الريــم
03-29-2023, 05:28 PM
Los defensores de la paternidad y la maternidad mediante gestaci?n subrogada pretenden edulcorar lo que realmente significa “alquilar el ?tero de una mujer mediante un contrato”. As? comienza 'Vientres de alquiler' (editado por Lo que no Existe), ensayo firmado por N?ria Gonzalez, abogada especializada en Derechos Humanos y Bioética. El libro, que cobra especial vigencia a ra?z del caso de Ana Obreg?n, madre por gestaci?n subrogada en EEUU (https://www.sport.es/es/noticias/gente/ana-obregon-madre-nina-68-85318984), es un repaso implacable de un negocio deshumanizado y millonario en el que los padres son “contratantes” y los ni?os, un “objeto comercial”.
Si los padres contratantes no lo ven oportuno, esos ni?os y ni?as nunca sabr?n quiénes son sus madres y, por lo tanto, perder?n una parte importante de su identidad. Los bebés, a los que se les niega el derecho a la lactancia materna, son abruptamente separados de las mujeres que ellos reconocen como sus madres por el olor, el latido y el tono de voz. Pueden sufrir problemas de salud, como estrés, ansiedad y s?ndrome del abandono. El ensayo recuerda que en Espa?a una sentencia del Tribunal Supremo del 2014 prohibi? la inscripci?n de cualquier bebé que proviniera de un contrato de vientre de alquiler. Pero una instrucci?n del 2014 de la Direcci?n General de los Registros y del Notariado estableci? una pol?tica favorable al registro de estos ni?os. En pleno debate pol?tico y social en Espa?a tras los ?ltimos acontecimientos en Ucrania, repasamos algunas de las (dur?simas) conclusiones de ‘Vientres de alquiler’.
Eufemismos
Alicia Mirayes, portavoz de la plataforma No Somos Vasijas, escribe el pr?logo y lo primero que destaca es la manipulaci?n del lenguaje, la manera de edulcorar la (triste) realidad. La maternidad subrogada no es tal sino vientres de alquiler, ?teros que se contratan. Los padres comitentes son, en realidad, padres contratantes. Y el producto final, bebés cosificados y mercantilizados. La llamada donaci?n o compensaci?n es el pago del precio estipulado. El ensayo deja claro que la gestaci?n subrogada se vende como algo natural en el que todas las partes salen beneficiadas: los padres “cumplen un sue?o” y las madres gestantes son “?ngeles altruistas”. Lo cierto, concluye la autora, es que hay una nueva clase social, nacida al auspicio del hipercapitalismo: t? puedes comprar un hijo.
M?s informaci?n (Auto)
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Agencias de contrataci?n
El libro repasa las cinco primeras agencias instaladas en Espa?a y las califica de “auténticas multinacionales que generan un mercado global”. Usan una estrategia que implica la utilizaci?n del neolenguaje para hacer que su mensaje sea cient?fico, sofisticado, aspiracional y no genere rechazo en términos morales o sociales. California est? considerada la cuna del negocio. Los padres contratantes acuden al estado m?s rico de EEUU no tanto por el elevado coste del proceso (unos 100.000 d?lares) sino por la seguridad jur?dica que les brinda, ya que tienen todos los derechos asegurados sobre el bebé desde el cuarto mes de embarazo.
El origen, en EEUU
El primer caso de vientre de alquiler se dio en 1976 en California y se realiz? a través de una inseminaci?n financiada por el abogado Noel Keane, creador de la primera agencia dedicada a este negocio, la Surrogate Family Service Inc. Sin embargo, el primer caso medi?tico, conocido como ‘Baby M’, se dio en 1985 en New Jersey. La mujer gestante, Mary Beth Whitehead, firm? un contrato en el que se compromet?a a tener un hijo para William y Elizabeth Stern. Recibi? 10.000 d?lares de un total de 25.000 que la familia Stern pag? al centro. Mary Beth Whitehead (inseminada con el semen de Stern) decidi? no entregar la hija al matrimonio. Fueron a los tribunales, que decidieron otorgar la custodia al padre biol?gico permitiendo a la madre biol?gica visitarla.
Ucrania, capital de la gestaci?n subrogada
Todas las agencias intermediarias recomiendan encarecidamente que el vientre de alquiler sea de una mujer ucraniana, subraya Gonz?lez, que estima que unos 300 bebés inscritos en Espa?a son frutos de los contratos de alquiler en Ucrania. Las razones del éxito que apunta la abogada son varias. Primero: el coste es dos o tres veces menor que en EEUU o Canad?. Segundo: las leyes respaldan a los padres contratantes, que firman cl?usulas en las que se puede concretar el derecho al aborto sobre la madre gestante, o abandonar el ‘producto-bebé’ si no cumple sus expectativas. Incluso hay contratos que dan dos o tres oportunidades de embarazo independientemente del estado de salud de la madre. Tercero: el perfil cauc?sico. Y cuarto: el monitoreo 24 horas al d?a en ‘residencias’, que muchas veces se convierten en granjas humanas.
Los pasos atr?s de India
El primer caso de contrato de vientre de alquiler en India se produjo en 1994. Se inici? una campa?a oficial para promocionar el turismo reproductivo. El volumen de mujeres que acced?an a esta pr?ctica y toda la industria que estaba generando -dejando casi sin profesionales de la medicina de otras especialidades- hizo que en el 2012 el Gobierno publicara una orden para exigir visado médico a las personas que desearan viajar a India para contratar la maternidad subrogada. En el 2013, se prohibi? el acceso a los vientres de alquiler a extranjeros, homosexuales y personas en cuyos pa?s de origen estuviera prohibido y en 2016 entr? en el Parlamento una propuesta para prohibir la pr?ctica. También Nepal empez? a acotar el mercado en el 2015. Y Tailandia, especialmente tras el caso Baby Gammy: una pareja australiana descart? al bebé nacido por vientre de alquiler por tener s?ndrome de Down y se llev? a su gemela, que no ten?a esta afectaci?n genética. La madre gestacional tuvo que quedarse a cargo del bebé rechazado.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/sociedad/vientres-alquiler-negocio-millonario-convierte-85338672)
Si los padres contratantes no lo ven oportuno, esos ni?os y ni?as nunca sabr?n quiénes son sus madres y, por lo tanto, perder?n una parte importante de su identidad. Los bebés, a los que se les niega el derecho a la lactancia materna, son abruptamente separados de las mujeres que ellos reconocen como sus madres por el olor, el latido y el tono de voz. Pueden sufrir problemas de salud, como estrés, ansiedad y s?ndrome del abandono. El ensayo recuerda que en Espa?a una sentencia del Tribunal Supremo del 2014 prohibi? la inscripci?n de cualquier bebé que proviniera de un contrato de vientre de alquiler. Pero una instrucci?n del 2014 de la Direcci?n General de los Registros y del Notariado estableci? una pol?tica favorable al registro de estos ni?os. En pleno debate pol?tico y social en Espa?a tras los ?ltimos acontecimientos en Ucrania, repasamos algunas de las (dur?simas) conclusiones de ‘Vientres de alquiler’.
Eufemismos
Alicia Mirayes, portavoz de la plataforma No Somos Vasijas, escribe el pr?logo y lo primero que destaca es la manipulaci?n del lenguaje, la manera de edulcorar la (triste) realidad. La maternidad subrogada no es tal sino vientres de alquiler, ?teros que se contratan. Los padres comitentes son, en realidad, padres contratantes. Y el producto final, bebés cosificados y mercantilizados. La llamada donaci?n o compensaci?n es el pago del precio estipulado. El ensayo deja claro que la gestaci?n subrogada se vende como algo natural en el que todas las partes salen beneficiadas: los padres “cumplen un sue?o” y las madres gestantes son “?ngeles altruistas”. Lo cierto, concluye la autora, es que hay una nueva clase social, nacida al auspicio del hipercapitalismo: t? puedes comprar un hijo.
M?s informaci?n (Auto)
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Agencias de contrataci?n
El libro repasa las cinco primeras agencias instaladas en Espa?a y las califica de “auténticas multinacionales que generan un mercado global”. Usan una estrategia que implica la utilizaci?n del neolenguaje para hacer que su mensaje sea cient?fico, sofisticado, aspiracional y no genere rechazo en términos morales o sociales. California est? considerada la cuna del negocio. Los padres contratantes acuden al estado m?s rico de EEUU no tanto por el elevado coste del proceso (unos 100.000 d?lares) sino por la seguridad jur?dica que les brinda, ya que tienen todos los derechos asegurados sobre el bebé desde el cuarto mes de embarazo.
El origen, en EEUU
El primer caso de vientre de alquiler se dio en 1976 en California y se realiz? a través de una inseminaci?n financiada por el abogado Noel Keane, creador de la primera agencia dedicada a este negocio, la Surrogate Family Service Inc. Sin embargo, el primer caso medi?tico, conocido como ‘Baby M’, se dio en 1985 en New Jersey. La mujer gestante, Mary Beth Whitehead, firm? un contrato en el que se compromet?a a tener un hijo para William y Elizabeth Stern. Recibi? 10.000 d?lares de un total de 25.000 que la familia Stern pag? al centro. Mary Beth Whitehead (inseminada con el semen de Stern) decidi? no entregar la hija al matrimonio. Fueron a los tribunales, que decidieron otorgar la custodia al padre biol?gico permitiendo a la madre biol?gica visitarla.
Ucrania, capital de la gestaci?n subrogada
Todas las agencias intermediarias recomiendan encarecidamente que el vientre de alquiler sea de una mujer ucraniana, subraya Gonz?lez, que estima que unos 300 bebés inscritos en Espa?a son frutos de los contratos de alquiler en Ucrania. Las razones del éxito que apunta la abogada son varias. Primero: el coste es dos o tres veces menor que en EEUU o Canad?. Segundo: las leyes respaldan a los padres contratantes, que firman cl?usulas en las que se puede concretar el derecho al aborto sobre la madre gestante, o abandonar el ‘producto-bebé’ si no cumple sus expectativas. Incluso hay contratos que dan dos o tres oportunidades de embarazo independientemente del estado de salud de la madre. Tercero: el perfil cauc?sico. Y cuarto: el monitoreo 24 horas al d?a en ‘residencias’, que muchas veces se convierten en granjas humanas.
Los pasos atr?s de India
El primer caso de contrato de vientre de alquiler en India se produjo en 1994. Se inici? una campa?a oficial para promocionar el turismo reproductivo. El volumen de mujeres que acced?an a esta pr?ctica y toda la industria que estaba generando -dejando casi sin profesionales de la medicina de otras especialidades- hizo que en el 2012 el Gobierno publicara una orden para exigir visado médico a las personas que desearan viajar a India para contratar la maternidad subrogada. En el 2013, se prohibi? el acceso a los vientres de alquiler a extranjeros, homosexuales y personas en cuyos pa?s de origen estuviera prohibido y en 2016 entr? en el Parlamento una propuesta para prohibir la pr?ctica. También Nepal empez? a acotar el mercado en el 2015. Y Tailandia, especialmente tras el caso Baby Gammy: una pareja australiana descart? al bebé nacido por vientre de alquiler por tener s?ndrome de Down y se llev? a su gemela, que no ten?a esta afectaci?n genética. La madre gestacional tuvo que quedarse a cargo del bebé rechazado.
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