الريــم
04-09-2023, 03:50 PM
“Hola guapa, me llamo Brice, acabo de ver tu perfil Estoy dispuesto a mimarte y darte 5.000 d?lares semanales”, escribe un tal @Brice_085 en Instagram. Est? claro que el supuesto 'sugar daddy' [hombre que ofrece regalos a cambio de compa??a, afecto o sexo] es uno de los miles de ‘bots’ que interact?an sin parar en redes sociales, en este caso, con fines delictivos. Sin embargo, con el avance de los avatares y, sobre todo, de la Inteligencia Artificial (IA), cada vez es m?s dif?cil saber si usuarios, instagramers o tiktokers son personas humanas o virtuales. Y esa creciente inquietud ya est? llegando -a veces con la exaltaci?n de la cacer?a de brujas- hasta el punto de que los creadores de contenido digital se encuentran cada vez m?s en la extra?a tesitura de demostrar que son auténticos.
"De verdad que soy real", ha mantenido la tiktoker alemana Nicole Hermeteor, activista de la alopecia femenina, después de que algunos usuarios le dedicaran frases tipo "por dios, esto no es un humano real" o "tengo miedo". Otra tiktoker, Danisha Carter, acostumbrada también a este tipo de preguntas y comentarios, ha acabado convirtiendo la estética avatar en un elemento extra?ado de juego y de su marca personal.
'Influencers' virtuales o de estética cyborg
“El refr?n de ver para creer va a quedar obsoleto, porque ya no podemos fiarnos ni de lo que vemos”, apunta la periodista y coordinadora de Maldita Tecnolog?a Patricia Ruiz sobre el desaf?o que supone el avance de la IA unida a la desinformaci?n. El analista y cocreador del p?dcast 'Monos Estoc?sticos', Antonio Ortiz, lo explica as?: “Por nuestra naturaleza damos m?s credibilidad a la foto y al v?deo que al texto, pero empezaremos a desarrollar un fuerte escepticismo hacia todo lo que nos llegue”. Ruiz est? de acuerdo. “Hay que ser escépticos con todo”, afirma, e igual que antes est?bamos prevenidos ante un mensaje cutre de WhatsApp, ahora también debemos estarlo al consumir contenido audiovisual.
La cuesti?n de la autenticidad humana, sin embargo, va un paso m?s all? de los contenidos creados por IA. Cada vez hay m?s herramientas para detectar si un texto o una imagen est?n elaborados artificialmente. Ah? est?n, por ejemplo, las falsas im?genes del papa Francisco posando con un abrigo blanco de Balenciaga, la detenci?n 'fake' de Trump o los bailes en TikTok de la princesa Leonor, que llevaron a muchos al enga?o. Sin embargo, los mecanismos para acreditar que una persona es auténtica, afirman los especialistas, siguen siendo muy rudimentarios.
La "paranoia" de saber quién es real
De hecho, el escepticismo ante la autenticidad de los creadores de contenido llega en un momento, adem?s, en el que aumentan las ‘influencers’ virtuales que participan de campa?as publicitarias y act?an en sus redes sociales como personas reales. Una de las m?s populares es Lil Miquela, la IA que ha colaborado con marcas tan punteras como Prada o Calvin Klein. Adem?s, para hacerlo todo a?n m?s complicado, esta creciente confusi?n coincide cuando, en plena explosi?n de la IA y sus estéticas, una nueva generaci?n de personajes p?blicos, como la actriz Julia Fox y la estrella de la telerrealidad estadounidense Amelia Grey Hamlin, se est?n apuntando al 'look' cyborg.
https://www.uc-4u.com/clip/06e0413d-4f85-4622-a32a-32d92ef30874_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg La estrella virtual Lil Miquela, con su exnovio humano Nick. |
En este contexto prende lo que la periodista Kate Lindsey ha calificado de "paranoia" en la revista especializada en tecnolog?a 'The Verge'. En un art?culo titulado 'En internet, nadie sabe que eres real', Lindsey toma el pulso a esta creciente preocupaci?n -"paranoia en su punto m?s ?lgido", escribe- por acreditar la humanidad de 'influencers' -en este caso de carne y hueso- que a menudo se topan con comentarios del corte “pero, ?eres un robot o no?”, “esto no es un humano de verdad” o “ya no tengo ni idea de lo que es real”.
Descreimiento
“Cuanto m?s contenido generado por IA se comparta, mayor puede ser el descreimiento en todo”, sobre todo para aquellas personas que “se salgan de la norma”, afirma Antonio Ortiz. Eso s?, seg?n el analista, “la b?squeda de lo puramente humano seguir? ah?”, al igual que sucede ahora cuando telefoneamos a un servicio de atenci?n al cliente y pedimos que no nos atienda un robot.
“Es normal dudar y me parece ‘guay’ que lo hagamos al ver, como sucedi? en Rusia, a una presentadora del tiempo creada con IA”, a?ade Ruiz, quien cree que “hemos hecho algo bien cuando nos planteamos si la realidad que estamos viendo existe o no”.
Verificar que somos ‘de carne y hueso’
Y aqu? tocamos hueso: ?qué mecanismos existen para verificar que no somos robots ni estamos interlocutando con ninguno de ellos? Los Captchas se presentan normalmente pidiendo que resolvamos operaciones matem?ticas sencillas o que se?alemos ?nicamente las im?genes que contengan sem?foros, bicicletas o bocas de incendios. Pero, ?qué sucede cu?ndo la IA puede superar estos mecanismos y decirle a internet que también es humana? La cuesti?n es que, cuantos m?s datos entregamos para verificar que somos auténticos, m?s informaci?n tiene la IA para esquivar los controles. Ante este desaf?o, Patricia Ruiz, no obstante, considera que "la tecnolog?a avanzar? y nos dar? la soluci?n”.
Mientras tanto, los usuarios creados por IA también se mueven por las redes sociales de forma m?s o menos natural. En plataformas donde no es com?n encontrarse Captchas, también cunde la preocupaci?n por ver quién es humano y quién no. Este es uno de los “problemas” que se plantean empresarios como Elon Musk, que ha decidido verificar a los usuarios humanos de Twitter con un ‘tick’ azul. Para ello, debes demostrar que eres real y pagar una mensualidad. Se introduce as?, cuenta Antonio Ortiz, una “nueva problem?tica”: que ser humano en internet cueste dinero.
Adaptaci?n al futuro: del ‘te falta calle’ al ‘te falta internet’
La imagen del papa Francisco ha servido para “pasar un buen rato” y bromear con aquellos a los que “les falta internet”, como apunta Ortiz. El problema es el foco pesimista que ilumina la Inteligencia Artificial. “No recuerdo otra tecnolog?a con la que haya habido tanta preocupaci?n y mensajes de prudencia”, explica el analista. Ruiz a?ade que “la tecnolog?a ha existido siempre y ahora mismo estamos viviendo una revoluci?n”, por lo que debemos confiar en sus beneficios. Al fin y al cabo, afirma Ortiz, “con una m?quina de escribir también se pod?an escribir textos falsos”. Ambos analizan el punto actual de desarrollo de la IA y se esfuerzan por evitar el alarmismo y ver esta tecnolog?a como lo que es: “Otro cambio social al que nos adaptaremos”.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/sociedad/real-avatar-acuciante-inquietud-detectar-85799788)
"De verdad que soy real", ha mantenido la tiktoker alemana Nicole Hermeteor, activista de la alopecia femenina, después de que algunos usuarios le dedicaran frases tipo "por dios, esto no es un humano real" o "tengo miedo". Otra tiktoker, Danisha Carter, acostumbrada también a este tipo de preguntas y comentarios, ha acabado convirtiendo la estética avatar en un elemento extra?ado de juego y de su marca personal.
'Influencers' virtuales o de estética cyborg
“El refr?n de ver para creer va a quedar obsoleto, porque ya no podemos fiarnos ni de lo que vemos”, apunta la periodista y coordinadora de Maldita Tecnolog?a Patricia Ruiz sobre el desaf?o que supone el avance de la IA unida a la desinformaci?n. El analista y cocreador del p?dcast 'Monos Estoc?sticos', Antonio Ortiz, lo explica as?: “Por nuestra naturaleza damos m?s credibilidad a la foto y al v?deo que al texto, pero empezaremos a desarrollar un fuerte escepticismo hacia todo lo que nos llegue”. Ruiz est? de acuerdo. “Hay que ser escépticos con todo”, afirma, e igual que antes est?bamos prevenidos ante un mensaje cutre de WhatsApp, ahora también debemos estarlo al consumir contenido audiovisual.
La cuesti?n de la autenticidad humana, sin embargo, va un paso m?s all? de los contenidos creados por IA. Cada vez hay m?s herramientas para detectar si un texto o una imagen est?n elaborados artificialmente. Ah? est?n, por ejemplo, las falsas im?genes del papa Francisco posando con un abrigo blanco de Balenciaga, la detenci?n 'fake' de Trump o los bailes en TikTok de la princesa Leonor, que llevaron a muchos al enga?o. Sin embargo, los mecanismos para acreditar que una persona es auténtica, afirman los especialistas, siguen siendo muy rudimentarios.
La "paranoia" de saber quién es real
De hecho, el escepticismo ante la autenticidad de los creadores de contenido llega en un momento, adem?s, en el que aumentan las ‘influencers’ virtuales que participan de campa?as publicitarias y act?an en sus redes sociales como personas reales. Una de las m?s populares es Lil Miquela, la IA que ha colaborado con marcas tan punteras como Prada o Calvin Klein. Adem?s, para hacerlo todo a?n m?s complicado, esta creciente confusi?n coincide cuando, en plena explosi?n de la IA y sus estéticas, una nueva generaci?n de personajes p?blicos, como la actriz Julia Fox y la estrella de la telerrealidad estadounidense Amelia Grey Hamlin, se est?n apuntando al 'look' cyborg.
https://www.uc-4u.com/clip/06e0413d-4f85-4622-a32a-32d92ef30874_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg La estrella virtual Lil Miquela, con su exnovio humano Nick. |
En este contexto prende lo que la periodista Kate Lindsey ha calificado de "paranoia" en la revista especializada en tecnolog?a 'The Verge'. En un art?culo titulado 'En internet, nadie sabe que eres real', Lindsey toma el pulso a esta creciente preocupaci?n -"paranoia en su punto m?s ?lgido", escribe- por acreditar la humanidad de 'influencers' -en este caso de carne y hueso- que a menudo se topan con comentarios del corte “pero, ?eres un robot o no?”, “esto no es un humano de verdad” o “ya no tengo ni idea de lo que es real”.
Descreimiento
“Cuanto m?s contenido generado por IA se comparta, mayor puede ser el descreimiento en todo”, sobre todo para aquellas personas que “se salgan de la norma”, afirma Antonio Ortiz. Eso s?, seg?n el analista, “la b?squeda de lo puramente humano seguir? ah?”, al igual que sucede ahora cuando telefoneamos a un servicio de atenci?n al cliente y pedimos que no nos atienda un robot.
“Es normal dudar y me parece ‘guay’ que lo hagamos al ver, como sucedi? en Rusia, a una presentadora del tiempo creada con IA”, a?ade Ruiz, quien cree que “hemos hecho algo bien cuando nos planteamos si la realidad que estamos viendo existe o no”.
Verificar que somos ‘de carne y hueso’
Y aqu? tocamos hueso: ?qué mecanismos existen para verificar que no somos robots ni estamos interlocutando con ninguno de ellos? Los Captchas se presentan normalmente pidiendo que resolvamos operaciones matem?ticas sencillas o que se?alemos ?nicamente las im?genes que contengan sem?foros, bicicletas o bocas de incendios. Pero, ?qué sucede cu?ndo la IA puede superar estos mecanismos y decirle a internet que también es humana? La cuesti?n es que, cuantos m?s datos entregamos para verificar que somos auténticos, m?s informaci?n tiene la IA para esquivar los controles. Ante este desaf?o, Patricia Ruiz, no obstante, considera que "la tecnolog?a avanzar? y nos dar? la soluci?n”.
Mientras tanto, los usuarios creados por IA también se mueven por las redes sociales de forma m?s o menos natural. En plataformas donde no es com?n encontrarse Captchas, también cunde la preocupaci?n por ver quién es humano y quién no. Este es uno de los “problemas” que se plantean empresarios como Elon Musk, que ha decidido verificar a los usuarios humanos de Twitter con un ‘tick’ azul. Para ello, debes demostrar que eres real y pagar una mensualidad. Se introduce as?, cuenta Antonio Ortiz, una “nueva problem?tica”: que ser humano en internet cueste dinero.
Adaptaci?n al futuro: del ‘te falta calle’ al ‘te falta internet’
La imagen del papa Francisco ha servido para “pasar un buen rato” y bromear con aquellos a los que “les falta internet”, como apunta Ortiz. El problema es el foco pesimista que ilumina la Inteligencia Artificial. “No recuerdo otra tecnolog?a con la que haya habido tanta preocupaci?n y mensajes de prudencia”, explica el analista. Ruiz a?ade que “la tecnolog?a ha existido siempre y ahora mismo estamos viviendo una revoluci?n”, por lo que debemos confiar en sus beneficios. Al fin y al cabo, afirma Ortiz, “con una m?quina de escribir también se pod?an escribir textos falsos”. Ambos analizan el punto actual de desarrollo de la IA y se esfuerzan por evitar el alarmismo y ver esta tecnolog?a como lo que es: “Otro cambio social al que nos adaptaremos”.
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