الريــم
04-06-2023, 11:40 PM
Un mech?n de pelo de hace casi 3.000 a?os ha bastado para lograr la primera evidencia directa del uso en Europa de drogas. El cabello era parte de un ritual funerario y fue escondido en la cueva de Es Càrritx (Menorca) en una época en la que la sociedad de la Edad de Bronce estaba cambiando.
Atropina, escopolamina y efedrina procedentes de plantas son las sustancias alucin?genas que un grupo de investigadores espa?oles y chilenos detectaron en ese mech?n.
El estudio, encabezado por Elisa Guerra de la Universidad de Valladolid y que publica hoy Scientific Reports, apunta que esas drogas podr?an haberse utilizado como parte de ceremonias rituales.
Descubierta en 1995, Es Càrritx (oeste de Menorca) alberg? una c?mara usada como espacio funerario en la que se encontraron peque?os recipientes cil?ndricos de madera con cabellos datados hace unos 2.900 a?os.
La investigaci?n plantea la evidencia directa m?s antigua de consumo de drogas en Europa, en la Edad de Bronce tard?a, explica a EFE una de las firmante del estudio Cristina Rihuete, de la Universidad Aut?noma de Barcelona.
En Europa hab?a indicios indirectos como la detecci?n de alcaloides del opio en recipientes o restos de plantas narc?ticas en contextos rituales. La evidencia directa m?s antigua en el mundo es de unos 3.000 a?os en Chile.
El estudio us? solo un mech?n de los disponibles, algunos de hasta 13 cent?metros. Encontrar pelo conservado de esa época en el Mediterr?neo occidental es “absolutamente extraordinario”, destaca.
Un an?lisis con cromatograf?a l?quida de ultra alta resoluci?n y espectroscopia de masas detect? la presencia de atropina, escopolamina y efedrina, alcaloides que se quedan fijados en el pelo, y que pueden responder al consumo de plantas como la mandr?gora, el bele?o o el estramonio, apunta la investigadora.
La atropina y la escopolamina se encuentran de forma natural en la familia de las solan?ceas y pueden provocar delirios y alucinaciones; la efedrina es un estimulante derivado de ciertas especies de arbustos y pinos.
El equipo no cree que estas sustancias se usaran para aliviar el dolor, aunque “hay una l?nea muy fina sobre hasta qué punto algo es para uso medicinal, m?gico o adivinatorio", destaca Rihuete.
La presencia de escopolamina y atropina juntas son sustancias que inducen sedaci?n, pero su manipulaci?n es muy arriesgada, debido a su alta toxicidad, lo que lleva, indica Rihuete, a pensar m?s en el consumo de alucin?genos que en fines terapéuticos.
El crecimiento del cabello va dejando un registro de ciertas sustancias y “la sorpresa es que se pudo demostrar que el consumo se produjo durante al menos un a?o”, pero no hay indicios de c?mo se tomaba.
La cueva de Es C?rritx cuenta también la historia de los pobladores en el Edad de Bronce tard?a en Menorca, sociedades, “muy interesantes”, densamente pobladas, que supieron vivir pac?ficamente y en las que el pastoreo ten?a un peso importante, relata la investigadora.
En una de sus c?maras se celebraba un ritual funerario en el que se te??an de rojo los cabellos, se peinaban y se cortaban mechones para ponerlos en tubos cil?ndricos de madera con tapa. Investigaciones previas sugieren que se enterraron a unos 210 individuos, pero solo algunos fueron sometidos a aquella pr?ctica.
“Es probable -estima- que fueran ciertas personas de la cronolog?a final de la necr?polis que quiz?s ten?an esos atributos de adivinaci?n cham?nicos a los que se vincula la ingesta de drogas”.
Seis de aquellos tubos se escondieron en una fosa excavada y sellada en una zona rec?ndita de la cueva -lo que ayud? a la conservaci?n del cabello- junto a recipientes de cuerno, esp?tulas, vasijas y un peine de madera y algunos objetos de bronce.
Unas piezas que, junto a otros materiales de la cueva se han empezado a exponer en el Museo Municipal Can Saura de Ciutadella (Menorca), apunta la investigadora.
La cajita -como las llama Rihuete- elegida para el examen est? formada por tres tubos de madera de olivo, hecha con la base del tronco de ?rbol, a la que a?adieron una tapadera que, “para, conseguir que encajara, es una obra de ebanister?a extraordinaria, teniendo en cuenta las herramientas de la época”.
La investigadora llama la atenci?n sobre las tapaderas, decoradas con c?rculos concéntricos, ya vistos en otras culturas, que pueden tener una interpretaci?n relacionada con las drogas.
Estos dibujos se han interpretado “muchas veces como un s?mbolo de dilataci?n de las pupilas vinculada con la ingesta de sustancias que permiten abrir el ojo, abrir el conocimiento interior”, se?ala.
Crear un escondite para dejar art?culos relacionados con aquel ritual funerario pudo ser una forma de preservar las antiguas tradiciones ante los cambios culturales que se dieron hace unos 2.800 a?os.
En aquella época, dice Rihuete, hab?a un mundo que se acababa, se pararon los enterramientos en la cueva y “cesa el énfasis en los cementerios y los rituales de siglos para dar m?s importancia a la vida civil. Es un cambio brutal de la muerte a la vida”.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/sociedad/ya-usaban-drogas-espana-pruebas-menorca-85720020)
Atropina, escopolamina y efedrina procedentes de plantas son las sustancias alucin?genas que un grupo de investigadores espa?oles y chilenos detectaron en ese mech?n.
El estudio, encabezado por Elisa Guerra de la Universidad de Valladolid y que publica hoy Scientific Reports, apunta que esas drogas podr?an haberse utilizado como parte de ceremonias rituales.
Descubierta en 1995, Es Càrritx (oeste de Menorca) alberg? una c?mara usada como espacio funerario en la que se encontraron peque?os recipientes cil?ndricos de madera con cabellos datados hace unos 2.900 a?os.
La investigaci?n plantea la evidencia directa m?s antigua de consumo de drogas en Europa, en la Edad de Bronce tard?a, explica a EFE una de las firmante del estudio Cristina Rihuete, de la Universidad Aut?noma de Barcelona.
En Europa hab?a indicios indirectos como la detecci?n de alcaloides del opio en recipientes o restos de plantas narc?ticas en contextos rituales. La evidencia directa m?s antigua en el mundo es de unos 3.000 a?os en Chile.
El estudio us? solo un mech?n de los disponibles, algunos de hasta 13 cent?metros. Encontrar pelo conservado de esa época en el Mediterr?neo occidental es “absolutamente extraordinario”, destaca.
Un an?lisis con cromatograf?a l?quida de ultra alta resoluci?n y espectroscopia de masas detect? la presencia de atropina, escopolamina y efedrina, alcaloides que se quedan fijados en el pelo, y que pueden responder al consumo de plantas como la mandr?gora, el bele?o o el estramonio, apunta la investigadora.
La atropina y la escopolamina se encuentran de forma natural en la familia de las solan?ceas y pueden provocar delirios y alucinaciones; la efedrina es un estimulante derivado de ciertas especies de arbustos y pinos.
El equipo no cree que estas sustancias se usaran para aliviar el dolor, aunque “hay una l?nea muy fina sobre hasta qué punto algo es para uso medicinal, m?gico o adivinatorio", destaca Rihuete.
La presencia de escopolamina y atropina juntas son sustancias que inducen sedaci?n, pero su manipulaci?n es muy arriesgada, debido a su alta toxicidad, lo que lleva, indica Rihuete, a pensar m?s en el consumo de alucin?genos que en fines terapéuticos.
El crecimiento del cabello va dejando un registro de ciertas sustancias y “la sorpresa es que se pudo demostrar que el consumo se produjo durante al menos un a?o”, pero no hay indicios de c?mo se tomaba.
La cueva de Es C?rritx cuenta también la historia de los pobladores en el Edad de Bronce tard?a en Menorca, sociedades, “muy interesantes”, densamente pobladas, que supieron vivir pac?ficamente y en las que el pastoreo ten?a un peso importante, relata la investigadora.
En una de sus c?maras se celebraba un ritual funerario en el que se te??an de rojo los cabellos, se peinaban y se cortaban mechones para ponerlos en tubos cil?ndricos de madera con tapa. Investigaciones previas sugieren que se enterraron a unos 210 individuos, pero solo algunos fueron sometidos a aquella pr?ctica.
“Es probable -estima- que fueran ciertas personas de la cronolog?a final de la necr?polis que quiz?s ten?an esos atributos de adivinaci?n cham?nicos a los que se vincula la ingesta de drogas”.
Seis de aquellos tubos se escondieron en una fosa excavada y sellada en una zona rec?ndita de la cueva -lo que ayud? a la conservaci?n del cabello- junto a recipientes de cuerno, esp?tulas, vasijas y un peine de madera y algunos objetos de bronce.
Unas piezas que, junto a otros materiales de la cueva se han empezado a exponer en el Museo Municipal Can Saura de Ciutadella (Menorca), apunta la investigadora.
La cajita -como las llama Rihuete- elegida para el examen est? formada por tres tubos de madera de olivo, hecha con la base del tronco de ?rbol, a la que a?adieron una tapadera que, “para, conseguir que encajara, es una obra de ebanister?a extraordinaria, teniendo en cuenta las herramientas de la época”.
La investigadora llama la atenci?n sobre las tapaderas, decoradas con c?rculos concéntricos, ya vistos en otras culturas, que pueden tener una interpretaci?n relacionada con las drogas.
Estos dibujos se han interpretado “muchas veces como un s?mbolo de dilataci?n de las pupilas vinculada con la ingesta de sustancias que permiten abrir el ojo, abrir el conocimiento interior”, se?ala.
Crear un escondite para dejar art?culos relacionados con aquel ritual funerario pudo ser una forma de preservar las antiguas tradiciones ante los cambios culturales que se dieron hace unos 2.800 a?os.
En aquella época, dice Rihuete, hab?a un mundo que se acababa, se pararon los enterramientos en la cueva y “cesa el énfasis en los cementerios y los rituales de siglos para dar m?s importancia a la vida civil. Es un cambio brutal de la muerte a la vida”.
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