الريــم
04-08-2023, 09:38 AM
Feyenoord y Roma se medir?n el pr?ximo jueves en la ida de los cuartos de final de la Europa League. Ser? la reedici?n de la final de la pasada Conference League, que cay? del lado del conjunto italiano, es decir, del lado de José Mourinho. El técnico portugués complet?, con aquel triunfo, un pleno inédito, el de las tres competiciones internacionales de clubes (posee dos Champions, dos Copas de la UEFA y una Conference), y demostr? que, cuando llega la primavera, sus equipos florecen y optan, casi siempre, a los t?tulos. Hasta 26 lucen en las vitrinas del preparador nacido en Set?bal.
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Pero todo tiene un comienzo. Y los primeros éxitos de Mourinho como entrenador llegaron hace exactamente 20 a?os. En su primera temporada completa a los mandos del Oporto, la 2002-03, gan? la Primeira Liga, conquist? la Taça de Portugal y super? al Celtic por 3-2 en una trepidante final de la Copa de la UEFA. Un triplete como carta de presentaci?n. “Hoy es f?cil decir que su impacto fue inmediato, pero probablemente estemos influenciados por el conocimiento que tenemos de lo que sucedi? después”. Quien habla es Diogo Faria, miembro del departamento de comunicaci?n de los ‘Drag?es’, dando fe de que ni el m?s optimista habr?a pronosticado la transformaci?n que vivir?a el Oporto tras la llegada, en enero de 2002, de José Mourinho. La apuesta, con el equipo sumido en una crisis de resultados, fue del presidente, el hist?rico Jorge Nuno Pinto da Costa, quien ya conoc?a al técnico de su etapa como ayudante de Robson. “Robson fue un entrenador muy importante en la historia del Oporto, pero la afici?n no repar? demasiado en la figura de su joven técnico adjunto. De hecho, muchos pensaban que era su traductor. S?lo los que segu?an m?s de cerca al equipo ya se dieron cuenta de que Mourinho ten?a una influencia relevante en el trabajo diario del equipo”, reconoce Faria. Adem?s de hacer valer una excelente relaci?n personal, el presidente del Oporto tuvo que acallar las voces que acusaban a Mourinho de cierta inestabilidad en los banquillos. No en vano, su debut como primer entrenador no hab?a sido precisamente un camino de rosas. La primera experiencia en solitario se produjo en el Benfica, en la temporada 2000-01, después de declinar la invitaci?n de Robson de formar parte del cuerpo técnico del Newcastle. Mou se sent?a preparado para dar el gran salto y no dud? cuando el cuadro ‘encarnado ’le eligi? para sustituir a Heynckes. “Mourinho era un desconocido. Se le presupon?a una s?lida formaci?n y experiencia al lado de técnicos como Robson o Van Gaal, pero nadie so?aba con el nivel que acabar?a alcanzando. En poco tiempo, estabiliz? al equipo y gole? al Sporting, el vigente campe?n”, recuerda Faria. Pero el Benfica, también en crisis, convoc? elecciones y la llegada de un nuevo presidente alter? el ecosistema. Ni corto ni pereoso, Mourinho exigi? a la nueva directiva un nuevo contrato; quer?a sentir su confianza. “Al no encontrarla, se march? del club en diciembre. Y, de hecho, a punto estuvo de irse al Sporting...”, a?ade el periodista. El joven técnico demostraba car?cter, pero se quedaba en el paro a media temporada.
Para el curso 2001-02, Mou fich? por el modesto Uni?o de Leiria, un escenario m?s acorde a su todav?a vac?o curr?culum. Para un club acostumbrado a luchar por la permanencia, aquello fue un subid?n: el equipo termin? quinto tras la primera vuelta. Pero otra vez Mourinho abandon? un proyecto a medias. Esta vez, tras una oferta irrechazable. “?l y el Oporto firmaron un acuerdo secreto en diciembre, en un momento en el que el Benfica también quer?a recuperarlo. Pero los resultados del Oporto empeoraron y su llegada se avanz?”, admite Faria.
A la tercera fue la vencida. Porque la seguridad con la que se present? en su nuevo club todav?a colea en la ciudad del norte del pa?s. “El a?o que viene seremos campeones nacionales”, dijo nada m?s llegar, un mensaje a medio camino entre la convicci?n y la arrogancia, el primero de muchos. Nac?a la versi?n m?s medi?tica de Mourinho; también la m?s psicol?gica: cambi? la mentalidad del grupo y gener? una ola de entusiasmo que se contagi? entre la afici?n. En la ?ltima jornada, el equipo se clasific? para la UEFA.
“El a?o que viene seremos campeones”, dijo Mourinho nada m?s aterrizar en Oporto
El primer triplete
Y as? llegamos a la temporada 2002-03, la primera que Mourinho complet? de principio a fin. Aunque el club ya ten?a apalabrados a jugadores como Ferreira, Pedro Emanuel y Maniche, el nuevo técnico fue el encargado de liderar una profunda remodelaci?n de la plantilla, apostando por el mercado nacional. As? las cosas, se trajo de su exequipo a Nuno Valente y Derlei, este ?ltimo un delantero m?vil, fuerte y muy completo. “Fue su fichaje m?s importante”, considera Faria. También reorden? jerarqu?as y pacific? el club con el regreso del hist?rico Jorge Costa, en conflicto con el anterior técnico, Oct?vio Machado. Le devolvi? la capitan?a y se gan? a la hinchada. En el campo aquel Oporto era un equipo muy fuerte t?cticamente. Y aunque alg?n despistado pueda pensar lo contrario, no especulaba. “Mourinho valoraba la posesi?n de bal?n, presionaba alto y era muy ofensivo”, asegura Faria, que se?ala a Deco como “el jugador m?s decisivo” y a Jorge Costa y a Vitor Ba?a como “los l?deres espirituales”. En aquel grupo también destacaban Ricardo Carvalho y Costinha. A excepci?n del ruso Alenichev, el conjunto estaba compuesto mayoritariamente por portugueses.
La trayectoria del Oporto en el campeonato doméstico no present? sobresaltos. Tal y como hab?a pronosticado su entrenador, el equipo, que arranc? el torneo con un empate en casa, pronto se postul? como el gran candidato al t?tulo. “La superioridad fue aplastante. Eso permiti? gestionar y afrontar con tranquilidad las eliminatorias de la Copa de la UEFA”, recuerda Faria. Entre noviembre y marzo, el Oporto se deshizo del Lens, el Denizlispor y el Panathinaikos. En semis fue el turno de la Lazio. El partido de ida, disputado bajo una intensa lluvia en Das Antas –el antiguo estadio del Oporto; Do Drag?o se inaugurar?a a finales de 2003–, fue uno de los mejores de la temporada. Termin? 4-1. “Para m?, es el mejor de la era Mourinho en el Oporto”, evoca Faria. “La Lazio marc? primero, pero la reacci?n del equipo fue fort?sima, con una cantidad de oportunidades que podr?an haberse traducido con siete u ocho goles. Fue una avalancha de f?tbol ofensivo que no dio respiro al rival”, a?ade. El 24 de abril, un 0-0 en el Ol?mpico permiti? a los ‘Drag?es ’certificar el billete a la final de la UEFA. Poco después, el 4 de mayo, en casa y ante el Santa Clara, el equipo sell? matem?ticamente el t?tulo de liga (que terminar?a con 86 puntos, un nuevo récord en la competici?n). Y entremedias también cay? el acceso a la final copera, tras batir al Naval en semifinales por 2-0. En el duelo decisivo, que se disputar?a en junio, Mourinho completar?a el triplete derrotando a su exequipo, el Uni?o de Leiria.
La primera gran primavera de Mourinho no fue flor de un d?a. Vendr?an m?s. Con el propio Oporto, donde al a?o siguiente lograr?a liga y Champions, pero también con el Chelsea, el Inter, el Real Madrid o el Manchester United. Dos décadas después, los equipos de Mou siguen ‘alter?ndose ’cuando llega el mes de abril
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/sport-dossier-by-panenka/primavera-mourinho-85745082)
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Pero todo tiene un comienzo. Y los primeros éxitos de Mourinho como entrenador llegaron hace exactamente 20 a?os. En su primera temporada completa a los mandos del Oporto, la 2002-03, gan? la Primeira Liga, conquist? la Taça de Portugal y super? al Celtic por 3-2 en una trepidante final de la Copa de la UEFA. Un triplete como carta de presentaci?n. “Hoy es f?cil decir que su impacto fue inmediato, pero probablemente estemos influenciados por el conocimiento que tenemos de lo que sucedi? después”. Quien habla es Diogo Faria, miembro del departamento de comunicaci?n de los ‘Drag?es’, dando fe de que ni el m?s optimista habr?a pronosticado la transformaci?n que vivir?a el Oporto tras la llegada, en enero de 2002, de José Mourinho. La apuesta, con el equipo sumido en una crisis de resultados, fue del presidente, el hist?rico Jorge Nuno Pinto da Costa, quien ya conoc?a al técnico de su etapa como ayudante de Robson. “Robson fue un entrenador muy importante en la historia del Oporto, pero la afici?n no repar? demasiado en la figura de su joven técnico adjunto. De hecho, muchos pensaban que era su traductor. S?lo los que segu?an m?s de cerca al equipo ya se dieron cuenta de que Mourinho ten?a una influencia relevante en el trabajo diario del equipo”, reconoce Faria. Adem?s de hacer valer una excelente relaci?n personal, el presidente del Oporto tuvo que acallar las voces que acusaban a Mourinho de cierta inestabilidad en los banquillos. No en vano, su debut como primer entrenador no hab?a sido precisamente un camino de rosas. La primera experiencia en solitario se produjo en el Benfica, en la temporada 2000-01, después de declinar la invitaci?n de Robson de formar parte del cuerpo técnico del Newcastle. Mou se sent?a preparado para dar el gran salto y no dud? cuando el cuadro ‘encarnado ’le eligi? para sustituir a Heynckes. “Mourinho era un desconocido. Se le presupon?a una s?lida formaci?n y experiencia al lado de técnicos como Robson o Van Gaal, pero nadie so?aba con el nivel que acabar?a alcanzando. En poco tiempo, estabiliz? al equipo y gole? al Sporting, el vigente campe?n”, recuerda Faria. Pero el Benfica, también en crisis, convoc? elecciones y la llegada de un nuevo presidente alter? el ecosistema. Ni corto ni pereoso, Mourinho exigi? a la nueva directiva un nuevo contrato; quer?a sentir su confianza. “Al no encontrarla, se march? del club en diciembre. Y, de hecho, a punto estuvo de irse al Sporting...”, a?ade el periodista. El joven técnico demostraba car?cter, pero se quedaba en el paro a media temporada.
Para el curso 2001-02, Mou fich? por el modesto Uni?o de Leiria, un escenario m?s acorde a su todav?a vac?o curr?culum. Para un club acostumbrado a luchar por la permanencia, aquello fue un subid?n: el equipo termin? quinto tras la primera vuelta. Pero otra vez Mourinho abandon? un proyecto a medias. Esta vez, tras una oferta irrechazable. “?l y el Oporto firmaron un acuerdo secreto en diciembre, en un momento en el que el Benfica también quer?a recuperarlo. Pero los resultados del Oporto empeoraron y su llegada se avanz?”, admite Faria.
A la tercera fue la vencida. Porque la seguridad con la que se present? en su nuevo club todav?a colea en la ciudad del norte del pa?s. “El a?o que viene seremos campeones nacionales”, dijo nada m?s llegar, un mensaje a medio camino entre la convicci?n y la arrogancia, el primero de muchos. Nac?a la versi?n m?s medi?tica de Mourinho; también la m?s psicol?gica: cambi? la mentalidad del grupo y gener? una ola de entusiasmo que se contagi? entre la afici?n. En la ?ltima jornada, el equipo se clasific? para la UEFA.
“El a?o que viene seremos campeones”, dijo Mourinho nada m?s aterrizar en Oporto
El primer triplete
Y as? llegamos a la temporada 2002-03, la primera que Mourinho complet? de principio a fin. Aunque el club ya ten?a apalabrados a jugadores como Ferreira, Pedro Emanuel y Maniche, el nuevo técnico fue el encargado de liderar una profunda remodelaci?n de la plantilla, apostando por el mercado nacional. As? las cosas, se trajo de su exequipo a Nuno Valente y Derlei, este ?ltimo un delantero m?vil, fuerte y muy completo. “Fue su fichaje m?s importante”, considera Faria. También reorden? jerarqu?as y pacific? el club con el regreso del hist?rico Jorge Costa, en conflicto con el anterior técnico, Oct?vio Machado. Le devolvi? la capitan?a y se gan? a la hinchada. En el campo aquel Oporto era un equipo muy fuerte t?cticamente. Y aunque alg?n despistado pueda pensar lo contrario, no especulaba. “Mourinho valoraba la posesi?n de bal?n, presionaba alto y era muy ofensivo”, asegura Faria, que se?ala a Deco como “el jugador m?s decisivo” y a Jorge Costa y a Vitor Ba?a como “los l?deres espirituales”. En aquel grupo también destacaban Ricardo Carvalho y Costinha. A excepci?n del ruso Alenichev, el conjunto estaba compuesto mayoritariamente por portugueses.
La trayectoria del Oporto en el campeonato doméstico no present? sobresaltos. Tal y como hab?a pronosticado su entrenador, el equipo, que arranc? el torneo con un empate en casa, pronto se postul? como el gran candidato al t?tulo. “La superioridad fue aplastante. Eso permiti? gestionar y afrontar con tranquilidad las eliminatorias de la Copa de la UEFA”, recuerda Faria. Entre noviembre y marzo, el Oporto se deshizo del Lens, el Denizlispor y el Panathinaikos. En semis fue el turno de la Lazio. El partido de ida, disputado bajo una intensa lluvia en Das Antas –el antiguo estadio del Oporto; Do Drag?o se inaugurar?a a finales de 2003–, fue uno de los mejores de la temporada. Termin? 4-1. “Para m?, es el mejor de la era Mourinho en el Oporto”, evoca Faria. “La Lazio marc? primero, pero la reacci?n del equipo fue fort?sima, con una cantidad de oportunidades que podr?an haberse traducido con siete u ocho goles. Fue una avalancha de f?tbol ofensivo que no dio respiro al rival”, a?ade. El 24 de abril, un 0-0 en el Ol?mpico permiti? a los ‘Drag?es ’certificar el billete a la final de la UEFA. Poco después, el 4 de mayo, en casa y ante el Santa Clara, el equipo sell? matem?ticamente el t?tulo de liga (que terminar?a con 86 puntos, un nuevo récord en la competici?n). Y entremedias también cay? el acceso a la final copera, tras batir al Naval en semifinales por 2-0. En el duelo decisivo, que se disputar?a en junio, Mourinho completar?a el triplete derrotando a su exequipo, el Uni?o de Leiria.
La primera gran primavera de Mourinho no fue flor de un d?a. Vendr?an m?s. Con el propio Oporto, donde al a?o siguiente lograr?a liga y Champions, pero también con el Chelsea, el Inter, el Real Madrid o el Manchester United. Dos décadas después, los equipos de Mou siguen ‘alter?ndose ’cuando llega el mes de abril
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