الريــم
03-28-2023, 01:25 AM
Lo mataron, pero no cesa de estar Lorca en cada l?grima, en cada grito, del flamenco que se canta por debajo de la Pen?nsula Ibérica, m?s all? del sitio en el que ya no est? porque est? en todos los sitios.
Esta noche del lunes, ante académicos y escritores, entre extranjeros del mundo y entre paisanos de la lengua espa?ola, esa magia de Lorca se manifest? como las luces de C?diz en un espect?culo que parec?a dise?ado por él. Todas las luces, el azul cielo, el c?rdeno, esa zona sin fin que tiene el azul de la ?ltima ciudad de Europa. Todo correspond?a a lo que uno se imagina que fueron las lorquianas cuando éstas eran canciones felices, o tristes, pues ambas calidades las ten?a en su cara.
M?s informaci?n (Auto)
http://placehold.it/175x100 T?tulo noticia (Auto)
Los m?sicos, los cantantes, las guitarras, hasta los tobillos y las gargantas y los reflejos del aire de los bailarines, respond?an a una felicidad rara, rec?ndita, como azul tierra, y la gente (el p?blico, y ellos también) pareci? sentirse transida por un ventarr?n que desped?a esas palabras entrecortadas, oblicuas, que el flamenco ofrece como la zona de dentro de una renuncia de amor, de una ruptura.
Lorca otra vez. El suspiro es un aire que domina como nadie ese poeta de las casas vigiladas por los celos, o por el amor que a?n no es celo. Y desde que los artistas empiezan con sus ay de todas las gradaciones, el ay que no acaba nunca, el ay que parece de lluvia urgente, se sabe que no es imprescindible saberse, palabra por palabra, lo que est?n diciendo.
Porque la queja es como una nube rota que el poeta (vuelvo a sentir que es Lorca) ha dispuesto ah? para que la literatura (y aquello estaba lleno de literatos) fuera un misterio que no precisa la abundancia, ni la claridad, de la letra.
Surrealismo del sol, las guitarras, parec?an mil guitarras, aliadas con el brillo de los abanicos. Esos tobillos hablando, y c?mo hablan los tobillos, c?mo cantan, c?mo los ven cantar los m?sicos admirados de que esta mujer que vuela no se caiga al suelo con el ay que ellos explican como si vinieran solo de una partida de amores.
En ese momento especial de felicidad del aire no es extra?o sentir que por ah? est? también, baja y sube Lorca para descubrir que nada de lo que se mueve en este escenario de mar (y de todos los colores del mar) le es ajeno al poeta al que mataron para enterrar, y no lo han hecho, la inspiraci?n m?s bella de la tierra y de su sangre.
Las sillas parecen inm?viles, pero detr?s de donde se desarrolla la danza, el baile cantado, son como esqueletos que sobrecogen. Es, todo el tiempo, una lecci?n de gram?tica de las gargantas andaluzas, estas sillas iluminando el aire jondo del arte. Como si se subiera al escenario del atardecer de C?diz “un ruise?or que busca sus heridas”.
Es el poema total del cante, como dibujado por Lorca.
La qu?mica que aproxima al llanto de la poes?a. “Y aunque estoy lejos/ de ti siempre te tengo presente/ y sin ti no puedo vivir”. A veces se escuchan, n?tidos, los dolores, y hay heridas de plomo o de madera, y reconciliaciones que terminan en la simetr?a de las cabezas que al fin encuentran paz y despedida. Y ay.
Ay, ay, ay, ay. Buler?as. Ay, ay, ay. Ay. El dolor respira por la alegr?a. “La vida que tanto amamos, el dolor y la alegr?a”. No importa tanto decir, o escribir, la letra. Lo imperioso es el silencio lleno de aire y de sol. “De vez en cuando la vida parece una fantas?a”.
Cualquier cosa que dijeron en este concierto de silencio y rabia y azul y c?rdeno y mar del cielo de C?diz parec?a una flor rota, un bosque de bellas pantorrillas, un sol regalado por el cielo para que no haya otro llanto que él que se enjuga con la alegr?a del baile.
Pero hay dolor, claro que hay dolor. Ay. Dolor como dibujado por Lorca.
[Este texto est? inspirado por el espect?culo flamenco (Tiempo de luz) celebrado anoche en el Teatro Manuel de Falla de C?diz y organizado por el Instituto Cervantes. El baile de Ana Morales, las guitarras de Miguel ?ngel Cortés y José Quevedo ´Bolita` y la percusi?n de Pakito Gonz?lez (dice la nota de prensa) completan este programa encabezado por tres referentes: Carmen Linares, Marina Heredia y Arc?ngel].
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/cultura/aire-dolor-dibujados-lorca-85263337)
Esta noche del lunes, ante académicos y escritores, entre extranjeros del mundo y entre paisanos de la lengua espa?ola, esa magia de Lorca se manifest? como las luces de C?diz en un espect?culo que parec?a dise?ado por él. Todas las luces, el azul cielo, el c?rdeno, esa zona sin fin que tiene el azul de la ?ltima ciudad de Europa. Todo correspond?a a lo que uno se imagina que fueron las lorquianas cuando éstas eran canciones felices, o tristes, pues ambas calidades las ten?a en su cara.
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Los m?sicos, los cantantes, las guitarras, hasta los tobillos y las gargantas y los reflejos del aire de los bailarines, respond?an a una felicidad rara, rec?ndita, como azul tierra, y la gente (el p?blico, y ellos también) pareci? sentirse transida por un ventarr?n que desped?a esas palabras entrecortadas, oblicuas, que el flamenco ofrece como la zona de dentro de una renuncia de amor, de una ruptura.
Lorca otra vez. El suspiro es un aire que domina como nadie ese poeta de las casas vigiladas por los celos, o por el amor que a?n no es celo. Y desde que los artistas empiezan con sus ay de todas las gradaciones, el ay que no acaba nunca, el ay que parece de lluvia urgente, se sabe que no es imprescindible saberse, palabra por palabra, lo que est?n diciendo.
Porque la queja es como una nube rota que el poeta (vuelvo a sentir que es Lorca) ha dispuesto ah? para que la literatura (y aquello estaba lleno de literatos) fuera un misterio que no precisa la abundancia, ni la claridad, de la letra.
Surrealismo del sol, las guitarras, parec?an mil guitarras, aliadas con el brillo de los abanicos. Esos tobillos hablando, y c?mo hablan los tobillos, c?mo cantan, c?mo los ven cantar los m?sicos admirados de que esta mujer que vuela no se caiga al suelo con el ay que ellos explican como si vinieran solo de una partida de amores.
En ese momento especial de felicidad del aire no es extra?o sentir que por ah? est? también, baja y sube Lorca para descubrir que nada de lo que se mueve en este escenario de mar (y de todos los colores del mar) le es ajeno al poeta al que mataron para enterrar, y no lo han hecho, la inspiraci?n m?s bella de la tierra y de su sangre.
Las sillas parecen inm?viles, pero detr?s de donde se desarrolla la danza, el baile cantado, son como esqueletos que sobrecogen. Es, todo el tiempo, una lecci?n de gram?tica de las gargantas andaluzas, estas sillas iluminando el aire jondo del arte. Como si se subiera al escenario del atardecer de C?diz “un ruise?or que busca sus heridas”.
Es el poema total del cante, como dibujado por Lorca.
La qu?mica que aproxima al llanto de la poes?a. “Y aunque estoy lejos/ de ti siempre te tengo presente/ y sin ti no puedo vivir”. A veces se escuchan, n?tidos, los dolores, y hay heridas de plomo o de madera, y reconciliaciones que terminan en la simetr?a de las cabezas que al fin encuentran paz y despedida. Y ay.
Ay, ay, ay, ay. Buler?as. Ay, ay, ay. Ay. El dolor respira por la alegr?a. “La vida que tanto amamos, el dolor y la alegr?a”. No importa tanto decir, o escribir, la letra. Lo imperioso es el silencio lleno de aire y de sol. “De vez en cuando la vida parece una fantas?a”.
Cualquier cosa que dijeron en este concierto de silencio y rabia y azul y c?rdeno y mar del cielo de C?diz parec?a una flor rota, un bosque de bellas pantorrillas, un sol regalado por el cielo para que no haya otro llanto que él que se enjuga con la alegr?a del baile.
Pero hay dolor, claro que hay dolor. Ay. Dolor como dibujado por Lorca.
[Este texto est? inspirado por el espect?culo flamenco (Tiempo de luz) celebrado anoche en el Teatro Manuel de Falla de C?diz y organizado por el Instituto Cervantes. El baile de Ana Morales, las guitarras de Miguel ?ngel Cortés y José Quevedo ´Bolita` y la percusi?n de Pakito Gonz?lez (dice la nota de prensa) completan este programa encabezado por tres referentes: Carmen Linares, Marina Heredia y Arc?ngel].
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