الريــم
04-03-2023, 10:16 AM
De la estirpe de los grandes fundadores, elegante y discreto, pero emprendedor sin descanso, el hombre m?s poderoso de la cultura literaria del mundo hispano, por la creaci?n de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (México), Ra?l Padilla L?pez (https://www.epe.es/es/cultura/20230403/muere-raul-padilla-lopez-presidente-fil-guadalajara-85554880), apareci? muerto esta noche en su casa de la capital de Jalisco. Naci? en 1954. Se desconocen las noticias precisas de su muerte, aunque especulaciones que no han sido ratificadas se?alan que junto a su cad?ver se hallaba un arma de fuego adem?s de una nota que podr?a explicar el desenlace.
La FIL naci? en 1987, de la idea de hacer convertir esa feria, y sus premios y sus numerosas iniciativas, en el eje mundial de la literatura en espa?ol, propiciando encuentros que resultar?an tenidas internacionales inéditas en la cultura de nuestra lengua. Naci? al amparo de un nombre propio, el de Juan Rulfo, que nac?a en casa (una casa que llenaba de gente cada vez que la FIL se celebraba, igual que se llenaban los distintos centros de atura ? en la zona), y cuya nombrad?a en seguida se asoci? con la FIL, pero un incidente literario (a su familia no le gust? que a Rulfo le dijeran inculto) borr? del primer plano el s?mbolo mayor de la literatura mexicana.
Pero la FIL ha seguido adelante, y es ahora un emblema mayor de la importancia que Padilla quiso darle a su pa?s como centro de la literatura universal. Cada a?o ha tenido un pa?s invitado; los miles de kil?metros que hay entre Guadalajara y el mundo no han sido nada para Padilla, cuyos equipos (ahora est? al frente Marisol Shultz, editora de larga experiencia, una inteligencia de nuestra cultura) han ido de la India a Canad? y a todas partes para convertir lo que era una utop?a en una forma mayor de escribir la historia literaria espa?ola y, ahora, las de todas las lenguas.
En el sitio central de esa iniciativa ha estado, sin cesar, Ra?l Padilla. La ?ltima vez que lo vi estaba haciendo eso: reuniéndose con quienes ven?an, importantes o significativos, para imaginar el futuro de la feria aun m?s grande. En esta ocasi?n ten?a en casa (una casa que llenaba de gente cada vez que la FIL se celebraba, igual que se llenaban los distintos centros de la feria, como si en Jalisco viviera todo el mundo), al expresidente chileno Ricardo Lagos. Estaba, c?mo no, imaginando Padilla actividades que tuvieran que ver con aquel pa?s que se despertaba a la izquierda, pero también estaba, por otro altavoz personal, dando ?rdenes para que fuera adecuado lo que se hiciera con Espa?a, a la que se iba a dedicar (y se va a dedicar) la FIL de este noviembre, pues noviembre es siempre el periodo de ida y vuelta en que el México de Octavio Paz y el de Juan Rulfo y el de Elena Poniatowska abren las estanter?as de su poder?o literario, acrecentado por la ingente ocurrencia del hombre que ya no est?. La vida pol?tica local (es decir, mexicana), no lo ve?a bien desde la atalaya del poder, hab?a desavenencias y persecuciones, desatadas desde la sede mayor gubernamental, pero ni en las reuniones ni en lo que dec?a en p?blico Padilla iba m?s all? en sus consideraciones de tales trabas, que parecieron muy serias para la paz de la FIL.
Era un profesor, un rector; ten?a el porte de un gal?n triste, como esos americanos que llegan a los sitios preguntando quién es el primero, para tratar de serlo él, y era adem?s un conversador inteligente: callaba hablando. Una vez me pidi? que le llevara a casa de un magnate mayor del periodismo y de la edici?n, Jes?s Polanco, el fundador de El Pa?s. Quer?a rendirle homenaje en Guadalajara (como a muchos otros, agasaj? también a periodistas, sab?a que sin periodismo no habr?a divulgaci?n de la cultura) y para ello se desplaz? hasta Madrid desde Jalisco.
Iba a en el coche como memorizando, y al sentarse ante Polanco éste le habl? a él m?s de la FIL que lo que tuvo que decir Padilla. Ya la FIL iba precedida de un prestigio enorme, que concit? en el mundo entero el acuerdo de que o ibas o no eras.
Esa fue una creaci?n fuera de serie. Envidiable, envidiada. En las notas que est? dando la prensa mexicana, y mundial, no hay trazos a?n de todo lo que implica un hecho as?, mayor desde todos los puntos de vista. Por la altura imponente de lo que ha hecho Padilla, por la naturaleza de su empe?o, ins?lito por su magnitud para las letras espa?ola. Pero sobre todo por la noticia en s? misma, que a?ade tanto dramatismo, tanto simbolismo, a una historia, la de México, marcada siempre por la luz y por la sombra, habiendo sido tanta la luz que Padilla le ha dado a la ambici?n universal del pa?s que ahora ve morir a este emprendedor cuya frontera era la marca de las literaturas.
La FIL tendr? lugar en noviembre. Lo m?s tarde en noviembre es el t?tulo de uno de los grandes libros de los a?os sesenta, del noruego Hans Erick Nossak. Para los que fuimos al principio a Guadalajara, y seguiremos yendo, no hay mejor lugar para saber que la literatura mundial sigue viva. Gracias a la FIL, noviembre se convirti? también en un nombre literario. Ahora se a?ade extra?eza y horror, y admiraci?n, ante un hecho que cambi? para siempre el modo de relacionar la literatura en espa?ol con todas las literaturas.
El milagro fue de Padilla, y ahora este es su entristecido obituario de un periodista que sigui? ese evento inventado por ese hombre de ojos chiquitos que, en la ?ltima FIL, parec?an llorar. Ahora est?n en la memoria abrumada de los que los conocimos como la noticia m?s ins?lita de nuestras vidas de perseguidores de escritores y de libros.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/cultura/muere-raul-padilla-lopez-presidente-85555934)
La FIL naci? en 1987, de la idea de hacer convertir esa feria, y sus premios y sus numerosas iniciativas, en el eje mundial de la literatura en espa?ol, propiciando encuentros que resultar?an tenidas internacionales inéditas en la cultura de nuestra lengua. Naci? al amparo de un nombre propio, el de Juan Rulfo, que nac?a en casa (una casa que llenaba de gente cada vez que la FIL se celebraba, igual que se llenaban los distintos centros de atura ? en la zona), y cuya nombrad?a en seguida se asoci? con la FIL, pero un incidente literario (a su familia no le gust? que a Rulfo le dijeran inculto) borr? del primer plano el s?mbolo mayor de la literatura mexicana.
Pero la FIL ha seguido adelante, y es ahora un emblema mayor de la importancia que Padilla quiso darle a su pa?s como centro de la literatura universal. Cada a?o ha tenido un pa?s invitado; los miles de kil?metros que hay entre Guadalajara y el mundo no han sido nada para Padilla, cuyos equipos (ahora est? al frente Marisol Shultz, editora de larga experiencia, una inteligencia de nuestra cultura) han ido de la India a Canad? y a todas partes para convertir lo que era una utop?a en una forma mayor de escribir la historia literaria espa?ola y, ahora, las de todas las lenguas.
En el sitio central de esa iniciativa ha estado, sin cesar, Ra?l Padilla. La ?ltima vez que lo vi estaba haciendo eso: reuniéndose con quienes ven?an, importantes o significativos, para imaginar el futuro de la feria aun m?s grande. En esta ocasi?n ten?a en casa (una casa que llenaba de gente cada vez que la FIL se celebraba, igual que se llenaban los distintos centros de la feria, como si en Jalisco viviera todo el mundo), al expresidente chileno Ricardo Lagos. Estaba, c?mo no, imaginando Padilla actividades que tuvieran que ver con aquel pa?s que se despertaba a la izquierda, pero también estaba, por otro altavoz personal, dando ?rdenes para que fuera adecuado lo que se hiciera con Espa?a, a la que se iba a dedicar (y se va a dedicar) la FIL de este noviembre, pues noviembre es siempre el periodo de ida y vuelta en que el México de Octavio Paz y el de Juan Rulfo y el de Elena Poniatowska abren las estanter?as de su poder?o literario, acrecentado por la ingente ocurrencia del hombre que ya no est?. La vida pol?tica local (es decir, mexicana), no lo ve?a bien desde la atalaya del poder, hab?a desavenencias y persecuciones, desatadas desde la sede mayor gubernamental, pero ni en las reuniones ni en lo que dec?a en p?blico Padilla iba m?s all? en sus consideraciones de tales trabas, que parecieron muy serias para la paz de la FIL.
Era un profesor, un rector; ten?a el porte de un gal?n triste, como esos americanos que llegan a los sitios preguntando quién es el primero, para tratar de serlo él, y era adem?s un conversador inteligente: callaba hablando. Una vez me pidi? que le llevara a casa de un magnate mayor del periodismo y de la edici?n, Jes?s Polanco, el fundador de El Pa?s. Quer?a rendirle homenaje en Guadalajara (como a muchos otros, agasaj? también a periodistas, sab?a que sin periodismo no habr?a divulgaci?n de la cultura) y para ello se desplaz? hasta Madrid desde Jalisco.
Iba a en el coche como memorizando, y al sentarse ante Polanco éste le habl? a él m?s de la FIL que lo que tuvo que decir Padilla. Ya la FIL iba precedida de un prestigio enorme, que concit? en el mundo entero el acuerdo de que o ibas o no eras.
Esa fue una creaci?n fuera de serie. Envidiable, envidiada. En las notas que est? dando la prensa mexicana, y mundial, no hay trazos a?n de todo lo que implica un hecho as?, mayor desde todos los puntos de vista. Por la altura imponente de lo que ha hecho Padilla, por la naturaleza de su empe?o, ins?lito por su magnitud para las letras espa?ola. Pero sobre todo por la noticia en s? misma, que a?ade tanto dramatismo, tanto simbolismo, a una historia, la de México, marcada siempre por la luz y por la sombra, habiendo sido tanta la luz que Padilla le ha dado a la ambici?n universal del pa?s que ahora ve morir a este emprendedor cuya frontera era la marca de las literaturas.
La FIL tendr? lugar en noviembre. Lo m?s tarde en noviembre es el t?tulo de uno de los grandes libros de los a?os sesenta, del noruego Hans Erick Nossak. Para los que fuimos al principio a Guadalajara, y seguiremos yendo, no hay mejor lugar para saber que la literatura mundial sigue viva. Gracias a la FIL, noviembre se convirti? también en un nombre literario. Ahora se a?ade extra?eza y horror, y admiraci?n, ante un hecho que cambi? para siempre el modo de relacionar la literatura en espa?ol con todas las literaturas.
El milagro fue de Padilla, y ahora este es su entristecido obituario de un periodista que sigui? ese evento inventado por ese hombre de ojos chiquitos que, en la ?ltima FIL, parec?an llorar. Ahora est?n en la memoria abrumada de los que los conocimos como la noticia m?s ins?lita de nuestras vidas de perseguidores de escritores y de libros.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/cultura/muere-raul-padilla-lopez-presidente-85555934)