina con su familia. "Nos quedamos porque mi posici?n era: 'que se vayan ellos'. ?Por qué iba a irme yo del pa?s? ?Cu?l era mi crimen? En todo caso, no fue f?cil porque esa gente maldita, primero mataba y después preguntaba".
Rodar bajo censura
Independientemente de su militancia pol?tica o de su nivel de renta, cualquiera pod?a ser objetivo de la Triple A. De hecho, a pesar de sus discrepancias con el peronismo, Olivera se hab?a significado pol?ticamente al filmar, durante el breve gobierno de Héctor C?mpora, La Patagonia rebelde, pel?cula basada en las investigaciones que Osvaldo Bayer hab?a hecho sobre el asesinato de anarquistas a manos del ejército argentino durante el gobierno de Hip?lito Yrigoyen.
"La Patagonia rebelde fue una audacia de un productor, Fernando Ayala, y un director, yo mismo, pero, como empresarios, fue un disparate. Cuando comenzamos a rodarla, los montoneros ya hab?an matado a José Ignacio Rucci, que era como un ahijado de Per?n en el gremialismo y, durante la filmaci?n, el ERP, el Ejército Revolucionario del Pueblo, atac? la agrupaci?n militar de Azul, provincia de Buenos Aires. Una vez terminada, la pel?cula estuvo parada varios meses hasta que Per?n, para joder al comandante en jefe por una pelea entre militares, autoriz? su estreno. Poco después Per?n muri? y tuvimos que retirar la pel?cula porque era habitual que una patrulla militar se presentase en los cines, subiera a la cabina de proyecci?n y le mostraran la pistola al operador que, solo con ver a los militares, ya sab?a que ten?a que parar la pel?cula".
Adem?s de a esos métodos expeditivos ejercidos por los militares, durante la dictadura Héctor Olivera y sus socios tuvieron que enfrentarse a una férrea censura a manos de un personaje que ha pasado a la historia de la Argentina por su perfil siniestro, reaccionario y perverso: Miguel Paulino Tato.
"Tato era una persona caprichosa y vengativa que hab?a sido cr?tico de cine. Sin embargo, cuando las distribuidoras invitaban a los periodistas a un evento o un acto, nunca lo inclu?an a él porque, dicho por ellos mismos, era un tipo insoportable. Cuando le nombraron censor, no rend?a cuentas a nadie, por lo que lleg? a tener un enorme poder, del cual se aprovech?. Aunque hab?a un secretario de prensa y difusi?n del que depend?a el ente de calificaci?n cinematogr?fica en el que trabajaba Miguel Paulino Tato, ese secretario no pod?a hacer nada contra él. Esto provocaba que tuviéramos que negociar directamente con Tato. Por ejemplo, nos dec?a cosas como: 'en el segundo acto hay una teta y m?s adelante un culo' y nosotros intent?bamos convencerle: 'vale, aceptamos que se corte la parte de las tetas, pero deje el culo'. Era algo muy triste".
La llegada de la democracia acab? con la dictadura de Tato, la de los militares y trajo otro de los grandes éxitos de Olivera que, en contra de lo que hab?a previsto en un primer momento, se vio narrando una historia que hab?a descartado completamente: La noche de los l?pices, una cinta sobre los ?ltimos d?as de un grupo de estudiantes de secundaria de La Plata que fueron secuestrados, torturados, asesinados y desaparecidos en 1976.
"Aunque en la pel?cula Argentina 1985 no aparece demasiado, la realidad es que Ra?l Alfons?n se jug? su presidencia para que hubiera un juicio a los que hab?an sido comandantes en jefe durante el periodo de facto. Gracias a ese proceso, sali? a relucir todo lo que los militares hab?an hecho. En esa época me encontraba en Los ?ngeles presentando No habr? m?s penas ni olvido, y al final de la proyecci?n hab?a un coloquio. En el turno de preguntas, alguien me dijo en inglés pero con acento argentino que cu?ndo iba a hacer la pel?cula de los desaparecidos. Respond? que no cre?a que debiera ser yo quien hiciera esa pel?cula, sino alg?n otro colega. Sin embargo, cuando le? en el diario el testimonio de Pablo D?az, uno de los chicos en los que se inspira la pel?cula, me dije que esa historia ten?a que llevarse al cine y difundirse mundialmente. A pesar del tiempo transcurrido, hay colegios que el 16 de septiembre, d?a de las detenciones, pasan la pel?cula. Aunque nunca pensé que rodar?a una pel?cula como esa, a veces uno siente que, como director, tiene una responsabilidad con la sociedad".
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