الريــم
04-06-2023, 09:04 PM
Desde el 21 de marzo hasta el pr?ximo 21 de abril, los musulmanes de todo el mundo est?n celebrando el Ramad?n. Es el mes sagrado en la religi?n isl?mica, el noveno del calendario cor?nico, cuando, adem?s de ayunar de sol a sol (no pueden comer ni beber agua hasta la noche), se intensifican las oraciones y los creyentes inician una etapa de introspecci?n. Seg?n los datos de la comisi?n isl?mica, hay medio mill?n de musulmanes en Catalunya, la comunidad de Espa?a con m?s practicantes. Seg?n un sondeo de 2020 de la Generalitat, suponen el 4,3% de la poblaci?n catalana (en 2014 eran el 7,3%) y cuentan con 290 mezquitas, lejos de las 6.000 iglesias cat?licas o 800 evangélicas.
?C?mo lo viven los j?venes de familias musulmanas? Muchos siguen esta tradici?n porque creen en ella. "Para m? es un acto muy ?ntimo de reflexi?n conmigo mismo, de plantear cambios para ser mejor persona", explica Saber Lech-hab, un joven de 25 a?os. Otros no lo practican, porque no les apetece o porque no se consideran creyentes. Y también hay una parte de ellos que se?ala que hay j?venes que lo hacen obligados. "No tienes otra opci?n", lamenta Sukaina Fares, de 30 a?os.
Lech-hab empez? a querer hacer el Ramad?n desde peque?o. "Recuerdo que tendr?a 9 o 10 a?os y que mis padres no me dejaban, pero, como es algo que ves desde ni?o, también quieres participar, y hac?a que me esperaba una horas para comer", recuerda. "Durante esos d?as del Ramad?n promet?a que no me iba a pelear con mi hermana, que no me iba a enfadar", sigue Pero cuando realmente empez? a hacer ayunos, a no comer y a no beber, fue en la adolescencia, a los 15 a?os. "Yo lo hice por convicci?n, por fe. Soy musulm?n y en cuanto vas madurando le das m?s sentido", dice.
Introspecci?n ?ntima
El joven, de Mollet del Vallès, explica que para él se trata de una celebraci?n muy ?ntima, que no solo tiene que ver con el ayuno, sino con un proceso de introspecci?n que dura un mes. "Va de ser austero, de vivir con poco. La alegr?a de la celebraci?n es cuando se pone el sol y te juntas con tu familia para el 'iftar',la comida nocturna", cuenta. Habla con EL PERI?DICO, del grupo Prensa Ibérica, dos horas antes de romper el ayuno, que a medida que pasan los a?os, dice, "se hace m?s llevadero". Explica que cumple con los cinco rezos diarios, que durante este mes son espec?ficos de la celebraci?n, y cada noche, pasadas las nueve de la noche, asiste a la mezquita si el trabajo se lo permite.
Esa es la realidad, probablemente, mayoritaria en muchos j?venes musulmanes nacidos o criados en Catalunya. "Hacer o no el Ramad?n es una decisi?n individual: tengo amigos de padres musulmanes que no lo hacen y no pasa absolutamente nada. Y tengo amigos que s? contin?an con la fe de su familia", sigue. Pero esto no ocurre en todas las casas. "Hay muchos j?venes en Catalunya que tienen que hacer el Ramad?n en contra de su voluntad. No les fuerzan violentamente pero eso ocurre, y mucho m?s a menudo de lo que se puede pensar", explica Sukaina Fares, joven atea de origen marroqu? y activista antirracista.
Comer a escondidas
Este es su caso. Ella empez? el Ramad?n con la primera menstruaci?n, una norma no escrita que algunas familia asumen como tradici?n, aunque en ning?n texto isl?mico dice cu?ndo se tiene que empezar este rito. "Al principio lo hac?a como algo que me tocaba, sin m?s. Pero, en cuanto fueron pasando los a?os, empecé a dudar y mis padres vieron que estas dudas eran constantes todo el a?o. As? que durante el mes de Ramad?n la persecuci?n y el control se agravan para ver si cumples o no", explica Fares. "Recuerdo que mis amigas del instituto ped?an a sus padres otro bocadillo, o uno m?s grande, para que yo pudiera comer. Y me encerraba en el ba?o o en la biblioteca para comérmelos y beber agua", recuerda Fares. "Es un doble problema porque no puedes hacerlo en p?blico: hay una especie de polic?a de la moral en cada barrio, en cada comunidad, que se acaba enterando aunque tus padres no lo vean. Son como c?maras de videovigilancia 24 horas", se queja.
Alguna vez sus padres se dieron cuenta. "Me com? muchas broncas cuando ve?an que a la hora del 'iftar' no ten?a hambre". Pero dice que el suyo no es un caso aislado. "Hay much?sima gente en esta situaci?n, sufriendo con el aliento cuando llega a casa. A muchas compa?eras y amigas les ha pasado lo mismo. Y algunos siguen fingiendo hoy, cuando ya no viven en casa de sus padres, van y les dicen que s? lo hacen", se?ala. Ella no puede hacerlo, porque la tensi?n con su familia lleg? a tal extremo que se fue de casa a los 16 a?os. "El problema es que nosotros no podemos escoger ser musulmanes: lo heredamos. Del islam no se puede apostatar", insiste.
Una realidad que también corrobora la activista Mimut Hamido. "Para m? lo m?s grave ocurre con los ni?os: no podemos tener alumnos en las aulas que no comen ni beben, agotados, o que se ausentan de clase esos d?as. Yo recuerdo que mi madre me levantaba a las tres de la ma?ana para comer antes de que saliera el sol... no rindes igual", se?ala.
Racismo e identidad
Para Lech-hab y también para gran parte de la comunidad isl?mica en Catalunya, ninguna familia deber?a obligar a sus hijos a cumplir con esta tradici?n religiosa. "Es evidente que no puede haber imposici?n, de ning?n tipo", insiste. Es su caso, y el de su entorno m?s estrecho. Fares plantea una reflexi?n para los j?venes de su generaci?n. "Para m?, estas actitudes de obligar a cumplir con las tradiciones son parecidas al fascismo. Es la respuesta al racismo: los j?venes tenemos un problema identitario y el racismo que vivimos en Occidente nos hace abrazar esta identidad, confundiéndola con la religi?n".
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/sociedad/jovenes-ramadan-conviccion-obligacion-desobediencia-85713808)
?C?mo lo viven los j?venes de familias musulmanas? Muchos siguen esta tradici?n porque creen en ella. "Para m? es un acto muy ?ntimo de reflexi?n conmigo mismo, de plantear cambios para ser mejor persona", explica Saber Lech-hab, un joven de 25 a?os. Otros no lo practican, porque no les apetece o porque no se consideran creyentes. Y también hay una parte de ellos que se?ala que hay j?venes que lo hacen obligados. "No tienes otra opci?n", lamenta Sukaina Fares, de 30 a?os.
Lech-hab empez? a querer hacer el Ramad?n desde peque?o. "Recuerdo que tendr?a 9 o 10 a?os y que mis padres no me dejaban, pero, como es algo que ves desde ni?o, también quieres participar, y hac?a que me esperaba una horas para comer", recuerda. "Durante esos d?as del Ramad?n promet?a que no me iba a pelear con mi hermana, que no me iba a enfadar", sigue Pero cuando realmente empez? a hacer ayunos, a no comer y a no beber, fue en la adolescencia, a los 15 a?os. "Yo lo hice por convicci?n, por fe. Soy musulm?n y en cuanto vas madurando le das m?s sentido", dice.
Introspecci?n ?ntima
El joven, de Mollet del Vallès, explica que para él se trata de una celebraci?n muy ?ntima, que no solo tiene que ver con el ayuno, sino con un proceso de introspecci?n que dura un mes. "Va de ser austero, de vivir con poco. La alegr?a de la celebraci?n es cuando se pone el sol y te juntas con tu familia para el 'iftar',la comida nocturna", cuenta. Habla con EL PERI?DICO, del grupo Prensa Ibérica, dos horas antes de romper el ayuno, que a medida que pasan los a?os, dice, "se hace m?s llevadero". Explica que cumple con los cinco rezos diarios, que durante este mes son espec?ficos de la celebraci?n, y cada noche, pasadas las nueve de la noche, asiste a la mezquita si el trabajo se lo permite.
Esa es la realidad, probablemente, mayoritaria en muchos j?venes musulmanes nacidos o criados en Catalunya. "Hacer o no el Ramad?n es una decisi?n individual: tengo amigos de padres musulmanes que no lo hacen y no pasa absolutamente nada. Y tengo amigos que s? contin?an con la fe de su familia", sigue. Pero esto no ocurre en todas las casas. "Hay muchos j?venes en Catalunya que tienen que hacer el Ramad?n en contra de su voluntad. No les fuerzan violentamente pero eso ocurre, y mucho m?s a menudo de lo que se puede pensar", explica Sukaina Fares, joven atea de origen marroqu? y activista antirracista.
Comer a escondidas
Este es su caso. Ella empez? el Ramad?n con la primera menstruaci?n, una norma no escrita que algunas familia asumen como tradici?n, aunque en ning?n texto isl?mico dice cu?ndo se tiene que empezar este rito. "Al principio lo hac?a como algo que me tocaba, sin m?s. Pero, en cuanto fueron pasando los a?os, empecé a dudar y mis padres vieron que estas dudas eran constantes todo el a?o. As? que durante el mes de Ramad?n la persecuci?n y el control se agravan para ver si cumples o no", explica Fares. "Recuerdo que mis amigas del instituto ped?an a sus padres otro bocadillo, o uno m?s grande, para que yo pudiera comer. Y me encerraba en el ba?o o en la biblioteca para comérmelos y beber agua", recuerda Fares. "Es un doble problema porque no puedes hacerlo en p?blico: hay una especie de polic?a de la moral en cada barrio, en cada comunidad, que se acaba enterando aunque tus padres no lo vean. Son como c?maras de videovigilancia 24 horas", se queja.
Alguna vez sus padres se dieron cuenta. "Me com? muchas broncas cuando ve?an que a la hora del 'iftar' no ten?a hambre". Pero dice que el suyo no es un caso aislado. "Hay much?sima gente en esta situaci?n, sufriendo con el aliento cuando llega a casa. A muchas compa?eras y amigas les ha pasado lo mismo. Y algunos siguen fingiendo hoy, cuando ya no viven en casa de sus padres, van y les dicen que s? lo hacen", se?ala. Ella no puede hacerlo, porque la tensi?n con su familia lleg? a tal extremo que se fue de casa a los 16 a?os. "El problema es que nosotros no podemos escoger ser musulmanes: lo heredamos. Del islam no se puede apostatar", insiste.
Una realidad que también corrobora la activista Mimut Hamido. "Para m? lo m?s grave ocurre con los ni?os: no podemos tener alumnos en las aulas que no comen ni beben, agotados, o que se ausentan de clase esos d?as. Yo recuerdo que mi madre me levantaba a las tres de la ma?ana para comer antes de que saliera el sol... no rindes igual", se?ala.
Racismo e identidad
Para Lech-hab y también para gran parte de la comunidad isl?mica en Catalunya, ninguna familia deber?a obligar a sus hijos a cumplir con esta tradici?n religiosa. "Es evidente que no puede haber imposici?n, de ning?n tipo", insiste. Es su caso, y el de su entorno m?s estrecho. Fares plantea una reflexi?n para los j?venes de su generaci?n. "Para m?, estas actitudes de obligar a cumplir con las tradiciones son parecidas al fascismo. Es la respuesta al racismo: los j?venes tenemos un problema identitario y el racismo que vivimos en Occidente nos hace abrazar esta identidad, confundiéndola con la religi?n".
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